¿Hasta la cumbre del poder por la escala de atrás? Yes, we can.
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- El 3 junio, 2011
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Ajenos a molestos reveses electorales, exentos de interpelación o escrutinio público, …..un pequeño grupo de funcionarios, carentes de representatividad, ha estado montando silenciosa y pacientemente un sistema de control supranacional y supragubernamental con el objetivo último de establecer dominio sobre los estados y las personas de todo el mundo, sin que aquellas apenas se enteren, ¡¿… no es eso una conspiración?.
Se le ha llamado “La nueva Gobernanza mundial” (New Global Governance).
Historia de un “self made man”
En 1966, un (entonces) joven magnate petrolero, el canadiense Maurice Strong, era nombrado para encabezar el “Programa Canadiense Internacional de Asistencia al Desarrollo”, como Director-General de la Oficina de Ayuda al Exterior y más tarde como Presidente y Presidente del Consejo de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA). Por esos años detentó también cargos de “Gobernador Alterno” por Canadá del International Bank for Reconstruction and Development (IBRD), del Asian Development Bank (ADB), y del Caribbean Development Bank (CDB).
Strong procedía del mundo de los negocios. En sus biografías se habla de una infancia pobre en Manitoba y no se menciona algún estudio universitario ni grado académico (salvo, un cúmulo de “Honoris Causa” recibidos después).
El caso es que se inició en el negocio del petróleo en la década de los 50´s; en la década de 1960 se hizo cargo y revirtió las cuentas de algunas pequeñas compañías en decadencia, y en 1964 fue presidente de una compañía importante – (la Power Corporation de Canadá) –, a la edad de 35 años. Todo un éxito.
De forma que para entonces ya era un “self made man” neto. Pero ni sus ambiciones ni sus talentos terminaban ahí; paralelamente a su fulgurante carrera empresarial, Strong había entrado en la política, y cultivado convenientes relaciones en el Partido “Liberal” (léase, cuasi-socialista) Canadiense.
Había sido (y lo sigue siendo) un maestro en el arte de tejer redes (redes de influencias, se entiende), de las que siempre ha sacado el mejor provecho. Fueron esas convenientes relaciones, (como por ejemplo, Paul Martin (Sr.), ministro de asuntos exteriores de Canadá en los años sesenta) las que alfombraron su paso a las agencias del gobierno, a las que entró por puerta franca, y a los “cargos de confianza”, con todas sus ventajas y granjerías, con lo que pasó a ser un magnate “bisectorial”, es decir, que utiliza el éxito del negocio para aprovechar en la política, y viceversa.
De manera que su nombramiento en el C.I.D.A. en 1966, fué su lanzamiento al estrellato internacional. Conforme sus habilidades, su desempeño en ese organismo debe de haber sido notable, si no brillante, y sus bien elaboradas redes habrán hecho lo demás, de tal suerte que logró concitar la atención del entonces Secretario General de la O.N.U., U Thant. Por lo demás, la benemérita organización siempre ha sido proclive a reclutar talentos de ideología socialista o con esa tendencia.
De esos años también data su designación como Chairman del Bureau of the International Union for the Conservation of Nature and Natural Resources, lo que probablemente haya sido un primer contacto con lo que llegaría a ser más tarde su mayor plataforma de poder: el global-ambientalismo.
Impresionado por su trabajo en el CIDA, el Secretario General U Thant, le pidió organizar lo que se convirtió en la primera Cumbre de la Tierra – la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano en 1972. Al año siguiente, Strong se convirtió en el primer director del nuevo Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en inglés; PNUMA en castellano), creado como resultado de Estocolmo.
No se sabría decir en qué momento entró Strong en contacto con los buenos muchachos del “Club de Roma”, -aunque como petrolero es más que probable que tuviera contactos con la Standard Oil, buque insignia del imperio Rockefeller,- pero no hay duda de que para la “cumbre” de 1972, ya sintonizaban perfecto; era parte del equipo. O mejor aún, era quizá el capitán y director técnico del equipo. Su discurso de Estocolmo fue una acuciante proclama sobre el calentamiento global, la devastación de los bosques, la pérdida de biodiversidad, contaminación de los océanos, la bomba de tiempo poblacional, etc. es decir, exactamente la ideología diseñada por el “Club”. Había nacido el “ecologismo”, es decir, la restauración de las doctrinas neomalthusianas, ahora aderezadas con conceptos sacados de la ecología (también se le ha llamado “ecología política”).
