Concluye “El año más caluroso de la historia”

….. (en realidad, de la histeria ecologista de Philip Johnes), y el mejor año de la vida de Al Gore; el año en que los balances le arrojarán cifras quizá ni soñadas, al bipolar perdedor de la Presidencia de USA, que ahora ostenta (además de varios millones de dólares), un “Oscar” y un “Nobel”.

“Oscar” por una “documental” que en realidad es un montaje, y “Nobel de la Paz”, por haberle dado el mejor palo al gato que se recuerde. Convertirse en un pseudomesías de una pseudoreligión y forrarse de millones en la pasada, tiene muy poco que ver con la Paz del mundo, pero en fin: estamos en la era de la desinformación, y este 2007 ha sido el año de la pseudociencia, y a juzgar por el cariz que toman las cosas, no es improbable que sigamos por la misma senda por un buen tiempo.

La pseudociencia, es esa promoción de ideas pretendidamente científicas pero que al menor análisis se revelan insubstanciales y absurdas, y que se ha convertido en la doctrina de la prensa irresponsable (es decir, casi toda la prensa) de nuestros dias.

Recordemos que después de recibir al pseudomesías (el stablishment en pleno), de pagarle sus 200 mil dólares por su show de hora y media sobre el “calentamiento global” y de practicar onanismo mental pseudocientífico por algunos dias, se nos dejaron caer las heladas más desastrosas de las últimas décadas, con lo que la naturaleza nos quiso demostrar una vez más lo tontos que somos.

Podría consignar aquí un descubrimiento parti- cularmente grato: en esas noches de las heladas más crudas, vale la pena salir a recorrer los campos del Maule justo antes del amanecer, y esperar el asomo del sol por la cordillera (las fotos que adjunto).

Potreros vestidos de escarcha, árboles que asemejan encajes, las nubes de vapor de la respiración del caballo, los cantos mañaneros de los pájaros y los primeros rayos del sol colándose por entre las montañas nevadas, constituyen un espectáculo de una magnificencia casi irreal.

Ahí se descubre la sabiduría del diseño de la manta chilena (la larga, de lana, o sea el “poncho”, porque la corralera de los huasos no es más que un adorno); la manta debe tapar holgadamente las rodillas y de este modo encarpa todo el calor corporal que emana el noble bruto (me refiero al de cuatro patas, no al que lo monta).

El rocío, por espeso que venga sólo corre por la lana cruda (o la castilla) sin penetrarla, y uno adentro goza de un verdadero “efecto invernadero” personal, con lo que los cuatro o cinco grados bajo cero que acusan los termómetros no pasan de ser un dato anecdótico. Si uno es aficionado a la tecnología puede agregarse un MP3 con música ad hoc (como el brandemburgués No 2, o la cabalgata de las walkirias, según el ánimo), y estará en el mejor de los mundos posibles, y dando gracias a Dios por estar vivo, “aquí y ahora” (como gusta decir Ricardo 1º , nuestro ex faraón y actual “embajador mundial ante ….¡el cambio climático!”).

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En este año también tuvimos la más grande tragedia científica de los últimos tiempos: el incendio del pabellón de ciencias de la Universidad Austral. La Austral, (donde tuve el privilegio de ser alumno), es básicamente y ante todo, una Universidad científica, de investigación, y el incendio se llevó un tesoro invaluable de muchos años de estudios e investigaciones. Algo para llorar, y realmente el rector no pudo contener el llanto ante el infausto espectáculo.

En mis tiempos de estudiante (década de los 70s) todavía quedaban profesores alemanes, (los que le dieron su impronta a la Austral), que eran científicos de primer nivel, y a la usanza antigua, es decir, donde la actitud importa tanto como los conocimientos; (recuerdo que con motivo de un artículo sobre la patraña del “calentamiento global”, que el GranValpo tuvo la bondad de publicarme, el comentario más descalificatorio y arrogante que recibí, provino de un bioquímico, un científico de nuevo cuño de esos donde los conocimientos no van acompañados de la actitud: el tipo me recomendaba “tomar algunas clases de química y biología antes de escribir artículos de este tipo.. y etc”; y… ¡si supieras que PRO-FE-SORES tuve….de química y biología! EN LA AUSTRAL).

