Comienzan las desobediencias civiles predicadas por Hansen
- Creado por admin
- El 22 abril, 2009
- 0
El diario The Telegraph de Londres informa sobre el arresto de un grupo de ecologistas mientras planeaban el sabotaje de una central eléctrica que emplea carbón para generar electricidad. Son las primeras indicaciones de que las acciones alentadas por James Hansen han caído en terreno fértil para la generación de violencia. Todo vale para “salvar al planeta”. Incluso el crimen.
El título del Telegraph es muy claro:
Mas de 100 campañistas arrestados
por complot contra central eléctrica The TelegraphMás de 100 personas quedaron bajo custodia después de que la policía desbaratara un gran complot para sabotear una de las plantas generadoras de electricidad más grande de Gran Bretaña.
Los manifestantes se reunieron durante la noche listos para dirigirse a la planta de Ratcliffe-on-Soar, en Notinghmashire. Foto: PA |
Los agentes de policía se abalanzaron sobre los ecologistas en protesta, cuando estaban preparando una incursión masiva que podría haber interrumpido la provisión de energía a decenas de miles de hogares. Se cree que los manifestantes se habían reunido durante la noche y estaban listos para lanzarse sobre la planta de Ratcliffe-on-Soar, en Notinghmashire. Los ecologistas fueron rodeados poco después de la medianoche del domingo en el Centro Comunitario Bakersfield, en Sneiton, Notts, por docenas de agentes de policía.
Los detectives revelaron más tarde que recuperaron equipos especializados que sugiere que el grupo representaba “una seria amenaza” a la seguridad de la estación.
El Superintendente Mike Manley, de la fuerza de Nottingham, dijo que 114 hombres y mujeres provenientes de todas partes del país fueron detenidas durante la dramática batida. […] El Sup. Manley dijo: “En vista del equipo de especialistas recuperado por la policía, los arrestados imponían una seria amenaza al funcionamiento seguro de la planta.” […] Se cree que los detectives tenían conocimiento previo del complot pero eligieron esperar hasta que los manifestantes estuviesen juntos en u lugar antes de ponerse en movimiento. […] La planta de Ratcliffe-on-Soar ya había sido el blanco de una serie de protestas en el pasado, incluyendo una hace dos años cuando los protestantes intentaron cerrar la planta.
Los ecologistas que invadieron la planta en esa ocasión fracasaron más tarde en una demanda legal para probar que estaban actuando “a favor de los intereses de la humanidad.” […] Los campañistas admitieron que intentaron forzar la clausura del sitio encadenándose a las cintas transportadoras y los sistemas de filtrado. Pero argumentaron que, como estaban salvando al planeta del calentamiento global, sus acciones eran legales bajo la llamada “defensa de necesidad.”
En los últimos tiempos –demasiado años ya- todo ha sido puesto de cabeza, los valores y las leyes han sido dadas vuelta como un guante e ignoradas; un grupo de alienados impulsados por un más pequeño grupo de inescrupulosos políticos y pseudo científicos, están creyendo que tienen el derecho y la obligación de imponerle al resto de la población mundial su irracional pensamiento sobre el futuro del mundo.
Se aferran estos grupos al irracional “Principio Precautorio” para decidir la manera en que todos debemos vivir, trabajar, pensar, comer, beber, educar a nuestros hijos, o conducir cualquiera de nuestras actividades, sin que hayan podido hasta el momento de demostrar que el Principio Precautorio sea algo razonable, ni que sus miedos y su visión del futuro tengan ni la más mínima base verdaderamente científica.
De manera evidente, su manera de pensar no difiere en nada con los fundamentalistas religiosos y políticos, con los anarquistas del Siglo 19, o los comunistas del Siglo 20, y se han convertido en una banda de hippies y bohemios urbanos, ecologistas de sillón, cargados de culpas ecológicas que no tienen, siendo los clásicos idiotas útiles de siempre colaboradores inconcientes de genocidio continuado por ser una herramienta sumamente eficaz para los intereses y planes de quienes impulsan al Nuevo Orden Mundial.
Si bien fracasaron en su intento de probar que la acción en Ratcliffe-on-Soar estaba justificada por su intención de “salvar al mundo del calentamiento global” –una necedad- después de que activistas de Greenpeace fueran absueltos el año pasado de culpa y cargo por una acción similar llevada adelante contra la planta de Kingsnorth, juicio donde James Hansen fue la figura estrella de la defensa, las acciones violentas y criminales tienen carta blanca para destruir lo que a los alucinados les venga en gana. Las leyes y el sentido común han sido remplazadas por la irracionalidad y la tiranía que ahora se nos impone en nombre de “salvar al planeta” del calentamiento global.
Un vocero [del Eastside Climate Action] dijo, “Argumentamos que la amenaza a la vida humana es tan seria que tomar una acción directa es una respuesta proporcionada y razonable.”
¿Proporcionada y razonable?
¿Dejar a casi 100.000 personas sin electricidad es una idea “proporcionada y razonable”? ¿Y si esas acciones directas se expanden como reguero de pólvora por el país, sin control policial, dejando sin energía a la mayor parte de Gran Bretaña, unas 40 millones de personas sin energía, industrias sin energía, hospitales y aeropuertos con generadores de emergencia? ¿Es “razonable y en proporción” a unas predicciones que no tienen ni pies ni cabeza? Si no se le pone un límite a esas intenciones los alucinados ecologistas de entrecasa lo harán y estarán muy contentos con el caos que habrán creado.
Esto podría suceder en el mundo de “1984” de George Orwell. En países de tiranías abyectas como las de Cuba, Pol Pot, la vieja Unión Soviética, en la Uganda de Idi Amín, o el Zimbabwe de Mugabe eso podría ser aceptable porque la gente no tiene el menor derecho ni oportunidad de hacer escuchar su opinión, ni mucho menos exigir que se respeten sus derechos, humanos o de la clase que sea.
Pero donde todavía la mayoría de la gente cree que tiene derechos a opinar y decidir sobre la manera en que quiere vivir, acciones como las de los grupos de choque ecologistas, las SS Verdes, tienen que tener el más severo de los castigos por los excesos que cometen y las violaciones a las leyes a que nos tienen acostumbrados. Y allí radica el mayor problema: nos tienen acostumbrados, y hay mucha gente que piensa que, si lo hacen para “salvar al planeta” es aceptable. Aceptar ese comportamiento es pavimentar el camino hacia futuras épocas donde las elites del Nuevo Orden Mundial ni siquiera se tomarán la molestia de disimular sus intenciones. Ya lo habrán conseguido y nosotros nos arrepentiremos –muy tarde, por cierto- de no habernos puesto firmes y haber impedido la pérdida de nuestras libertades individuales.
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
0 comentarios on Comienzan las desobediencias civiles predicadas por Hansen