Estrenando el nuevo guión

Les ahorraremos el resto de la noticia. Es la repetición del mantra ecologero y calenturiento de costumbre, carente de originalidad, y que dada la saturación que sufre el público, parece resbalarle como agua sobre el lomo del pato.

Ya que estamos, les hacemos notar a quienes no se han avispado todavía, que la foto que acompaña al artículo representa nubes de vapor de agua saliendo de las torres de refrigeración de una central de generación eléctrica, y no nubes de CO2 como cualquier despistada víctima de una aguda ingenuidad podría creer. Pero, de todos modos, aunque elegida y puesta para engañar, la foto es impresionante, verdad?

También recordamos que el coreano no-cerebro viajó a la Antártida antes de ir a la COP del IPCC en Bali (como lo informábamos en 2007 en: Ban Kin-moon mete la pata con los pingüinos, y quedó muy impresionado por la presencia de césped en la isla King George. “Por mil bombas, voto al chápiro!” pensó –“Cómo se está calentando el mundo que hay césped en la Antártida!” No hubo un asesoramiento oportuno que le aclarase que la variedad de césped que era causa de su sorpresa, la “Deschampsia antárctica” crece allí desde tiempos inmemoriales y tiene este muy verde aspecto:

Desesperados, vienen por todo!

El clima de desesperación que cunde entre los operadores del negocio del cambio climático, se ve resumido en el comentario que sigue a las declaraciones de Ban Ki-moon en la BBC Mundo:

Sus palabras recogen la preocupación expresada en Bonn, Alemania, donde unos mil funcionarios de Naciones Unidas buscan allanar el camino para la adopción de un nuevo tratado. El objetivo de esta conferencia es reducir el número de borradores y acortar el texto. Y el tiempo se empieza a acabar.

Eso. El tiempo se acaba. Se escurre de entre los dedos como el agua de un arroyito de las sierras. La reunión del IPCC en Copenhague se acerca con rapidez y el clima está enviando señales inconfundibles de que el calentamiento ha quedado atrás y que el enfriamiento será severo. Los mensajes son enviados por el Sol en su increíble quietud; los océanos que han detenido su calentamiento y han comenzado a enfriarse –y a reducir su nivel. Los glaciares de Alaska que han comenzado a avanzar después de 250 años de retroceso; los glaciares del hemisferio sur que siguen avanzando como siempre; los inviernos del hemisferio norte cada vez más fríos; los veranos cada vez menos cálidos y registrando la rotura de cientos de récords de bajas temperaturas que tenían más de 113 años…

A esto se debe añadir a los científicos que comienzan a hablar abiertamente y a exigir que sus asociaciones profesionales modifiquen la postura frente al enfriamiento global que ya se nota, políticos que ya no tienen temor de nadar contra la corriente y se oponen a medidas económicas irracionales, indican que el peligro del calentamiento ha quedado atrás, y que el problema más urgente es ahora: ¿Cómo adaptarnos a un mundo más frío, con segura reducción en las cosechas, y una mayor necesidad de energía para un aumento sostenido de la población que querrá comer y querrá calor?

Por ejemplo, los políticos que están haciendo conocer sus dudas deben haber estado viendo estudios y gráficos como estos:

Y el siguiente gráfico es de las temperaturas medias registradas. Estamos acostumbrados a ver gráficos de temperatura como el de más arriba, que representan “anomalías”, o la desviación en uno u otro sentido de una línea promedio arbitrario, y en una escala ampliada de manera que una décima de grado parece una locura. Pero las del gráfico de abajo son las temperaturas realmente medidas y su promedio, en una escala normal, comprensible para todos. ¿Alguien ve algo que pueda suponer que tenemos por delante un futuro de calores espantosos? ¿Qué la temperatura ha cambiado tanto que hay que saltar ya al precipicio?

Luego viene el turno del “aumento de la cantidad, frecuencia e intensidad de los huracanes” según Al Gore:

La línea roja, plana, en la base del gráfico, indica la actividad de los huracanes, tormentas y brisas en el Atlántico: CERO. Y el pronóstico dice: inferior al promedio 1944-2005.

Y de los hielos del Ártico, esos que iban a desaparecer para 2012, cómo están hoy? En Mayo 5, 2009 el estado de los hielos del Ártico era el siguiente. La línea roja es la del promedio que se considera “normal”. Juzgue usted el tamaño de la catástrofe!