Es posible que ya antes de 1970 haya vislumbrado STRONG que el ecologismo se venía como una ola mediática de fuerza incontenible, y que con gran sentido de la oportunidad haya apostado por surfear sobre esa ola con fines propios, o bien es también posible que haya experimentado una sincera “conversión” a los ideales del ecologismo y sus fines hayan sido altruistas. En cualquier caso, convenientemente convertido ya en adalid ecologista, no debe pensarse por esto que Strong se haya transfigurado en una suerte de apóstol; muy al contrario, él siguió siendo un tiburón de los negocios (y principalmente del petróleo), con relaciones en los más altos medios. Entre 1976 y 1978 organizó y dirigió Petro-Canadá, la estatal petrolera creada por iniciativa de Pierre Trudeau, de la que se desvinculó al cabo para realizar algunos negocios particulares. Uno de sus socios de la época sería Adnan Khashoggi, un traficante de armas saudí (tío de Al Fayet, el malogrado novio de la princesa Diana), que por entonces encabezaba el ranking de los megamillonarios del mundo. A resultas, Strong termina siendo dueño de 200.000 acres (81.000 hectáreas) en las montañas de Colorado (USA), donde funda un centro de espiritualidad “New Age”. También en 1979 renunció a un cupo seguro en el parlamento canadiense, sólo un mes antes de las elecciones, por falta de tiempo: estaba creando una empresa de exploración de petróleo y gas (bajo jurisdicción suiza), y entre sus socios estaban el ministro de Finanzas de Kuwait y Petroleum Investment Corporation de los Emiratos Árabes.
Entonces, tenemos que el hombre que en 1972 había lanzado, desde el más alto podio de la O.N.U., la agenda “ambiental” (que con el tiempo se iría desvirtuando hasta llegar a ser la agenda “climática” en la actualidad), que por su ideología propende a suprimir el consumo de hidrocarburos, siete años después de la “cumbre” de Estocolmo aún era un magnate del petróleo, y con certeza nunca dejó de serlo. ¿Esto es, …..Consecuencia? ¿…..Coherencia? o ¿¡Qué?. No está solo; Al Gore es accionista de Occidental Petroleum Inc.
Es instructivo analizar el proceder de Strong desde Estocolmo en 1972 y en todo el acontecer posterior.
Entonces como después, Strong invitó a la conferencia a las entonces debutantes ONGs [organizaciones no gubernamentales] ambientales: ¡él les dio el dinero para venir!; y después se les envió de vuelta a soliviantar el activismo en sus países. Después de Estocolmo, los temas de medio ambiente se convirtieron en parte de la contingencia en Canadá, EE.UU., Gran Bretaña, y Europa.
Mientras tanto, Strong continuó la creación de redes internacionales en las que se basa su influencia. Se convirtió en un miembro de la Comisión Mun0dial sobre Medio Ambiente y el Desarrollo (la célebre Comisión Brundtland). Encontró tiempo para servir como presidente de la Federación Mundial de Asociaciones pro Naciones Unidas, en el comité ejecutivo de la Sociedad para el Desarrollo Internacional, y como asesor de la Fundación Rockefeller y el Fondo Mundial para la Naturaleza. Por encima de todo, se desempeñó en la Comisión de Gobernanza Global. Esta, (CGG) fue creada por la O.N.U. en 1992, después de Río, a propuesta de Willy Brandt, antiguo canciller de Alemania Occidental y la cabeza en ese año de la Internacional Socialista. El entonces Secretario General Boutros Boutros-Ghali, la hizo suya.
Sería largo enumerar todos los puestos de poder que ha detentado Strong en la maraña burocrática internacional, y resulta intrigante constatar la variedad 0de los cargos que ha desempeñado en multitud de “organismos” (de grandioso titulo y correspondiente sigla) cuya real utilidad a veces es difícil de discernir, y que a ratos dan la impresión de haber sido sacados de una novela delirante. Por supuesto que muchos de estos cargos e instituciones han sido retoños de su propia inspiración.
De esta manera se ha estado montando una entelequia gigantesca donde una “Convención” o “Cumbre” de la cual ha sido presidente se encarga de generar alguna entidad burocrática, de la cual resulta “elegido” presidente o director, que estará los próximos dos o tres años preparando un “Informe” del que sale la siguiente “Convención” o “Cumbre”, y así sucesivamente.
Igualmente fatigoso resulta esbozar siquiera un listado de los “contactos”, es decir personas a las que se liga por amistad, afinidad política o favores mutuos, con los que ha tejido la más fantástica red de influencias. En esta tienen (o tuvieron) cabida: Al Gore, y Bill Clinton, los últimos jefes de la O.N.U., y los correspondientes del Banco Mundial, Mijaíl Gorbachov, el Presidente George Bush (Sr.), el financista George Soros, el heredero David Rockefeller, los últimos premieres (“liberales”) de Canadá su patria natal, el traficante de armas Khashoggi, ….y así sigue un larguísimo etcétera, entre los barones de las finanzas, la política y la burocracia internacional.
