“La Educación Vial no existe”
- Creado por admin
- El 21 mayo, 2004
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En el enorme “catálogo de tonterías” que frecuentemente se escuchan en materia de Seguridad Vial, la frase que titula la presente reflexión, ha tomado en los últimos años una entidad preocupante.
Si bien muchas veces y desde hace tiempo la he escuchado de “bocas” comedidas e ignorantes en el tema, en “charlas de café” (como decimos los argentinos), lo que me preocupa, y mucho, es que ahora la escucho de “bocas” de supuestos expertos en la materia y en ámbitos que se suponen profesionales.
Sin embargo resulta aún más preocupante el “no escuchar” la consideración de la Educación Vial a la hora de enumerar y evaluar las “herramientas” a utilizar para paliar los efectos nefastos de los accidentes del tránsito. Simplemente se la ignora, no existe…
Negar la validez de la Educación Vial no sólo como herramienta, sino como la más eficiente entre ellas para alcanzar soluciones de fondo, es negar la experiencia de naciones que hoy son “líderes” en materia de Seguridad Vial, y lo que es peor aún, negar la capacidad del ser humano para crecer en valores armónicamente en una sociedad. El “problema” se “solucionaría” simplemente con la utopía de construir autos y caminos para “bobos”. Y creo que todos conocemos la increíble capacidad del ser humano para superarse y poder ser “más bobo” que el diseño de esos autos y caminos hayan considerado. Como “para muestra basta un botón”, consideremos nada más el ejemplo del cinturón de seguridad: nuestras sociedades latinoamericanas “compiten” por ver quien tiene el mayor parque automotor de vehículos usados “con cinturones de seguridad 0KM”. Es que nadie nos educa para usarlos. Es como colocar una ampolleta de insulina frente al diabético y decirle simplemente “esto salva tu vida”…
Vale destacar, a esta altura de la reflexión, que no escribo la misma para la lectura del común de la sociedad que considera a la Educación Vial como el mero conocimiento de las señales del tránsito. Ello me releva de extenderme en la conceptualización de la materia.
Baste expresar que el tránsito, la circulación, la movilidad no son otra cosa que comportamientos sociales (como comer, vestir, etc.) determinados por necesidades. Requieren de reglas mayoritariamente aceptadas como adecuadas. Esas reglas forman parte de lo que denominamos “cultura” y la misma se transmite en el “tejido social” mediante la Educación.
Sin embargo, no es éste el motivo de la reflexión sino el porque negar la Educación Vial.
No creo ser ingenuo y siempre presupongo detrás de una acción una voluntad y un interés (concientes o no).
¿Cuáles pueden ser estos..?
Luego de leer numerosos documentos, mantener conversaciones y correo con profesionales que respeto mucho se me ocurren un par de hipótesis que tienen en común un mismo vicio: COMODIDAD:
1. De orden político: esto es ya tradicional y largamente comentado. La Educación Vial es al “polítiquero” lo que el “arsénico” es al ser humano: FATAL. La Educación en nuestra materia presupone un cambio de “cultura”, lo que evidentemente lleva años y no le permitiría disfrutar del “rédito” en actividad. Alguna vez dije y sostengo que en este tema necesitamos Próceres, líderes sociales, Políticos con mayúsculas. Para el “politiquero” resulta más cómodo hacer campañas inmediatas, “cirqueras” y de escaso contenido; o ampulosos operativos de control en la vía pública con multas onerosas que luego, en un “acto del príncipe”, reducirá substancialmente el valor o aún lo dispensará (aunque la infracción haya sido conducir con una alcoholemia cercana al coma alcohólico).
2. De orden técnico: y esto me resulta difícil escribirlo, pero creo que la “comodidad” también ha contaminado este ambiente. Previamente aclaro que no me refiero a los “oportunistas” de siempre o a los pseudo – profesionales. Siempre los hubo y los habrá. Estoy mencionando algunos técnicos y profesionales que cumplieron tareas en la materia en el mundo “desarrollado” y ahora, volcados al “mercado” del mundo “en desarrollo”, se les “queman los papeles”. Lógico, vienen desde hace años acostumbrados a trabajar en sociedades con un alto grado de desarrollo en la formación en valores, y se encuentran con sociedades que, en el mejor de los casos recién estan intentando salir de esquemas de formación enciclopédica.
Es más “cómodo” negar la necesidad de generar cambios profundos y “vender” los “paquetes” exitosos en el mundo desarrollado. Y nosotros “compramos”…
Pruebas a la vista: tenemos automóviles con “airbag” cuando renegamos del uso del cinturón de seguridad porque “arruga la ropa”; cartelería “inteligente” en las autopistas para un uso “estúpido” (mientras en EEUU cuando el cartel se enciende todos los usuarios “tiemblan” porque seguro avisa sobre una circunstancia anormal – accidente, etc.-, aquí ya ni los miramos porque permanece encendido “comentándonos” que debemos usar el cinturón o “deseándonos” feliz viaje o felices fiestas); puentes peatonales que nadie usa, sistemas semafóricos inteligentes de acción requerida para onda verde cuando nos “cansamos” de violar la luz roja…Y la lista es enorme…
3. De orden internacional (organismos de asistencia): El 2 de febrero de 1999, se celebró en la sede del Banco Mundial en Washington, EUA, una asamblea que resultó ser la constitutiva del Global Road Safety Partnership, fijó una serie de principios básicos que sucintamente remarcaban los beneficios económicos de revertir la preferencia de los créditos para proyectos asistenciales por sobre los de prevención. En pocas palabras, se obtienen mayores ganancias invirtiendo en proyectos que persigan evitar los accidentes y, como consecuencia, resultan de entidad menor las sumas para aquellos destinados a asistir a las víctimas de los accidentes. Este principio, demostraba en dicha oportunidad el BM, se verificaba en los países en desarrollo. La conclusión fue aplicar la misma política al mundo en vías de desarrollo. En ese enunciado la Educación Vial ocupaba un puesto relevante.
Mi pregunta es: ¿Qué pasó para que en el último Informe Mundial de la Salud, destinado a la Seguridad Vial, entre los “factores y políticas clave para prevenir las lesiones y defunciones” hay que buscar con “lupa” alguna referencia, aunque sea tangencial a la “Educación Vial”?. La respuesta no la tengo, pero sugiero a los responsables vuelvan a repasar los conceptos vertidos en World Bank – Health, Nutrition & Population – Public Health y en particular la Haddon’s Matriz que proponen como requisito previo para encarar una Estrategia Básica para la Seguridad Vial para una nación.
Por último, quiero destacar el acierto de la Organización Mundial de la Salud al calificar al accidente del tránsito como “Epidemia Oculta”. Eso si, tengamos mucho cuidado con la “mala praxis” y los “curanderos”.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV – INSTITUTO DE SEGURIDAD Y EDUCACION VIAL – ISEV
Defensa 1328 – Buenos Aires – Argentina
Tel/Fax: 5411-43614818/4986
www.isev.com.ar
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