La Diversidad BIológica – Parte 04 – Medidas internacionales
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- El 17 agosto, 2004
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El éxito del Convenio depende de las medidas combinadas de las naciones del mundo. La responsabilidad de la aplicación del Convenio incumbe a cada uno de los países y, en gran medida, su cumplimiento dependerá del propio interés fundamentado y de la presión de otros países y de la opinión pública.
El Convenio ha creado un foro mundial, en el que los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, los círculos académicos, el sector privado y otros grupos o individuos interesados intercambian ideas y comparan estrategias.
La autoridad suprema del Convenio es la Conferencia de las Partes (CdP), compuesta de todos los gobiernos (y organizaciones de integración económica regional) que han ratificado el tratado. Este órgano rector examina los adelantos en el marco del Convenio, identifica las nuevas prioridades y establece planes de trabajo para los miembros. La CdP también puede introducir enmiendas en el Convenio, crear órganos de asesoramiento especializado, examinar los informes de adelantos de los países miembros y colaborar con otras organizaciones y acuerdos internacionales.
La Conferencia de las Partes puede basarse en los conocimientos especializados y el apoyo de varios otros órganos establecidos por el Convenio:
- El Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (SBSTTA). El SBSTTA es un comité compuesto de especialistas de los gobiernos miembros, con competencia en los ámbitos pertinentes. Desempeña una función esencial, al formular recomendaciones a la Conferencia de las Partes sobre cuestiones científicas y técnicas.
- El mecanismo de facilitación. Esta red basada en Internet promueve la cooperación técnica y científica y el intercambio de información.
- La Secretaría. Con base en Montreal, la Secretaría mantiene un enlace con el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Sus principales funciones son organizar las reuniones, redactar documentos, asistir a los gobiernos miembros en la aplicación del programa de trabajo, ocuparse de la coordinación con otras organizaciones internacionales y recopilar y difundir información.
Además, la CdP establece comités o mecanismos ad hoc cuando lo considera adecuado. Así, por ejemplo, creó un Grupo de Trabajo sobre seguridad de la biotecnología, que se reunió de 1996 a 1999, y un Grupo de Trabajo sobre conocimientos de las comunidades indígenas y locales.
Programas temáticos y los asuntos transectoriales
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Los miembros del Convenio periódicamente se comunican ideas sobre prácticas y políticas ejemplares para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica, con un enfoque de ecosistemas. Examinan de qué manera abordar las preocupaciones de la diversidad biológica durante la planificación del desarrollo, cómo promover la cooperación transfronteriza y de qué forma hacer participar a las poblaciones indígenas y las comunidades locales en la gestión del ecosistema. La Conferencia de las Partes ha iniciado una serie de programas temáticos que abarcan la diversidad biológica de las aguas continentales, los bosques, las zonas marinas y costeras, las tierras áridas y las tierras agrícolas. También se abordan las cuestiones transectoriales en asuntos tales como el control de las especies exóticas invasoras, el fortalecimiento de la capacidad de los países miembros en taxonomía y la elaboración de indicadores de pérdida de diversidad biológica.
Apoyo financiero y técnico
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Cuando se adoptó el Convenio, los países en desarrollo hicieron hincapié en que su capacidad para adoptar medidas nacionales a fin de lograr los beneficios de la diversidad biológica mundial dependerían de asistencia financiera y técnica. Así pues, es esencial prestar apoyo bilateral y multilateral para el fomento de las capacidades e invertir en proyectos y programas, a fin de que los países en desarrollo puedan cumplir con los objetivos del Convenio.
Las actividades de los países en desarrollo relacionadas con el Convenio pueden recibir apoyo del mecanismo financiero del Convenio, a saber, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). Los proyectos del FMAM, apoyados por el Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial ayudan a forjar la cooperación internacional y a financiar medidas para abordar cuatro amenazas críticas al medio ambiente mundial: la pérdida de la diversidad biológica, el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono y la degradación de las aguas internacionales. Para fines de 1999, el FMAM había contribuido con casi mil millones de dólares para proyectos de diversidad biológica en más de 120 países.
El Protocolo sobre seguridad de la biotecnología
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Desde la domesticación de los primeros cultivos y animales de granja, hemos alterado su composición genética a través de la cría selectiva y la fertilización cruzada. Los resultados han sido una mayor productividad agrícola y una mejor nutrición humana.
En los últimos años, los avances en las técnicas de biotecnología nos han permitido cruzar la barrera de las especies mediante la transferencia de genes de una especie a otra. En la actualidad tenemos plantas transgénicas, por ejemplo tomates y fresas, que se han modificado utilizando un gen procedente de un pescado de agua fría para proteger las plantas de las heladas. Algunas variedades de papas y de maíz han recibido genes de una bacteria que les permite producir su propio insecticida, reduciéndose de esta manera la necesidad de las fumigaciones con insecticidas químicos. Se han modificado otras plantas para que toleren los herbicidas fumigados para combatir la maleza. Los organismos vivos modificados, conocidos con frecuencia como organismos modificados genéticamente, se están incorporando a un número creciente de productos, que incluyen los alimentos y aditivos alimentarios, las bebidas, los medicamentos, las soluciones adhesivas y los combustibles. Los organismos vivos modificados agrícolas y farmacéuticos han generado rápidamente una industria mundial multimillonaria.
