La alta contaminación ambiental que sufre Europa
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- El 1 enero, 2000
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En Atenas, en verano la temperatura sube con rapidez, afectando a gran número de personas. De cada seis a diez personas mueren durante el verano a causa de la combinación del calor y la contaminación de los coches.
La antigua ciudad llena de reliquias corre riesgos de extinguirse debido al llamado nefos. Esto es una mezcla de niebla y de contaminación estacionada permanentemente sobre la ciudad.El ochenta y cinco por ciento del nefos, lo constituye la contaminación de los coches.
Durante el verano cientos de personas son tratadas por afecciones respiratorias asociadas con la contaminación.
Miles de coches rodean constantemente la Acrópolis alimentando esta contaminación.
Las personas no son las únicas afectadas. La misma Acrópolis ofrece un claro ejemplo de la naturaleza destructiva del nefos. Estatuas valiosas, caras sin rasgos. Los gases de emición han acelerado notablemente el deterioro de la Acrópolis. Este deterioro ha avanzado más durante los últimos veinte años, que durante los veiticuatro siglos anteriores.
La contaminación de los automóviles ataca a los vulnerables, a los enfermos, a los ancianos y a los jóvenes. Muchas personas a raíz del nefos padecen bronquitis crónicas. Mientras el nefos ahoga, el gobierno griego está atascado. Durante años los médicos de Atenas han exigido alguna acción. Cincuenta millones de coches surcaban las carreteras del mundo. Hoy son más de cuatro mil millones.
El automóvil domina la política de transportes. El nuevo jefe de transportes de la Comunidad Económica Europea dice que esto debe cambiar. Se dio un informe sobre el desarrollo del mar Mediterráneo, en donde se espera que en el año dos mil quince, habrá cuatro veces más coches de los que hay ahora. Muchos consejeros de transporte creen que el número creciente de carreteras aumenta la demanda.
En el mismo Londres la contaminación revasa los límites de seguridad establecidos, por la Organización Mundial de la Salud.
Las principales sustancias contaminantes son el monóxido de carbono, los hidrocarburos y los óxidos de nitrógeno.
Los óxidos de nitrógeno, son los principales causantes de la lluvia ácida y se combinan con los hidrocarburos para formar capas de ozono bajo que son perjudiciales para la salud humana y para la vida vegetal.
La introducción de los convertidores catalíticos en Europa reduce estas emiciones en un setenta y cinco por ciento.
Europa se está pasando a la gasolina sin plomo, sobre todo para prepararse para los convertidores catalíticos. La gasolina con plomo obstruye a estos convertidores, y acaba por estropearlos. Pero ésta tecnología catalítica tiene una seria deficiencia, no afecta a la sustancia más contaminante de todas, el dióxido de carbono.
La industria del automóvil da trabajo a millones de personas por toda Europa. En Alemania uno de cada siete depende de la industria automovilística para vivir.
Los fabricantes de automóviles se han dado cuenta, de que la preocupación medioambiental es ahora una cuestión de necesidad económica, su nuevo reto es diseñar coches más limpios.
La revolución automovilística Europea, se inició en la Selva Negra. Empezó cuando los alemanes occidentales se dieron cuenta de que sus coches estaban dañando su amado bosque.
Hoy en día la Selva Negra presenta un color amarillento enfermizo. Los automóviles son los principales causantes de la contaminación atmosférica y esta contaminación desprende la capa de cera protectora de las hojas permitiendo la entrada del agua, causando la putrefacción de los árboles. Actualmente una gran parte de los árboles de la Selva Negra están dañados y otra se están muriendo. Los alemanes a raíz de esto han introducido radicales medidas anticontaminación, levantado sus carreteras.
