El inverso de la pirámide de Maslow en la jerarquía de las necesidades básicas
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- El 17 marzo, 2008
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El psicólogo newyorkino Abraham Maslow (1908-1970), uno de los más grandes teóricos del comportamiento humano del siglo pasado, observó en sus investigaciones con los monos, que algunas necesidades básicas de supervivencia toman precedencia sobre otras. Por ejemplo, si se tiene hambre pero se está sediento (la sed prima sobre el hambre),primero tomaremos agua y luego comeremos. Siguiendo este orden de ideas, la necesidad de respirar está por encima de la de calmar la sed, y el sexo es menos apremiante que respirar, que tomar agua y que comer. Podemos mantenernos vivos toda una vida sin sexo, pero no dejando de respirar e ingerir líquidos y alimentos por un lapso determinado de tiempo.
Maslow toma esta idea como referencia y crea con base en ella, su afamada pirámide de jerarquías de necesidades, que distribuye de la siguiente manera:
1. Fisiológicas
Necesidades básicas para mantener la vida: Alimento, agua, calor, abrigo y sueño. Para Maslow mientras no se satisfagan estas necesidades primarias, no habrá otras que motiven a las personas.
2. Seguridad
Mantenerse libres de daños físicos y del temor por ir a perder el empleo, la propiedad, el alimento o el abrigo.
3. Afiliación o aceptación
Por ser seres sociales, se tiene la necesidad de pertenecer a una comunidad y de ser aceptados por los demás.
4. Estima
Materializada la necesidad de pertenencia, las satisfacciones que puedan derivarse del poder, del prestigio, del status y de la seguridad, toman ahora sentido.
5. Autorrealización
La necesidad más elevada en la jerarquía propuesta por Maslow: las condiciones para alcanzar el desarrollo pleno de nuestro potencial, direccionada hacia el logro de una meta de vida, se nos dará, si y solo si, son satisfechas, en su orden jerárquico, las que le preceden en la pirámide en estudio.
El inverso de la jerarquía en la pirámide de necesidades básicas de Maslow
Aunque el grado de aceptación de la propuesta de Maslow prácticamente ha sido unánime, que yo sepa, nadie de momento la ha cuestionado, sin embargo, aunque en apariencias diera la impresión que Maslow acertó en su planteamiento, en lo que a mi respecta, por sus implicaciones desmotivantes, su propuesta no es nada sustentable; razón, por la cual, nuestra fuerza laboral, en especial, tal como la interiorizan, tomando sus planteamientos con visos manipuladores para presionar por una mejor retribución económica, han terminado reduciendo, especie de ajuste de cuentas, su capacidad productiva, y por ende sus ingresos, a niveles alarmantes: con este sueldo, con esta explotación, con este trato, etc., quien podrá sentirse lo suficiente motivado (lo que podría explicar lo de la alta accidentalidad por la que atraviesan la gran mayoría de nuestras empresas) como para ser productivo, y ascender, a su vez, en cada uno de los diferentes niveles jerárquicos de la pirámide propuesta por Maslow; y al final, como si lo anterior fuera poco, contar con energía extra, para alcanzar la tan anhelada autorrealización.
La pirámide de Maslow no estimula para nada el auto sacrificio en pos de una meta. Sencillamente, si no contamos con los satisfactores básicos para subsistir, la autorrealización queda insofacto fuera de contexto en ella. He ahí el gran obstáculo que se nos interpone en su camino, y el porqué hemos terminado moldeando una cultura poco dada a sacrificarse en el logro de sus objetivos, pero si rebosante de ilusiones hacia el disfrute de una vida plena, pero sin esforzarnos en lo más mínimo.
Mi propuesta es que invirtamos el orden jerárquico de dicha pirámide, a fin de ponerla a funcionar como un todo direccionado al alcance de nuestras metas más sentidas, independiente de que se nos den o no los satisfactores básicos planteados por Maslow.
Lo fundamental en esta nueva propuesta, es visualizar nuestras metas de vida, e interiorizadas, dirigir hacía ellas todo nuestro potencial y esfuerzo. Unas metas, en lo posible, exigentes en grado sumo, tan exigentes que no nos sea posible distraernos en sutilizas, muy a pesar de que, nuestras exigencias fisiológicas básicas, no se satisfagan en la medida de nuestros deseos.
