El DDT y los problemas sobre el ambiente y los seres humanos
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- El 31 julio, 2006
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Creado en 1939 por el químico suizo Paúl Muller, el DDT es un insecticida bastante barato que, a bajas concentraciones, es inocuo para la mayoría de los animales, salvo para los insectos, claro. Sin embargo, es un compuesto muy estable, que permanece muchos años sin degradarse. Además, es soluble en los lípidos, por lo que se acumula en las grasas animales, lo que hace que se transimta por la cadena trófica aumentando su concentración. Además, existen indicios bastante serios de que puede ser cancerígeno para los seres humanos. En 1962, la bióloga Rachel Carson escribió un famoso libro llamado Silent Spring, donde alertaba de los riesgos de este insecticida. Desde entonces, su uso se ha prohibido o restringido (al menos oficialmente) en muchos paises. A pesar de ello, hoy día se puede detectar DDT en muestras tomadas por todo el globo, incluidos lugares donde nunca se usó, como la Antártida.
El caso del DDT resulta especialmente interesante de analizar por ser muy representativo de los pros y contras de los insecticidas, especialmente de los más antiguos.
Conforme se fueron descubriendo algunos importantes problemas asociados a su uso, empezó a ser cada vez menos usado. La máxima producción de este insecticida se produjo en 1970 y a partir de entonces se fue prohibiendo su uso, cada vez en más países, y descendiendo su producción. El motivo de este declinar del favor social del DDT fueron los graves problemas que se detectaron. En primer lugar es un producto de lenta conversión a sustancias no tóxicas en la naturaleza, su persistencia media es de unos 3 años. Además es muy poco soluble en agua, lo que hace que no se elimine en la orina, y es muy soluble en grasas, por lo que se acumula en tejidos de los organismos. Por estos motivos se va acumulando a lo largo de la cadena trófica. Así, por ejemplo, el DDT que se extendía sobre un cultivo se encontraba en una concentración bajísima en las plantas; pero en los insectos que se alimentaban de estas plantas estaba ya en concentraciones diez veces mayores. Si el insecto resiste al DDT será comido por ranas, por ejemplo, en las que el DDT alcanzará concentraciones 100 veces mayores que las de las plantas; y las rapaces que comen a las ranas llegan a tener concentraciones 1000 veces mayores.
Uno de los principales efectos de estas concentraciones de DDT fueron sobre la reproducción de las aves, porque sus huevos tenían unas cáscaras extraordinariamente finas y frágiles y muchos se rompían durante la incubación. De esta forma las poblaciones de algunas especies de aves disminuyeron de forma alarmante.
Otro importante problema fue que muchos organismos desarrollaron resistencia y para luchar contra ellos había que emplear cantidades cada vez mayores del producto y con menor eficacia.
Los ambientalistas han expresado su preocupación durante largo tiempo de que el DDT es tóxico para los seres humanos, por lo que su uso se ha limitado o prohibido en todo el mundo.
Cuál es el principal problema del DDT en los seres humanos? Bueno… el comer alimentos con grandes cantidades (gramos) de DDT durante un tiempo breve afectará principalmente el sistema nervioso. Personas que tragaron grandes cantidades de DDT sufrieron excitabilidad y temblores y convulsiones. También experimentaron sudor excesivo, dolor de cabeza, náusea, vómitos y mareo. Estos efectos sobre el sistema nervioso desaparecieron una vez que la exposición cesó. Los mismos tipos de efectos ocurrirán al respirar partículas de DDT en el aire o por contacto de la piel con grandes cantidades de DDT. Los estudios en animales de laboratorio han descripto efectos similares del DDT sobre el sistema nervioso.
Los estudios de exposición prolongada a cantidades moderadas de DDT (20-50 mg por kilogramo [kg] de peso al día) en animales han demostrado que el DDT puede afectar el hígado. Los estudios en animales también sugieren que la exposición breve al DDT y a los metabolitos en los alimentos puede afectar adversamente la reproducción. Más aun, sabemos que ciertos productos de degradación del DDT pueden causar efectos perjudiciales sobre la glándula adrenal.
Los estudios en animales han demostrado que la exposición oral al DDT puede producir cáncer del hígado. Los estudios en trabajadores expuestos al DDT no mostraron aumentos de mortalidad o de cáncer. Basado en toda la evidencia disponible, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) ha determinado que es razonable predecir que el DDT es un carcinógeno en seres humanos. Así mismo, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) ha determinado que el DDT es posiblemente carcinogénico en seres humanos. La EPA ha determinado que el DDT, DDE y DDD son probablemente cancinogénicos en los seres humanos.
Una de las últimas investigaciones en cuanto al DDT y sus derivados expresa que Los fetos expuestos al pesticida DDT mientras se encuentran en el útero materno sufren de problemas de desarrollo.
Investigadores de la Universidad de California en Berkeley afirman que sus descubrimientos, publicados en la revista Pediatrics, deberían ser tomados en cuanta cuando se intenta luchar contra la malaria.
Más de 30 años desde que su uso fue prohibido en Estados Unidos, el DDT es detectado en entre 5% y 10% de la población, mientras que el DDE es detectado en virtualmente todos los seres humanos.
Los investigadores de Berkeley midieron niveles de DDT y de unos de sus productos degradados (DDE) en sangre de 360 mujeres embarazadas, la mayoría de ella nacidas en México, donde el uso agrícola del químico fue prohibido recién en el 2000.
Se tomaron en cuenta varios factores como la edad, nivel de ingresos, educación, estado civil y laboral, el sexo del niño, duración del amamantamiento y la calidad del ambiente hogareño para niños de corta edad.
Los investigadores evaluaron las habilidades mentales y físicas de los bebés de las mujeres a los 6, 12 y 24 meses, usando pruebas estándar de medición de desarrollo de niños.
Por cada multiplicación por diez en los niveles de DDT medidos en la madre, el equipo encontró una caída de entre dos y tres puntos en los índices de desarrollo mental a los 12 y 24 meses.
Los niños con los índices de exposición más altos al DDT durante los meses en el útero registraban un desempeño de entre siete y diez puntos menos en las pruebas que aquellos con bajos niveles de exposición.
Cuando se medían las habilidades físicas de los niños, se registró una disminución de dos puntos en las mediciones de los niños a los 6 y 12 meses para cada multiplicación por diez en los niveles de DDT de las madres.
Se descubrieron efectos similares, aunque menos marcados, en los niveles de exposición al DDE.
Según el profesor Richard Sharpe, de la Unidad de Ciencia Reproductiva del Consejo de Investigación Médica de Edimburgo, “cuantos más años tenga la mujer antes de amamantar por primera vez y cuanto más extendida y profunda sea su exposición al DDT, más alta será la cantidad de químico transmitido al niño”.
Por: Cristian Frers
Técnico Superior en Gestión Ambiental y
Técnico Superior en Comunicación Social
E-mail: [email protected]
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