Fuente: NSIDC

El Sol en hibernación

La actividad del Sol ha caído en un letargo que confunde a los astrónomos de la NASA, que han debido modificar varias veces sus predicciones para el inicio del Ciclo 24 y su posible amplitud hasta darse por vencidos y reconocer que no tienen idea de cuándo pueda comenzar el nuevo ciclo solar. Al día 10 de agosto, después de haber mostrado algunas pocas y efímeras “pecas” en su superficie, el sol ha permanecido 30 días seguidos sin mancha alguna. El índice Ap está en su nivel más bajo desde que se comenzó a medir en 1932. El gráfico es de diciembre 2008, y en Agosto 2009 está más bajo aún:

Los climatólogos que no desprecian a la astronomía recuerdan que condiciones similares de nula actividad se registraron previas al Mínimo Dalton (entre 1795 y 1824) cuando el clima de la tierra sufrió un enfriamiento pronunciado después de una lenta recuperación desde otro mínimo solar profundo como el Mínimo Maunder (1640-1711), cuando la superficie del Sol se mantuvo casi sin ninguna mancha durante 70 años. Esa época es conocida en climatología como la Pequeña Edad de Hielo, y que marcó el fin de la colonización de Groenlandia por los Vikingos, comenzada alrededor de año 800 de nuestra era, durante el llamado Pequeño Óptimo Climático, o Período Cálido Medieval.

Un análisis comparativo de los ciclos solares, la cantidad de manchas de sol, y la extensión de cada ciclo se observa una curiosa similitud entre períodos que, de cumplirse una vez más la Ley de la Repetición de Fenómenos Observados, indicaría un período de enfriamiento de entre 50 a 90 años a iniciarse a partir de alrededor de 2012-2015.

La Rebelión de los Científicos:

Desde hace algunos años viene creciendo el número de científicos que alzan su voz para decir que el calentamiento global y el cambio climático son consecuencia de fenómenos naturales y están comprendidos dentro de las variaciones naturales del clima. Se han realizado ya varios Congresos Internacionales donde se reúnen estos científicos y presentan sus estudios y trabajos que desmienten al dogma del Panel Intergubernamental del Cambio Climático y su hipótesis de las emisiones de CO2 de las actividades humanas son las responsables del calentamiento. Apuntan estos científicos a que la concentración de CO2 en la atmósfera sigue un ritmo sostenido de alrededor de 1,5 partes por millón por año, mientras que las temperaturas han subido y ahora descendido sin relación alguna con el crecimiento de los niveles de CO2.

Hace pocos días más de 60 científicos alemanes escribieron un informe a la Canciller de Alemania, Angela Merkel, haciéndole notar todos estos hechos, solicitándole que, en su condición de científica (tiene un doctorado en Física) analice la ciencia y los datos aportados y nombre una comisión científica imparcial para estudiar el desarrollo del clima futuro y, por supuesto, detener las políticas tendientes a reducir la liberación de dióxido de carbono por ser contraproducentes y muy perjudiciales para la humanidad por los efectos catastróficos que tendrán sobre las economías de todos los países que las adopten.

Angela Merkel está entre la espada y la pared. La realidad se le ha caído encima como un rinoceronte sobre un gorrión. La economía alemana enfrenta una desocupación que venía creciendo en proporción a la inmigración de refugiados del Tercer Mundo, de los Balcanes, del Islam, Turquía, y América Latina, que ocupan los puestos de trabajo que los alemanes antes despreciaban y que ahora ven que necesitan. La crisis financiera mundial vino a empeorar las cosas. Y los sindicatos y toda la masa obrera alemana se le ha puesto de frente y le hizo saber que “reducción de emisiones significa reducción de producción, reducción de consumo, reducción de trabajo y aumento de la desocupación.” Y aunque Alemania es el país que produce más energía mediante turbinas de viento, la cantidad que produce no alcanza para abastecer ni la décima parte de la necesaria para mantener al país y a su población con vida.

Situación similar se encuentra en todos los países del Este de Europa, Polonia, Chequia, Eslovaquia, Hungría… nadie con cerebro quiere reducir emisiones de gases invernadero porque en ello se les va la prosperidad que alcanzaron después de librarse de la Unión Soviética. No quieren haber salido de la sartén para saltar ahora a las brasas. Y mientras la rebelión crece entre la población del este europeo contra decisiones que ven como suicidas y estúpidas, comienzan ahora a darse cuenta de que los habían estado engañando como a niños con el asunto del cambio climático.

Dijo Lincoln que “Uno puede engañar a unos pocos todo el tiempo, engañar a todos poco tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Más tarde o más temprano, la Verdad termina por asomar su hermosa -u horrible cabeza –dependiendo del lado de la trampa en que uno está ubicado.

Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

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