Desplumando la Gallina del Cambio Climático

Del server de la Unidad de Investigación Climática (CRU) de la Universidad de East Anglia salió una gran cantidad de e-mails y listados de código de computación con comentarios muy esclarecedores –y muy inconvenientes, por cierto, sobre las extrañas manipulaciones que se estaban haciendo sobre los datos crudos de las temperaturas, y las proyecciones de un futuro aumento de la temperatura global.

No se sabe todavía si esto fue producto de un “hacker” o de la liberación de esos datos por parte de un “soplapi-tos” dentro del mismo CRU, desencantado, o asqueado por el fraude que veía concretarse bajo sus propias narices. De cualquier modo, es un inmenso favor que esa persona le hizo a la humanidad porque permitirá ir desmontando el fraude político-científico del cambio de clima provocado por las actividades irresponsables del hombre. Será como ir desplumando una gallina, pluma por pluma, hasta que sea expuesta en su patética desnudez. Quizás haya algún niño que exclame: “El Rey va desnudo!”. Serán millones los que se reprocharán haber sido tan crédulos; otros millones dirán, “Vieron, se los dije!”. Pero habrá muchos que seguirán creyendo en los sastres tejedores de telas mágicas que hacen invisibles a las “declinaciones.”

El Climagate expone a la opinión pública a una camarilla de 20 a 30 científicos (no sólo dentro del CRU), que revisa-ban y se aprobaban estudios científicos entre ellos (como lo denunció tiempo atrás el Informe Wegman al Senado de EEUU), influían a las revistas journals científicos para que publicase solamente sus estudios e impidiesen la publi-cación de estudios contradictorios, y luego se sentaban en los paneles del IPCC como autores que determinan cuáles estudios serán incluidos en el informe final del IPCC y cuáles serán rechazados. Esta es la razón por la que siempre están gritando “revisión de los pares, revisión de los pares!” para desacreditar los estudios y opiniones de científicos escépticos. Ellos eran los dueños del “peer review” en el campo de la climatología.

El Climagete expuso que este pequeño grupo estuvo añadiendo correcciones positivas a los datos crudos de la temperatura de todo el mundo, inflando el aumento de la temperatura en los últimos 50 años. Tanto el CRU inglés como NASA-GISS en los Estados Unidos agregan estas correcciones sesgadas a gusto y piacere de ellos para apo-yar su tesis del calentamiento antropogénico. En el CRU los programadores (el famoso Harry) no sabían la razón por las que esas correcciones eran agregadas todos los meses. Los algoritmos de los programas eran de una confusión incomprensible para los mismos programadores que seguían las órdenes de “arriba”. Un comentario de Harry en el listado del programa dice que estuvo semanas intentado arreglar el código del programa para que tuviera sentido sin poder lograrlo. Termina su comentario con una muy significativa expresión de frustración: “Aaaarghh!”

El Climagate expuso a los líderes de esta camarilla instruyéndose unos a otros para borrar los e-mail, archivos de datos, programa de análisis de datos en previsión de una solicitud de de información bajo el Acta de Liberad de Información (FoIA), algo que constituye claramente un crimen de acuerdo a esa ley.

El climagate expuso el “truco” de la figura del Palo de Hockey y otros estudios que realizan reconstrucciones de temperaturas pasadas mediante proxys. Después de todo, la reconstrucción de las temperaturas de los últimos 1000 años es el primer paso para la predicción del futuro mediante super computadoras como se explica abajo:

1. Era necesario primero que nada la eliminación del Período Cálido Medieval y la Pequeña Edad de hielo (el man-go del palo de hockey) de manera que se minimizaran los efectos del sol en el pasado, dando pie al actual rechazo del efecto de las variaciones del sol sobre el clima. También permitía que todo el calentamiento de los últimos 75 años fuese culpado al aumento del CO2. Los datos crudos sobre anillos de árboles, proxys de sedimentos lacustres, análisis de los cilindros de hielo de los polos, etc, son usados como proxys para la re-construcción del registro de las temperaturas desde el año 100 a 1960. Abajo hay un gráfico de Svensmark sobre la correlación entre rayos cósmicos y temperaturas del pasado:

   Sin entrar en largas explicaciones, los gráficos de arriba muestran que durante las épocas de aumento de la radiación cósmica (modulada por la mayor o menor actividad solar y el viento solar que impide que los RCG -rayos cósmicos galácticos- lleguen a la atmósfera terrestre) las temperaturas de la Tierra descendieron hasta lo que se llama “ice house” o casa de hielo, y al revés, la disminución de los RCG aumenta la temperatura en lo que se llama “ice house” o “invernadero”. Las variaciones en la abundancia de los RCG se determinan por medio de los isótopos de carbono-14, oxígeno-18 y berilio-10 en sedimentos, muestras de hielo, etc.

   El actual experimento que se lleva a cabo en el CERN de Suiza en estos momentos con el Super Colisionador tiene el fin de demostrar si los rayos cósmicos tienen el efecto que se presume sobre la formación de nubes y el clima de la Tierra.
   
