Corrupción ó Ineptitud? (Artículo publicado en enero de 2005)
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- El 13 enero, 2005
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¿Corrupción o ineptitud es lo único que pueden recibir los ciudadanos?
¿Es la seguridad un problema solo de las industrias?
¿Qué pasa con cines, teatros, supermercados, bingos, hoteles, pensiones, comercios, servicios de todo tipo, etc. etc?
Es evidente que cuando acontecen hechos que culminan en tragedias, aparecen estas falencias en la interpretación de las elementales normas de seguridad y comienzan, entonces, los distintos criterios de interpretación que surgen del comportamiento ante los hechos, no con la racionalidad necesaria para generar condiciones normativas, de procedimiento y de capacitación, que creen pautas culturales de acción para que estos no se repitan, sino con la simple intención de dirimir responsabilidades que impliquen escapar a la coyuntura entonces comienzan las preguntas: ¿estaba habilitado?, ¿fueron los bomberos?,¿el empresario es el culpable?. No , somos todos. Pero ojo, el ser todos, no significa diluir las culpas .
Que paguen y caro los funcionarios desde el primero hasta el último que ocupan cargos de responsabilidad ejecutiva; que paguen y caro los que a través de los distintos cuerpos legislativos debían controlar al ejecutivo; que paguen y caro los empresarios responsables; que paguen, pero también cambiemos. No adoptemos políticas gatopardistas de cambiar algo para que nada cambie.
La Nación, las provincias, las comunas, tienen sabiamente previsto por nuestra Constitución cuales son sus responsabilidades. El presidente, los gobernadores, los intendentes, los legisladores, los concejales, la justicia, tienen sus roles previstos. Aquí no falla la democracia, al contrario, la democracia nos debe permitir percibir y corregir todas las anomalías que brotan de esta catástrofe.
Es cierto que los ejecutivos de los distintos niveles del Estado (Nación, Provincia, Municipios) llegan a sus funciones sustentados en el mandato popular proclamando (y nos parece justo), criterios de transparencia en la gestión a realizar y encuentran que esos objetivos, chocan en un primer análisis de la situación con la desconfianza (la mayoría de las veces cierta) de los “aparatos” de gestión que heredan y que también, es cierto, arrastran en muchísimos casos una frondosa historia de corrupción. Ante esto ¿qué hacer? Y ésta no es una simple pregunta, implica tener ó no un plan estratégico de Estado, asentado en premisas tácticas de cuya aplicación surgirá un enorme acierto de gestión ó, un desastre burocrático ó una tragedia.
Lamentablemente, en muchísimos casos terminan con una selección de nuevos burócratas en base a amigos ó lo que es igual ó peor, a familiares ó a ambos , promoviendo “ técnicos”, que en la mayoría de los casos son ineptos, incapaces e incompetentes.
Así se alimenta, de hecho, una corrupción estructural producto de ser los nuevos burócratas por males de origen irresolutos, vacilantes, timoratos … demorando todo, partidarios del “ni y del so “ y entienden su función, como comisarios destinados a perseguir toda la existente sin diferenciar lo bueno de lo malo, creando, de hecho, una burocracia más pesada aún que la que supuestamente vinieron a corregir y, lo que es peor, culminando en la mayoría de los casos, siendo más corruptos que los que estaban, perjudicando incluso los objetivos de aquellos que los nombraron por el miedo que le tenían a la corrupción anterior. Más, se transforman, de hecho en un muro de inacción y generan un vacío de acción, desinformando a los distintos niveles de Organismos Legislativos (de los que quieran funcionar) impidiéndoles el ejercicio del contralor y de las decisiones políticas, transformando los datos y fundamentos a suministrar en “verdades” técnicas a medias, en informar estadísticas desinformadas y en mil y una forma de engañar a los que los designaron y a los que tienen que controlar despreciando a los distintos representantes de los “ poderes electos “ porque son “políticos” porque “no saben nada”. Es cierto que los electos por la voluntad popular pueden no ser “técnicos” pero ha costado mucho a nuestro País, rescatar la democracia para que estos “familiares” y “amigos” o “amigos de los amigos” vengan a construir estos métodos corporativos en el marco del combate con los que supuestamente venían a destruir y, como dijimos antes y lo prueban los trágicos hechos que motivan esta nota, terminan formando parte de la corrupción anterior.
Por esto concluimos, que por encima de cualquier consideración debe estar la capacidad, la honestidad la ejecutividad en las tareas, debemos ir pensando en cubrir todos los puestos no electivos, no políticos, por concurso, convocando a los mejores.
Necesitamos un Estado transparente , honesto, eficaz, y por ello, debemos respetar las cadenas de decisión y control que la Constitución nos brinda, pero tengamos la seguridad de que no podremos hacerlo si no construimos una burocracia eficiente y honesta designada y controlada, por supuesto, por las autoridades electas y sus funcionarios políticos.
Es posible lograr una burocracia no corrupta, pero también es necesaria una burocracia EJECUTIVA.
Entonces NI CORRUPTOS, NI INEPTOS dejará de ser un desafío para pasar a ser una realidad que ya y ahora nuestros dirigentes deben comenzar a construir.
Estrucplan Consultora S.A.
Roberto M. Valentinuzzi
Presidente
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