La Prevención de Accidentes hoy en día
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
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Además, importantes estudios han demostrado que las personas experimentan más problemas físicos en el trabajo que antes, disipando así la creencia tan frecuente de que las nuevas tecnologías han erradicado dificultades como el levantamiento manual de objetos pesados.
Volver a casa sano y salvo del trabajo es un derecho humano básico |
Esta evidencia, junto con los resultados de otras estadísticas y estudios, subrayan firmemente la necesidad de implantar programas más rigurosos de prevención de accidentes. Volver a casa sano y salvo del trabajo es un derecho humano básico; nadie debería morir o lesionarse en accidentes laborales. No obstante, queda mucho trabajo por hacer en el campo de la prevención de accidentes para llegar a esa situación.
Parte del problema radica en que la gente tiende a subestimar los riesgos establecidos desde hace tiempo, como las caídas, mientras sobrestiman los nuevos como, por ejemplo, la violencia en el lugar de trabajo. Anbos necesitan ser reconocidos y controlados.
Los principales avances socioeconómicos también están cambiando la escala y la pauta de los accidentes y riesgos. Por ejemplo, el transporte crece enormemente, trasladando un volumen cada vez mayor de personas y mercancías. Por otra parte, todos los sistemas se hacen más grandes y complicados. Los avances tecnológicos pueden haber reducido la probabilidad de accidentes en esos entornos, pero si se produce uno, la escala potencial de una catástrofe es mucho mayor.
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Andamios en zona de construcción en el Parlamento Europeo en Estrasburgo |
En el ámbito individual, los costes personales de un accidente tanto emocionales como económicos, pueden ser elevados. Además del dolor y daño psicológico, pueden ocasionar un cambio de vida importante. Los sistemas de seguros por lesiones intentan proteger a los lesionados y a quienes dependen de ellos, pero las compensaciones varían ampliamente de un país a otro. Desde una perspectiva empresarial, los accidentes alteran la producción, incrementando así los costes, y en ocasiones, poniendo en entredicho la reputación de la organización. Por otra parte, también aumentan las exigencias de servicios públicos como la atención sanitaria. El efecto neto de los accidentes laborales es una importante pérdida económica de ámbito nacional. Dependiendo del país, los costes pueden variar entre el 1% y el 3% del producto nacional bruto. En última instancia, estos costes recaen en todos los ciudadanos, tanto contribuyentes como consumidores. La cuestión es: ¿estamos realmente dispuestos a seguir pagando este precio tan alto? Se trata, fundamentalmente, de una cuestión de voluntad política, ya que los datos económicos hablan por sí mismos: una prevención de accidentes más eficaz no sólo reduciría los costes, sino que relanzaría la productividad. |
Prevención de accidentes e investigación científica
La ciencia de la prevención de accidentes surgió durante la Primera Guerra Mundial, centrándose en la seguridad humana y en el control de diversas “energías” dañinas en el lugar de trabajo. A finales de los sesenta la atención se centró en la interacción sistemática de las personas, las máquinas y el entorno de trabajo. Este llamado “enfoque de sistemas” adelantó en gran medida la comprensión de una prevención eficaz. Algunos accidentes importantes han demostrado que no basta con analizar una sola persona o máquina aislada del resto de la comunidad laboral y de otros elementos del lugar de trabajo. Más recientemente, los investigadores centraron su atención en los factores organizativos y culturales.
Los accidentes no ocurren necesariamente cuando se esperan |
Incluso si una persona o una máquina tienen características que las hacen más vulnerables a los accidentes, existe una variedad de factores que determinan la probabilidad de un accidente. Los accidente no ocurren necesariamente cuando se esperan. Por ejemplo, la gente puede caminar con seguridad sobre superficies resbaladizas, pero resbalar sobre una pequeña mancha de aceite en el suelo.
Una falsa sensación de seguridad puede hacer que la gente ignore los riesgos. Por ejemplo, un estudio reciente demuestra que los camiones vuelcan con frecuencia en carreteras rectas, con buenas condiciones climáticas y a plena luz del día. Las condiciones climáticas adversas exigen mayor concentración y, en consecuencia, no se producen tantos accidentes como se podría prever.
El factor humano es importante, ya que las personas no pueden hacer frente a determinadas condiciones, especialmente las imprevistas. Por definición, los accidentes son imprevistos y la mayoría de las personas tienen dificultad para manejar situaciones imprevistas (véase el ejemplo en el recuadro).
En un reciente accidente de tren, el conductor no redujo a tiempo la velocidad mientras se aproximaba a la estación. Se trataba de un conductor experto que había llevado trenes de pasajeros a esa estación en innumerables ocasiones. Los trenes de pasajeros solían entrar por la vía número uno, pero en esta ocasión fue desviado a la vía número tres. Desgraciadamente, en este lugar imprevisto y con el que estaba relativamente poco familiarizado, no vio las señales y no redujo a tiempo la velocidad, matando así a diez personas, incluido él mismo. |
El caso del conductor de tren pone de manifiesto cómo las rutinas influyen enormemente sobre el modo en que las personas adquieren información. Normalmente, tenemos demasiada información sobre una situación dada y desconocemos otros elementos que habitualmente no afectan a esa situación, y que se basan en la experiencia previa. Para evitar los riesgos de estas presunciones, tan claramente ilustradas por el ejemplo del accidente de tren, tenemos que darnos más tiempo para tomar decisiones en situaciones que van contra nuestra experiencia.