Víctor E. Frankl (1905–1997) neurólogo y psiquiatra judío nacido en Viena, mientras lo fichaban a su ingresoal campo de concentración Nazi de Auschwitz (1944), se traza tres objetivos, y los cumple todos: Sobrevivir; usar sus conocimientos médicos y siquiátricos para ayudar en lo posible; y tratar de aprender algo.
Salir con vida del más infame de todos los campos de concentración Nazi, se convirtió en una obsesión para Frankl, su motor: trabajos forzados, trato despiadado, alimentación al borde de la inanición, enfermedades pululando por doquier, desaseo y frío inclemente (pulmonía a bordo), entre otras tantas minucias extremas, hacían parte del desesperanzador día a día de los reclusos de Auschwitz.
Así las cosas, lo de prestar sus servicios profesionales a prisioneros y carceleros por igual, y su interés adicional por aprender algo de tan inusual experiencia (todo sucede para bien) favorecieron, indudablemente, sus intereses por alcanzar su meta más preciada, la de sobrevivir a todas las inclemencia, aún las más extremas.
¿Beneficios alcanzados?, innumerables: Viktor E. Frankl tras su desgarradora y brutal experiencia en Auschwitz, al margen de los reconocimientos internacionales que fue objeto en vida, doctorados Honoris Causa, cátedras ocupadas en las más prestigiosas universidades del planeta, publicaciones en diferentes medios impresos, entrevistas y conferencias dadas alrededor del mundo, dos son los aportes más relevantes que dejó como legado a la humanidad; el primero, su afamado libro “El hombre en busca de sentido”: “tener una visión de futuro es lo que le dasignificado a la vida y es esta nuestra salvación aún en los momentos más difíciles y espantosos”, reza en uno de sus apartes. Y el segundo, la Logoterapia, considerada como la tercera escuela vienesa de psicología, después del psicoanálisis de Sigmund Freud y de la psicología individual de Alfred Adler: “¿Por qué no se suicida usted?”, solía preguntarle a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos, más o menos importantes, y de las respuestas que le daban, extraía una orientación para el tratamiento psicológico a aplicar: “a este lo que le ata a la vida son sus hijos; a este otro, un talento, una habilidad sin explotar; y aquel, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido”.
Campo de concentración de Auschwitz. Muy a pesar de vivir en condiciones de supervivencia infrahumanas, tal como lo muestra la foto adjunta, Víctor E. Frankl, pudo plantear, desarrollar y hacer una realidad su metas de vida más sentidas: salir con vida del campo de concentración de Auschwitz, prestar sus servicios médicos y psicológicos a quien lo requiriera, y en lo posible, aprender algo de tan brutal experiencia. |
Tal como lo trato de entender, y si me llegase a equivocar, de esa forma es como lo aplicaría; la logoterapia no es más que una terapia basada en la implementación, fortalecimiento y rediseño de metas u objetivos por carencia, por falta de claridad y de direccionamiento de los mismos, que llevan a las personas a perder la esperanza, y en los casos extremos, al suicidio. De ahí la pregunta mágica que Víctor E. Franklhacia a sus pacientes, ¿por qué no se suicida usted?
Una alimentación cercana a la inanición, no fue óbice para frenar el desarrollo de las metas de vida de Víctor E. Frankl en el despiadado campo de concentración Nazi de Auschwitz. |
No se si les habré dado los suficientes argumentos como para que se permitan invertir, tal como lo he hecho de mi parte, la tan afamada pirámide de satisfacción de Maslow, colocando en su base la más elevada de nuestra meta o metas de vida, con la convicción absoluta, sin llevarnos a nadie por delante (ténganlo muy en cuenta), de que, alcanzado el objetivo planteado, los demás satisfactores, los que para Maslow son imprescindibles en el camino de la autorrealización, ahora, al margen de ella y bajo estricto control para minimizar sus efectos nocivos (especies de trabas), se darán por añadidura, y de seguro, que muy por encima de nuestras expectativas más esperanzadoras. ¡No les quepa la menor duda!
Por: Ricardo López Solano
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