El reto de la energía
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- El 4 marzo, 2004
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*Ted Turner describe los imperativos de abordar la pobreza energética y el cambio climático, y el trabajo emprendido por la Fundación de las Naciones Unidas para tratarlos
En muchas maneras, cuadrar la creciente necesidad mundial de energía con nuestra necesidad colectiva de un medio ambiente sano está en el meollo del reto del desarrollo. Mundialmente, los combustibles fósiles dan cuenta de casi un 60% de las emisiones que están causando que el manto atmosférico de dióxido de carbono de la Tierra se vuelva más denso y atrape más calor. En los Estados Unidos, la contribución a estas emisiones de los combustibles fósiles es mayor aún, llegando a un 85%.
De todas las amenazas con que se enfrenta el medio ambiente del mundo, la perspectiva del cambio climático ocupa un lugar preponderante. Existe un consenso casi total en la comunidad científica de que nuestro clima está cambiando y haciéndose más caliente: la incertidumbre que aún existe está relacionada con la velocidad de este cambio y la medida del impacto que el cambio habrá de ejercer sobre el mundo.
El curso responsable a tomar ante estas realidades –ante riesgos tan enormes– es empezar a moverse en la buena dirección. Una mayor eficiencia energética y mayor uso de energía renovable son instrumentos a fácil disposición hoy día para reducir las emisiones de carbono, y su uso iría creciendo con incentivos económicas.
Energía y desarrollo humano
De los 6.000 millones de habitantes del mundo, una tercera parte disfrutan del tipo de "energía a demanda" que los norteamericanos toman por sentado, y otra tercera parte tienen acceso a estos servicios energéticos de forma intermitente. El tercio restante –2.000 millones de personas– simplemente carecen de servicios energéticos modernos. Y no es casualidad que estos pueblos desprovistos de energía sean los más empobrecidos del mundo: sus habitantes viven con 2 dólares por día, y sus filas seguirán creciendo. De acuerdo a los estimados de las Naciones Unidas, el tamaño de la población de las 50 naciones más pobres triplicará en el curso de los próximos 50 años. Sin acceso a fuentes de energía modernas y fiables, el desarrollo social y económico no es posible.
De todas las amenazas con que se enfrenta el medio ambiente… el cambio climático ocupa un lugar preponderante
Varios nuevos modelos han ayudado a demostrar, a una escala limitada, diversos enfoques hacia la financiación y el suministro de servicios energéticos rurales asequibles. Basándonos en estos éxitos, nuestro reto consiste en continuar incrementando su impacto ampliando programas que funcionen en la práctica, y alentar el flujo de capital privado hacia un desarrollo energético sostenible.
El papel de la Fundación de las Naciones Unidas
A la fecha, la Fundación de las Naciones Unidas ha invertido más de 28 millones de dólares en proyectos de las Naciones Unidas destinados a confrontar el reto de la energía. Uno de nuestros proyectos de bandera, el Desarrollo de Empresas de Energía Rural Africanas (AREED, African Rural Energy Enterprise Development), trata de desarrollar empresas energéticas que usan tecnologías energéticas limpias, eficientes y renovables para satisfacer las necesidades de poblaciones insuficientemente servidas, al mismo tiempo de reducir las consecuencias de los patrones de uso actuales para el medio ambiente y la salud.
El enfoque de AREED ofrece a los empresarios rurales una combinación de servicios de desarrollo de empresas y financiamiento de puesta en marcha. Este apoyo financiero y técnico integral permite a los empresarios planear y estructurar sus compañías en una manera que les prepara para la expansión y torna menos riesgosas las posibles inversiones futuras de socios financieros convencionales.
En Mali, donde la leña y el carbón vegetal representan más del 90% del consumo de energía doméstico, AREED está trabajando con una empresa local para desarrollar combustibles alternativos para cocina con objeto de disminuir la dependencia de las fuentes tradicionales, que es causa de degradación forestal y desertificación, y contribuye a la pobreza general del país. La compañía local está ocupándose de esta necesidad mediante la fabricación de briquetas con subproductos agrícolas, tales como chalas de coco, cáscaras de maní, aserrín y cascarillas de arroz. AREED apoya a la empresa con un estudio y estrategia de mercado que le permitirá comerciar su producto de forma más efectiva y preparar su expansión comercial.
AREED ha sido tan exitosa que la Fundación de las Naciones Unidas ha ampliado su apoyo para incluir actividades similares en el Brasil y China.
*Ted Turner es Director General de la Fundación de las Naciones Unidas.
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