La importancia de la aptitud para conducir

Siendo un tema importantísimo y esencial, para tratar y reducir los altos índices de Accidentabilidad (léase: sufrimiento y muerte) en las vías, permítanme expresar mi opinión respecto a la importancia de aplicarlo a los conductores y a la Aptitud para Conducir:

Muchos son los factores por los cuales un conductor puede no estar apto para conducir. Las condiciones de aptitud de cualquiera de los conductores (así como de cualquier persona) pueden variar de la noche a la mañana. Entre dichos factores están incluidos los psicosociales.

Para determinar la Aptitud para conducir, en muchos países ya esta instituida la evaluación de las funciones psicosensométricos, aun cuando esta se realiza en periodos e intervalos inadecuados, en algunos países se cumple anualmente, en otros luego de varios años,  Periodos con los cuales no estoy de acuerdo, porque no trabajo en función del mínimo legal sino en función de estándares.

Para prevenir y reducir la accidentalidad en el transporte una de las líneas de actuación debe girar en torno a la evaluación psicofísica de los conductores y su aptitud para conducir. Esta evaluación, debe tener como objetivo determinar la capacidad de un sujeto para conducir un vehículo y la no existencia de enfermedad o deficiencia que pueda suponer incapacidad (No competencia) para conducir.

Toda evaluación de conductores debe incluir evaluaciones de las siguientes facultades:

1. La capacidad visual.
2. La capacidad auditiva.
3. El perfecto estado del sistema locomotor.
4. El perfecto funcionamiento del sistema cardiovascular.
5. Estar libre de trastornos hematológicos (Hiperlipidemía, Colesterolemia, por ejemplo)
6. El perfecto estado del sistema renal.
7. El perfecto estado del sistema respiratorio.
8. Estar libre de Enfermedades metabólicas y endocrinas (Diabetes, HTA, por ejemplo)
9. El perfecto estado del sistema nervioso y muscular.
10. No tener Trastornos mentales y de conducta.
11. No tener Trastornos relacionados con ingestión de sustancias.
12. Buena Aptitud perceptivo-motora.
13. Buena capacidad para estimar el movimiento.
14. Buena capacidad de Coordinación visomotora (ojo-mano, ojo-pie).
15. Buen Tiempo de reacciones múltiples.
16. Buena Inteligencia práctica / Emocional,….
17. No tener cualquier otra afección que limite la identificación de peligros y la evaluación de los riesgos del entorno.

Esta valoración se realiza de forma individual en base a unos parámetros de normalidad, tanto física como psicológica. Centrándonos en la exploración psicológica, cabe decir que, concretamente en la valoración de la aptitud perceptivo-motora, dichos parámetros de normalidad se obtienen mediante la utilización de instrumentos y pruebas homologadas. Se pretende establecer el nivel de deterioro o la incapacidad de un sujeto para hacer una conducción bien hecha.

La Evaluación Psicométrica incluye pruebas de coordinación, reflejos y percepción de objetos en movimiento (Test de Reactímetro, Test de Palanca de Lahy, Test de Punteado de Lahy):

Es importante reasaltar este punto: El trabajo del conductor se ejecuta en movimiento, por ello la evaluación debe simular movimiento. No como se realiza a las personas en general: Leyendo una cartilla o imagen fija en la pared.

• Test de Reactímetro: Mide automáticamente el tiempo transcurrido entre un impulso visual y la reacción con el pie al frenar, expresándolo en centésimas de segundo (Coordinación Visomotora Ojo-Pie).El estandar de reacción al estimulo es 3/4 de segundo, luego del estimulo percibido. En este caso el tiempo en que el conductor percibe un peligro y luego de procesar la información ejecuta un movimiento.
• Test de Punteado: Mide reflejos de Coordinación Visomotora (Ojo-Mano) ante distintos estímulos visuales. Determina la correcta percepción que tiene el conductor acerca de la velocidad y objetos en movimiento.
• Test de Palanca: Mide la capacidad de percepción y coordinación visomotora bimanual, importante para determinar el grado de maniobrabilidad de un vehículo.

