La necesaria preservación de los humedales altoandinos en el marco de la crisis climática
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- El 22 marzo, 2024
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La integridad y las contribuciones de los humedales altoandinos y puneños sufren los impactos del cambio climático, y el avance de la minería de litio agrega más presiones sobre estos ecosistemas. Para evitar que se consoliden como “nuevas zonas de sacrificio” para la transición energética del Norte Global es necesario pensar en políticas públicas nacionales y provinciales que integren la dimensión socioambiental y que reconozcan la importancia de
preservarlos y prevenir su degradación.
Las crisis climática y ecológica implican pensar en soluciones verdaderas y largoplacistas que no deben hacerse esperar. Los compromisos climáticos internacionales son insuficientes para cumplir con los objetivos previstos en el Acuerdo de París y el daño a los ecosistemas avanza a ritmos récord.
El discurso de transición energética predominante apunta a sustituir, en tiempos acelerados, las fuentes
de energía y transporte basadas en fósiles por tecnologías “limpias”, intensivas en materias primas como el litio. Este modelo de transición incrementa la presión extractiva del Norte sobre los territorios del Sur Global, sin contemplar la demanda de bienes ambientales. Es urgente y necesario reflexionar sobre las implicaciones de estos discursos.
En Argentina el litio está presente, disuelto en la salmuera de los humedales altoandinos y puneños, cuencas endorreicas a más de 3000 msnm, distribuidas entre las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. El agua es la clave para la supervivencia y el funcionamiento de estos ecosistemas, su flora y fauna, y el sostenimiento de las comunidades que allí habitan. Se trata de regiones de extrema aridez, con déficit hídrico natural y altas tasas de evaporación.
Allí habitan, desde tiempos inmemoriales, comunidades indígenas cuyo vínculo con los salares responde las cosmologías andinas del Buen Vivir, para las cuales la sal es vida. Por si ello fuera poco, los humedales altoandinos son sumideros de dióxido de carbono y, por lo tanto, esenciales para contribuir a mitigar y generar condiciones de adaptación a los impactos del cambio climático.
En la actualidad, sus contribuciones se encuentran amenazadas por los impactos del cambio climático,
frente a lo cual la minería de litio agrega más presiones sobre estas zonas vitales, principalmente debido a los grandes volúmenes de agua que insume y sus potenciales impactos negativos en una región árida.
A la fecha no existen estudios hidrográficos que sirvan como línea de base bajo la perspectiva de cuenca como unidad indivisible, lo que dificulta identificar los verdaderos riesgos de lasactividades extractivas.
A la fecha no existen estudios hidrogeológicos que sir-van como línea de base bajo la perspectiva de cuenca como unidad indivisible, lo que dificulta identificar los verdaderos riesgos de las actividades extractivas. Es necesario, entonces, pensar cómo podrían protegerse los humedales altoandinos y evitar que se consoliden como “nuevas zonas de sacrificio” para la transición energética del Norte Global.
¿Cómo incorporar la dimensión socioambiental?
Retomando el documento “Recomendaciones para la valoración y protección de los humedales altoandinos desde las políticas públicas ambientales” (FARN), sin-tetizamos algunas de las propuestas allí volcadas a fin de incorporar la dimensión socioambiental en la preser-vación de estos ecosistemas, y salir de la lógica sectorial y limitada de la descarbonización acelerada.
Realizar estudios de línea de base que permitan conocer en profundidad los ciclos hidrológicos y las caracterís-ticas que sostienen el equilibrio de estos ecosistemas, impulsados por las autoridades estatales, con una perspectiva de cuenca como unidad indivisible.
Sancionar leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental que garanticen la conservación de humedales y la realización de evaluaciones de impacto ambiental (EIA) y, a su vez, que incorporen la obligatoriedad de contemplar los impactos acumulativos y sinérgicos.
Llevar a cabo evaluaciones ambientales estratégicas (EAE) en planes, programas y políticas que promuevan la participación ciudadana temprana e interrelacionen el ordenamiento ambiental del territorio, la crisis climática y la biodiversidad.
Es necesario realizar estudios de línea de base sobre los ciclos hidrológicos y el equilibrio de los humedales, evaluaciones ambientales estratégicas y sancionar leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental.
A modo de cierre
Es necesario y urgente generar información que dé cuenta de la complejidad e importancia de los humedales altoandinos, desde una perspectiva multidimensional y de cuenca, garantizando el acceso a la información, la participación ciudadana y el involucramiento ineludi-ble del Estado.
La transición que debemos hacer para superar las crisis debe jerarquizar la cuestión socioambiental, repensar los patrones de consumo y frenar las presiones extractivas.
Fuente: Pulso Ambiental 21 – www.farn.org.ar |
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