Los mismos nombres se van repitiendo y superponiendo en los directorios de las “instituciones” de la O.N.U. o cercanas, que han copado su agenda en la últimas décadas, como se puede apreciar a continuación:
James Gustave Speth, director del Consejo de Administración de Calidad Ambiental de Carter, redactor-editor del (muy lapidario) informe “Global 2000”, miembro del equipo de transición de Clinton-Gore, después dirige el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas….etc.
Shridath Ramphal, ex Secretario General de la Commonwealth (británica), después Co-Presidente de la Comisión de Gobernanza Global….etc.
Jonathan Lash, presidente del Instituto de Recursos Mundiales – que trabaja en estrecha colaboración con el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Programa de Desarrollo de la ONU – y Co-Presidente del Consejo Presidencial sobre el Desarrollo Sostenible….etc.
Ingvar Carlsson, ex primer ministro sueco y Co-Presidente de la Comisión de Gobernanza Global….etc.
Para entender mejor como funciona la “Red”, un ejemplo de muestra puede ser ilustrativo:
James Wolfensohn,– quien fuera Presidente del Banco Mundial, anteriormente había estado en el Consejo de la Rockefeller Foundation y con posterioridad en el Consejo del Population Council. Fue el candidato patrocinado por el vice-presidente Al Gore para la posición en el Banco Mundial.
Este hombre había sido “alquilado” por Strong (o sea, contrato temporal sin renuncia a su entonces colocación en Harvard) en los sesentas para gestionar una filial australiana de una de sus empresas, y con posterioridad a aquello le involucró en la “cumbre” de Estocolmo (también organizada por él).
No bien siendo nombrado Presidente del Banco Mundial, Wolfensohn a su vez nombró entonces a Strong como su asesor especial.
O sea, “hoy por tí, mañana por mí, yo te nombro, tu me nombras y así nos vamos”…
Para más claridad, más recientemente, James Wolfensohn se acreditó en la co-redacción (junto con Mijaíl Gorbachov y otros) de la “Carta de la Tierra” (Earth´s Chart) presentada para su examen en la reunión de Río + 5 en Brasil a principios de 1997. Maurice Strong presidió esa reunión. Era entonces el jefe del “Consejo de la Tierra” (Earth´s Council),
(Rockefeller Foundation, Population Council. Al Gore, “Cumbre” de Estocolmo, Banco Mundial, Maurice Srong, Earth´s Chart, reunión Río + 5, Mijaíl Gorbachov, Earth´s Council, …. No parecen acaso …cabezas de la misma hidra?). Resulta escalofriante constatar cuánto poder, político y financiero (pero del dinero público), puede llegar a concentrarse en muy pocos hombres o en uno solo, que no ha ganado elección alguna, que permanece en semi-sombras, y sobre el cual nadie sabe, a ciencia cierta, ante quién (o qué) responde.
Ni haría falta decir que los hombres mencionados en los párrafos anteriores reconocen membresía o afinidad en el “Club de Roma”, y las instituciones por lo consiguiente. No es una conspiración, por supuesto: sólo un grupo de personas de ideas afines que luchan para salvar al mundo de las fuerzas menos clarividentes y más egoístas, (.…como las fuerzas del mercado, por ejemplo).
Toda burocracia política presenta una tendencia natural a la hipertrofia, a la corrupción y sobre todo a extender sus ámbitos de poder. Esto se hizo especialmente efectivo durante todo el período en que Strong ejerció como eminencia gris (el que susurraba al oído del jefe de turno), y lo hizo bajo cinco Secretarios Generales (U Thant, Kurt Waldheim, Javier Pérez de Cuellar, Boutros Boutros-Ghali, Koffi Annan), especialmente bajo este último, y aún cuando hoy esté formalmente jubilado sigue ejerciendo influencia evidente en la gestión de Ban Ki Moon mediante interpósitos miembros del “Club de Roma” convenientemente situados en las inabarcables ramificaciones de la Organización. Se puede decir que BanKi Moon es lo más parecido que puede haber a un discípulo devoto y fervoroso.
Bajo la batuta de Strong la toma de poder político se hizo metódica, y en perspectiva se puede apreciar un “modus operandi”:
Lo primero es una reunión (Convención) “cumbre”, como la de Estocolmo, con una gran farándula de ONGs y “activistas” especialmente convocados (y financiados), y generosa cobertura de las agencias de prensa internacional. De esta saldrá un tratado “marco” bastante anodino, sobre el manejo de alguna cuestión global. Estos tratados “marco” son, en principio, casi simples declaraciones de buena crianza, donde se insta a los gobiernos a iniciar acciones voluntarias sobre el asunto, y a establecer “mecanismos de consulta”.
