Implicaciones del teletrabajo para la seguridad y la salud
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- El 25 septiembre, 2006
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Las conclusiones de un estudio de ámbito comunitario sobre las implicaciones sociales del teletrabajo revelan la necesidad de investigar más en áreas como el estrés, los trastornos musculoesqueléticos, las nuevas pautas del horario laboral, las interconexiones entre trabajo y familia y los efectos del aislamiento. Es preciso plantear perspectivas individuales y sociales. Si se quiere extender con éxito el teletrabajo, en particular en situaciones transfronterizas, es preciso abordar una serie de cuestiones de derecho laboral y relativas a la seguridad social.
El uso de ordenadores y tecnologías de la comunicación aumenta las oportunidades en toda una amplia gama de actividades humanas. Los servicios y los productos pueden comercializarse a distancia, proporcionando oportunidades más amplias a las empresas y a los trabajadores para organizar los lugares de trabajo y horarios. El teletrabajo se considera un paso importante en dirección a la sociedad de la información.
El concepto del teletrabajo ha sido definido de varias formas, de acuerdo con su aplicación en la vida laboral. Son conceptos más o menos paralelos, por ejemplo, el trabajo flexible, el trabajo a distancia y remoto, así como el teletrabajo móvil o nómada. No obstante, todas las definiciones tienen tres dimensiones en común: el lugar, el tiempo y el uso de tecnologías modernas de información y comunicación.
El teletrabajo puede abarcar muchas situaciones diferentes, desde el teletrabajo en casa hasta el teletrabajo alternante y móvil, o el trabajo en oficinas satélite, oficinas de barrio, telecasas u oficinas “extraterritoriales”. Las ventajas que se esperan del teletrabajo ya se han discutido desde perspectivas sociales, industriales, regionales, organizativas e individuales. Los estudios de casos han revelado que las organizaciones tienen múltiples y variados motivos para implantar el teletrabajo, desde la reducción de costes y el aumento de la competitividad hasta la motivación de la plantilla, el aumento de la calidad de los resultados del trabajo, la mejora de la imagen de la empresa y la conservación de los empleados cualificados.
Entre las ventajas más importantes mencionadas por los propios teletrabajadores cabe citar:
- la mejor combinación de las exigencias laborales y extralaborales;
- el mejor control del horario laboral y de las pautas de trabajo;
- una mayor flexibilidad respecto del rendimiento y la productividad;
- mayor calidad de vida;
- menos molestias y gastos de transporte;
- creación de nuevas empresas;
- desempeño de un trabajo remunerado en lugar del desempleo.
Comprensión del teletrabajo
Es preciso comprender bien el teletrabajo no solo como un fenómeno tecnológico, sino también desde otros puntos de vista asociados: económico, cultural y social. Esta perspectiva más amplia es imprescindible para poder situarlo correctamente en el entorno del trabajo. En este contexto, se realizó un estudio de las implicaciones sociales del teletrabajo en 15 Estados miembros de la Unión Europea, por iniciativa la Comisión Europea y la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo. La tarea principal del estudio consistió en delimitar y discutir las cuestiones, los obstáculos y los problemas relacionados con la salud y la seguridad en el teletrabajo. Otros dos estudios asociados abordaron cuestiones relativas al derecho laboral y a la seguridad social.
Se aprobó la siguiente definición funcional del teletrabajo:
Trabajo realizado por una persona (empleado, autónomo, trabajador a domicilio), principalmente, o durante buena parte del tiempo, en un lugar diferente del lugar tradicional de trabajo, para una empresa o cliente, que implica el uso de las telecomunicaciones como elemento central y esencial del trabajo.
Contenido y pautas de trabajo
En el teletrabajo, como en casi cualquier tipo de trabajo, el entorno psicológico, las consecuencias para la salud y los niveles de estrés difieren, en función de si las tareas realizadas requieren o no una gran cualificación. La segunda dimensión importante es la autonomía y el control del contenido del trabajo y los ritmos de trabajo. En la mayoría de casos, el estrés en el teletrabajo está más asociado al tipo de trabajo y a la organización del trabajo que al espacio físico.
En principio, el teletrabajo supone independencia y autonomía, y ofrece posibilidades de concentrar y organizar el trabajo y dosificar el tiempo según criterios personales. De acuerdo con una serie de estudios de casos, por ejemplo de compañías de seguros, la productividad aumenta significativamente.
Sin embargo, la libertad individual para regular el ritmo de trabajo puede dar lugar a una sobrecarga y, en los casos más extremos, suponer que se está “disponible” las 24 horas del día. Trabajar durante muchas horas puede afectar negativamente a la salud, especialmente en un lugar de trabajo mal diseñado o si las tareas son repetitivas. Otro factor de estrés relacionado con el horario puede suponer una dificultad para prever el volumen de las tareas futuras y sus plazos. La adicción al trabajo puede ser un riesgo adicional si no hay un control externo, o si el teletrabajador no puede controlar sus propias formas de trabajar.
En el caso del teletrabajador empleado, la responsabilidad de evaluar los riesgos del lugar de trabajo suele corresponder a la empresa. Los teletrabajadores autónomos son ellos mismos responsables de esta evaluación. La probabilidad de un entorno de trabajo mal diseñado y de una calidad ergonómica insuficiente de las unidades de visualización puede ser mayor en los hogares de los teletrabajadores que en los típicos entornos de oficina.
Relaciones sociales e intimidad
Los horarios habituales del teletrabajo van de la sobrecarga ocasional al teletrabajo a jornada completa, en cuyo caso el aislamiento físico y social puede ser uno de los principales problemas. Existe la preocupación de que el aislamiento físico de los teletrabajadores pueda suponer un riesgo de marginación del lugar de trabajo y de los compañeros, en un momento en que se hace hincapié en la importancia del trabajo en equipo. Por otro lado, las modernas tecnologías de la información y comunicación ofrecen posibilidades totalmente nuevas de apoyo, formación y orientación en situaciones problemáticas.
La flexibilidad del teletrabajo brinda a los teletrabajadores la oportunidad de adaptar el trabajo a su vida y su familia y a las etapas de su carrera profesional. Ofrece una buena oportunidad de trabajo para personas que no pueden trabajar por motivos de discapacidad u obligaciones familiares. No obstante, pueden surgir problemas en cuanto a la distinción entre el trabajo y la vida social y familiar. A este respecto, la dimensión del género es importante. Las mujeres siguen encargándose del mantenimiento de la casa y del cuidado de los niños y de otros miembros de la familia, como los padres.
Cultura organizativa
Las formas de organizar el teletrabajo dependen de la gestión y de la cultura de liderazgo, de la política de personal de la empresa y de los motivos del teletrabajo. Estos factores afectan, a su vez, al modo de planificar la preparación y la formación para el teletrabajo, y al modo de organizar los mecanismos y contratos de teletrabajo en el ámbito de la empresa. En los casos más favorables, el teletrabajo se establece sobre una base voluntaria, con la opción de regresar el lugar de trabajo tradicional si es preciso. De nuevo, la situación de los teletrabajadores altamente cualificados es mejor que la de los teletrabajadores menos cualificados o sin cualificar.
Las organizaciones que aplican métodos de gestión jerárquicos pueden tener problemas por el consabido hecho de que “ojos que no ven, corazón que no siente”, en particular si las tareas y los objetivos del teletrabajo no están claramente definidos. Es posible que a causa de estos problemas, lo directivos intermedios se resistan al cambio. Además, los propios teletrabajadores pueden sentirse “infradirigidos” y temer un efecto negativo para sus expectativas profesionales.
Conclusiones
El estudio europeo revela que las estadísticas y los datos científicos sobre el teletrabajo son muy limitados, especialmente con respecto a los tipos diferentes al “teletrabajo a domicilio”. Faltan datos relativos a temas como las diferentes situaciones y condiciones de trabajo de los teletrabajadores móviles. Se precisan estudios longitudinales mejor planificados sobre estrés, tensión, trastornos musculoesqueléticos y aislamiento y pautas de horario laboral en diferentes tipos de teletrabajo. Las repercusiones de las nuevas tecnologías y de las nuevas organizaciones del trabajo en las aptitudes, las consecuencias de los horarios flexibles en la salud y la productividad a largo plazo, los problemas con la separación del trabajo y la vida familiar y el establecimiento de nuevas culturas organizativas y de liderazgo sólo saldrán a la luz con el tiempo. La investigación debería abarcar tanto la perspectiva individual como social, por ejemplo las familias y las asociaciones en un entorno extralaboral.
El teletrabajo brinda una oportunidad para trabajar de la forma más descentralizada en el seno de la sociedad. Puede realizarse desde casa y desde otro país. Con objeto de eliminar los obstáculos para su plena adopción, especialmente del teletrabajo transfronterizo, es preciso abordar y resolver con cuidado muchas cuestiones de derecho laboral y relativas a la seguridad social. Algunas de estas cuestiones son:
- las fuentes de la aplicación del derecho laboral, de la legislación y las normas laborales en diferentes países;
- normativa sobre salud y seguridad;
- la situación jurídica de los teletrabajadores (empleado frente a autónomo)
- condiciones relativas a la intimidad;
- reglamentación de los contratos de trabajo;
- cobertura de los teletrabajadores por los diferentes regímenes de la seguridad social.
El teletrabajo puede dejar desfasado el concepto tradicional de subordinación, según el cual el trabajo se realiza bajo el mando y control de un empresario. Se precisa una nueva forma de pensar entre la dirección y los empleados para que el control y el seguimiento no se basen en la presencia en el lugar de trabajo, sino en la calidad de los resultados. Trabajar con independencia del tiempo y del lugar requiere confianza entre las partes. Es importante alcanzar un equilibrio entre la intimidad del teletrabajador y la accesibilidad al lugar del trabajo, que suele ser su vivienda. Una combinación satisfactoria entre el trabajo y la vida personal exige separar claramente el lugar de trabajo y una serie de normas comunes acordadas en relación con la concentración no interrumpida en el trabajo, además de cuestiones de intimidad y protección de datos. También es necesario abordar los posibles riesgos que corren terceros.
Las grandes empresas han creado sus propias prácticas y mecanismos de teletrabajo, en los que se han regulado las cuestiones sobre salud y seguridad. Se ha propuesto el control sistemático orientando la supervisión de la salud y la seguridad de acuerdo con las normas internas y a las rutinas de las empresas. La atención prestada a los riesgos para la salud y la seguridad que suponen los materiales, los equipos y el entorno de trabajo debería empezar con la compra previa consulta con el teletrabajador individual.
Es preciso difundir información específica sobre salud y seguridad facilitando orientaciones e impartiendo formación sobre cómo proceder en cuestiones relevantes (por ejemplo, la supervisión de la salud, cómo organizar pautas de trabajo, horarios laborales, reciclaje, evaluación de riesgos y terminales de trabajo domésticas, etc.) Todo ello afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas y a los teletrabajadores autónomos. Es necesario seguir desarrollando guías, boletines e instrucciones informatizadas para ajustar y comprobar el entorno y la práctica del trabajo, utilizando tanto recursos de Internet como en CD-ROM.
Por: Pekka Huuhtanen
Instituto de Salud en el Trabajo de Finlandia
Fuente: www.arearh.com
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