06 – Emisiones, energía y movilidad: Transición hacia un proceso de consecución y uso sostenible de la energía
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- El 1 enero, 2000
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Un proceso de consecución y uso de la energía (incluida la movilidad) sólo será duradero cuando las fuentes de energía utilizadas ahora y en el futuro estén suficientemente disponibles, cuando los efectos del consumo de energía sean siempre inocuos para la naturaleza y el ser humano, cuando el suministro sea fiable y seguro, y cuando todo el mundo tenga acceso a la energía por un precio razonable.
El actual abastecimiento de energía no es sostenible, entre otras cosas porque es responsable de la mayor parte de las emisiones de los gases de efecto invernadero. El World Energy Assessment (WEA) constata además que dos mil millones de personas no tienen acceso a un abastecimiento de energía fiable y asequible, que el uso de combustibles tradicionales provoca considerables daños para la salud, que muchos países dependen de la importación de energía fósil y que la Tierra no es capaz de absorber todas las emisiones como consecuencia del consumo mundial de energía (gases de efecto invernadero, emisiones acidificantes, sustancias orgánicas volátiles (SOV) y polvo fino).
LÍNEAS GENERALES PARA LA POLÍTICA
El documento Cambio climático indica que, para evitar los efectos perjudiciales en la biodiversidad, el aumento de temperatura mundial no ha de superar los 2°C con respecto al nivel preindustrial. Además, la velocidad del aumento de temperatura ha de ser inferior a 0,1°C cada diez años y el aumento máximo del nivel del mar no ha de superar los 50 cm. Estos valores son también el punto de partida para este NMP4. En el caso de la lluvia ácida y la contaminación atmosférica a gran escala, el punto de partida es que en el 2030 éstas no han de constituir ningún obstáculo para los objetivos medioambientales dentro de la Estructura Ecológica Principal. Asimismo se adopta la premisa de que los riesgos para la salud a consecuencia de la contaminación atmosférica han de ser insignificantes. Sobre la base de ello, el Instituto holandés de Salud Pública e Higiene (RIVM) ha establecido para Europa Occidental los siguientes objetivos orientativos para el año 2030 (partiendo de una distribución mundial de las emisiones de CO2 sobre la base de emisiones iguales por cabeza de la población):
- CO2: entre 40 y 60% de reducción de las emisiones con respecto a las de 1990;
- NOx: entre 80 y 90% de reducción de las emisiones con respecto a las de 1990 (70 – 120 kilotoneladas);
- SO2: entre 80 y 90% de reducción de las emisiones con respecto a las de 1990 (25 – 40 kilotoneladas);
- SOV: entre 75 y 90% de reducción de las emisiones con respecto a las de 1990 (50 – 120 kilotoneladas);
- polvo fino: entre 85 y 95% de reducción de las emisiones con respecto a las de 1990 (5 – 10 kilotoneladas).
La actual forma de pensar sobre la energía se centra únicamente en la escasez de los combustibles fósiles, en los costes directos y en los efectos medioambientales regionales aquí y ahora. Esta mentalidad tiene que cambiar. La cuestión energética es un problema mundial; la transición hacia una gestión sostenible de la energía es imposible sin incluir en ella la expansión económica de los países en vías de desarrollo. Asimismo los costes sociales y los costes medioambientales habrán de quedar reflejados en los precios de la energía. Es necesaria una ampliación de la oferta de fuentes de energía con fuentes renovables, además de un uso motivado de las fuentes fósiles.
En el marco de la transición hacia una gestión sostenible de la energía, la política se concentra sobre todo en las emisiones de CO2 y NOx. A la larga, una reducción drástica de estas dos emisiones reducirá también las emisiones de otros componentes nocivos para el medio ambiente. Si ello no sucede, será preciso idear una política complementaria.
El enfoque de las emisiones relacionadas con la energía es una cuestión de cooperación mundial y europea. Mientras la cooperación mundial progrese en el ámbito de la reducción de CO2, los Países Bajos se esforzarán para conseguir más acuerdos y cumplirlos. Si esta cooperación se estancara, los Países Bajos proseguirían con la reducción de las demás emisiones (en el ámbito de la UE).
IMAGINABLE, VIABLE Y ASEQUIBLE
La transición hacia un proceso de consecución y uso sostenible de la energía exige una innovación fundamental del abastecimiento de energía. En este sentido cabe distinguir tres vías tecnológicas:
- el uso de fuentes de energías renovables;
- la disminución del consumo de energía por actividad;
- una tecnología energética avanzada (concretamente tecnología de energía fósil limpia).
