Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs)
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- El 2 abril, 2004
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Álvarez Comunas, Iván
Gabinete de Salud Laboral de UGT – Asturias
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INTRODUCCIÓN
El Convenio de Estocolmo persigue la eliminación total de 12 de estas sustancias (“la docena sucia”: Aldrin, clordano, dieldrina, endrina, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno, PCBs, DDT, dioxinas y furanos). Para ello, se acuerdan una serie de medidas dirigidas a la sustitución de los productos y procesos que las generan, así como un procedimiento de identificación de nuevos COPs.
En España, la generación de COPs alcanzó en 1996 una cantidad de 155 gramos de dioxinas y furanos, y 6.065 kilogramos de hexaclorobenceno, en su mayoría procedentes de instalaciones de combustión como centrales térmicas, fundiciones, cementeras o incineradoras de residuos donde se hayan quemado aceites, disolventes, plásticos, etc. que contengan cloro.
Por otro lado, el Gobierno ha estimado recientemente en 210.000 toneladas el volumen de aceites y aparatos contaminados con PCBs que aún existen en nuestro país. Los planes gubernamentales amenazan con incrementar en los próximos años las emisiones de algunos de estos COPs, especialmente dioxinas y furanos, como consecuencia del impulso que se pretende dar a la incineración de residuos y la falta de medidas para sustituir las distintas aplicaciones comerciales de la industria química del cloro, principal responsable del problema.
La mayoría de los COP son compuestos organoclorados. La química del cloro produce más de 11.000 compuestos organoclorados, la mayoría dañinos para las personas, los animales y el medio ambiente en general. Fue un error del desarrollo industrial, hoy con sus días contados. Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), POPs en inglés, son sustancias químicas extraordinariamente tóxicas y duraderas. Las emisiones actuales causarán cáncer y alteraciones hormonales en los próximos 1.000 años. Es necesario y posible dejar de producir este tipo de sustancias.
Nuestra organización apoya el Convenio de Estocolmo como un instrumento imprescindible para avanzar en un futuro sin contaminantes orgánicos persistentes. Asimismo, demandamos la ampliación de la “docena sucia” a todas aquellas sustancias orgánicas sospechosas de producir efectos sobre la salud y el medio ambiente similares a los mencio-nados, sin necesidad de que éstos sean probados, en aplicación del principio de precaución que se reconoce en el propio Convenio.
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DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS
La definición plena de un COP, sin embargo, es algo más compleja de lo que la sigla implica. Además de ser persistente (es decir, no se descompone rápidamente), orgánico (con una estructura molecular basada en el carbono) y contaminante (en el sentido de ser muy tóxico), los COP tienen otras dos propiedades. Son solubles en grasas y por consiguiente se acumulan en los tejidos vivos; y pueden viajar grandes distancias. Estas cinco propiedades juntas los hacen muy peligrosos. La aleatoriedad aparente de la amenaza se agrava por el hecho de que la lesión a menudo tarda en aparecer o es indirecta. Los productos químicos sumamente tóxicos pueden esperar su tiempo, envenenando a sus víctimas de maneras tales que son muy difíciles de ver.
Los organoclorados son muy estables, y de ahí el atractivo de su fabricación, pero es por esto por lo que también no nos libramos de ellos fácilmente. Tienden a ser solubles en las grasas, lo que significa que se bioacumulan. Y mu-chos tienen una toxicidad crónica, lo que significa que aunque la exposición a corto plazo frecuentemente no sea pe-ligrosa, a largo plazo si lo es.
Ciertamente no es necesario que un producto tenga cloro para que sea un COP. Entre los COP sin cloro hay varios organometales (usados, por ejemplo, en pinturas de barcos) y organobromuros (usados como plaguicidas y como ais-lantes líquidos en equipos eléctricos). Pero la mayoría de los COP conocidos son organoclorados. Los plaguicidas or-ganoclorados son los COP más notorios.
La Convención de Estocolmo contiene una lista inicial de COPS de preocupación mundial que se caracterizan por ser:
de origen antropogénico
tienen potencial de afectar adversamente la salud y el ambiente
son persistentes ya sea en el agua, aire, suelo o biota
se concentran en el ambiente a niveles preocupantes bajo circunstancias en las que especies mayores acumulan COPS mediante la ingestión de organismos contaminados con COPS (bioacumulación)
se desplazan a largas distancias del lugar de origen
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EL PORQUÉ DE UN TRATADO INTERNACIONAL
Los contaminantes orgánico persistentes cruzan las fronteras de los países y pueden alterar ecosistemas y afectar la salud humana en lugares distantes del lugar de origen e incluso en zonas más allá de la jurisdicción nacional, espe-cialmente en el ambiente marino.
Los gobiernos que más dependen de los recursos marinos han sido los más interesados en promover un acuerdo internacional.
Sin embargo, si los COPS contribuyen a dañar la fauna silvestre y la salud humana a largas distancias del lugar del origen, estos mismos COPS deben causar daños significativos a la gente y a los animales que viven cerca. Los trabajadores y las comunidades también requieren de protección frente a los COPS y tendrían que requerir más urgentemente protección que las personas y animales que se encuentran a larga distancia afectados. Los niños sufren también problemas de aprendizaje cuando las madres han sido expuestas pre-natalmente a COPS.
Por tal razón, el Convenio de Estocolmo ha considerado que el cumplimiento de los compromisos de los países en desarrollo dependerá del cumplimiento efectivo de los compromisos de los países desarrollados en relación con los recursos financieros, asistencia técnica y transferencia de tecnología.
Medidas contenidas en la Convención.
Para lograr la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a los contaminantes orgánicos persistentes, se procederá a:
la eliminación de 7 pesticidas, un fungicida y bifenilos policlorados contenidos en el anexo 1 prohibiéndose su producción, uso, importación y exportaciónla reducción del uso del DDT así como de dioxinas y furanos policlorinados que se generan por procesos de combustión y utilización de algunos químicosidentificación de COPS en productos y residuos que deberán ser destruidos eliminando su contenido contaminante. Esto incluye también la identificación de lugares contaminados con COPS.
En muchos países existen alternativas para el uso de los pesticidas prohibidos (incluyendo fórmulas nativas y biológicas) , sin embargo, se enfrentan barreras económicas, técnicas, de información o de otra índole que la Convención ayudará a enfrentar.
Los 7 pesticidas a eliminar según el convenio, se usan mayormente en la agricultura y o protección de la madera de insectos, especialmente en regiones tropicales y semitropicales.
En cuanto a los bifenilos policlorados, se trata de químicos usados en la industria desde 1930 y existen unas 209 variedades y la mayoría de sus aplicaciones comerciales han involucrado mezclas de todas estas variedades. También se prohíben bajo la Convención de Estocolmo su producción, uso, importación y exportación. Su uso ha sido fundamentalmente para transformadores eléctricos y fluidos hidráulicos así como aditivos en pinturas y plásticos. Su elimi-nación total deberá lograrse antes del año 2025.
El DDT también se usa como insecticida pero no será eliminado debido a que se utiliza para eliminar vectores como la malaria. La Convención obliga a eliminar el uso agrícola del DDT y permite su uso para control de vectores en concordancia con las directrices de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, cada país deberá reportar cada 3 años los montos de DDT utilizado, sus condiciones de uso y la necesidad de utilizarlo.
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CATEGORÍAS DE FUENTES
Categorías de fuentes directas o de liberación elevada
Las dibenzoparadioxinas y los dibenzofuranos policlorados, el hexaclorobenceno, y los bifenilos policlorados se forman y se liberan de forma no intencionada a partir de procesos térmicos, que comprenden materia orgánica y cloro, como resultado de una combustión incompleta o de reacciones químicas. Las siguientes categorías de fuentes indus-triales tienen un potencial de formación y liberación relativamente elevadas de estos productos químicos al medio ambiente:
a) Incineradoras de desechos, incluidas las coincineradoras de desechos municipales, peligrosos o médicos o de fango cloacal;
b) Desechos peligrosos procedentes de la combustión en hornos de cemento;
c) Producción de pasta de papel utilizando cloro elemental o productos químicos que producen cloro elemental para el blanqueo;
d)Los siguientes procesos térmicos de la industria metalúrgica:i)Producción secundaria de cobre;
ii)Plantas de sinterización en la industria del hierro e industria siderúrgica;
iii)Producción secundaria de aluminio;
iv)Producción secundaria de zinc.