Mientras la mayoría de los gobiernos de Europa estan aumentado el ancho de sus carreteras, muchas ciudades alemanas lo están reduciendo. Lo llaman calmar el tráfico. Se plantan árboles, se estrechan las carreteras, los coches circulan más despacio, por consiguiente se gasta menos gasolina por kilómetro y se produce menos contaminación, hasta un cincuenta por ciento menos en las zonas centrales de algunas ciudades. También muchas veces paran sus motores en los semáforos. Algunos de ellos llevan incorporado un cronómetro que les avisa cuando deben volver a arrancar.
Pero la revolución verde alemana no llega hasta sus autopistas. Es el único país Europeo que no tiene un límite de velocidad de circulación. Fabrican los coches más potentes de Europa, y les gusta expresar ese poder con libertad. Cada año los fabricantes de coches, los producen más veloces. Cuando el gobierno intentó establecer límites de velocidad, para evitar tanta contaminación, el pueblo se levantó protestando en forma inmediata.
Los automóviles han prosperado a costa del sistema de transporte público Europeo.
El ejemplo de Alemania Occidental es típico. Desde la guerra han construido ocho mil kilómetros de autopista, pero sólo han añadido seis mil kilómetros a su red de ferrocarriles. Pero hay fuerzas políticas que trabajan para cambiar esta situación. Un partido ecologista se opone a la utilización de los coches. Ellos han demostrado, que kilómetro por kilómetro, pasajero por pasajero, los trenes producen un ochenta por ciento menos de contaminación que los automóviles. Sin embargo el ochenta por ciento de los pasajeros prefieren el coche.
En Berlín miles de conductores en el año mil novecientos noventa y dos protestaron por el límite de velocidad que el gobierno les exigía. Esto pretendía limitar el índice de contaminación pero cohartaba la libertad de los conductores.
Hoy los suizos están pagando por lo que la comunidad europea le está haciendo a su medio ambiente. Este país ha sido nombrado país de tránsito por la comunidad, aunque no sea miembro. Esta medida se tomó porque un posee un paso, que es una de las rutas más directas entre la Europa del Norte y la Europa del Sur.
Al levantarse en mil novecientos noventa y dos las restricciones en las fronteras, los suizos temían que se les fuera encima una avalancha de tráfico.
Hoy día la imagen tradicional del aire puro de los Alpes Suizos, ya no corresponde a la realidad. Este país tiene la peor contaminación rural de ozono de Europa, creada en gran parte por la circulación de los coches de otros países. Los árboles mueren creando grandes problemas para las comunidades de las montañas. Los árboles sanos forman una gran barrera natural contra las avalanchas, si estos mueren los pueblos corren riesgos de ser sepultados bajo la nieve. Por lo tanto durante los dos meses libres de nieve en el verano, los obreros levantan barreras artificiales que reemplacen a los árboles.
Los políticos suizos piensan tomar medidas radicales. Cobrando nuevos impuestos en los coches, creando restricciones de aparcamiento y límites de velocidad bajos. Su intención es que el aire vuelva a ser tan puro como en mil novecientos sesenta. Se estan montando estaciones de servicios solares junto a los estacionamientos de gasolina, ya que un gran número de suizos se ha anticipado a estos cambios, pasandose al coche más limpio del mercado, el coche solar.
De momento estos coches son lentos pequeños y caros. La velocidad máxima ronda los cincuenta kilómetros por hora y cuestan dos millones de pesetas. Pero una vez cargadas sus baterías, pueden funcionar unos cien kilómetros por cuarenta pesetas, y el coste para medio ambiente es mínimo. Más de dos mil coches solares circulan por las carreteras suizas. Esta es una nueva tecnología que los principales fabricantes de automóviles se resisten a aceptar. Ellos mantienen que los coches solares no son una propuesta práctica.
Volkswagen es el primer fabricante de coches eléctricos. En el año mil novecientos noventa y dos han vendido alrededor de cincuenta del modelo microbus, en toda Europa, y en noventa y uno fabricó casi tres millones de automóviles a gasolina. Esto significa que la producción en masa de un nuevo es aún difícil.
California crea además vehículos impulsados por energía solar, los combustibles alternativos el metanol, el alcohol etílico y con gas natural.
Ecomagazine
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