La actitud científica es básicamente de humildad; ante la ciencia, ante los conocimientos de otros, o ante la ignorancia de los otros, ante las nuevas propuestas, etc. porque nadie tiene comprada la verdad, y también es de repugnancia por la creencia ciega, el supuesto “consenso” y el prejuicio integrista, preludios de todo engaño y todo totalitarismo.

Para muestra una anécddota: por aquellos años el magnífico jardín botánico de la Universidad estaba a cargo de un “conservador” alemán, Dn Hans Klempau, y en el invernadero vivía y reinaba la fraulein Ulricke (ya deben estar muertos, así que no importa citarlos por sus nombres); ambos eran botánicos de primer nivel, y posiblemente autodidactas, ya que no ostentaban el apelativo de “dóctor” o “profésor” (así se dice en alemán) con que yo insistía en tratarlos.

Nunca les faltaba tiempo para responder preguntas y traspasar sus conocimientos a toda hora y a quien los requiriera (y no eran docentes).

Mi pasatiempo en aquellos años era recorrer los bosques de los alrededores de Valdivia recogiendo todo lo que me llamaba la atención (había una selva magnífica simplemente al otro lado del río cruces, que en un bote se podía cruzar por cuatro chauchas); en una excursión encontré una briófita hermosísima que parecía un pinito en miniatura, y con un espécimen de ella llegué al reino de Herr Klempau.

Hay vivencias que no se olvidan nunca: el sabio me miró, tomó un block y escribió en él:

Dendroligotrychum dendroide,
Politrychaceae,
Politrychinales,
Politrychales.

Me extendió el papel y con un aire de complicidad me dijo: “la clase, la sub-clase y el phyllum usted ya debe saberlos, ¿no?”.

Ahora, después de más de 30 años, recuerdo la escena y pienso: “Y así….¿quién no aprende?”.

Ese fué desde entonces nuestro modus operandi. Yo llegaba con la muestra y el me escribía (en latín) la identificación botánica hasta el taxon que estimaba que yo ya debería saber.

Hasta que en una ocasión llegué con un helecho que lo desconcertó, (perdóneme, pero esto no lo conozco…) pero profésor, ¡si es una polipodiácea!, sí, me dijo, y reconozco el género, pero mire los esporangios…. y sacó una lupa y me la puso en la mano…. y luego me dice: “le ruego que tenga paciencia, yo enviaré la muestra a un especialista que conozco en Alemania, y en un mes podremos saber de que especie se trata…” ¡y pensar que era un erudito que estaba hablando con un alumno de primer año de ingeniería forestal!, (bastante imberbe, arrogante y hostigoso, por lo demás), ¿puede concebirse una actitud más hermosamente “científica”?. La humildad, la honestidad, la erudicción, y el respeto por el alumno, todo concentrado en un solo y simple acto; ahora entiendo que fué un privilegio estar ahí.

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Como también fué un privilegio haber hecho el curso de geología con el Doctor E. Klönn, un geólogo alemán que contaba los mismos años del siglo, y que por lo tanto, había vivido y sufrido las dos guerras mundiales.

De aquél sabio se aprendía que los glaciares tienen dinámicas propias, distintas para cada uno, y que dependen de factores imponderables como la extensión, la ubicación, la altitud, etc., y que responden a los ciclos climáticos con cientos o hasta miles de años de desfase, (por lo cual, deduzco ahora, no son indicativos del clima actual, como pretende la paparrucha de Al Gore), y que no obstante los ciclos, la tendencia de la generalidad de los glaciares es a la retirada, lo que viene ocurriendo desde hace más de diez mil años, ya que vivimos un período inter-glacial, es decir, entre dos glaciaciones, y que siempre serán más los glaciares que se retiran que los que avanzan, (habiendo otros que permanecen estacionarios), por el simple hecho de que así corresponde a la bonanza interglacial.

Cuando notemos que la tendencia cambia, que son más los glaciares que avanzan que los que se retiran, quizá ya estaremos metidos de cabeza en la siguiente glaciación (y esto es deducción mía).