A lo anterior sigue un proceso de “sensibilización” de la opinión pública internacional. También se le llama “concienciación”, y en realidad es un período de propaganda intensiva y adoctrinamiento (puede durar varios años), donde intervienen las ONGs creadas al objeto, las agencias internacionales de prensa, y las periódicas declaraciones de los titulares de las “agencias” ONU establecidas en virtud del anodino “tratado marco”.
Otros tratados “marco” más específicos (ahora llamados “protocolos”), pueden irse implementando sucesivamente, y por el expediente de crear los reglamentos, ya en “convenciones” más discretas los funcionarios delegados van dando forma a los regímenes específicos de regulación.
Entonces el impacto mediático del procedimiento se ha diluido en varios años, lo que puede abarcar más de un período de gobierno en países con régimen democrático-representativo, lo que permite a la organización ir sorteando las objeciones políticas que puedan ir surgiendo desde el interior de los estados miembros.
Así, la finalidad de los “convenios marco”, no es otra que generar el hecho político que dará origen a la voluntad de acceder a compromisos vinculantes en el futuro.
Es decir, la Oganización trabaja con el tiempo a su favor; una burocracia internacional que tiene mucho que ganar y nada que perder puede tomarse el tiempo que sea necesario para ver cristalizar un proyecto; en el intertanto sus funcionarios disfrutarán de magníficos sueldos, regalías varias, status dipomático, amplia tribuna pública internacional, etc. etc.
Aún cuando la “Agenda” de la O.N.U. y del Club de Roma es un programa netamente político, basado en una ideología (algo que podría definirse como “Socialismo Malthusiano”), sus miembros siempre han estado invocando a la “Ciencia” como pretexto. En una entrevista (apologética*) de Leo Hickman (Wednesday 23 June 2010 11.54 BST guardian.co.uk) publicada en Internet, Maurice Strong declaraba:
“(….) sería muy difícil para una sola persona montar una conspiración que involucra a la mayoría de los científicos del mundo y persuadir a todos a unirse a esta conspiración. (…). Para ver los científicos del clima alcanzar el nivel de consenso que tenemos (…) no puede ser el resultado de una conspiración que una (sola) persona jamás podría ingeniar”.
La pregunta se refiere a la sospecha de que el asunto del Cambio Climático haya sido un montaje “troyano” para impulsar su agenda política personal.
La respuesta es simplemente sibilina: “sería muy difícil para una sola persona montar esta conspiración…. etc.” (dice él), lógico, pero el no está solo, está con el Club de Roma, la O.N.U., y además su fantástica red de contactos; “…una conspiración que involucre a la mayoría de los científicos del mundo, ….etc.”, “…para ver los científicos del clima alcanzar el nivel de consenso que tenemos, .…etc., etc.”… la verdad es que las dos afirmaciones son falsas; los científicos (especialistas) que respaldan la hipótesis climática (no es más que eso) hecha doctrina por el Club de Roma y la ONU difícilmente sumen más de dos docenas, y su nivel de connivencia quedó totalmente al descubierto en el escándalo de los mails (el “climategate”), y por otro lado los “consensos” en las Ciencias no existen, o son efímeros cuando los haya. Las Leyes de la Naturaleza no se acuerdan ni se “consensúan” en asambleas. Entonces, aquí se está aplicando la máxima “No importa lo que es verdadero, sólo importa lo que la gente cree que es verdad”. (declaración de Paul Watson, co-fundador de Greenpeace, ONG predilecta de Strong).
La continua apelación a un supuesto “consenso científico” se encuentra en todo el discurso de Al Gore, así como de todos sus “cofrades” como Paul Krugman, Koffi Annan, Ban Ki Moon, James Hansen, Rajendra Pachauri, etc. (“Si la gran mayoría de los científicos del mundo tienen razón, tenemos sólo diez años para evitar una catástrofe de grandes proporciones … etc. etc.. dice Al Gore en “Una verdad incómoda”).
Como ya debería ser obvio, el concepto de “desarrollo sostenible” está presente en todos los documentos del Club de Roma, y explícito en todos los “proyectos” de la O.N.U., de tal modo que los estados deberían (ya en la actualidad) someter sus planes de desarrollo al escrutinio de la Organización, que deberá visarlos en relación a su “sostenibilidad”; y de cualquier manera el sello de la “sostenibilidad” , -lo que permite o prohibe,- está en el escritorio de algunas pocas personas, (ya sabemos quienes son). Esto parece una caricatura, pero una caricatura siniestra de lo que viene. Es la tiranía mundial, el supragobierno no electo ni controlado, que estará reglamentando las vidas de todas las personas.
La “Asamblea del Milenio”, ( de la ONU) recomienda adoptar las recomendaciones de la “Carta de la Tierra” (Earth´s Chart, de Mijail Gorbachov y Maurice Strong ¿Coincidencia?); la Carta aboga por que “las naciones del mundo deberían adoptar como primer paso de una convención internacional que proporciona un marco jurídico integral para las políticas y leyes actuales y futuras sobre el medio ambiente y el desarrollo sostenible.” Esto es, por supuesto, un “pase libre” para la intervención permanente en asuntos internos de Estados independientes.