   Para asegurar que el resultado fuese el adecuado para apoyar su hipótesis, se sospechó desde un principio que se estaban manipulando los datos mediante “trucos” en las estadísticas computadas, “eligiendo fresas”, borrando datos inconvenientes, dando valores convenientes a las variables y constantes elegidas a “ojo de buen cubero”, etc, algo que el Climagate viene a demostrar de manera acabada y terminal. Este par de grá-ficos mostrados más arriba por Steven McIntyre lo hace claro: la curva verde descendente (decline) de Kevin Briff se detiene en 1960, pero si se la continúa con los mismos datos de Briffa, el resultado lo muestra la línea carmín. Esa es la “declinación” tan temida por Phil Jones y la recomendación a Briffa que aplicase el “truco” usado por Mann en su palo de hockey para “ocultar la declinación”, el famoso “hide the decline” que se ha convertido en un notable éxito musical en YouTube:

2. La pendiente de 10 años promedios corridos de las temperaturas globales promedio usando termómetros desde 1900 hasta el presente (la hoja del palo de hockey) fue maximizada mediante el torpe código de computación conocido como “el truco”, con el efecto de Islas de Calor Urbano, escondiendo la declinación, y aún inventado datos, como lo documentan los e-mails liberados a la inspección pública- Esto asegura que el coeficiente de la sensibilidad de los Gases Invernadero de todos los 21 modelos climáticos computados usados por el IPCC fuesen maximizados, y eso maximiza a su vez el resultado de las temperaturas predichas para 2100 de acuerdo con la torpe teoría del aumento de temperatura provocado por el aumento del CO2 en la atmósfera.

   Esa información falseada de la temperatura fue usada para reemplazar los datos divergentes (la declinación) de las temperaturas desde 1960 que mostraba el estudio de anillos de árboles de Kevin Briffa. A partir del mo-mento en que eliminan los datos “inconvenientes” de Briffa le pegan con cola los datos de temperatura de los termómetros que fueron, también de manera conveniente, “corregidos” de acuerdo con criterios conocidos sólo por ellos. ¿Sabremos cuáles fueron los criterios usados por ellos para llegar a la verdad? No, porque Phil Jones destruyó todos los registros históricos del CRU que contenían los datos crudos originales, sin corrección. Claramente fue hecho para que nadie, nunca, jamás, pudiese llegar a la verdad del asunto. Eso es un crimen que merece una condena penal severísima porque atañe a la manera en toda la humanidad sería condenada a vivir en caso de que, basados en los datos falsos del CRU, se adoptasen políticas regulatorias e impositivas que nos afectarán a todos, provocando un severo colapso de la economía mundial.

3. A causa de que ajustando (“tuneando”) los programas de las supercomputadoras emplean lo que se llama “back casting” o predicción inversa, esto permite que las computadoras puedan reproducir al Siglo 20, y afirmar que las computadoras ya estaban en condiciones de predecir las temperaturas y el clima futuro. A causa de las razones 1 y 2 de arriba, casi cualquier cambio de clima predicho por los modelos era debido al aumento del CO2 y las realimentaciones positivas, y casi ningún cambio de clima podía atribuirse a otras razones que no fuesen el CO2. Un fraude descomunal.

4. Con el paso de los años, cuando se tuvieron mejores cifras para los efectos volcánicos, el hollín, aerosoles, el uso del suelo, ciclos multidecadales de los ocános, etc, parece que el CRU hizo revisiones para componer al “back cast” pero apenas si podían comprender qué estaban haciendo los códigos de los programas gracias a las anteriores modificaciones y correcciones para factores disparatados y/o los inventados, como ha quedado demostrado en los comentarios de los mismos programadores.

5. Después que el ICC hace el promedio de los 21 modelos super computados del clima de las futuras tempera-turas proyectadas (cualquier cosa entre 2 y 7ºC, nada preciso por cierto), ese resultado se usa para predecir toda clase de catástrofes ambientales. Fuegos, inundaciones, sequias, borrascas de nieve, huracanes, torna-dos, terremotos, insectos, enfermedades, guerras civiles, gatos y perros durmiendo juntos, ataques de caspa –lo que a usted se le ocurra. Hay un sitio web que lista más de 300 cosas que han sido causadas por el ca-lentamiento global –ninguna de ellas tiene el menor asidero científico.

De manera que, cállese o será llamado “negador”, viva de la manera en que nosotros le decimos que debe vivir, pague más por todo, y sólo envíe dinero para mi investigación del impacto del calentamiento global y el cambio climático sobre los cangrejos japoneses –que estuvieron viviendo más de 440 millones de años pasando a través de innumerables y mucho más grandes cambios de la temperatura.

Si alguien tiene alguna duda todavía sobre cómo han sido estafados por estos criminales, y cómo quieren seguirlo estafando sus patrones que irán Copenhague (a beber champagne y salir con locas,) ponga su pregunta ahí abajo en la ventanita de mensajes.

Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC