Resultados de la aireación en un embalse eutrofizado de la Provincia de Córdoba

En un artículo anterior hacíamos referencia a los beneficios de la aireación forzada en lagos con características eutróficas, a fin de atenuar o neutralizar los florecimientos de Cianobacterias productoras de olores y sabores desagradables, que son acompañados frecuentemente por la presencia de cianotoxinas. (“Beneficios de la aireación en lagos eutrofizados”).

En el Embalse San Roque, ubicado en la Provincia de Córdoba al lado de la Localidad de Villa Carlos Paz, siguiendo una iniciativa de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación con acuerdo del Gobierno de la Provincia de Córdoba, se instalaron difusores de aire consistentes básicamente en tres líneas de mangueras con perforaciones y válvulas de regulación de presión a las que se inyecta aire por medio de un sistema de compresores localizados en la costa.
Se produce así un burbujeo, análogo a lo que ocurre en menor escala cuando dentro de una pecera se coloca una base perforada conectada a un aireador externo.

Los efectos que se buscan con la aireación son fundamentalmente tres:

1) Por un lado elevar el nivel de oxígeno disuelto para facilitar la proliferación de la fauna lacustre, desde protozoos y zooplancton hasta peces. Algunos de estos organismos, a su vez, son predadores sobre microalgas y Cianobacterias, contribuyendo así también a evitar su proliferación.

2) Por otro lado el oxígeno en el agua contribuye a evitar el crecimiento de poblaciones de bacterias anaeróbicas, que son las principales responsables del reciclado del fósforo presente en los sedimentos, dejándolo disponible para ser luego incorporado por las Cianobacterias cuya presencia se quiere atenuar.

3) Finalmente la acción mecánica de las burbujas rompe la estratificación térmica del cuerpo de agua, borrando la línea de termoclina y permitiendo la unión de las aguas cálidas de la superficie con las más frías del fondo.

En el caso del embalse el burbujeo no se hace desde el lecho, es decir que las mangueras no están apoyadas directamente sobre la interfase tierra-agua, porque de esa manera se produciría la remoción y mezcla de los barros con el resto del agua, lo que traería aparejado que los sedimentos conteniendo altos niveles de materia orgánica la incorporarían a la fase líquida, con el efecto contraproducente de aumentar aún más la condición eutrófica.

Por otro lado, tampoco la entrada de aire es conveniente efectuarla en la superficie del espejo de agua, porque sería innecesaria ya que esa interfase agua-aire está oxigenada naturalmente por efecto de la mezcla de las fases y además por la actividad fotosintética de las microalgas que se mantienen en la superficie para optimizar la captación de la energía solar.

Las Cianobacterias son capaces de formar dentro de su citoplasma micro-burbujas llenas de oxígeno o de dióxido de carbono, productos respectivamente de la fotosíntesis o de la respiración. Estas burbujas, llamadas “vesículas gasíferas”, ayudan a que el organismo suba o baje en la columna de agua según la cantidad que acumulen.

Otras microalgas, como las Clorofíceas, tienen orgánulos fotosensibles formados por glóbulos de lípidos y abundancia de carotenos, relacionados con flagelos, los que mediante su movimiento pueden llevar al organismo a la zona de intensidad lumínica ideal, o zona eufótica.

Es por lo anterior que las mangueras están sostenidas en medio de un conjunto de anclajes en el lecho del embalse unidos a un sistema de flotadores, lo que permite que el burbujeo se produzca en una región lo más profunda posible sin llegar a remover los barros sedimentados, sistema que además facilita la oscilación hacia arriba o hacia abajo dependiendo también de la cota en la que se encuentre el embalse, que por supuesto varía mucho de invierno a verano en función del régimen de lluvias y del consumo del agua almacenada.

Este mecanismo de control para atenuar los efectos de la eutrofización se utilizó con éxito en lagos y embalses de Australia inicialmente, y luego se extendió a otros países con una problemática similar, pero existía poca o nula experiencia de su efectividad en ambientes acuáticos de Argentina.

El Embalse San Roque ha recibido en los últimos años una carga extra de nutrientes provenientes del arrastre por las lluvias de las cenizas dejadas luego de incendios extensos y frecuentes en el perilago. Estos nutrientes se suman a los aportes de materia orgánica originados en efluentes urbanos que todavía se vierten sin tratamiento previo, aunque se están haciendo esfuerzos en la construcción de plantas de tratamiento de líquidos cloacales en todos los municipios de la cuenca a fin de revertir esta situación.

Debido a lo antedicho, el efecto deseado sobre la disminución de florecimientos de Cianobacterias por medio de la aireación no ha sido probablemente tan eficiente como se esperaba en un principio, o su efectividad se ha visto reducida a causa de la carga extraordinaria de cenizas.

No obstante ello, los difusores han reducido notablemente la presencia de Cianobacterias en el Embalse, al punto tal que en los veranos 2010/2011 y 2011/2012 no fueron los organismos dominantes, como era lo habitual desde hace muchos años, sino que resultaron reemplazadas mayoritariamente por algas Clorofíceas, las que se ven favorecidas por el aumento de los niveles de oxígeno en el agua, y eventualmente por algunas Macrófitas.

Desgraciadamente, estos organismos también ocasionan molestias relativas a la estética, al quedar el espejo de agua totalmente cubierto, e igualmente provocan olores desagradables originados por su descomposición cuando baja el nivel del agua y quedan en la costa.

Pero sin embargo, y a diferencia de las Cianobacterias, no producen toxinas ni sustancias peligrosas para la salud humana, y por lo tanto no complican demasiado el proceso de potabilización a fin de proveer agua apta para el consumo en la ciudad de Córdoba.

Recientemente organizaciones no gubernamentales como Funeat y Phuma plantearon la necesidad de definir y aplicar políticas activas para evitar que continúe el deterioro de la calidad del agua del lago. Aducen que la falta de redes cloacales en la región, los incendios y la deforestación en las sierras, el sobre-pastoreo y algunos otros aspectos se apuntan como causantes de los problemas.

Lamentablemente, y como se viene diciendo desde el trámite licitatorio para la instalación de los difusores y también en el artículo citado al inicio, la aireación no elimina los nutrientes ni es una solución al problema de la eutrofia, originada en las causas recién enumeradas.

En cambio, el aporte de aire al embalse es un atenuante bastante efectivo de los efectos de la eutrofización, si bien no de las causas, particularmente previniendo el crecimiento excesivo de las poblaciones de Cianobacterias y de bacterias anaeróbicas que son potencialmente riesgosas para la salud.

Por: Dr. Carlos H. Prosperi
Universidad Blas Pascal
CONICET
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