Cuando existe un entendimiento internacional sobre la necesidad de un enfoque conjunto, la transición es imaginable, viable y asequible. La viabilidad se desprende por ejemplo de un inventario de las diferentes soluciones por parte del Instituto holandés de Salud Pública e Higiene y del Centro holandés de investigación sobre la energía (ECN). Si se utilizan todas las opciones, la reducción necesaria de la emisión de CO2 dentro de los Países Bajos es realizable; incluso quedará alguna reserva. Si se elimina una opción (como la energía nuclear), desaparecerá la reserva. La asequibilidad de la transición esbozada se desprende de diferentes estimaciones. Los costes estimados son del mismo orden que los costes de la actual gestión de la energía.
En la transición hacia una gestión sostenible de la energía surgen diversos obstáculos. Así, la distribución desigual entre Norte y Sur es un dilema importante, por lo cual los países ricos han de asumir obligaciones de reducción adicionales. Los causantes de los problemas señalados no tienen aún suficiente interés en solucionarlos. Además, no está claro en qué dirección se desarrollará la tecnología. A fin de allanar este tipo de obstáculos, el gobierno incorpora instrumentos que hacen incidir al máximo los costes medioambientales en el precio de la energía. Las incertidumbres se reducen a través de iniciativas en el ámbito de la investigación, el desarrollo y la demostración, y a través de estímulos orientados a la introducción selectiva en el mercado.
LA AGENDA DE TRANSICIÓN
El NMP4 incluye una extensa agenda de transición para reducir las emisiones relacionadas con la energía. He aquí los principales puntos:
Entre las iniciativas generales se encuentran la participación de los Países Bajos en las negociaciones internacionales, como sobre el Convenio Marco sobre el cambio climático, la lluvia ácida y la contaminación atmosférica a gran escala. Asimismo se incluye la eliminación de las subvenciones no sostenibles, así como la lucha contra los efectos secundarios no sostenibles de medidas de limitación de las emisiones. El comercio de emisiones y el pago de impuestos sobre el uso de artículos que contaminan desempeñarán un papel importante en la renovación de los instrumentos de política. En este contexto es importante que dichos instrumentos adquieran forma también en el ámbito internacional.
La agenda de transición incorpora diversas iniciativas para la sostenibilidad y la movilidad. El lema central es estimular el desarrollo y la aplicación de unos vehículos económicos y limpios, así como unos combustibles más limpios. Los costes sociales de la movilidad se cargan lo más directamente posible al usuario. Para un cultivo sostenible en invernadero, el cambio a unos soportes energéticos que apenas afecten al clima es un punto importante de la agenda. También en las zonas urbanizadas se fomentará la aplicación de soportes energéticos que no afecten al clima. Será preciso adaptar a ello los actuales métodos para calcular la prestación de energía (EPN, EPL y EPA). Además es necesario seguir prestando atención al ahorro de energía. Por lo pronto, sigue siendo necesaria una política de investigación en el ámbito de la gestión de la energía. A raíz de la transición hacia una gestión sostenible de la energía se establece una estrategia para actividades financiadas públicamente en el ámbito de la investigación, el desarrollo y la demostración.
FINANCIACIÓN
Sobre todo es necesario que el Estado realice esfuerzos financieros adicionales para las iniciativas en el ámbito de la implicación social. Nos referimos en concreto a la investigación, el desarrollo, la demostración y la introducción en el mercado. La cobertura de estos costes se elaborará con las partes implicadas. Los costes de las medidas específicas tendrán que ser realizados sobre todo por los grupos meta. Se trata de una inversión estimada de ƒ 150 a 500 mil millones (entre 68 y 227 mil millones de euros) en el periodo comprendido hasta el año 2030. Además, las medidas exigen una utilización adicional de medios del Estado de casi 3.000 millones de florines (1.360 millones de euros) en el periodo comprendido hasta el 2010. De esta cantidad, 282 millones de florines (128 millones de euros) procederán de los fondos presupuestarios del ministerio de la Vivienda, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente para el NMP4 y más de 1.500 millones de florines (680 millones de euros) son financiados a través de medidas fiscales. Un importe de 1.200 millones de florines (545 millones de euros) forma parte de los créditos de la Comisión Interdepartamental para Reforzar la Estructura Económica (ICES) presentados por el ministerio de la Vivienda, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente y el de Asuntos Económicos. Esta problemática forma parte de la más amplia consideración de la comisión ICES, sobre la cual decidirá el siguiente gobierno. Además se utilizarán los medios existentes del ministerio de Asuntos Económicos para la política energética, anualmente 1.400 millones de florines (635 millones de euros), volviendo a definir las prioridades.
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