Tratamiento de Barros: Opciones de Tratamiento de lodos

Las partículas de materia orgánica que se retiran de la superficie y el fondo de las aguas residuales durante el primer tratamiento forma la mayor parte de los lodos en bruto, y a esto se le añaden los excedentes del lodo activado y los sistemas de separación biológica de los nutrientes. Los lodos en bruto originales forman un líquido negro maloliente y espeso con 97 o 98 por ciento de agua. Asimismo es muy probable que contengan microorganismos patógenos, porque captan desechos de los escusados. Por ello se considera material biológico peligroso. La materia orgánica rica en nutrientes puede ser utilizada como fertilizante, siempre que no haya presentes en ella otros contaminantes tóxicos y sea tratada adecuadamente para eliminar los microorganismos patógenos.

Es importante advertir que los lodos en bruto son el subproducto del tratamiento primario de las aguas de desecho. Cuanto éstas eran descargadas en las corrientes de agua, no había que preocuparse de ella, solo de las consecuencias de la contaminación. Conforme ha mejorado el tratamiento de las aguas residuales, ha crecido en proporción los lodos de los que hay que encargarse. Al principio, se creía que este lodo era un material del que había que deshacerse sin más, y se incineraba, depositaba en rellenos sanitarios, o se transportaba al mar yse vertía, todo lo cuál origina contaminación. Apenas en la última década nos hemos ocupado en convertirlo en fertilizante orgánico. Aún así el valor de los lodos de las aguas residuales como fertilizantes no compensa los costos de tratamiento y transportación. Su valor real debe ser considerado en términos de restablecer un ciclo sostenible de nutrientes en los eulos y proteger las corrientes de agua de la contaminación y eutroficación cultural.

Ya se utilizan cuatro métodos para convertir los lodos residuales en fertilizantes orgánicos:

•  La preparación de composta
•  La pasteurización y secado
•  La estabilización con cal
•  Digestión anaeróbica

Ninguno de estos métodos recoge ciertas sustancias tóxicas como metales pesados o compuestos sintéticos orgánicos no biodegradables. Estas tóxinas llegan a inutilizar al lodo de aguas residuales como fertilizante.

•  La preparación de composta

Una de las técnicas que está ganando aprecio es la composta mixta, en la que los lodos se mezclan con tiras de desechos de papel para reducir el contenido de agua y la masa total paso por el proceso de preparación hasta alcanzar una condición adecuada para aplicarla al suelo.

•  Pasteurización y secado

Si los lodos se deshidratan, la pasta de lodo que resulta se coloca en hornos de secado parecidos a las secadoras grandes de las lavanderías. En tales hornos, el lodo se pasteuriza, es decir, se calienta lo suficiente como para matar a los microorganismos patógenos (el mismo proceso que hace que la leche sea segura para beber).

El producto consiste en unas pelotitas orgánicas secas e indoras. En Milwaukee, Wisconsin, donde se genera un lodo muy rico por su industria cervecera, se ha empleado esta técnica durante más de 60 años. La ciudad empaca y vende las pelotitas en todo el país como fertilizante orgánico con el nombre comercial de Milorganite. En 1991, se inaguraron en Boston unas plantas de pasteurización y secado que hoy son el mayor productor de fertilizantes de Estados Unidos. Antes de que abriera la planta, esa ciudad y las comunidades aledañas arrojaban unos 200,000 litros diarios de lodos a la bahía de Boston, que se gano la reputación de tener el agua más contaminada de aquel país.

3) La estabilización con cal

En la estabilización con cal, los lodos se filtran a presión y la pasta de lodo húmeda se mezcla con cal apagada, Ca(OH) 2 . La reacción de la cal con la humedad eleva la temperatura y el pH lo suficiente para eliminar los microorganismos patógenos. La mezcla es aprovechable como fertilizante orgánico, pues la cal es un ingrediente y es buena para neutralizar los suelos ácidos.

4) Digestión anaerobia

Mediante la digestión anaerobia, las bacterias se alimentan de los detritos en ausencia del oxígeno. Los lodos en bruto se colocan en tanques herméticos llamados de digestión de lodos. Sin oxígeno, es imposible descomponer del todo la materia orgánica en dióxido de carbono, pero las bacterias obtienen suficiente energía para prosperar gracias a los procesos metabólicos de la fermentación o respiración anaerobia en los que la materia es descompuesta en parte.

Un subproducto importante de la respiración anaerobia es el biogás, una mezcla gaseosa que contiene alrededor de dos tercios de metano, mientras que el otro tercio está compuesto de dióxido de carbono y varios compuestos orgánicos malolientes que le dan a las aguas negras su fetidez característica. El gas natural tan empleado en la calefacción y las cocinas, es casi metano puro. Así, dado su contenido del elemento, el biogás es inflamable y es posible aprovecharlo como combustible. Por lo regular se quema para calentar tanques de digestión, pues las bacterias medran en el fango si se mantienen a unos 38 grados. También es posible concentrarlo si se pasa por una columna de agua, pues el dióxido de carbono es muy soluble, en tanto que el metano no lo es. El metano casi puro que resulta sirve para completar el abastecimiento de gas natural.

Después de cuatro a seis semanas, la digestión anaeróbica está más o menos concluida y lo que resta se denomina lodo tratado. Consiste en lo que queda de la materia orgánica , que entonces parece un humus estable y rico en nutrientes en suspensión acuosa. Los microorganismos patógenos se han eliminado en buena medida, si no es que del todo, de manera que ya no representa peligro para la salud.

Hoy se llama biosólidos a los lodos tratados, para mejorar su imagen pública, y son excelentes fertilizantes orgánicos. Se aplica en huertos y campos de cultivos en el estado líquido en que sale de los tanques de digestión y tiene la ventaja tanto del humus como del agua rica en nutrientes. De otro modo, se deshidrata en prensas de banda: el lodo residual pasa por rodillos que exprimen casi toda el agua y dejan el material orgánico en forma de una pasta de lodo semisólida, o biosólido, que es fácil de apilar, distribuir y repartir en los campos con los propagadores de abono tradicionales.

Bibliografía: