Gestión de PCB en la Industria Minera Sudamericana
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- El 1 febrero, 2012
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Con plena ejecución en Perú y Chile, y la colaboración argentina, está en marcha en la región un proyecto del FMAM que apunta a favorecer la adecuada gestión y eliminación de los bifenilos policlorados (PCB) en la minería. A nivel local, deben destacarse los esfuerzos del Centro Regional Basilea, en el INTI.
Mediante la implementación del proyecto ‘Mejores Prácticas para el Manejo de PCB en el Sector Minero Sudamericano’, a cargo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM), el Centro Regional Basilea para América del Sur se encuentra coordinando el trabajo conjunto de tres países con el objetivo de integrar esfuerzos para cumplir con los compromisos referidos a la gestión y eliminación de los bifenilos policlorados (PCB), que fueron asumidos en el marco del Convenio de Estocolmo.
El emprendimiento se ejecuta en Perú y Chile, dos naciones con una amplia trayectoria dentro de la industria minera, que ocupa un lugar muy importante en sus economías. La Argentina, por su parte, se encuentra colaborando con la propuesta por tener establecida la sede del Centro Regional Basilea (CRB), dentro de las instalaciones del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
El Gobierno nacional ha firmado el acuerdo marco de establecimiento del CRB en julio de 2005, aunque el mismo se encuentra formalmente funcionando desde el año 2002, bajo la dirección de la Dra. Leila Devia. Por lo tanto, la agencia ejecutora es el propio CRB, mientras que la agencia de implementación es el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Dentro de este proyecto se han comenzado a realizar diversas actividades, entre las que se destaca la redacción de la ‘Herramienta para la Toma de Decisiones’, que proporciona una guía general para la gestión ambientalmente racional de PCB. Con este fin, el CRB ha designado consultores locales en Chile y Perú, además de un consultor internacional, que llevan a cabo las tareas de redacción, testeo y validación junto con las partes interesadas en los países involucrados.
Técnicamente, la gestión ambientalmente racional requiere de una serie de actividades que deben realizar las empresas -bajo el control de las autoridades de aplicación- para poder implementar planes de minimización, y así evitar el pasaje o la pérdida al ambiente de los PCB que puedan encontrarse en instalaciones, equipos, materiales o residuos.
Primeros pasos a seguir
Estos pasos o actividades comprenden ocho grandes instancias.
En primer lugar, la identificación.
Efectivamente, como paso previo a la determinación de los contenidos de PCB, se debe proceder a la identificación de aquellas instalaciones que lo posean, en los distintos empleos que puedan haberse dado dentro de la empresa minera en particular. En el recuadro 1 se ejemplifican las principales aplicaciones dadas históricamente al PCB. Si bien los equipos eléctricos constituyen hoy en día la principal fuente identificada de PCB, no hay que descartar la posible presencia derivada
de otras utilizaciones.
En segundo término, nos encontramos con la elaboración de inventarios. Una vez identificados los diversos usos donde es posible encontrar PCB, es necesaria la etapa de confirmación o descarte de su presencia. Hay diversas consideraciones que hay que tener en cuenta cuando se pretende identificar PCB, y se deberá contar con el entrenamiento y el apoyo analítico necesarios para poder llevar a cabo exitosamente los inventarios.
El tercer paso está compuesto por los muestreos y análisis.
Ocurre que para determinar PCB, en muchos casos será necesario recurrir a métodos de ensayos (a menos que se conozca de antemano su presencia mediante la identificación -por caso- de la chapa de un aparato eléctrico, transformador, capacitor o interruptor). Hay que tener en cuenta que todo equipo eléctrico es sospechoso de poseer PCB, salvo que pueda determinarse fehacientemente y mediante análisis que contiene los valores mínimos (50 partículas por millón -ppm- de acuerdo con los parámetros establecidos en Estocolmo) que posee la correspondiente certificación de origen.
La cuarta instancia es la de manipulación, recolección, embalaje, etiquetado, transporte y almacenamiento, que constituyen etapas muy importantes en la gestión, ya que un inadecuado manejo puede llevar consigo un aumento en el riesgo de las contingencias, los derrames, las fugas o los incendios.
Hay que considerar que estas operaciones, en el caso de los PCB, pueden realizarse con la intención de tratamiento y disposición final, o bien para operaciones de almacenamiento y mantenimiento dentro del permiso de uso de los mismos.
Luego pasamos al mantenimiento de aparatos eléctricos. Se ha determinado que las operaciones de esa índole han generado una dispersión muy importante de PCB a escala mundial.
El mantenimiento debe ser realizado por empresas homologadas en todos los casos que se manipule PCB, e incluso en aquellos que deban intervenirse equipos libres del contaminante.
Últimas instancias
El siguiente paso estriba en la eliminación ambientalmente racional. Las operaciones de eliminación constituyen el fin último en la gestión de PCB, y el éxito de una tarea adecuada radica en su paulatina y total desaparición. Tengamos en cuenta que el Convenio de Estocolmo tiene como meta la eliminación de todos los stocks de PCB en más de 50 ppm a más tardar para el año 2028. Esta tarea estará determinada por varios factores, entre ellos los distintos matrices y elementos que puedan contener o estar contaminados. También puede suceder que el procesamiento sea realizado en varias etapas o involucre pretratamientos con el objeto de facilitar la eliminación propiamente dicha, minimizar los volúmenes de transporte o extraer en forma selectiva el PCB de la matriz que lo contiene.
Vale destacar que las diversas tecnologías y métodos desarrollados a nivel mundial se encuentran debidamente documentados, y corresponde a los países la implementación de técnicas que deberán estar aprobadas para su uso por las autoridades de aplicación en función de las necesidades y antecedentes de las empresas que ofrezcan sus servicios.
El séptimo paso se vincula con la rehabilitación de los sitios contaminados. El uso prolongado de equipos contaminados con PCB, la fabricación y montaje de aparatos que lo han contenido, la manipulación en todas sus formas, el tratamiento, la eliminación y las aplicaciones abiertas generan el peligro de pasaje al ambiente y la generación de pasivos ambientales.
Los mismos deben ser evaluados correspondientemente, siendo los estudios y análisis de riesgo una herramienta adecuada para caracterizar estos emplazamientos y las acciones futuras de remediación.
Por último, llegamos al cuidado del medio ambiente, la salud y la seguridad. Las empresas que posean PCB deben tener una manual de gestión ambiental y realizar sus operaciones preservando el entorno, minimizando riesgos, y protegiendo a sus trabajadores, tanto en las etapas de uso de equipos con PCB como en fases posteriores de tratamiento y eliminación.
La seguridad de los empleados debe ser tenida en cuenta, mientras que los procedimientos de intervención de máquinas deben contemplar la manipulación adecuada y el uso de los elementos de protección necesarios.
Para finalizar, cabe resaltar que estas actividades del proyecto permiten tanto a las empresas mineras como a las autoridades de aplicación locales mejorar la gestión y, en consecuencia, cumplir a futuro con los compromisos asumidos en los convenios internacionales vigentes.
Por: Lic. Alejandro Eiroa
Especialista en PBC, consultor internacional contratado por el Centro Regional Basilea
Fuente: Futuro Sustentable
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