De acuerdo con el plan del CGG, el binomio Annan/Strong insta a que el Consejo de Administración de la ONU “se transforme en el foro a través del cual los Estados miembros ejerzan su fideicomiso colectivo respecto de la integridad del medio ambiente mundial y las áreas comunes, tales como los océanos, la atmósfera y el espacio ultraterrestre”.
O sea, el “Consejo de Administración de la ONU” pasa a ser el gestor de los océanos, la atmósfera, el espacio exterior, y en general de todo lo que se pueda definir como “patrimonio común”, (esto es, eventualmente cualquier cosa, aún cuando esté bajo jurisdicción de los Estados nacionales).
Pero, ¿está la soberanía de los estados realmente en peligro? Ante esta pregunta, Strong desestimó tales ansiedades. “No comparto su preocupación. No es una abdicación de la soberanía, sino que su ejercicio en compañía de otros, y cuando estás tratando con temas globales es lo que tienes que hacer.“
Adicionalmente, ha dicho Strong (en la misma entrevista apologética de Leo Hickman): “siempre he dejado claro que no creo que el gobierno mundial sea necesario o factible. Lo que sí creo es que necesitamos un sistema de gobernanza global a través del cual las naciones pueden cooperar y abordar las cuestiones que no pueden resolver por sí solas. Tal vez esta afirmación es demasiado sofisticada para algunos, pero no debe ser. El mejor ejemplo es el cambio climático”.
Entonces el “cambio climático” es el mejor ejemplo de cuestiones que las naciones no pueden resolver por sí solas, y que ponen en evidencia la “necesidad” del establecimiento de la citada “gobernanza” mundial. Se entiende entonces, diáfanamente, el rol que el supuesto “cambio climático” viene a desempeñar en toda esta tramoya. Se ha convertido en el pretexto, el justificativo del supragobierno. Por supuesto que aparecerán también otros “asuntos de trascendencia mundial” que no puedan resolver por sí solas las naciones, con lo que la burocracia internacional de la ONU (en realidad, sus mandantes, que permanecen y seguirán en las sombras) irá ganando más y más poder, por sobre (y a costas de) los gobiernos de los paises, y en último término, de las personas.
En este sentido resulta ilustrativo lo ocurrido en relación al “Protocolo de Montreal” de 1987, paradigma de una iniciativa “exitosa” de “gobernanza mundial” en un asunto que “las naciones por sí solas no podrían resolver”.
El “Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente” (PNUMA, UNEP), institución permanente surgida de la conferencia mundial de Estocolmo de 1972, se puede decir que “probó sus alas” en el montaje del fraude del “agujero de la capa de ozono”, asunto bien conocido por todos, lo que hace innecesario repetirlo en detalle (en todo caso, hay una muy ilustrativa reseña aquí, en la página de FAEC).
El PNUMA convocó a la “Convención de Viena sobre la Protección de la Capa de Ozono” de 1985, la que en sí misma no incluyó obligaciones (“vinculantes”, se dice ahora).
Sin embargo, ya para 1987 el “protocolo de Montreal” y las enmiendas subsiguientes establecieron una completa eliminación para 1996 de los cloro-fluor-carbonos (ClFC) y otras sustancias a las que se atribuía el “agotamiento” de la “capa de ozono”.
La proscripción involucró primeramente a 132 gobiernos firmantes, con una población total de 4,7 mil millones de personas. Entre 1987 y 1991, el consumo global de ClFC fue, de hecho, reducido a la mitad, y estos fueron siendo reemplazados por otros gases que tienen los mismos usos, que son patentes registradas del mismo productor (Du Pont Chemical), pero son más caros. Se rotulan ahora como “amistosos con la capa de ozono”. Y ….claro, Du Pont Chemical es canadiense, igual que Strong.
En los hechos, en ningún lugar de la Patagonia, (ni en Chile ni en la Argentina) se verificó nunca el anunciado apocalipsis “solar” por radiación U.V. que dejaría ciegos y cancerosos a sus amilanados habitantes y a sus rebaños (y hasta a liebres y pingüinos se llegó a decir), pero esto, -que es la realidad,- no tiene importancia.
La gigantesca campaña de propaganda había cumplido admirablemente bien su cometido, y antes bien, la falta de los “daños” esperados inicialmente se atribuye ahora al “éxito”, del “protocolo” de Montreal, (“se salvó la capa de ozono”, se dice).
