La Seguridad Industrial de hoy, producto de una sociedad de cómplices
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- El 1 enero, 2000
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Por: Jesús Agüero Sosa
INTRODUCCION
La Seguridad industrial es una rama de la administración dedicada a la protección de los trabajadores, con ayuda de otras ciencias tales como de la salud y la ingeniería que dan origen a la Salud Ocupacional y a la Higiene Industrial . Que tienen como fin principal la protección del trabajador en su ambiente laboral.
Sin embargo, lamentablemente suceden accidentes, hay trabajadores lesionados y en el peor de los casos incapacitados permanentemente y hasta fallecidos. Estos accidentes ocurren por dos causas muy bien identificadas y definidas: condiciones inseguras y actos inseguros.
La primera atribuida a los patronos por tener condiciones en sus instalaciones que atentan contra la seguridad y la salud del trabajadores . Y los actos inseguros a los trabajadores, por no cumplir con las normas y procedimientos de seguridad establecidos para su protección.
Lo interesante es determinar el porque del no cumplimiento de las disposiciones si todas, son obligantes para ambas partes. En esa búsqueda se puede señal que se debe a la actuación en el tiempo de tres actores en la relación laboral: El Estado, Los Patronos y Los Sindicatos, las actuaciones de éstos han condicionado de alguna manera el comportamiento o actitud del trabajador hacia la seguridad y protección personal.
EL ESTADO
En el estado venezolano se ha venido hablando de la Seguridad Industrial desde principios del siglo pasado producto de inicio de la explotación petrolera. Los responsable de la aplicación de las disposiciones en la materia han sido diferentes organismos ligado a la administración: Ministerio del Trabajo, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), Ministerio de Sanidad Salud y Desarrollo (MSSD), COVENIN cada uno con sus respectivas leyes y reglamentos, y el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) de más reciente creación.
Se puede asegurar con mucha propiedad que la actuación del estado a través de estas instituciones, no ha sido la más apropiada . Durante mucho tiempo, para no decir todo el tiempo ha sido el de un estado perseguidor, sancionador y castigador por el no cumplimiento de las normas de seguridad, cuando ha debido haber sido el de orientador, motivador y facilitador hacia el cumplimiento de las mismas.
Siempre he señalado que las instituciones son creadas fundamentalmente con la mejor intención de prestar un servicio, mas el desempeño de quienes están al frente son en gran parte los responsable de los resultados actuales.
Hasta ahora el desempeño de los funcionarios que han tenido la responsabilidad de la supervisión del cumplimiento de las normas y los análisis de los accidentes ocurridos, no ha sido el más profesional a pesar de que muchos han pasado por procesos de formación . Bien es sabido que su actitud en la gran mayoría de los casos a correspondido al de un perseguidor, exigiendo cumplimientos y modificaciones a las instalaciones en plazos de tiempos que son imposibles de cumplir por todo lo que implica . En ese mismo sentido no han sido capaces de orientar y motivar a los trabajadores en cuanto a responsabilidad personal y social que tienen de cuidarse, sólo se han limitado a señalar que los patronos han sido los responsable de sus infortunios en los puestos de trabajos.
El Estado debe ser un ente motivador y promotor de la seguridad, analizando el caso de la Pequeña y la Mediana Empresa (PYME), quienes se le dificulta por motivos económicos tener una unidad o departamento de Seguridad Industrial, están a la merced de la persecución de los distintos entes del Estado a través de los funcionarios, cuando el papel debe ser el de ayudarlos orientarlos en el cumplimiento de las normas y la reducción de los riesgos dentro de las instalaciones.
Por otra parte el estado es responsable del incumplimiento de las normas de seguridad, la legislación establece que todo proyecto de construcción debe ser revisado, supervisado y aprobado por los Bomberos de cada localidad, sin embargo hay permisos de habitabilidad y funcionamiento sin el cumplimiento de las normas establecidas.
También el estado es el primer violador de las normas de Seguridad Industrial, con tan solo visitar un establecimiento gubernamental se podrá constatar el incumplimiento de las mismas, sometiendo a los funcionarios públicos a riesgos laborables de toda índole . En ese sentido también los contratistas que le prestan servicio a Gobernaciones, Alcaldías y otras instituciones tampoco cumplen; con tan solo ver a las personas que laboran haciendo mantenimiento a las calles, avenidas, autopistas y las estructuras de esos organismos puede constatarse el riesgo que corren al no haber señalamientos y equipos adecuados que garanticen su protección personal.
