Gasoducto en veremos
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- El 29 mayo, 2006
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En forma reiterada y por numerosos expertos se ha venido señalando la inconveniencia de este faraónico proyecto para el transporte y la venta de nuestro gas a los países del sur de América, especialmente Argentina y Brasil que son los que mayor interés han mostrado en esta obra, que por lo demás es muy propia de la Venezuela Saudita del pasado, que con tanto afán han combatido los revolucionarios que están al frente del actual gobierno. Este mega gasoducto, también llamado Gran Gasoducto del Sur, tendrá una extensión de 8 mil kilómetros y proveerá de gas a gran parte de la región, cruzando todo el Amazonas. Su costo se estima en 20 mil millones de dólares, pero tal como ha sido dicho por los más importantes especialistas en la materia, los costos ambientales, sociales y económicos del proyecto aún no han sido cuantificados. De igual manera deben tenerse presente que este gasoducto, en lo que Venezuela se refiere, causará un fuerte impacto en el sector oriental del Parque Nacional Gran Sabana por lo que preocupan los efectos que causará esta tubería sobre este reservorio natural, que además es hábitat de muchas comunidades indígenas.
Sin embargo parece que empieza a haber problemas con los beneficiarios de la obra. Brasil ya ha comenzado a señalar objeciones, poniendo en duda que la cantidad de reservas de gas que dice tener el gobierno venezolano, sean suficientes como abastecer la demanda de gas en su extenso recorrido, exigiendo a los voceros oficiales venezolanos que demuestran que efectivamente tenemos en el país el gas que decimos tener. Por nuestra parte pensamos que el Presidente de Brasil esta empezando a sentir la presión de los poderosos grupos ambientalistas del vecino país, que fueron para su triunfo en las elecciones un importante apoyo político, en especial los más radicales y que ahora parece que se voltean, conscientes del impacto ambiental que esta obra tendrá en la amazonía.
brasileña, que como la nuestra, es rica en diversidad biológica y que será fuertemente afectada, causando la pérdida y desaparición de un sin número de especies, como consecuencia de la destrucción de sus ecosistemas. La excusa le puede funcionar.
Argentina por su parte comienza a preocuparse por el alto costo que deberá pagar por el suministro de gas y especialmente por depender de “un chorro” que puede verse cerrado si se sale de los lineamientos “revolucionarios” impuestos a por la chequera oficial de Venezuela, a lo que deben sumarse las decisiones del estado boliviano, que luego de la nacionalización, tendrá bajo su control, sin duda que inducido desde Venezuela, el suministro de gas para la Argentina, para quien Bolivia es unos de sus principales proveedores.
En definitiva pues, pareciera que las circunstancias de política económica e internacional que rodean a los socios del gasoducto, así como esa amenaza permanente que tanto agrada poner sobre la mesa al señor Chávez, terminarán por resultar beneficiosas para el ambiente, para nuestros recursos naturales y para la biodiversidad en su conjunto. Que así sea.
Por: Lucas Riestra
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