Este “Protocolo de Montreal”, fue en realidad, el “Ensayo General” del mucho más ambicioso “Protocolo de Kioto”, engendro por medio del cual la burocracia mundialista ONU (más bien sus mandantes) pretenden establecer control sobre las emisiones de bióxido de Carbono (CO2), con el pretexto, como ya se ha dicho, de “salvar el clima”, o “detener el cambioclimático”, o más ridículo aún, “limitar el calentamiento global a no más de 2 grados Celsius”.
Estas expresiones carecen de sentido; en realidad son disparates burdos y podrían ser tomadas como chistes, pero la propaganda hace lo suyo, y son repetidas hasta el cansancio en los medios de prensa y reafirmadas ante las cámaras por egregios líderes mundiales y jefes de gobierno con toda solemnidad.
Es imposible que en la cúpula de la campaña (en el círculo más hierático del Club de Roma, por ejemplo), no se sepa de la futilidad de estas pretensiones. No es concebible que crean de verdad que la ínfima cantidad de CO2 en la atmósfera (360 ppm, o 0,036%), pueda ser determinante en los cambios de clima que habrá inevitablemente en la Tierra, como los hubo desde siempre. Tampoco puede creerse que pretendan, -de verdad,– controlar y reducir las emisiones mundiales del gas (un componente natural de la atmósfera, al fin y al cabo), y ni siquiera que crean que tal cosa sea posible.
De manera que toda la parafernalia del “Protocolo de Kioto” se basa en falsedades “consensuadas” devenidas en axiomas, destinadas a la memorización sin análisis, a la manera de un “guión” cuya pauta fue ideada hace ya décadas por el “Club de Roma”.
El fondo de la cuestión es que una supuesta “crisis” global del clima por causa de la actividad humana es el espécimen perfecto de las “cuestiones que las naciones no pueden resolver por sí solas”, y al atribuírsele tal crisis al CO2 de la atmósfera, un gas que es inevitable e imprescindible y está en todas partes, se monta el escenario para el establecimiento del supragobierno mundial, asentado en el temor supersticioso (como siempre), que hace dóciles a los estados soberanos y a los ciudadanos “libres”y “responsables” de la tribu.
Aparte de que todo ser viviente emite CO2 ya por el hecho de respirar, se tiene que la agricultura, el transporte, la generación eléctrica, la siderurgia, la cementería y la infraestructura, y prácticamente toda industria humana debe emitir CO2 a la atmósfera. Las emisiones de substancias contaminantes y tóxicas pueden ser reguladas o eliminadas mediante reglamentaciones de alcance local, establecidas por los gobiernos, con las de CO2 en cambio, eso es imposible. Es entonces el pretexto perfecto para la “gobernanza” global, el sueño de la planificación de la economía mundial, en manos de un selecto comité de “sabios” designados por el “Club de Roma” y entronizados en la ONU. Cuando cada gobierno de la Tierra deba someter sus proyectos a un egregio “Comité de Sustentabilidad Climática” de la ONU, cuando cada ser humano en el mundo tenga asignada una “cuota personal máxima de emisión de CO2 “, se habrá convertido el mundo en un inmenso gulag. Y, …por supuesto, que el comité de sabios ya tendrá definido que la única solución integral a la “crisis” está en reducir la población a niveles “sustentables”.
“Una población total de 250-300 millones de personas, una disminución del 95% de los niveles actuales, sería lo ideal”. (Ted Turner, multimillonario dueño de CNN, miembro del Club de Roma, fundador, junto con Strong, de la U.N. Found, que ha donado mil millones de dólares al I.P.P.C. de la O.N.U. para la “lucha” contra el “calentamiento global”).
“Toda la gente en la Tierra aspirar a una vida mejor. Si todos ellos gozan los mismos patrones de consumo que nosotros, los occidentales, entonces tendríamos una situación insostenible, y en realidad estamos en ese camino ahora. Estamos en una situación que es insostenible”. (Maurice Strong, en entrevista con Leo Hickman).
“No importa la verdad; lo que importa es lo que la gente cree” (Paul Watson, de Greenpeace)
Los tropiezos…… y el fin (¿el fin?).
Un paso fundamental en la escalada del poder mundial estaría en dotar a la ONU de autonomía financiera.
En 1992, la ONU formó una Comisión del Gobierno Mundial encargada de la elaboración de un sistema de gestión global del futuro. Segundo a cargo de la Comisión, y autor principal de su informe, fue ……..Maurice Strong (¿le extraña?). Después de varios años de ” extensas consultas” con “los líderes mundiales, los filósofos, y futurólogos”, la Comisión elaboró un informe titulado Our Global Neighbourhood “Nuestro vecindario mundial”.
El informe fue recibido calurosamente por los activistas dentro de la ONU, pero duramente criticado por observadores independientes en todo el mundo, por cuanto sus recomendaciones implicaban la supresión de la soberanía nacional y de la libertad de los individuos.
