La minimización de residuos y emisiones industriales como objetivo ……..
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- El 1 enero, 2000
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Los productos residuales pueden clasificarse en las siguientes categorías:
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– Aguas residuales urbanas o asimilables.
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– Aguas residuales agrícolas y ganaderas.
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– Aguas residuales industriales, sanitarias, pluviales y de refrigeración.
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– Emisiones gaseosas, sonoras (ruidos y vibraciones) y de partículas.
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– Residuos sólidos urbanos (RSUs), sólidos inertes, tóxicos y peligrosos (RTPs) y radioactivos.
Los distintos productos residuales tienen efectos sobre los distintos medios receptores o compartimentos ambientales.
Las emisiones gaseosas emitidas a la atmósfera (emisiones de partículas y formas de energía) producen una disminución de la calidad del aire, en algunos casos las sustancias pueden tener efectos tóxicos muy perjudiciales.
El vertido de aguas destruye los ecosistemas, pueden producir enfermedades en hombres y animales, etc.
Los residuos tóxicos y peligrosos alteran las condiciones de los recursos naturales. Pueden no ser biodegradables y bioacumulativos. Son causas de patologías humanas, de plantas y animales. Pueden provocar accidentes incontrolados, etc.
Los residuos sólidos urbanos generan contaminación de suelos, de las aguas, etc. Transmiten olores, degradan el paisaje, etc.
Los residuos radioactivos disminuyen la calidad del aire y las emisiones contienen sustancias cuyos efectos tóxicos resultan perjudiciales.
Los ruidos producen molestias psicológicas y fisiológicas.
La contaminación de suelos (por residuos y aguas residuales) disminuye la calidad del suelo y también las emisiones contienen sustancias cuyos efectos tóxicos resultan perjudiciales.
La minimización de residuos, emisiones y vertidos es la adopción de medidas organizativas y operativas que permitan disminuir (hasta niveles económica y técnicamente factibles) la cantidad y peligrosidad de los subproductos y contaminantes generados que precisan un tratamiento o eliminación final.
La minimización se consigue por medio de la reducción de residuos, emisiones y vertidos en origen, y en caso de no ser posible, mediante el reciclaje de los subproductos en el mismo proceso o en otros, o bien mediante la recuperación de determinados componentes o recursos de los que contienen.
Implementar un Plan de Minimización en la empresa otorga a esta grandes ventajas por ejemplo:
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– Las medidas de minimización suponen el ahorro de gastos de eliminación, disminuyen el consumo de materiales y son, generalmente, inversiones rentables.
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– Constituyen también una herramienta imprescindible para mejorar la imagen de la empresa, dirigida hacia los consumidores verdes, los grupos ecologistas y a la sociedad en general.
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– También se debe tener en cuenta que se integran en un modelo de estrategia empresarial que pretende aunar conceptos de seguridad industrial, calidad y medio ambiente, constituyendo un elemento importante para alcanzar la Calidad Total, mejorando la competitividad.
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– Conveniencia: eliminar los residuos al final del proceso productivo es una actividad extraña para la empresa, a la que compensa solucionar sus problemas mediante la optimización de sus procesos de fabricación.
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– Obtener con más facilidad subvenciones dentro del marco de los programas de financiación establecidos al respecto.
En definitiva, al minimizar, hay que tener cuenta los siguientes aspectos:
a) Cuantitativo: producir menos efluentes (entradas y salidas del proceso productivo).
b) Cualitativo: producir efluentes menos dañinos.
c) Objetivo final: reducir impactos o efectos negativos medioambientales.
Dentro de las técnicas de prevención tenemos:
a) Reducción en origen: se pretende minimizar la cantidad y/o peligrosidad de las emisiones, vertidos y residuos. Para esto se dispone de las siguientes técnicas:
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– Utilización de materias primas sin compuestos contaminantes.
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– Modificaciones en el proceso productivo.
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– Alteraciones en equipos auxiliares.
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– Modificación del producto por otro alternativo compatible por el actual.
b) Reciclaje en el emplazamiento: se basa en el reciclaje del residuo, emisión o vertido dentro de la propia instalación. La recuperación del producto residual, incluye técnicas que permiten separar unos residuos de otros ya que, una vez que el residuo ha sido individualizado, es más fácil recuperar los materiales que puedan tener un valor económico.
