Barcos, CO2 y analogías tontas
- Creado por admin
- El 24 noviembre, 2011
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El ultra calentólogo americano Andrew Revkin tiene un blog en el sitio del New York Times, otro ardiente proponente del fraude del “cambio climático provocado por el hombre”. Recuerdo que hay un viejo refrán que dice: “Dios los cría y el viento amontona la basura…”.
Andrew (Andy, para los amigos) publica profusamente en su blog, pero este artículo nos ha causado una gracia muy especial. Es que cada vez se nota más que los argumentos científicos serios se les han terminado o no consiguen convencer a la gente del espantoso Apocalipsis que se abatirá sobre nosotros si no hacemos lo que nos dicen para salvar al planeta, y si no aceptamos la creación de nuevas leyes que implican la entrega sin condiciones de las soberanías de todos los países a las manos de una super organización mundial que se llamaría “Agencia de Protección del Ambiente Mundial”. Esta organización dependerá de las Naciones Unidas –es decir, a cargo de los grupos que desde la oscuridad y el anonimato controlan férreamente a la ONU.
El caso es que el divertido artículo de Revkin dice más o menos así:
Respondiendo al post de esta semana sobre quién debe definir al peligrosos cambio climático causado por el hombre, Philip S. Wenz, de Corvallis, Oregón, propuso una analogía marítima para juzgar y responder a los riesgos de acumular gases invernadero. El post merece un lugar único en el blog “Your Dot”, una sitio reservado a comentarios no-anónimos, coherentes y convincentes. La contribución de Wenz me llamó la atención, lo admito, porque yo había tenido escapadas por un pelo en el mar –literalmente. […] Este es el comentario de Wenz:Dejando de lado por el memento la semántica de “escéptico” y “negacionista”, es posible considerar una analogía? Hay varias cosas para demostrar lo errado de esta analogía; la cantidad de cosas que el Sr. Wenz no se actualizó, pero esto se haría demasiado largo y, por otra parte, los lectores de este sitio ya se habrán dado cuenta de los errores conceptuales que se cometieron en la analogía que a Andy Revkin le ha gustado tanto. Probablemente le gusta tanto porque cuando alguien le dijo algo que halaga sus oídos y se ajusta a la agenda poco científica que Revkin ama, no se preocupó en investigar más a fondo el asunto y así le fue en los comentarios de los lectores. De los 45 comentarios que publicaron el 95% se mofaba de la analogía y se ríen del pobre Andrew. El comentario que yo envié era el número 5 y dice así:Usted está en el medio del océano en un barco que tiene una filtración, permitiendo que el agua ingrese dentro del casco. ¿Arregla usted la abertura, o espera hasta ver si el agua alcanza niveles “peligrosos”? Arreglar la filtración requerirá detenerse en el refugio de una isla cercana, alejándolo de su ruta y retrasando su viaje –costándole tiempo y dinero. Usted decide continuar hasta su destino original.
El tiempo pasa y el agua sigue subiendo. Mientras tanto, usted ha puesto mucha distancia ente su barco y la isla refugio, pero todavía tiene un largo camino que recorrer para llegar a su destino. Sin embargo no hay prueba de que barco se hundirá, aún cuando el agua parece estar ingresando al casco a un ritmo acelerado. De hecho, no hay prueba de que su barco se hundirá hasta que se hunde.
¿Hay alguna parte de su cerebro que pueda declarar legítimamente “peligro!” ¿O eso sería una respuesta irracional extrema?
Lo que sabemos es que el CO2 atmosférico mantiene a la Tierra caliente, y más CO2 la calienta más aún. También sabemos que el aire cálido admite más agua (de hecho un 4% más), y asé se provocan más tormentas poderosas y mayores sequías. La masa de hielo del Ártico se está derritiendo, como lo hacen la mayoría de los glaciares de los que inmensas poblaciones dependen para el abastecimiento de agua. Y ha habido un repunte de exactamente ese tipo de eventos desde que comenzó a ponerse más CO2 a la atmósfera.
Toda esa información está basada en mediciones científicas, y se han determinado las tendencias generales y las trayectoria, aunque los detalles precisos son, por definición, casi imposibles de predecir. A mí me parece que “peligro!” es exactamente lo que la ciencia nos está diciendo. “Gran Peligro!”
Peligro que, se le permite permanecer sin control, resultará ser mucho más costoso que reorganizar nuestros sistemas de energía y secuestrar biológicamente el exceso de carbono que ya está en el aire.
Siguiendo la analogía, la cantidad de agua que se filtra al interior del bote nos dice que la cantidad de agua equivale a la condensación de humedad. Con la actual tendencia de crecimiento del CO2 se necesitarán varios millones de años para alcanzar las 3000 a 7000 partes por millón que existían durante los períodos Cámbrico, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Cretáceo, cuando el barco de la Tierra tenía varias toneladas de agua dentro de su casco y el barco no se hundió sino que siguió navegando alegremente, con la tripulación viviendo vidas plenas como se muestra en los fósiles en todas partes del mundo. La analogía está errada, es irreal y alarmista. Andy, inténtelo otra vez. Pero esta vez con información dura y real, para construir una buena analogía. Yo sé que usted tiene que colaborar con el diluvio de noticias alarmistas que inunda a los medios uno o dos meses antes de las Cumbres del Clima de Diciembre de todos los años. Sin embargo, esta clase de argumentos, puras elucubraciones, no ayuda a la causa y resultan contraproducentes –algo es una cosa muy buena.
Por: Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC
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