Una buena cultura de seguridad es un entorno de trabajo donde todos los miembros de la organización comparten una elevada ética en materia de seguridad |
Otro factor importante es que las personas se comportan de forma diferente en distintos escenarios. Uno de los factores que contribuye a ello es la cultura de una organización, más concretamente su cultura en materia de seguridad. Los miembros de una organización se rigen por un conjunto relativamente similar de valores. Esto puede deberse a que las organizaciones tienden a seleccionar personal que piensa de manera parecida. También puede deberse a un desarrollo relativamente consciente. Una buena cultura de seguridad es un entorno de trabajo donde todos los miembros de la organización comparten una elevada ética en materia de seguridad. Una mala cultura de seguridad es aquella en la que un pensamiento fatalista o de “la producción es lo primero” llevan a una actitud negligente frente a los riesgos. El compromiso de la dirección es esencial para fomentar una cultura de seguridad.
Nuevos enfoques en materia de prevención de accidentes
Si bien se han realizado importantes progresos en la prevención de accidentes, nuestro pensamiento debe evolucionar para cumpliar las exigencias de las nuevas prácticas laborales y los nuevos escenarios. Están surgiendo tres nuevas e interesantes ideas que los facultativos podrían utilizar:
Visión para reducir los accidentes a cero. El objetivo directo no consiste en eliminar todos los accidentes, sino en hacer que las personas piensen que todos los accidentes son evitables. Las personas toleran riesgos y accidentes con demasiada frecuencia, puesto que creen que no puede evitarse obien que un número determinado es inevitable. Unos objetivos de seguridad más elevados en las organizaciones sería un paso adelante hacia la adopción de una visión para reducir los accidentes a cero. Fomentar esta visión constituye un arma importante en la batalla contra los fatalismos demasiado comunes.
Integración de las medidas de seguridad en segmentos de tiempo y en comunidades. Normalmente, los esfuerzos en materia de seguridad por parte de la sociedad se organizan por separado, dependiendo del momento de la vida de que se trate: trabajo, ocio, hogar y viaje; y las oficinas gubernamentales encargadas de los distintos elementos con frecuencia son diferentes. No obstante, una persona segura en el trabajo no suele ser insegura en el tráfico.
Resultaría más eficaz adoptar un enfoque más integrado de la gestión de la seguridad, además se haría mejor uso de la información compartida. La necesidad de integración se ve reforzada por el hecho de que los límites tradicionales del lugar de trabajo ya no están claros, puesto que son muchas las personas que se “telecomunican” y trabajan desde casa. El programa para una comunidad segura, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud, constituye un nuevo e interesante enfoque de esta cuestión. El programa, que ha dado resultados positivos, se ha diseñado para mejorar la seguridad en todas las actividades de una comunidad, desde los viajes y el ocio al trabajo.
La globalización como plataforma para la prevención de accidentes. Generalmente, las personas tienden a esperar de las corporaciones globales unas normas en materia de seguridad y medio ambiente más elevadas que las de las empresas locales. De hecho, muchas de ellas ya han logrado reducir el número de accidentes, conscientes de la necesidad de preservar la reputación de sus marcas en el ámbito global. En este contexto, las multinacionales podrían ser un valioso vehículo para exportar las buenas prácticas a las operaciones de otros países, o para establecer unas normas de seguridad comunes. Asimismo, podrían exigir a sus proveedores que se ajusten a unas normas igualmente rigurosas. Las prestaciones de Internet y Extranet facilitan ahora más que nunca la posibilidad de difundir y actualizar rápidamente estas normas en el ámbito global.
El valor de unos registros de accidentes más sistemáticos
Los sistemas de gestión de la seguridad establecidos abarcan la identificación del riesgo, su evaluación, la puesta en práctica de medidas de prevención, así como su seguimiento y revisión. Esta visión holística de la prevención de accidentes ha generado una amplia reserva de conocimientos e información que, con frecuencia, no se registra ni coteja, subestimando nuestra capacidad para aprender de la experiencia.
En el futuro, es necesario conservar más registros orientados a la prevención. Recientemente, un sindicato americano de trabajadores del papel propuso una solución interesante, a saber, un índice de rendimiento. El sistema registra todos los incidentes, conatos de accidente, accidentes, así como cualquier accidente potencialmente grave. Si las recomendaciones efectuadas sobre la base de los incidentes registrados se presentan en un plazo de 90 días, los conatos de accidente y los incidentes de menor gravedad no se incluyen en el índice. Se aplica un enfoque similar a los accidentes potencialmente graves. En principio, se señalan en el índice como dos incidentes. Si en el plazo de 90 días se pone en práctica una acción correctiva, quedarán registrados como un solo incidente.
Iniciativas de seguridad como ésta pueden desempeñar una papel importante haciendo que la prevención de accidentes figure entre las prioridades corporativas, puesto que toca una fibra sensible de las empresas: mayor énfasis en los incentivos relacionados con el rendimiento para mejorar su competitividad.
Magazine (Revista de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo)
Jorma Saari
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