Esta técnica puede eliminar los costes de disposición, reducir los costes de materias primas y proporcionar ingresos por la venta de tales materias primas. Su eficacia dependerá de la capacidad de segregación de los residuos recuperables.
La recuperación o el reciclaje fuera de la planta ha de utilizarse únicamente cuando no sean factibles ninguna de las técnicas anteriores. Se recurre a ellas cuando:
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– La planta no tiene equipo disponible.
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– No se producen suficientes residuos en la planta que hagan rentable la instalación de un sistema de tratamiento.
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– El material recuperado no pueda ser reutilizando en el proceso.
Pese a la rentabilidad de establecer un plan de minimización, existen ciertos obstáculos:
1) Dentro del ámbito de la gestión:
a) No incluir la minimización en la cultura de la organización
b) La inercia del cambio
c) La necesidad de justificar inversiones anteriores no amortizadas en instalaciones medioambientales.
d) La escasa concienciación de las responsabilidades ambientales.
2) Barreras de tipo económico:
a) El bajo costo de la gestión clásica.
b) La percepción exagerada de que algunas medidas de minimización son caras.
3) Obstáculos tecnológicos:
a) La escasez de programas de investigación.
b) Dificultad para algunas PyMEs de acceder a ciertas técnicas
c) Desconocimiento de los residuos, emisiones y vertidos generados.
4) Trabas de tipo administrativo:
a) La vigilancia insuficiente sobre el vertido incontrolado.
b) La legislación y actuaciones administrativas ambientales en torno al agua, al aire o a los residuos, emisiones y vertidos, centras en las opciones clásicas de eliminación.
c) Las posibles subvenciones a las instalaciones de eliminación, pese a su loable intención de implantar una gestión controlada, afectan negativamente al atractivo económico de la minimización.
La secuencia lógica de las fases de desarrollo de un plan de minimización es la siguiente:
I) Planificación y organización: dentro de esta etapa deben considerarse los siguientes aspectos.
A) organización del equipo de trabajo: es fundamental la participación de todos en la empresa, desde la dirección hasta los departamentos involucrados. Es posible nombrar a un responsable. Luego se formara el equipo con personal de la administración y de la planta.
B) beneficios y costes del plan que incluyen: los costes directos, los costes ocultos de gestión, los costes intangibles y los costes de las responsabilidades futuras.
II) Elaboración e implantación del plan: consta de las siguientes etapas.
A) clasificación y selección de los flujos: una vez establecida la caracterización y la clasificación de los residuos, de sus flujos y de las causas y coste de los mismos; se pueden clasificar los flujos de acuerdo con la importancia que cada uno tiene para la empresa.
B) identificación de las opciones existentes para la minimización de los flujos seleccionados: se establece una jerarquía de alternativas de minimización, siguiendo ciertas pautas: 1) reducción en origen, 2) reciclaje en el mismo proceso, 3) reciclaje en otros procesos de la empresa o de otras empresas, 4) recuperación de las materias valiosas que contienen los residuos y emisiones o aprovechar su energía.
C) evaluar la viabilidad de las opciones identificadas: se debe comprobar la factibilidad técnica de la alternativa, la viabilidad económica (rentabilidad de la medida)
D) seleccionar la mejor alternativa para cada flujo: en esta penúltima fase, conviene redactar un resumen que incluya los resultados y recomendaciones relativos a cada uno de los flujos estudiados y las alternativas, incluyendo ventajas e inconvenientes.
E) implantar las alternativas seleccionadas: es recomendable establecer un calendario que permita organizar la implantación y verificación de las medidas.
III) Seguimiento de las medidas implantadas: el objetivo es detectar las desviaciones con respecto al proyecto original y tratar de corregirlas. Mediante el seguimiento es posible controlar los posibles impactos negativos que las medidas de minimización pudieran conllevar, como son la aparición de nuevos productos residuales y las posibles dificultades de operatividad.
Lic. Aldo G. Ramos
Master en Ecoauditorías y Planificación Empresarial del Medio Ambiente
Consultor Independiente en Gestión Ambiental
E-mail para consultas: [email protected]
Tandil. Argentina. Octubre de 2002.
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