Hace mucho que lo venimos diciendo: La radiación no es problema
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- El 7 junio, 2013
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El Comité Científico sobre Efectos de la Radiación Atómica de las Naciones Unidas ha finalmente admitido que no podemos usar la hipótesis LNT (lineal sin umbral) para predecir al cáncer por niveles bajos de radiactividad. Ahora los japoneses pueden comenzar a comer sus propios alimentos y dejar de tener miedo.
Un informe muy grande fue publicado el mes pasado con muy poca fanfarria y nada de trompetas. Llega a la con-clusión de lo mismo que quienes estuvimos un tiempo en el campo de la energía nuclear ya sabíamos desde hace décadas: las dosis de radiación inferiores a unos 10 rem (0,1 Sievert) no son problema. La hipótesis “lineal sin umbral” (o LNT por ‘lineal no-threshold’ en inglés), no se aplica a dosis menores a 10 rem (0.1 Sv), que es la región que comprende los valores de la radiación natural de fondo en todo el mundo, y es la región de la mayor importancia para la energía nuclear, la mayoría de los procedimientos médicos y la mayoría de las áreas afectada por accidentes como Fukushima. El Comité Científico sobre Efectos de la Radiación Atómica de las Naciones Uni-das (UNSCEAR) (UNSCEAR 2012) envió el informe que, entre otras cosas, declara que las incertidumbres de las bajas dosis es de tal magnitud que el UNSCEAR “recomienda no multiplicar las bajas dosis por cifras grandes de individuos expuestos a dosis en incremento a niveles equivalentes o inferiores de los niveles naturales de fon-do.” (UNDOC/V1255385)
Como usted sabe, de la manera en que lo han venido haciendo desde Chernobyl.
Como todavía lo siguen haciendo con Fukushima.
Finalmente el mundo puede recuperar el sentido y no perder tiempo en cosas que no están perjudicando a nadie y gastar su tiempo en cosas que sí lo están haciendo. Y en la gente que está en verdadera necesidad. Como re-parar la destrucción de la infraestructura y la economía causada por el tsunami; como limpiar los puntos calientes alrededor de Fukushima; o cuidar de las decenas de miles de japoneses que viven con miedo a niveles de radia-ción tan bajos que el miedo mismo es lo único que los está dañando, o prepararse con seriedad para recomenzar con su flota nuclear y escuchar a la IAEA y a los Estados Unidos cuando se le sugieren mejoras.
El consejo sobre radiación en este informe clarificará qué y que no se puede decir acerca de los efectos de las bajas radiaciones sobre la salud de individuos y grandes poblaciones. Las dosis naturales de fondo que van desde 250 mrem (2,5 mSv) a 350 mrem (3,5 mSv) no elevarán las tasas de cáncer ni tendrán algún efecto discernible en la salud pública. Igualmente, las dosis de fondo que van de 250 mrem (2,5 mSv) a 100 mrem (0,1 mSv) no dismi-nuirán la tasa de cáncer o afectarán cualquier otro asunto de la salud pública.
Nota: aunque la mayoría de las discusiones son para las dosis agudas (todas en un instante) la misma cantidad como dosis crónica (medida durante un período largo como un año) es todavía menos efectiva. De manera que 10 mrem (0,1 mSv) al año, ya sea aguda o crónica, no presenta efectos observables, mientras que 10 mrem podrían tenerlos.
El UNSCEAR tampoco encontró ningún efecto observable del accidente nuclear del año pasado en Fukushima. Ningún efecto.
El pueblo japonés puede comenzar comer su propia comida otra vez, y regresar a las áreas ligeramente contami-nadas con niveles de radiación que son similares a los naturales en muchos lugares como Colorado y Brasil
El gran derroche de dinero que está pasando por “limpieza” ahora, simplemente moviendo de un lugar a otro mon-tículos de tierra y hojas (NYTimes) puede enfocarse en limpiar la verdadera contaminación cerca de Fukushima usando tecnologías modernas. El daño económico y psicológico causado por la adopción de la errada teoría LTN para dosis inferiores a 0,1 mSv (10 mrem) ha sido extremadamente perjudicial para la ya estresada población de Japón, y seguir con ella sería criminal.