Por todo lo dicho anteriormente y por mucho más el estado Venezolano de una u otra manera ha sido cómplice de que no exista una verdadera conciencia hacia la Seguridad Industrial.
LOS PATRONOS
La situación de la Seguridad Industrial en Venezuela no es tan sólo responsabilidad del Estado, los Patronos de alguna manera han contribuido a los resultados de las estadísticas de accidentabilidad.
Al leer la misión en muchas empresas se aprecia en el papel el compromiso de la organización con sus trabajadores, digo en el papel porque dentro de las instalaciones de esas empresas es otra cosa, no hay coherencia entre el pensar, el sentir y el actuar.
Hay empresas que le dan más importancia al cuidado de un equipo o una máquina que al trabajador es decir al ser humano su recurso “más valioso”.
Hay patronos que al importar los equipos y con la finalidad de que el transporte les salga más económico eliminan las partes protectoras (guardas), siendo esto hasta cierto punto comprensible, pero al instalarlas no han tenido la responsabilidad de diseñar y colocar nuevamente las partes que brindan la adecuada protección a los trabajadores.
También aquellos que al diseñar equipos y máquinas no incorporan los dispositivos de seguridad; así como aquellos que no dotan a los trabajadores de los equipos de protección personal (EPP) adecuados esgrimiendo los altos costos.
Así mismo son pocas las empresas que dan fiel cumplimiento a las regulaciones en cuanto a la protección contra incendio, a pesar que en un alto porcentaje están enfocada en la protección de los activos de la misma empresa
Entonces ¿porqué muchos patronos no dan cumplimiento a las disposiciones legales que reglamentan la materia de Seguridad Industrial? Sencillo porque no hay un estado con la suficiente moral que pueda hacerlas cumplir.
Cumplir con las disposiciones de Seguridad Industrial, protección personal y todas las disposiciones relacionadas, es mucho más económico que indemnizar a los trabajadores y correr el riesgo de que las operaciones estén paradas por un tiempo corriendo el riesgo de perder participación en el mercado y sobre todo la imagen de la empresa ante la sociedad.
Si, hay que hacer una salvedad, y es en el caso de las empresas grandes, las representantes de corporaciones trasnacionales que por el cumplimiento de las normas de sus casas matrices y disposiciones globales tienen que proteger a los trabajadores en todo el sentido de la palabra. Incluyendo dentro de este grupo la a Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y sus Filiales.
LOS SINDICATOS
El Sindicato el último de la trilogía, responsable de la protección de los trabajadores en su área de trabajo, efectivamente como representación de los trabajadores tiene una inmensa responsabilidad por la protección de ellos, sin embargo de alguna manera es cómplice de los resultados actuales.
Muchos de ellos (El Sindicato) por preservar su posición se convierten en escuchas de las negativas de los trabajadores al no querer utilizar los equipos de protección personal, lo hacen con la finalidad de no caer antipáticos ante sus agremiados y preservar su posición dentro de la institución.
Basta tan solo traer a colación el clásico ejemplo de las Botas de Seguridad y los Uniformes que por mucho tiempo fueron concebidos para la protección sino parte de un beneficio económico, siendo esta condición sabida por los representante d e los trabajadores, de hecho vale preguntarse el porque a los pantalones y algunos zapatos se les coloca la identificación de la empresa.
Cuando un trabajador no quiere utilizar un equipo de protección personal alegando cualquier razón trivial, El Sindicato lo justifica, y no procura orientarlo haciéndole ver la conveniencia de utilizar el equipo de protección personal en bienestar de él y de su familia.
De igual manera cuando el trabajador está operando un equipo de una manera inadecuada los representantes del Sindicato no lo orienta por miedo a que sea visto como un aliado del patrono.
El Sindicato está al tanto de las condiciones y los actos inseguros existentes en la empresa, y debe convertirse en promotor de la Seguridad tomando de la mano al Patrono y los Trabajadores con la finalidad de que las condiciones generadoras de accidentes desaparezcan en bienestar de ambos.
Es lamentable señalarlo pero en muchas ocasiones El Sindicato ha utilizado las normas de seguridad como un arma en la creación de conflictos laborales y no para hacer que las apliquen en bienestar de los trabajadores.
La actuación de del Estado, El Patrono y El Sindicato de alguna manera han contribuido a crear una actitud en los trabajadores poco favorable hacia la Seguridad Industrial, traduciéndose esto en los miles de accidentes de trabajos y enfermedades profesionales que ocurren anual mente en nuestro país.
Jesús Agüero Sosa
Maracay, 06/07/2003
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