De la Planificación energética al caos del “Libre Mercado”
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- El 13 octubre, 2011
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Las grandes potencias económicas extienden sus planificaciones energéticas a medio siglo por delante, lo cual es totalmente lógico considerando el enorme valor estratégico de la energía, insumo básico de toda actividad socio – económica. Así lo hacen EEUU, China, India, la UE, Japón y Canadá, entre otros. Por su parte, Brasil disponía de cuidadosas proyecciones de corto, mediano y largo plazo, que alcanzaban dos décadas. Dado su afianzamiento como una de las grandes potencias mundiales, no es de extrañar que haya extendido sus planificaciones a medio siglo.
Antes del tremendo desbarajuste que causó el modelo neoliberal –vigente crudamente entre 1976 y 2001-, Argentina llegó a tener planificaciones energéticas coherentes, a una década, que es el tiempo mínimo necesario para este sector económico, cuyas inversiones y lapsos de ejecución son considerables.
Después vendrían las mentiras institucionalizadas por el establishment, que atacaba como “anticuada” y “perjudicial” a toda planificación; afirmando además que “el mercado” lo solucionaría todo, y más eficientemente. Así nos fue, con la entelequia llamada “libre mercado” escudando la orgía de brutales y desproporcionadas ganancias para “los elegidos”, mientras se empobrecía a la mayoría y se desarticulaba el país poniéndolo al borde de la disolución nacional…¡simples “minucias” para los liberales ortodoxos, ahítos de libertinaje, mal disfrazado de “libertades de los mercados”!
Sin planificación, no se previó nada, los “privados” (varios en rigor empresas estatales extranjeras) se dedicaron a maximizar sus enormes utilidades, no invirtiendo más que lo imprescindible, además de “ordeñar” nuestras importantes reservas de petróleo y gas natural.
De allí a la descomunal crisis energética, solo mediaron pocos años, estallando en 2006, previa incubación de al menos una década y media. Se está saliendo de esa situación, en base a muy fuertes inversiones y a profundos cambios de los paradigmas y de las matrices energética y eléctrica. Aún queda mucho por hacer.
De la falsedad de la supuesta “eficiencia de los mercados”, se volvió a un fuerte intervencionismo estatal, sea este directo en forma de inversiones, o indirecto en base a normativas y pautas de acciones…tal como lo hacen todos los países organizados, con criterio de grandeza nacional.
Queda mucho camino por recorrer para suplantar décadas de pobres o inexistentes inversiones energéticas básicas –usinas, líneas de alta y media tensión, plantas de refinación de combustibles, gasoductos, perforaciones de exploración y de explotación de petróleo y gas, etc.-.
Y no es un tema menor recomponer los entes de planificación energética –hoy se necesita un Ministerio de Energía a nivel nacional, y otro tanto en las provincias-, como también es necesario modificar totalmente el andamiaje legal y normativo en base a los cuales se sustentó –endeblemente y aún violando leyes vigentes- toda la estructura de las “privatizaciones” de los años ’90.
Otro aspecto crucial, que suele pasar desapercibido, son las proyecciones de la demanda energética, las cuales suelen ser subestimadas -muy en defecto-, por el “club de especialistas energéticos”, la mayoría de los cuales responde a intereses vinculados con el modelo neoliberal, el que a su vez siempre priorizó y forzó el consumo excesivo de petróleo y gas natural, así como las instalaciones de usinas termoeléctricas.
Tasas de crecimiento de la demanda eléctrica a mediano plazo, estimadas en un escuálido 3 % anual, están a contrapelo de todo dato histórico, así como del lógico sustento de un necesario crecimiento económico alto o incluso moderado. Por regla general, la demanda del sector eléctrico crece más rápido que el PBI, por lo que de no efectuarse las correcciones, se marchará a nuevos cuellos de botella en el abastecimiento eléctrico. Lo mismo ocurre con el sensitivo tema de los combustibles fósiles y sus eventuales sustitutos.
Como nueva potencia emergente que es, Argentina sigue creciendo fuertemente, con tasas muy altas, y es deseable y posible que siga haciéndolo. Por tanto, no tiene sustento que la planificación energética a mediano plazo apenas cubra el crecimiento vegetativo de la población. ¡Algo no cierra en algunos esquemas, que parecerían digitados por los mismos que nos embretaron en una crisis energética sin parangón en la historia!
Por otra parte, las estadísticas eléctricas de más rápida difusión, son las confeccionadas en base a datos publicados mensualmente por CAMMESA (Compañía Argentina del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima), que por lógica solo incluye las transacciones que pasan por “el paquete mayorista” comercializado por esa empresa privada.
Los entes oficiales y las fundaciones que elaboran informes en base a estadísticas, por lógica necesitan información de rápido y fácil acceso, lo que hace entender que se utilicen los datos de CAMMESA…¡pero no se aclara que son incompletos!
CAMMESA no es intermediaria en la autogeneración que muchas provincias poseen, por caso en Misiones la importante Hidroeléctrica Urugua-Í, ni la energía importada proveniente de ANDE (Paraguay), como tampoco otras fuentes de menores volúmenes.
Formosa también esta habilitada para importar directamente energía de Paraguay.
El sistema de Generación Distribuida montó muchas pequeñas usinas termoeléctricas en diversas provincias, las cuales –salvo error- inyectan la energía en los sistemas provinciales.
Adicionalmente, en muchas provincias existen usinas hidroeléctricas y termoeléctricas, manejadas por las mismas provincias, que no pasan por la intermediación de CAMMESA.
Todas esas omisiones tornan incompletas a las bases de datos con las que se elaboran las estadísticas eléctricas. Por caso, con esas correcciones, puede estimarse que en 2008 hubo un pequeño crecimiento, en lugar de la disminución del total de energía eléctrica consumida, tal como en su momento con muy dudosa certeza se informó.
Es de presumir que esos faltantes “achatan” la curva de crecimiento de la demanda eléctrica, con lo cual pueden estar avalando las proyecciones excesivamente reducidas de la curva de demanda.
Por otra parte, la sumatoria de iniciativas adoptadas para paliar la crisis (estímulos a la autogeneración industrial, planes Energía Plus y similares), han puesto su cuota de eficacia ayudando a superar picos de la demanda…pero tampoco figuran en las estadísticas, por lo que también contribuyeron a achatar la curva de la demanda eléctrica. Todo ello lleva a estadísticas excesivamente austeras e irreales, que sin duda no son válidas para realizar proyecciones a futuro.
En síntesis, ¡bienvenido el fuerte retorno del Estado a su rol rector y ejecutor en el estratégico Sector Energético, pero corrijamos las estadísticas, en base a datos procesados por un Ente Estatal específico!
Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – EN10
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM
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