Hidroeléctrica de Corpus Christi: Beneficios sociales, económicos y ambientales
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- El 2 agosto, 2007
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Una obra de dimensiones monumentales, como el proyecto binacional de Corpus Christi, posee una serie de efectos benéficos en lo social, económico y ambiental; pero esos efectos se potenciarán si se trabaja para expandir el natural efecto multiplicador positivo que un coloso de la ingeniería produce en su entorno próximo y mediato.
La tremenda crisis energética actual, de la que recién se comenzó a tomar conciencia, licúa por sÍ misma las adolescentes opiniones de los opositores a ultranza, al confrontarlos con la dura realidad de los cortes de energía por falta de potencia instalada, por imprevisión, y por el erróneo enfoque gasífero dependiente en que se encasilló a la matriz eléctrica argentina; situación para la cual carecen de alternativas válidas.
Es valioso constatar los efectos multiplicadores que produjeron obras hidroeléctricas construidas en y para un contexto de desarrollo y de profunda transformación socio económica de su entorno.
El caso del valle del Tennesee, transformado de miseria estructural a un emporio de riqueza, a partir del empuje del New Deal instrumentado por Roosevelt; la industrialización local producida por la presa Itá, en Brasil; la tremenda transformación regional que se hizo en torno a Itaipú, incluyendo complejos turísticos y recreativos, desarrollo industrial, nuevas fuentes permanentes de trabajo, etc.; la influencia –que pudo ser mucho mayor- de las presas del Comahue, a partir de las cuales creció tanto Neuquén, computando también las catastróficas inundaciones que evitaron; la importancia del dique del Río Hondo para Santiago Del Estero; del dique San Roque en Córdoba; la gigantesca presa del Guri, en Venezuela (que construye centrales hidroeléctricas a pesar de “nadar” en petróleo y gas; y de estar situado en pleno trópico, desmintiendo una de las falsedades más usuales de los ecólatras); y un largo etcétera.
En varias oportunidades detallé una serie de condiciones, que en un marco de coherente planificación, Misiones debe exigir para impulsar esta obra. En mérito a la brevedad no mencionaré todas ellas, concentrándome en la enorme importancia de crear polos de desarrollo, instrumentados como parques industriales (en su real y amplio significado), cuyas creaciones deben darse al mismo tiempo que se construye la central hidroeléctrica. Es bien sabido que la industria, es la actividad con mayor efecto multiplicador, con gran demanda de mano de obra y por regla general con mayores salarios que otro tipo de actividades.
Esas industrias, al tener energía eléctrica de segura provisión y barata; al poder contar con el económico transporte fluvial y abundante agua dulce (insumo básico para toda industria, y en particular muchas de las electro intensivas y las pesadas); podrán sumar una ubicación geopolítica privilegiada; la cual favorecerá su inserción en el Mercosur y otros mercados consumidores.
Un análisis geopolítico elemental muestra que Misiones se encuentra prácticamente equidistante de los dos mayores conglomerados humanos del subcontinente, que son San Pablo y Buenos Aires, además de otros de gran importancia, como Porto Alegre, Rosario y Asunción. Respecto al gran polo industrial que es Córdoba, Misiones está aproximadamente a 1.300 Km. menos de San Pablo, y a 800 Km. menos de Asunción, además de tener la alternativa fluvial que La Docta no tiene.
Con ese desarrollo industrial a gran escala –perfectamente factible- se podrán absorber a posteriori los 5.000 puestos de trabajo directo de la obra, más los 25.000 trabajadores indirectos, que generará la construcción de la presa de Corpus.
Las imprescindibles mejoras en la infraestructura social del entorno cercano (60 kilómetros a la redonda, aproximadamente) redundarán en más y mejores escuela, hospitales, urbanizaciones permanentes, dos manos adicionales en la ya insuficiente Ruta 12, sistemas adicionales de agua y cloacas, etc.; que La Provincia debe exigir.
Planificando con visión de futuro y con la decisión necesaria, es factible contar con sistemas eléctricos de transporte urbano e interurbano, los cuales son más seguros, eficientes y no polucionantes, respecto al autotransporte automotor al cual complementarán.
El puerto fluvial que se necesitará cerca de la obra, podrá construirse para que a posteriori sea el gran puerto de cargas que hoy Misiones no posee, a cuyo efecto debe ser uno de los prerrequisitos para viabilizar la mega construcción.
Respecto al transporte fluvial, todo ese impulso debe ser el motor de la integración a la Hidrovía, de la cual hasta hoy Misiones está ausente. Por otra parte, así como Brasil y Paraguay tienen acceso a la Hidrovía, es lógico exigir reciprocidad para navegar todo el Alto Paraná y sus afluentes, más la red de canales que Brasil construye para unir la Cuenca del Plata con la del Orinoco; llegándose también por vía fluvial a las cercanías de San Pablo. Para esto faltan básicamente las obras que permitan salvar el desnivel de Itaipú, pudiendo ser una estación de transferencia de cargas u otra solución.
Para agregar viabilidad económica a la plena necesidad geopolítica de la interconexión al gasoducto del NEA, una planta petroquímica de fertilizantes, ubicada al sur de Misiones podrá abastecer no solo al propio NEA, sino también a Paraguay y el sur de Brasil.
Con relación a las variables ambientales, la limpia generación hidroeléctrica de Corpus evitará por año la combustión de 4.860 millones de m3 gas natural equivalente a 4.200 millones de litros de Diesel Oil. Eso equivale a 13 millones de m3 de gas por día, que es cerca del 10 % de la producción de gas natural de Argentina en 2003.
Esa enorme magnitud de generación hidroeléctrica (del orden de más de 21.000 millones de KWh año), evitará la emisión por cada año de funcionamiento, de 6.500 Tn de CO (monóxido de carbono), de 11.450.000 Tn. de CO2 (dióxido de carbono), 1.200 Tn. de CH4 (metano), de 38.300 Tn. de nitrogenados (NOx), y cantidades relativamente pequeñas pero altamente corrosivas de anhídridos sulfurosos (SO2).
Téngase presente que ese volumen de generación representa aproximadamente el 23 % del total consumido en Argentina actualmente.
Por otra parte, el desarrollo socio económico, correctamente implementado y con mejoras sustanciales sanitarias y en la alimentación de sectores sociales relegados, evitará los males de la miseria, tendenciosa y falazmente catalogados por los sectores ultraecologistas como “males de las represas”.
Otro tema fundamental, lamentablemente soslayado hasta hoy, es el importante rol que debe tener la Presa de Corpus –convenientemente sobreelevada- para ser la primera barrera de contención ante grandes inundaciones o un eventual colapso de Itaipú. En tal sentido, debe formar parte de un conjunto de obras, que “aplanen” el pico de la creciente e incluso desvíen parte del caudal hacia el Iberá y sus derivaciones; protegiendo las numerosas ciudades que cíclicamente son afectadas por las crecientes normales, y que colapsarían ante una creciente como la señalada.
Es bueno recordar que no hay peor contaminación que la generada por la miseria extrema; para salir de la miseria debemos desarrollarnos; la energía eléctrica abundante, segura y no contaminante es un requisito imprescindible para el desarrollo; la hidroelectricidad es la tecnología que mejor cumple esos requisitos.
El tema de los múltiples beneficios no se agota aquí, por lo que a la amplia bibliografía técnica, a mis siete libros y a mis numerosos artículos específicos me remito.
Por: Carlos A. Ortiz
Escritor y periodista ad honorem
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente = Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía – UNLa-CNEA = Becario de la Comisión Nacional de Energía Atómica
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