Corpus Christi. ¿Llegó la hora de la coherencia?
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- El 22 noviembre, 2007
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Tres décadas largas de discusiones, de incertidumbres en las decisiones, de marchas y contramarchas, de cizaña abundantemente sembrada entre la gente de Misiones y del Paraguay por las distintas facetas de la “maquinaria de impedir” que actúa siempre presta para mantenernos dóciles y subdesarrollados; tres décadas en las que algunos casos de la típica soberbia portuaria alentada por la contracara de la incapacidad de gobernantes y dirigentes locales que “no sabían donde estaban parados”, nos llevaron a la inacción o camino a una obra en la que íbamos a ser convidados de piedra. Y por supuesto actuaron muchos otros factores anecdóticos a esta altura de los acontecimientos.
En el mismo lapso de tiempo en que argentinos y paraguayos dilapidamos, suficiente para que la obra de haberse concretado estuviese totalmente pagada y ahora generando abundante energía a costo cercano a cero; nuestro vecino Brasil concretó la construcción de más de un centenar y medio de nuevas obras hidroeléctricas, la mayoría de ellas de dimensiones energéticas similares o superiores a Corpus Christi.
Nuestras dilaciones para concretar esta y otras obras de singular importancia para nuestro desarrollo socio económico obedecen a las funestas consecuencias de las “tenazas de la opresión e inducción al subdesarrollo permanente”; cuyos dos brazos son el neoliberalismos apátrida y globalizador; y el movimiento ecologista fundamentalista, claramente orientado, azuzado y alentado desde sus centrales ubicadas en el mundo desarrollado, y con clarísimas influencias anglosajonas.
Moviendo esas “tenazas del subdesarrollo” se advierte el accionar de políticos mediocres, de bajo vuelo y carentes tanto de patriotismo como de dotes de estadistas; pero las “instrucciones” a esos accionares mediocres parecen provenir de “los poderes detrás del trono”, vinculados con grupos financieros transnacionales, las empresas “privatizadas” e instituciones que responden al G 7.
Ahora que Argentina está virtualmente “con el agua al cuello”, ingresando en la largamente preanunciada y sistemáticamente negada mayor crisis energética de nuestra historia; se están viendo algunas acciones de suma importancia y orientadas hacia la dirección correcta, si bien sería deseable un más rápido ritmo de inversiones y de mayor magnitud.
En tal sentido se pueden enumerar las importantes obras en el Sistema de Transmisión de Alta Tensión (por décadas relegado); la reactivación del Plan Nuclear Nacional; la decisión de concretar varios imprescindibles proyectos hidroeléctricos; las instalaciones de urgencia de varias grandes centrales termoeléctricas –incluyendo una o dos alimentadas a carbón y prácticamente al pie de la mina de Río turbio-, los fuertes aumentos en las retenciones a las exportaciones de hidrocarburos, y eventualmente algunas otras acciones.
Como grandes tareas pendientes –que esperemos haya voluntad de concretarlas- quedan las imprescindibles reestatizaciones de Y.P.F. y Gas Del Estado, además de volver a crear Agua y Energía Eléctrica, para sumar “masa crítica” de profesionales capacitados en las tareas de planificación energética, como así también fortalecer y “nacionalizar” a la Secretaría de Energía, actualmente con muy escaso personal estable, mal pagado, y evidentemente con muchos resabios del “neoliberalismo salvaje” en su estructura.
Volviendo al caso específico de la obra de Corpus Christi, de singular importancia para ambos países (Argentina y Paraguay), también será sustancial para cambiar el perfil productivo y elevar el nivel socio económico de Misiones, siempre y cuando nuestra dirigencia “tenga los tantos en claro”, sabiendo el que, como, donde, cuando y porque, de forma tal de poder exigir los beneficios que nos corresponden en función de asentarse la obra –del lado argentino- en el territorio provincial.
Y el concepto de “dirigencia” es amplio, pues debe involucrar no solo a las autoridades y los políticos, sino también a los empresarios, gremialistas, cooperativistas eléctricos, académicos y expertos en la materia, e incluso a los ambientalistas no incluidos en posturas dogmáticas, retrógradas y cavernarias.
Se nota y padece en Misiones la ausencia de una Secretaría de Energía provincial, que trabaje seriamente desde la óptica técnica y con rigor científico, tal como varias décadas atrás lo hacía la Dirección General de Construcciones Eléctricas (que tuve el orgullo de integrar junto a grandes profesionales y expertos como los Ings. Robín, Lombardini, Ferreras, Midgley, don Alejandro Orloff y otros).
Es de esperar que no prospere la falaz excusa del plebiscito de 1996, viciado de nulidad, por haberse implementado en base a mentiras flagrantes engañándose a la gente, manejándose todo el proceso plebiscitario con un miope y mediocre criterio político de muy bajo vuelo; mientras los responsables de la decisión (los legisladores de ese momento) “eludían el bulto” al más puro estilo de Poncio Pilatos.
Y también es de esperar que el previsible accionar de los sectores radicalizados y fanáticos del ecologismo vernáculo y nacional, fuertemente impulsados por las transnacionales de la ecología, no logren engañar nuevamente al pueblo misionero ni torcer la voluntad de las autoridades ante la decisión de concretar la largamente postergada y hoy imprescindible obra de generación hidroeléctrica.
Aunque el común de la gente no lo sepa, tanto Greenpeace como WWF –que “baten el parche promocionando las costosas y técnicamente limitadas usinas solares y eólicas- son manejadas de hecho desde Gran Bretaña como agentes encubiertos de su política exterior, y al menos la primera de esas ONGs es “bancada” por la petrolera anglo holandesa Shell; hecho varias veces denunciado y conocido en los sectores especializados en las temáticas energética y geopolítica.
Las enormes limitaciones técnicas y económicas de las energías solar y eólica hacen que sean simples “espejitos de colores” si se pretende reemplazar este tipo de mega obras hidroeléctricas con esos tipos de generación. Por ello, de no hacerse Corpus Christi, será reemplazada por más centrales termoeléctricas, devoradoras de hidrocarburos y altamente contaminantes.
Debe enfatizarse que esta obra evitará quemar por año entre 4.200 a 4.500 millones de m3 de gas natural, con el consecuente ahorro de nuestros escasos hidrocarburos, de divisas y los beneficios ambientales de anular las emanaciones gaseosas de las usinas alimentadas a gas y/o petróleo.
Depende de la capacidad, honestidad y creatividad de los misioneros que la obra de Corpus Christi se construya con Misiones, sin (la participación de) Misiones, o para el desarrollo integral de Misiones; además de contribuir al abastecimiento eléctrico nacional.
En mérito a la brevedad, no volveré a enunciar aquí –tal como lo hice en múltiples artículos precedentes y en algunos de mis libros- las condiciones mínimas que debe exigir Misiones para apoyar esta obra. A ellos me remito.
Por: Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador – FCE – UNaM = Especialista en la Temática Energética
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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