En la cuchufleta de Gore se muestra un glaciar argentino (el Upsala) que ha tenido una retirada notoria en los últimos años (pero marginal comparada con la superficie total del glaciar), como indicativo del “derretimiento” de los glaciares de la Patagonia, pero un poco más al sur está el glaciar “Perito Moreno”, que ha mostrado tendencia contraria, y en el lado chileno está el “Pío XI”, que también estuvo avanzando durante todo el pasado siglo, sin que estos hechos merecieran la menor atención del pseudomesías ecologeta.

Bonita manera de hacer “documentales”.

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También tuvimos la brillante declaración del coreano Ban Ki Mun, (sucesor de Kofi Annan), el que nombró a Ricardo 1º “embajador mundial ante el cambio climático” (cuando lo supe pensé que era broma), que después de un paseo por la Patagonia y la Antártida, pagado por nuestro gobierno con plata de nuestros impuestos, salió diciendo que había visto una película de terror ….(¿tonto o ignorante?); al parecer nadie le explicó al pobre fulano que en esta parte del mundo estábamos en la mitad de la primavera, justamente cuando empiezan los deshielos, y que en todo caso en ningún momento entró al círculo Polar Antártico, porque la Isla Rey Jorge, donde está la Villa las estrellas y la base coreana que visitó, se encuentra fuera del círculo polar (¿y …..alguien me puede explicar qué hace una base coreana justamente allí?).

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Pero quería escribir de la pseudociencia y su consecuencia, la desinformación, y para ello tengo una guinda: estuve viendo en el canal español, un acto donde el presidente Zapatero inauguraba un super-tren. El costo fué de tres mil millones de euros, o algo así, (no recuerdo bien), para una monstruosidad que se desplaza a trescientos kilómetros por hora entre “Madríz” y “Valladolíz” . En parte de su discurso Zapatero expresa que con esta obra España contribuye a enfrentar el “cambio climático”, y ….lea bien, “….sin lugar a dudas el peligro más acuciante que enfrenta hoy por hoy la humanidáz”….. me quedé totalmente perplejo: siendo España el extremo sur de Europa, donde tienen a Africa prácticamente a la vista, un continente donde están muriendo millones de personas de hambre, de malaria, tuberculosis, de sida y desnutrición, …..¿y este tipo tiene cara para decir que un presunto “cambio climático” es “….sin lugar a dudas el peligro más acuciante que enfrenta hoy por hoy la humanidáz”? …..y lo decía en serio, (¡en serio!), hasta con cara de serio…. para hacer el cuento corto, no puedo evitarme el comentario: “bueno, …y este, ….¿es idiota o qué?”.

Nota: si parezco irrespetuoso es porque quiero serlo, y en todo caso, me quedo corto en comparación a las expresiones que usan los propios españoles para referirse a su presidente, las que pueden verse en los blogs españoles de “LibertadDigital”, o “RebeliónDigital” (entre otros); si algo está meridianamente claro es que a los españoles les gusta llamar las cosas por su nombre, y que no tienen pelos en la lengua.

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En fin, este año, “el más caluroso de la historia”, que nos trajo el invierno más frío de las últimas décadas, nos ha regalado, en compensación, una primavera espléndida.

No recuerdo una floración más magnífica que la actual, y ha sido un verdadero regalo ver los ciruelos y aromos a salidas de invierno, hasta los quillayes, eucaliptos y mardones hoy, literalmente “tapados” de flores. Si los quillayes de lejos parecen globos blancos en los cerros, y hasta la quila floreció con todo lo que ello implica.

¿Será un “evidencia” más del acabo del mundo por el “calentamiento”? Podríamos sugerirle a Gore que incluya el fenómeno en su próxima “documental”. O a Leonardo Di Caprio (otro climatólogo de fuste); o a Ricardo 1º; o a la Sara Larraín, O a Sebastián Piñera, o a Ban ki Mun, o a la ministra de Medio Ambiente, o a la Madame, o a Zapatero,… ¡hombre, pero si levanto una piedra y me salta un “climatólogo”!.

Fotos: amaneceres de invierno en el valle central de Chile. Año más caluroso de la historia.

Sobre la pseudociencia: Alcalde-Pseudociencia

Sobre los glaciares y la mitología calientista: FAEC-Glaciares

Por: José Manuel Henriquez
Ingeniero forestal – Chile

Fuente: macanna.blogspot.com

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