Categorías de fuentes menos intensivas
Pueden también producirse y liberarse en forma no intencionada dibenzoparadioxinas y dibenzofuranos policlorados, hexaclorobenceno y bifenilos policlorados a partir de las siguientes categorías de fuentes, en particular:
a) Quema a cielo abierto de desechos, incluida la quema en vertederos;
b) Procesos térmicos de la industria metalúrgica no mencionados en la parte II;
c) Fuentes de combustión domésticas;
d) Combustión de combustibles fósiles en centrales termoeléctricas o calderas industriales;
e) Instalaciones de combustión de madera u otros combustibles de biomasa;
f) Procesos de producción de productos químicos determinados que liberan de forma no intencional contaminantes orgánicos persistentes formados, especialmente la producción de clorofenoles y cloranil;
g) Crematorios;
h) Vehículos de motor, en particular los que utilizan gasolina con plomo como combustible;
i) Destrucción de carcasas de animales;
j) Teñido (con cloranil) y terminación (con extracción alcalina) de textiles y cueros;
k) Plantas de desguace para el tratamiento de vehículos una vez acabada su vida útil;
l) Combustión lenta de cables de cobre;
m) Desechos de refinerías de petróleo.
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EFECTOS SOBRE LA SALUD
Aunque los COP son tóxicos por definición, sus efectos en la salud y los impactos ambientales a largo plazo en gran parte se desconocen.
Más complejo aún que el análisis de un COP individual, es la necesidad de entender qué tipos de interacciones sinér-gicas se producen por la exposición a varios COP o a COP junto con otros productos químicos. La contaminación múltiple es la regla, en lugar de la excepción, pero realmente no se conocen sus efectos. Lo que sabemos es que la mayoría de los organismos vivientes están expuestos a una difusa mezcla de COP. Y eso nos afecta a todos nosotros. Independientemente de donde vivamos, probablemente estaremos contaminados por ciertas cantidades de COP. Están en los alimentos y en el agua; probablemente también en el aire que respiramos; probablemente de vez en cuando entre en contacto con nuestra piel si, por ejemplo, manipulamos pinturas, disolventes o combustibles.
Los organoclorados son muy estables, y de ahí el atractivo de su fabricación, pero es por esto por lo que también no nos libramos de ellos fácilmente. Tienden a ser solubles en las grasas, lo que significa que se bioacumulan. Y muchos tienen una toxicidad crónica, lo que significa que aunque la exposición a corto plazo frecuentemente no sea pe-ligrosa, a largo plazo si lo es.
La característica esencial de los COPs es su alto riesgo para el medio ambiente y la salud de las personas. En con-centraciones extraordinariamente bajas, son capaces de inducir trastornos hormonales, nerviosos, inmunológicos y reproductivos, así como cánceres y tumores de múltiples tipos. El daño que causan no se expresa en la población adulta expuesta a ellos, sino en la generación siguiente: los COPs presentes en el cuerpo de la madre son transferidos a través de la placenta al feto en desarrollo y a través de la leche materna al lactante, provocando daños en etapas vulnerables del desarrollo que pueden expresarse cuando el niño alcanza la pubertad o la edad adulta.
Estas sustancias afectan la salud humana y el ambiente por períodos largos. Existen evidencias que asocian la exposición humana a COPS con efectos en la salud, incluyendo lo siguiente:
cáncer y tumores en múltiples lugares
desórdenes de aprendizaje y cambios de temperamento
cambios en los sistemas inmunológicos
déficit reproductivo y desórdenes sexuales relacionados
menor período de lactancia
enfermedades como la endometriosis e incremento de la diabetes entre otras
Mujeres, niños y lactantes son los más vulnerables a ciertos efectos producidos por los COPS.
Las investigaciones asociadas a los efectos en la salud continúan y se requiere mayor documentación en muchos países del mundo así como más investigaciones, sin embargo se ha considerado que la evidencia es suficiente para tomar acción a nivel mundial con el Convenio de Estocolmo.
Asimismo, la fauna silvestre expuesta a COPS exhibe diversos tipos de daños:
fracaso reproductivo y declinación de la población
funcionamiento anormal de la tiroides y otras hormonas
feminización de machos y masculinización de hembras
afectación de sistema inmunológico
anormalidades en el comportamiento
tumores y cáncer
defectos de tamaño de nacimiento
Asimismo, los científicos han comprobado que los COPS se encuentran en la comida humana. Se han encontrado COPS en los tejidos humanos y en las muestras de sangre. Algunos grupos humanos son más sensibles a la contaminación por COPS, por ejemplo, los agricultores, pescadores y a veces cazadores de subsistencia.
CONCLUSIONES.