Our Global Neighbourhood concluyó con 12 recomendaciones clave, y fueron estas tan desorbitadas que la ONU debió afirmar luego que el informe no era más que un “ejercicio de visión” que pretendía sólo generar un debate y no representaba la política oficial de los objetivos de las Naciones Unidas. El informe fue efectivamente dejado de lado y se disolvió la Comisión:
Algunas de las 12 recomedaciones son realmente escalofriantes:…..
1. Consolidation of all international agencies under the direct oversight of the United Nations.
La consolidación de todos los organismos internacionales bajo la supervisión directa de las Naciones Unidas.
2. Regulation by the United Nations of all transnational organizations and financial institutions.
Regulación por las Naciones Unidas de todas las organizaciones transnacionales e instituciones financieras.
3. Independent source of revenue for the United Nations and taxes on aircraft and shipping fuels, and licensing the use of the global commons.
Fuente independiente de ingresos para las Naciones Unidas (como) impuestos sobre los combustibles para el transporte marítimo y aéreo, y licencias sobre el uso de los bienes comunes globales.
5. Authorize a United Nations ready reaction force.
Autorizar a una “fuerza de reacción rápida” de las Naciones Unidas.
<10. Create a new international environmental court.
Crear un nuevo tribunal internacional del medio ambiente.
11. Adopt a declaration that climate change is an essential global security interest that requires the creation of a high-level action team to allocate carbon emission based on equal per-capita rights.>
Adoptar una declaración de que el cambio climático es un interés esencial de seguridad global que requiere la creación de un equipo de acción de alto nivel para asignar las emisiones de carbono sobre la base de la igualdad de derechos per cápita.
Impuestos mundiales a los combustibles a favor de la ONU, supervisión directa de todos los organismos internacionales, y en especial de todas las transacciones financieras, un ejército propio autónomo (”fuerza de reacción rápida”), asignación de emisiones de carbono “per cápita” (es decir, a CADA PERSONA), etc. etc., ¿Qué más podría desearse para establecer el dominio mundial? . Es obvio que las grandes potencias como USA o China no se sentirán amenazados (por ahora) por este prospecto de dictadura global, pero ¿y los paises chicos?
Una de las primeras acciones de Kofi Annan, cuando se convirtió en Secretario General de las Naciones Unidas fue nombrar a Maurice Strong como su Asesor de Política General. A continuación, encargó a Strong la tarea de preparación de un plan para “reformar la institución de las Naciones Unidas”. En 2002 Strong produjo un documento de 95 páginas, titulado Renovación de las Naciones Unidas: Un programa de reforma, que era básicamente un programa paso a paso para poner en práctica muchas de las recomendaciones de Nuestro Vecindario Mundial. Muchas de estas reformas han ido poco a poco abriéndose camino a través del sistema de las Naciones Unidas. Sin embargo, después de que Maurice Strong fue acusado por su participación en el escándalo Iraq-“Petróleo por alimentos” (un negocio turbio con Saddam Hussein), se vio obligado por la presión de los Estados Unidos a renunciar a su papel en la ONU. El escándalo terminó de demostrar además cuán corruptible puede llegar a ser la benemérita organización.
La bolsa “climática” de Chicago (Chicago Climate Exchange), creada por Al Gore, Maurice Strong, Richard Sandor y otros, con el objeto de especular con los “bonos de carbono” en un mercado voluntario, acabó cerrando en 2010 por falta de clientes. Se demostró así que el pufo de los “bonos de carbono” sólo será posible por imposición política. Se requiere entonces mantener vivo, ya sea con ventilación mecánica, al moribundo “Protocolo de Kioto”, pero en este cometido han fracasado las últimas sucesivas “cumbres” de la ONU para “salvar el clima”, Copenhague, Bonn, Cancún. Si algo importante ocurrió en esta última, fue el anuncio formal de Japón de retirarse del “protocolo”, lo que constituye un epitafio anticipado.
El “mesías” climático Obama (así lo describe Al Gore en su “Our Choice”) sufre una apabullante derrota en las legislativas 2011 (midterms), con lo que queda sin piso (ni peso) político para impulsar la “agenda verde” de la ONU. El electorado yanki parece harto de seguir financiando las insensateces de la burocracia internacional.
Así, el jubilado Strong, que no fue Secretario General, pero ejerció más influencia que todos los últimos con los que le tocó trabajar, está hoy aparentemente retirado y autoexiliado en China. ¿En China?,. ¿Y qué hace Strong en China?, (preguntará usted). pues….presta su asesoría al gobierno (por supuesto, que eso es lo que mejor sabe hacer), y con la ventaja de que es un gobierno inamovible, sin las molestas elecciones periódicas de occidente.