Resumiendo: la hipótesis Lineal Sin Umbral es una suposición de que toda radiación es mortal y que no hay dosis menor donde no ocurrirán efectos perjudiciales. Duplique la dosis, duplicará lo cánceres. Puesta en práctica pri-mero después de la Segunda Guerra Mundial por Hermann Muller, y adoptada por el mundo entero, incluyendo al UNSCEAR, su uso primordial fue como una ficha de regateo durante la Guerra Fría para cesar el ensayo de las armas atómicas. El miedo a la radiación que se apoderó del mundo fue un efecto secundario (¿Mintió Muller?)
Diferencias en Radiación de Fondo en Tasas Anuales de Mortalidad por Cáncer /100.000 para cada estado de EEUU durante un período de 17 años. No hay correlación con las dosis de radiación. Los estados con significativos niveles de radiación, mayores a 22,7 mSv/año (270 mrem/año) como Colorado, tienen tasas de cáncer inferiores que los estados con niveles promedio muy inferiores como Georgia, y viceversa. (de Frigerio y Stowe, 1976 con reciente información de radón).
Por supuesto, la duplicación de la dosis no duplica a los cánceres debajo de 10 rem/año (0,1 mSv/año). No tiene ningún efecto. Los millones de trabajadores nucleares que fueron monitoreados estrechamente durante 50 años no tienen una mortalidad por cáncer más alta que la población promedio, pero tuvieron dosis de varias a 10 veces más altas que la dosis promedio. La gente que vive en Nueva México y Wyoming tienen el doble de radiación de quienes viven en Los Angeles, pero tienen tasas de cáncer más bajas. Esto no podría ocurrir si la hipótesis LNT fuese cierta, porque la LNT dice que esto no puede ocurrir. Pero ocurre.
No hay efectos observables en ningún grupo poblacional en todo el planeta que sugiera que LNT es real por deba-jo de 10 mrem (0,1 mSv/año) aún en áreas de Medio Oriente, Brasil, y Francia donde los valores de radiación de fondo exceden los 10 rem/año (0,1 Sv/año)
Aunque raramente discutido, la LNT no toma en cuenta al sistema inmunológico de los organismos, el tiempo bio-lógico de recuperación entre dosis u otros mecanismos relevantes que operan a bajas dosis sobre un organismo real versus células en una placa de Petri.
El UNSCEAR es un cuerpo independiente de expertos internacionales que se ha reunido regularmente desde 1955 y ayudó a establecer a la radiactividad como el agente cancerígeno, aunque el más débil, mejor comprendido en el mundo a través de sus estudios sobre los sobrevivientes de las bombas atómicas, los efectos del accidente de Chernobyl, accidentes radiológicos industriales, y tratamientos médicos de radiación.
Muchos de nosotros estuvimos en esto durante años para detener las dilaciones y la prevaricación en algo tan importante que la inacción lo hace perjudicial. Este informe es un cambio muy bien recibido. El informe, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas servirá ahora para guiar a todos los países del mundo en estable-cer sus propias políticas de seguridad radiológica.
Esto es increíblemente importante para Japón donde los cambios en las directrices nacionales han sido horrible-mente sobre-reactivos en respuesta a Fukushima, especialmente para los alimentos, usando la hipótesis LNT de un manera que no debería ser usada.
Los límites globales aceptados en niveles de radiactividad en los alimentos es 1000 Bq/kg (1200 Bq/kg en los EEUU). Dominados por el cesio-137 y el Sr-90 (estroncio), estos niveles fueron establecidos por organizaciones como la IAEA y el UNSCEAR después de décadas de estudio. Debido a los temores públicos a la radiación difun-didos en la prensa después del accidente de Fukushima, Japón recortó el límite a la mitad con la esperanza que tendría una influencia calmante. Pero los niveles de miedo permanecieron elevados, de modo que Tokio redujo los niveles a un décimo de los estándares internacionales.
¿Se suponía que esto induciría la calma? ¿Decirle a la gente que la radiación es aun más letal de lo que ellos creían? ¿Qué su comida es tóxica? ¿Se habían vuelto locos?
Esto ha tenido las consecuencias no pretendidas de hacer a la gente más miedosa y más asustada de lo que estaban comiendo, moviendo a la comida segura a la categoría “escasa” y limitando la exportación de alimentos, provocando un daño económico y social más grande.
