El suelo no puede esperar
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- El 26 diciembre, 2005
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La inexistencia de una planificación territorial, estratégica y a largo plazo, ha desembocado en la situación actual, con problemas de fácil reconocimiento como ser las situaciones extremas de deterioro del pedemonte, degradación del medio ambiente por la utilización no racional de los recursos naturales, inadecuada utilización de los recursos hídricos, contaminación ambiental, el crecimiento anárquico y no sustentable de las ciudades, el despoblamiento de las áreas rurales, las migraciones hacia las periferias urbanas con la pobreza y la marginalidad social que ello representa, abastecimiento insuficiente de agua potable y energía, constituyen, entre otros tantos, aspectos relacionados con la carencia de una planificación y desarrollo territorial.
A todo ello se suma la inexistencia de un marco legal integral, a pesar de que en la provincia han existido intentos de ordenamiento territorial.
Todas esas leyes y planes, si bien han tenido una intención ordenadora y han sido útiles para el manejo dentro de su sector, fueron considerados en forma aislada y no dentro de un proceso integrador que impulse el ordenamiento del territorio.
No se puede concebir una política de ordenamiento territorial sin la creación y la revisión de la base jurídica que sustente las diferentes acciones sobre el territorio de modo de asegurar un uso eficiente de los espacios, según los diversos requerimientos, de parte de los actores institucionales, económicos y colectivos.
Esta breve síntesis demuestra que estos graves problemas tienen una base territorial y legal. Encarar soluciones requiere incorporar la dimensión territorial en las políticas, las normas, las estrategias y en las acciones que se llevarán a cabo.
Los ciudadanos pretendemos que se establezcan políticas de ordenamiento del territorio con proyección a largo plazo en búsqueda de mejoras para la actividad productiva interna con soluciones a largo plazo y consensuadas y con intervención de todos los sectores de la sociedad.
La ciudadanía hoy considera que administrar bien implica progresar y crear. Para poder progresar y crear es fundamental generar riquezas, siendo indispensable para esto contar con un orden, un camino a seguir. Más allá de los recursos financieros, están la voluntad de hacer, de querer ser y la capacidad de gestión.
Está en las manos de los señores legisladores la posibilidad histórica de sancionar una ley de usos del suelo, que por vez primera oriente en forma estratégica los rumbos de esta provincia y le entreguen a quienes en el futuro asuman la responsabilidad de dirigir los destinos de nuestra tierra una herramienta que les permita tomar decisiones, no sólo basándose en impresiones y creencias, sino en análisis concretos. ¿Serán capaces de hacerlo? ¿O continuará siendo más importante privilegiar los intereses de unos pocos poderosos?
Por: María Virginia Sosa Guillermet
DNI 12.799.088
fuente: Los Andes
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