Sanean un acuífero dañado con 1.850 m3 de combustible

Apenas el gobernador Roberto Iglesias firme un decreto, que ya rubricó el ministro de Ambiente Diego Grau y el mandatario avalaría en los próximos días, comenzará un programa de saneamiento que absorberá casi 2 millones de litros de combustible infiltrado en la napa freática, a lo largo de un poliducto en Santa Rosa.

Se trata de ocho “pinchaduras” en un conducto de Repsol-YPF, que desde hace años filtran combustibles como nafta, gasoil, y querosén. Las pérdidas están ubicadas entre la localidad de Las Catitas (Santa Rosa) hasta La Paz, y las descubrió la propia empresa en una revisión.

Según un vocero de Repsol-YPF, un proceso de estudio, iniciado en el año 2000, descubrió estos “pasivos anteriores a 1993” (año de la privatización de YPF) y desencadenó este dispositivo de recuperación ambiental.

Siete de las pérdidas detectadas se verificaron en el tramo comprendido entre los 85 y 90 kilómetros de distancia de la Destilería de Luján de Cuyo, en terreno santarrosino, y la restante fuga se identificó a 189 kilómetros del establecimiento industrial de YPF.

Esta situación fue confirmado por el director de Saneamiento Ambiental, Gonzalo Dávila, quien especificó que se trata de un plan que incluye recambio de suelos y extracción y tratamiento del acuífero, que se ubica a unos 15 metros de profundidad.

Se trata de un convenio rubricado por el Gobierno provincial, el Departamento General de Irrigación (DGI) y la firma petrolera. Los procedimientos para rehabilitar el daño serán pagado por la empresa, que está esperando la firma de Iglesias en el decreto que ya convalidó el ministro Grau.

La cañería subterránea de combustibles transporta un caudal de 300 metros cúbicos por hora según los datos registrados por Irrigación.

Los técnicos oficiales no pudieron definir con exactitud la antigüedad de las fugas denunciadas “a principios del año pasado” ante las autoridades.

Para tener una idea de la magnitud del daño ocasionado por las pérdidas basta puntualizar algunos datos existentes en el expediente oficial, donde se encuentra el estudio del caso:

En la capa freática, a la altura de la “progresiva 87” (a 87 kilómetros de la Destilería) se detectó la existencia de un “sobrenadante” de 2 centímetros de nafta y querosén. A 2 kilómetros de ese lugar se identificó otro “sobrenadante de un metro de espesor de nafta y gasoil”, y a otros 5 kilómetros se detectaron en la freática 75 centímetros de combustibles sobrenadantes.

Según un cálculo técnico de los agentes de Irrigación, esto evidenciaría unos 1.850 metros cúbicos de combustibles que se deberán extraer del acuífero afectado. Es decir, casi 2 millones de litros de combustibles en la napa freática contaminada.

Para lograr reglamentar la remediación del daño ambiental se hizo un “análisis de riesgo”. El estudio determinó que el terreno afectado debía ser regenerado a la calidad de suelo “industrial”, según la normativa de residuos peligrosos.

El acuífero dañado, en tanto, deberá ser restaurado perforando la superficie para extraer el agua y el combustible. Luego se tratará esa mezcla para separar el agua de los refinados petroleros. El último paso de ese circuito será la reinyección del agua tratada en la napa hasta lograr un “lavado” completo de la capa líquida.

El programa está pensado para una operación que durará unos 3 años. Los funcionarios ambientales señalaron que las pérdidas ocurrieron por corrosión del poliducto y que la empresa tuvo que recambiar 40 kilómetros de cañerías para terminar con las fugas. Una fuente de Repsol-YPF enfatizó que “se trata de pasivos antiguos”, y que la filtración de combustible se produjo “en una zona desértica y de alta salinización”.

Los Andes-Mendoza
Sábado 30 de Agosto de 2003