El Ozono: La Tecnología del Siglo XXI
- Creado por admin
- El 19 enero, 2006
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Ambientes sanos: mejor Calidad de Vida
Se habla de los distintos usos del OZONO como herramienta para la “limpieza” de los ambientes, su desinfección y desodorización.
Las temperaturas extremas, el frío o el calor, obligan a cerrar los ambientes, ventilarlos poco o nada lo que impide una adecuada renovación del aire. De esta manera se cargan de olores y otros contaminantes.
Olor a cigarrillo, olor a comida, olor a humedad, olor a “baño”, olor a personas, olores, indican la presencia de sustancias en el aire, porque el aire puro por definición es inodoro. Son sustancias contaminantes del ambiente, a lo que debemos agregar la presencia del conjunto de microorganismos (bacterias, virus y hongos) a los que, en estos ambientes modificados, damos las condiciones necesarias de temperatura y humedad para su proliferación.
En resumen, tendremos ambientes “viciados”, cargados de olores, de microorganismos patógenos y de otros contaminantes, que desmejoran la calidad de vida y perjudican la salud.
Cómo mejorar esta condición?
El OZONO es el aliado perfecto, natural y ecológico que puede ayudarnos mejorando sustancialmente la calidad y seguridad del aire que respiramos.
Porque destruye las bacterias, virus y hongos desinfectando el ambiente y evitando el contagio de enfermedades.
El OZONO elimina los olores, no los enmascara. Desodoriza el ambiente transformando los compuestos que producen olores a compuestos más simples e inocuos para la salud.
A su vez, los Generadores de OZONO ambiental mejoran la condición de respirabilidad del aire efectuando su ionización negativa, que hace que el ambiente sea más liviano, fresco con olor a limpio.
Usos del Ozono
En el Hogar
El uso de generadores de OZONO a nivel doméstico colabora con mantener ambientes desodorizados y desinfectados, elimina los olores a comidas, baños, humedad y cualquier olor propio de la vida diaria.
Clínicas, Consultorios Odontológicos, Pediatrías, Fisioterapias, SPA, etc…
Ignúe Semmelwiss, Pasteur y Lister, descubrieron que el principal medio de contagio es el aire, y por tanto, los numerosos métodos que se han ensayado van encaminados a su esterilización.
El enfermo, al toser, hablar y al respirar, las bacterias pasan al aire y se depositan en el suelo, sobre objetos y mobiliario, en la piel y hasta en los vendajes y así llegan a las vías respiratorias de otros, sirviendo de punto de partida para la infección.
Comenzaron a aplicarse en el aire numerosos productos químicos como el ácido fénico y los glicoles, sistemas que siendo incómodos de utilizar no producían resultados satisfactorios. También se emplearon los rayos ultravioletas, pero además de ser costosa su instalación y mantenimiento, producían lesiones en los ojos y tejidos de personas expuestas a los mismos. Hoy se conoce la incidencia de estos rayos en la enfermedad del cáncer.
Recientemente se ha llegado a la conclusión de que el mejor procedimiento es la utilización del OZONO, que aplicado en pequeñas dosis en el aire produce un efecto fulminante en la población bacteriana, garantizando una perfecta asepsia.
El OZONO, utilizado en los centros de la salud cumple un doble papel benefactor. Aparte del elevado poder desinfectante, está su gran efecto desodorizante. Al mismo tiempo que destruye por oxidación las bacterias, descompone las sustancias orgánicas y productoras de los olores molestos que en estos lugares se originan.
Comencemos por ese olor a medicamento y desinfectante que es característico en todo centro sanitario, que incluso puede sugestionar al paciente. Es un inigualable desinfectante y elimina el característico olor a medicina.
En las salas de espera, consultorios, etc, la acumulación de personas da origen a que el ambiente esté cargado y lo que es más, allí se mezclan enfermos con personas sanas, y el peligro de contagio es inminente. Aquí el OZONO, encuentra un perfecto lugar para su benéfica acción. Evitar el contagio es la clave.
Al mismo tiempo sus moléculas son iones negativos, evitando posibles estados nerviosos a que da lugar la simple espera.
A modo de síntesis transcribimos lo que ya decía el propio PASTEUR: “Con el aire, respiramos la mayor parte de nuestras enfermedades. En contacto con el OZONO los microbios quedan quemados y las toxinas destruidas.”
En Oficinas, Salas de Reunión, Cyber, Call Centers, Universidades, etc
Hoy es conocido el llamado “Sindrome del Edificio Enfermo”, que consiste en el desarrollo de enfermedades originadas por la proliferación de bacterias y hongos en los edificios y oficinas cerradas, (Legionella, Aspergillius, et al). También provocan sensación de cansancio, estrés y falta de lucidez. El principal síntoma es el contagio de la misma enfermedad y una deserción laboral superior a la normal.
En ambientes correctamente ozonizados el aire es mucho más “fresco”, relajado y sano y se evita el contagio de enfermedades infecciosas.
Un apartado especial para oficinas, salas de reunión, etc. donde se fuma. Allí el OZONO encuentra su mejor aplicación al eliminar los compuestos del humo del cigarrillo, haciendo menos molesta y menos tóxica la permanencia en esos lugares.
En Restaurantes, Hoteles, Pubs
Si bien es normal la presencia de olores a comida en los restaurantes, es posible atenuarlos, cuando su presencia es excesiva y se produce la molestia del cliente o el típico comentario sobre la impregnación de la ropa. Además puede atenuarse el olor producido por la mezcla de olor a comida y cigarrillo y fundamentalmente evitarse la transferencia del olor del “sector fumadores” al “sector no fumadores”.
Cerrando esta nota podemos afirmar que hoy se está utilizando OZONO en descontaminación de los ambientes más diversos y con resultados muy satisfactorios. Hogares, oficinas, clínicas, hospitales, salas de espera, hoteles, bares y restaurantes, baños públicos, salas velatorias, salas de computación, fisioterapias y gimnasios, colegios, etc. están utilizando ozono con óptimo resultado en descontaminación y desodorización ambiental.
Por Ing. Javier Fontaine
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