Súbitamente, toda clase de alimentos normalmente seguros están ahora prohibidos. Los hongos silvestres de la Prefectura Aomori están ahora prohibidos porque tienen niveles de cesio de unos 120 Bg/kg. Este cesio no tiene nada que ver con Fukushima, es el mismo tipo como en la comida de todos alrededor del mundo, y no habría merecido una segunda mirada antes del accidente (Límites de Contaminación Japoneses Demasiado Bajos)
El pueblo de Japón no tendría que ser penalizado por nada. Pero estos nuevos resultados y los informes del UNSCEAR demuestran que ellos están siendo castigados. No había ninguna razón para reducir los límites rad de la comida, especialmente después de que los radionúclidos de corta vida hacía mucho que habían decaído. Una de las suposiciones incorrectas era que la gente en Japón estaría comiendo sólo alimentos contaminados, algo que está sumamente equivocado. Los límites internacionales fueron establecidos por muy buenas razones, reducirlos no tiene sentido excepto para perjudicar todavía más a los granjeros y consumidores en Japón.
El presidente del UNSCEAR, Wolfgang Weiss declaró que no se había observado ningún efecto en la salud entre la población del Japón, ls trabajadores o los niños en el área de la planta nuclear dañada, ateniéndose a los estudios ya publicados por la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de Tokio. Las dosis de radiación recibidas por el público cerca de la planta dañada eran tan bajas que no podía esperarse ningún efecto discernible sobre la salud.
El gobierno japonés, a pesar de todos sus fracasos, hizo lo correcto evacuando la Prefectura de Fukushima rápi-damente e impidiendo que alimentos y agua contaminada fueran consumidos. Esto estuvo en marcado contraste con Chernobyl donde los soviéticos mantuvieron al público en la oscuridad.
La ingestión del isótopo de corta vida media iodo-131, con su bien conocido riesgo de cáncer de tiroides cuando es absorbido por las glándulas tiroides de los niños y jóvenes, fue el único efecto en el público relacionado con la radiación del accidente de Chernobyl. Y los soviéticos podrían haberlo impedido actuando rápida y abiertamente. Por supuesto, los soviéticos no se les importaba mucho la gente.
Esto no ocurrirá en Japón. El iodo-131, con una vida de sólo 8 días, decayó en unos pocos meses después del accidente y no se encontró a nadie que hubiese ingerido alguna cantidad significativa.
De acuerdo con los informes, seis trabajadores de Fukushima recibieron dosis totales de más de 0,25 Sv (25 rem) durante su tiempo luchando en la emergencia, mientras que 170 trabajadores recibieron dosis entre 0,1 y 0,25 Sv (10 a 25 rem). Ninguno ha mostrado efectos adversos y la mayoría jamás lo hará.
La radiación jugó ningún papel en la muerte coincidente de seis trabajadores de Fuskushima en esos momentos desde el accidente, por ejemplo ser aplastados por escombros o ser arrastrados hacia el mar por el tsunami.
Sí, hay efectos sobre la salud a causa de radiación por encima de 0,1 Sv (10 rem) que aumenta estadísticamente hasta 1 Sv (100 rem), pero aún en este rango más alto es difícil de verlos sin una población lo bastante grande. Los únicos eventos de radiación de esta escala, donde gran cantidad de población recibió 0,1 SV (100 rem) fueron las bombas atómicas de la Segunda Guerra Mundial.
Los efectos de la radiación sólo comienzan a hacerse claro en dosis agudas absorbidas de más de 1 Sv (100 rem), y aún entonces el UNSCEAR aconsejó que es necesario eliminar otras causas potenciales antes de que la radia-ción pueda ser acusada de manera inequívoca de ser la causa.
Lo que esto quiere decir para la disposición final de los residuos nucleares es todavía más dramático, pero más de esto más adelante!
Al final, Al final, si no nos reorientarnos en lo que es cierto acerca de la radiación y no en el mido, le fallaremos a los ciudadanos de Japón, Bielorrusia y Ucrania, y seguiremos gastando tiempo y dinero en las cosas erradas. Estoy seguro de los ideólogos antinucleares y los teorizadores de conspiraciones no aceptarán estos informes de las Naciones Unidas, pero después de todo, a ellos no les gustan las Naciones Unidas.
Fuente: Mitos y Fraudes
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