El Sucio Gran Secreto del Viento
- Creado por admin
- El 1 noviembre, 2013
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Travis Fisher y Alex Fitzsimmons
La industria eólica se promociona s sí misma como mejor para el ambiente que las fuentes tradicionales de energía como el carbón y el gas natural. Por ejemplo, la industria afirma que la energía eólica reduce las emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento global.
Pero hay muchas maneras de cuerear a un gato. Como IER hizo notar la semana pasada que aún si el viento reduce las emisiones de CO2, las instalaciones eólicas lastiman, perjudican y matan cientos de miles de pájaros todos los años en clara violación de las leyes federales. Cualquier reducción marginal en las emisiones viene a cuenta de las especies de aves protegidas, incluyendo a las águilas calvas y doradas.
La verdad es, todas las fuentes de energía tienen su impacto sobre el ambiente natural de alguna manera, y la vida está llena de compensaciones necesarias. La siguiente verdad es que la energía abundante y accesible hizo mucho mejor la vida de miles de millones de personas como nunca antes se había visto.
Otra compensación ambiental concierne a los materiales para construir las turbinas de viento. Las modernas turbi-nas dependen de minerales de tierras raras obtenidas de manera principal en China. Desafortunadamente, dadas las regulaciones federales en los Estados Unidos que restringen el desarrollo de las tierras raras, y el pobre récord de China de liderazgo ambiental, el proceso de extracción estos minerales imponen impactos ambientales y de salud miserables en las poblaciones locales. Es una historia que el Gran Viento no quiere que usted escuche.
La Dependencia China de “Lagos Tóxicos”
La industria del viento requiere una asombrosa cantidad de minerales de tierras raras, principalmente neodimio y disprosio, que son componentes claves en los imanes usados en las modernas turbinas de viento. Desarrollados por GE, los imanes de neodimio son fabricados en varias formas y tamaños para numerosos propósitos. Uno de los usos más comunes es en los generadores de las turbinas de viento.
Las estimaciones de la cantidad exacta de tierras raras en las turbinas de viento varían, pero en cualquier caso las cifras son alarmantes. Según el Bulletin of Atomic Sciences, una turbina de viento de 2 megawatts (MW) contiene alrededor de 298 kg de neodimio y 49 kg de disprosio. El estudio del MIY citado más arriba estima que una turbina de 2 Mw contiene alrededor de 281 kg de minerales de tierras raras.
Para cuantificar esto en términos de daño ambiental, considere que extraer una tonelada de mineral de tierra rara produce alrededor de una tonelada de deshecho radioactivo, de acuerdo con el Instituto para el Análisis de la Seguridad Global. En 2012 los Estados Unidos agregaron un récord de 13.131 ME de capacidad de generación eólica. Eso quiere decir que entre 1,8 (usando las estimaciones del MIT) y 2,27 millones de kilos de tierras raras (usando al Boletín de Atomic Science), fueron usadas en las turbinas instaladas en 2012. También significa que entre 1,8 y 2,2 millones de kilos de residuo radioactivo fue creado para hacer estas turbinas de viento.
En perspectiva, la industria nuclear norteamericana produce cada año entre 1,64 y 1,88 millones de kilos de combustible gastado. Quiere decir que la industria eólica de los Estados Unidos ha producido más residuos radioactivos que toda la industria nuclear produjo en combustible gastado. En este sentido, la industria nuclear parece estar haciendo más con menos: la energía nuclear comprende un quinto de la generación eléctrica de Estados Unidos en 2012, mientras que la energía eólica tomó cuenta de apenas el 3,5% de toda la electricidad generada en Estados Unidos.
Mientras que el almacenamiento de los residuos nucleares permanece como asunto muy importante para los ecolo-gistas norteamericanos, muy pocos están prestando atención al uso menos eficiente y menos transparente del material radioactivo vía la excavación de tierras raras en China. La industria nuclear norteamericana emplea nume-rosas salvaguardas para asegurar que el combustible quemado sea almacenado de manera segura. En 2010 la administración Obama retiró la financiación para la Yucca Mountain, el único sitio de almacenamiento permanente para los residuos de la nación autorizado por las leyes federales. Ausente una solución permanente, las compañías de energía nuclear han usado piletones especialmente diseñados en cada una de las centrales nucleares. Por el otro lado, China a cortado los permisos de minería y ha impuesto cuotas de exportación, pero es sólo ahora que comenzó a diseñar reglas para prevenir la minería ilegal y reducir la contaminación. Estados Unidos puede no tener la solución perfecta para el almacenamiento nuclear, pero con toda seguridad es mucho mejor que la eliminación de material radioactivo en lagos tóxicos cerca de Bato, China.
No sólo las tierras raras crean residuos radioactivos, pero de acuerdo con la Sociedad China de Tierras Raras, “una tonelada de mineral calcinado de tierra rara genera 9.600 a 12.000 m3 de residuos gaseoso que contiene concen-trado de polvo, ácido hidrofluórico, dióxido de azufre, y ácido sulfúrico [y] aproximadamente 75 m3 de aguas ser-vidas ácidas.”
Conclusión
La energía eólica no ni de cerca “limpia” y “buena para el ambiente” como los lobistas del viento quieren que usted crea. La industria eólica depende de minerales de tierras raras importados de China, la obtención de los cuales re-sulta en alarmantes daños ambientales. Como un ecologista le dijo al Daily Mail, “No hay ningún paso en el proceso de obtención de tierras raras que no sea desastroso para el ambiente.” Que la destrucción es mayormente invisible y lejana no por ello es menos dañina.
Todas las formas de producción de energía tienen un impacto ambiental. Sin embargo es ingenuo que los lobistas del viento escondan los impactos de su industria mientras destacan los impactos de las demás. Desde las muertes ilegales de aves a los residuos radioactivos, la energía eólica impone riesgos ambientales serios que el lobby del viento querría que usted nunca los conozca. Esto les hace más fácil argumentar para mayores subsidios, créditos fiscales y exenciones impositivas, mandatos y apoyos del gobierno.
El Instituto para la Investigación en Energía (IER) es una organización sin fines de lucro que conduce intensa in-estigación y análisis de las funciones, operaciones, y regulaciones gubernamentales de los mercados de energía globales. IER mantiene que el libre funcionamiento de los mercados de la energía provee las soluciones más eficientes y efectivas para los actuales desafíos energéticos y ambientales y, como tales, son críticos para el bienestar de los individuos y la sociedad.
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Fuente: Mitos y Fraudes
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