Como lo expresa diáfanamente en la entrevista ya citada, sucede que Maurice ya se dio cunta de que el baricentro del poder mundial se desplaza rápidamente hacia la otra orilla del Pacífico. Y claro está que podría ser el hombre justo en el momento justo, en el lugar exacto, ….como tantas otras veces. Nunca se es demasiado viejo,. …dicen.
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Apéndice: Para más información se reproducen los datos de una de las tantas páginas WEB que tratan de la biografía de Maurice Strong:
Desde diciembre de 1992 hasta diciembre de 1995, el Sr. Strong fue presidente y consejero delegado de Ontario Hydro, la mayor utilidad pública de América del Norte. Hasta septiembre de 1992, el Sr. Strong fue Secretario General en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 (Cumbre de la Tierra) y Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas. Durante 1985 y 1986, se desempeñó como Sub-Secretario General de las Naciones Unidas y Coordinador Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas para Operaciones de Emergencia en África y fue miembro de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
Sr. Strong se desempeñó como Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de noviembre 1970-diciembre 1972, y posteriormente se convirtió en el primer Director Ejecutivo de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Nairobi, Kenya (enero 1973-diciembre 1975). Fue nombrado entonces presidente, presidente y consejero delegado de la compañía petrolera nacional de Canadá, Petro-Canadá.
También ha sido Presidente de Power Corporation de Canadá, primer presidente de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI), Presidente de la Corporación de Desarrollo de Inversiones de Canadá y Presidente de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDCR) en Canadá. Sr. Strong es asesor de las Naciones Unidas, y es miembro de la junta directiva de varias otras organizaciones de servicio público. Ha sido director y / o funcionario de una serie de corporaciones internacionales de Canadá, y EE.UU..
“Ha recibido numerosos premios y honores incluyendo la Orden de Canadá, la Agencia Sueca Real Orden de la Estrella Polar, y doctorados honorarios de 46 universidades, incluyendo uno de York. Es miembro de la Royal Society (Reino Unido), la Sociedad Real de Canadá y . de la Real Sociedad de Arquitectura de Canada .
Algunos de sus nombramientos:
Consejero-Secretario General y Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas
Asesor Especial del Administrador del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas
Presidente del Consejo, Instituto de la Tierra
Presidente de la Junta Consultiva Internacional, Grupo de CH2M Hill Inc.
Director, Consejo de la Fundación del Foro Económico Mundial
Director de La Sociedad Humana de los Estados Unidos
Miembros Consejo Asesor Internacional, Toyota
Director, Zenon Environmental Inc.
Consejo Consultivo, LEAD Internacional [2]
nombramientos anteriores incluyeron:
Asesor Especial del Presidente del Banco Mundial
1998-2001 Member Consejo Asesor Internacional, la Federación de Industria de Corea
1992-1995 Presidente de la Ontario Hydro
1992 Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo
1985-1986 Coordinador Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas para Operaciones de Emergencia en África
1983-1987 Miembro de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo
Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y el Desarrollo
1976-1978 Presidente, Presidente de la Junta y Presidente del Comité Ejecutivo, Petro-Canadá
1973-1975 Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Nairobi, Kenya
1970-1972 Secretario General de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano
1970-1972, 1976-1980, Presidente de la Junta de Gobernadores del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo, Member de la Junta de la Fundación del Foro Económico Mundial
1966-1970 Asistente de la dirección de Desarrollo Internacional de Canadá Programa de Asistencia de Director General de la Oficina de la ayuda exterior, y más tarde como Presidente y Presidente de la Junta de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI)
1966-1970 Gobernador Suplente por el Banco de Canadá-Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC), Presidente de la Oficina de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales.
“Después de la Cumbre de la Tierra, que siguen teniendo a tomar un papel de liderazgo en la aplicación de los resultados de Río a través del establecimiento del Consejo de la Tierra, el movimiento Carta de la Tierra, la Presidencia del Instituto de Recursos Mundiales, miembro de la Junta Directiva del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible , el Instituto Ambiental de Estocolmo, el African-American Institute, el Instituto de Ecología en Indonesia, el Instituto Beijer de la Real Academia Sueca de Ciencias, y otros.
Strong fue un antiguo director de la Fundación del Foro Económico Mundial, un asesor principal del Presidente del Banco Mundial, un miembro de la Junta Internacional de Asesoramiento de Toyota Motor Corporation, el Consejo Asesor del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), el Fondo Mundial para la Naturaleza, Recursos para el Futuro, y las Becas Eisenhower. ” [3]
” Sr. Strong fundó el Consejo de la Tierra en 1992 tras la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, y ahora está extendiendo el liderazgo con un nuevo mandato de unir a los consejos locales y organizaciones afiliadas en virtud de la Alianza Consejo de la Tierra con el co-fundador Tommy E. Short.
También es un asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas, así como presidente de la Consejo de la Universidad para la Paz, afiliado a las Naciones Unidas …
Por: José Manuel Henriquez Parada
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