La Evaluación Sensométrica Consiste en un examen visual empleando un instrumento electrónico-óptico denominado Visión Tester, el cual evalúa los siguientes campos:

1. Agudeza Visual: mide la capacidad para visualizar con nitidez objetos lejanos y cercanos.
2. Campimetría: Mide la amplitud del campo visual.
3. Discriminación de Colores: Percepción correcta de los colores (descarte de discromatopsia).
4. Visión de Profundidad: capacidad de cálculo de la distancia entre vehículo y vehículo (adelanto, espacio y volumen).
5. Phoria (ejes visuales): Valoración de desviación de ejes visuales.
6. Visión Nocturna: Capacidad para identificar objetos en condiciones de poca luminosidad.
7. Visión Encandilada: Capacidad para identificar objetos en condiciones de alta luminosidad (vehículos con faros de alta intensidad).
8. Reacción al Encandilamiento: Tiempo de recuperación visual después de haber sido encandilado o empañado.
9. Además, la evaluación sensométrica incluye un examen audiológico mediante audiometría digital.

En cuanto a lo aplicado y a la experiencia de gestión, tal vez sirva señalar que he trabajado del siguiente modo y con los siguientes parámetros:

Cuando selecciono conductores solo admito aquellos con un rango de edad entre 35 a 50 años. Una evaluación anual para los conductores de menos de 55 años. Dos evaluaciones anuales para aquellos que han superado los 55 años.
Además se debe considerar la implementación de:

1. Programas sostenidos muy frecuentes de control de Hiperglucemia, Hipercolesterolemia, Hiperlipidemía, HTA y otros de seguimiento, para aquellos conductores identificados, como "casos problema",
2. Programa de Sensibilización en la temática referida.
3. Programas de Motivación y Cambio Actitudinal A TODO NIVEL.
4. Programas de Integración Familiar a las Estrategias de la Empresa, etc, etc, etc.

Estos son solo algunos de las actividades preventivas básicas sugeridas y por implementar.
Pero todo enmarcado dentro de un sistema de gestión propio para el transporte y los transportistas, cuyo enfoque difiere grandemente del enfoque de la seguridad industrial. La cual no es del todo aplicable al rubro transporte.
Pensarlo así, nos conduce a una filosofía gerencial y en una cultura que impregna toda la organización, con el propósito de lograr que la empresa se concentre en: "hacer bien lo que es necesario hacer, para lograr lo que se quiere lograr". Esto es, hacer lo que hay que hacer sin Derroches, sin pérdidas.

A manera de conclusión podemos entonces definir que para ser competente y APTO PARA CONDUCIR, todo conductor debe poseer:

A) Una correcta capacidad perceptiva y atencional que le permita captar lo que ocurre en su entorno, así como identificar y discriminar los estímulos relevantes definitorios de la situación – problema que debe de resolver.
B) Un buen nivel de Percepción del Riesgos, lo que implica identificar los peligros y los riesgos a los que se expone. Es decir, una vez percibida la situación, debe hacerse una correcta evaluación de la misma. Para ello se requiere una capacidad intelectual y emocional al menos “normal”. Ello debe determinarse con la evaluación Psicológica específica.
3) Un buen proceso de toma de decisiones. Es decir, cuando ya la situación ha sido percibida y evaluada, llega el momento de tomar una decisión y elegir la maniobra más adecuada de entre todas las posibles.
4) Buena capacidad de ejecutar acciones y respuestas. Es decir, una vez elegida la maniobra más adecuada, es necesario ejecutarla con la mayor rapidez y precisión posible. A esto se le denomina capacidad de respuesta del conductor y hace referencia a todo el conjunto de actividades sensoriomotrices y psicomotoras puestas en juego, para mantener el control sobre el vehículo y sobre la trayectoria del mismo.
5) En último lugar, deben tenerse en cuenta aquellas características personales de cada conductor que pueden influir sobre todos los procesos antes mencionados y a las que se suele denominar en términos muy generales como: Personalidad adecuada para conducir.

Cada uno de estos procesos psicológicos básicos implicados en la conducción debe ser progresivamente contemplado en la valoración de la aptitud psicofísica en general, y en la aptitud perceptivo-motora en particular, sin embargo, el proceso de toma de decisiones no se incluye en dicha valoración. Con ello, se abre un importante horizonte de investigación y desarrollo. Lo dicho es al menos un avance con respecto al enfoque clásico. En realidad por experiencia les digo: SI FUNCIONA.

Por: Lic. Luis ASUNCION Valverde
Psicólogo-Prevencionista
PERU

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