Garabí es un proyecto estratégico

Para evaluar en su real contexto la importancia de los grandes proyectos de infraestructura, deben considerarse sus implicaciones estratégicas y geopolíticas, lo cual incluye los aspectos económicos, sociales, políticos y técnicos.

Es de absoluta elementalidad afirmar que la energía posee primordial importancia estratégica, al punto tal que no existe proceso de desarrollo posible sin abundante oferta de energía; pero también debe considerarse que disponer de energía es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo socio económico.

Dejaremos de lado las delirantes y a la vez cruelmente genocidas posturas del crecimiento cero, pregonadas por determinados factores de poder transnacional, y repetidos como “verdades reveladas” cargadas de misticismo pagano, dichas y vociferadas por militantes y ONGs enroladas en el cavernario fundamentalismo ecolátrico. ¡Necesitamos perentoriamente desarrollarnos, más aún en provincias pobres y marginales como Corrientes y Misiones, en las que crónicamente campean el desempleo, la desocupación disfrazada, los bajos salarios, el “conchabo” en un carguito público como casi la única alternativa viable para mucha gente, la dolorosa emigración de muchos jóvenes echados por todo ese contexto, cuando no la vergonzosa realidad de las muertes o malformaciones y taras crónicas que son consecuencia del hambre y la deficiente alimentación!

Argentina toda está saliendo trabajosamente –en base a muy fuertes inversiones y otras medidas diversas- de la más profunda crisis energética de nuestra historia; crisis que es consecuencia directa de los desmanejos del cuarto de siglo neoliberal, en particular la muy nefasta “década larga” (1989 – 2001) de exacerbación extrema de dichas políticas.

Particularmente nociva fue la acentuación del perfil gasífero – petrolero de la matriz energética, con lo cual se suspendieron las obras de nuevas usinas hidroeléctricas y nucleares. Todo esto se comenzó a revertir fuertemente desde 2006, y debe remontarse un atraso considerable en las inversiones energéticas de todo tipo.

En lo referente a la energía eléctrica, en todo el mundo, por diversos motivos técnicos –principalmente- y también económicos, la base de la generación está compuesta por tres tipos de tecnologías: termoeléctrica (en base a combustibles fósiles), hidroeléctrica y nuclear.

En Argentina es previsible –en base a datos estadísticos sólidos existentes desde 1930- considerar que la demanda eléctrica se duplica (como mínimo) cada década. Es decir que además de recuperarse largos años con escasas o nulas inversiones en nuevas usinas, reemplazos de las obsoletas, y nuevas líneas de alta tensión; debe preverse el fuerte crecimiento de la demanda, que será incluso mayor dado el proceso de reindustrialización y fuerte crecimiento del PBI.

Cabe recordar que para Argentina es prioritario ahorrar gas y petróleo, lo cual potencia la necesidad de concretar cuanto antes más usinas hidroeléctricas y nucleares.

Garabí (en su nueva versión) producirá una media aproximada de 3.800 GWh / año, la mitad correspondiente a Argentina. Ello implica para nuestro país un ahorro medio anual de 7.600 millones de litros de Diesel Oil (o su equivalente en gas natural). Formidable ahorro económico y estratégico (evitando quemar escasos hidrocarburos), pero también ambiental al evitar poluciones muy nocivas.

De hecho, las eólicas, solares y demás, no son sustitutos viables.

Queda por considerar además el tema de las regalías, cuyo monto dependerá del valor asignado a la electricidad (hoy muy deprimido), pero que como piso será del orden de $ 32 millones anuales, actualizables según tarifas y a perpetuidad, 50 % para cada provincia (Corrientes y Misiones). De ese total la mitad debería coparticiparse a los municipios involucrados. Un valor más realista sería 150 % mayor, con tarifas no subvencionadas.

Faltaría evaluar los efectos positivos de políticas industriales potenciadas con energía barata y abundante.

Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

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