12 SON LAS SUSTANCIAS QUE REPRESENTAN UN GRAVE PELIGRO PARA LA SALUD Y EL AMBIENTE, PUE-DEN DAÑAR AL SER HUMANO Y A LA VIDA SILVESTRE AUN EN BAJAS CONCENTRACIONES.
LOS PLAGUICIDAS: ALDRIN, DIELDRIN, CLORDANO, DDT, ENDRIN, HEPTACLORO, HEXACLOROBENCENO, MIREX Y TOXAFENO
LAS SUSTANCIAS QUIMICAS INDUSTRIALES: HEXACLOROBENCENO (HCB), LOS BIFENILOS POLICLORA-DOS (PCBs)
LOS PRODUCTOS SECUNDARIOS NO INTENCIONALES: DIOXINAS Y FURANOS
Estas sustancias tóxicas se caracterizan por su capacidad de viajar grandes distancias, han sido encontradas a miles de kilómetros de las fuentes que los originan y permanecer inalterables durante mucho tiempo como es el caso del Mirex que persiste durante 600 años en el suelo, el Hexaclorobenceno por más de 100 años en el agua.
Contaminan los alimentos, especialmente la leche y sus derivados, la carne, que al ser ingeridos por el ser humano se concentran en sus tejidos grasos, atraviesan la placenta y se transfieren al feto, son excretados por la leche ma-terna a los lactantes, es decir tienen un efecto transgeneracional, amenazando el derecho de las mujeres de proteger su salud reproductiva y la de sus hijos.
Los plaguicidas han sido ampliamente usados en agricultura, el DDT se emplea para el control de vectores transmi-sores de la malaria.
Los bifenilos policlorados (PCBs) usados en transformadores eléctricos y fluidos de intercambio de calor, aditivos para pintura, en papel para copias sin carbón y en plásticos
Hexaclorobenceno (HCB) utilizado para hacer fuegos artificiales, municiones y caucho sintético, también es produc-to secundario de la manufactura de sustancias como el tetracloruro de carbono, percloretileno, tricloroetileno y penta-clorobencen.
Las dioxinas y furanos se originan en procesos de incineración de desechos hospitalarios, municipales, emisiones de vehículos, incineración de solventes y plásticos (polivinil cloruro), quema de llantas. Las dioxinas y furanos también se originan en procesos de producción de gas cloro, blanqueo de pulpa de papel con gas cloro, producción de hidrocarburos aromáticos clorados, producción de solventes clorados (tetraclroetileno, tetraclrouro de carbono).
Las dioxinas se forman en procesos de fundición de metales, en refinerías y hornos de cemento. También se originan en incendios forestales, quema de madera tratada con preservantes clorados, fundición y reciclado chatarra.
Existe suficiente evidencia científica, que señala que los COPs representan un daño para el ambiente y la sa-lud, de esta y las futuras generaciones.
En los humanos los COPs pueden producir cáncer y tumores en diferentes sitios, dificultades de aprendizaje, cambios en el sistema inmunológico y neurológico, desordenes ligados al sexo, como endometriosis, problemas reproductivos, aumentan la incidencia de diabetes y otras enfermedades.
La función hormonal también es afectada por estas sustancias que son conocidas como disruptores hormonales o endocrinos, inhibiendo o imitando la acción de las hormonas como la tiroides y hormonas sexuales como la testoste-rona provocando desarrollo sexual anormal, crecimiento alterado de los testículos, feminización, disminución de la fertilidad, riesgo de aborto, mal funcionamiento de los ovarios, endometriosis (afección uterina dolorosa y grave).
En base a todos estos efectos y la problemática que suponen estos compuestos, esperamos que en base a la firma del convenio de Estocolmo:
Se elimine su uso, sustituyéndolos por productos, procesos y tecnologías alternativos.
Se amplie la lista de compuestos hacia otros COPs que no se encuentran recogidos en la docena sucia, existen otros agentes químicos ambientales que poseen características de persistencia similares a los COPs y, por tanto, se debe definir un grupo más amplio sobre el cual actuar, definido como contaminantes tóxicos persistentes o CTPs, que incluye a los COPs.
Se aumenten los estudios sobre los efectos de estos compuestos.
Se cree un inventario de fuentes, usos, exposiciones laborales y ambientales y en general exista una mejor gestión de este riesgo y una mayor información pública.
Entendemos como imprescindible que se tomen las medidas necesarias para eliminar los riesgos ocasionados por los COPs y los disruptores endocrinos.
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