Se está promoviendo la biotecnología como la mejor manera de producir cultivos y fabricar medicamentos, pero ello ha suscitado preocupaciones acerca de los posibles efectos secundarios en la salud humana y el medio ambiente, lo que incluye los riesgos para la diversidad biológica. En algunos países, se han vendido productos agrícolas alterados genéticamente sin un estudio previo, mientras que en otros ha habido protestas elocuentes contra su utilización, particularmente cuando se venden sin que se los identifique como productos modificados genéticamente.
En respuesta a estas preocupaciones, los gobiernos negociaron un acuerdo subsidiario al Convenio para abordar los riesgos potenciales que plantea el comercio transfronterizo y la dispersión accidental de organismos vivos modificados. El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, aprobado en enero de 2000, permite que los gobiernos señalen si están o no dispuestos a aceptar las importaciones de productos agrícolas que incluyan organismos vivos modificados, comunicando su decisión a la comunidad mundial a través de un centro de información sobre seguridad de la biotecnología, mecanismo establecido para facilitar el intercambio de información y de experiencias sobre organismos vivos modificados. Además, los artículos que puedan contener estos organismos deben estar claramente etiquetados como tales cuando se exportan.
Se ha previsto aplicar procedimientos más estrictos de acuerdo fundamentado previo a las semillas, peces vivos y otros productos vivos modificados que se introduzcan intencionalmente en el medio ambiente. En estos casos, el exportador debe facilitar información detallada a cada país importador antes del primer envío, y a continuación el importador debe autorizar ese envío. El propósito es asegurar que el país receptor tenga la oportunidad y la capacidad de evaluar los riesgos que plantean los productos de la biotecnología moderna. El Protocolo entrará en vigor una vez que haya sido ratificado por 50 gobiernos.
Aprovechamiento común de los recursos genéticos
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Una parte importante del debate sobre la diversidad biológica se refiere al acceso y a la participación en los beneficios derivados de la utilización comercial y de otro tipo del material genético, por ejemplo, los productos farmacéuticos. En gran parte la diversidad biológica del mundo se encuentra en países en desarrollo, que la consideran un recurso para alimentar sus economías y su desarrollo social. Tradicionalmente, se recogían recursos fitogenéticos para su utilización comercial fuera de la región de origen o para crear variedades de plantas. Algunos prospectores biológicos extranjeros han investigado sustancias naturales para desarrollar nuevos productos comerciales, por ejemplo medicamentos. Muchas veces los productos se venderán y estarán protegidos por patentes u otros derechos de propiedad intelectual, sin ningún beneficio equitativo para los países de origen.
El tratado reconoce la soberanía nacional sobre todos los recursos genéticos y estipula que el acceso a los recursos biológicos valiosos se deberá llevar a cabo en condiciones mutuamente convenidas y sujeto al consentimiento previo fundamentado del país de origen. Cuando se utilizan un microorganismo, planta o animal para una aplicación comercial, el país del que procede tiene derecho a extraer un beneficio. Estos beneficios pueden incluir dinero en efectivo, muestras de lo que se recoge, la participación o capacitación de investigadores nacionales, la transferencia de equipo y conocimientos especializados en biotecnología y la distribución de todos los beneficios que resultan de la utilización del recurso.
Se ha comenzado a trabajar para plasmar este concepto en la realidad y ya hay ejemplos de acuerdos de participación en los beneficios. Por lo menos una docena de países han establecido controles para el acceso a sus recursos genéticos, y un número similar de naciones están elaborando tales controles. Entre algunos ejemplos pueden citarse:
- En 1995, Filipinas pidió a los prospectores biológicos que obtuvieran “el consentimiento previo” fundamentado del gobierno y las poblaciones locales.
- El Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica firmó un histórico acuerdo de prospección biológica con una importante empresa de medicamentos para recibir fondos y compartir los beneficios del material biológico que se comercialice.
- Los países del Pacto Andino (Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela) han aprobado leyes y medidas para reglamentar el acceso a sus recursos genéticos. Los prospectores biológicos deben reunir determinadas condiciones, por ejemplo, presentar muestras por duplicado de los recursos genéticos recogidos a una institución designada; incluir a una institución nacional en la recolección de recursos genéticos; difundir la información existente; comunicar los resultados de las investigaciones a la autoridad nacional competente; asistir en el fortalecimiento de las capacidades institucionales; compartir los beneficios financieros específicos o conexos.
A través del Convenio, los países se reúnen para elaborar políticas comunes sobre estos asuntos.
Conocimientos tradicionales
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El Convenio también reconoce la estrecha y tradicional dependencia de las comunidades indígenas y locales de los recursos biológicos y la necesidad de velar por que estas comunidades reciban una parte de los beneficios derivados de la utilización de sus conocimientos y prácticas tradicionales en relación con la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica. Los gobiernos miembros se han comprometido “a respetar, preservar y mantener” esos conocimientos y prácticas, promover su aplicación más generalizada con la aprobación y la participación de las comunidades interesadas, y alentar una distribución equitativa de los beneficios derivados de su utilización.
FUENTE: biodiv.org Convenio sobre la Diversidad Biológica |
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