Proyecciones del plan nuclear Argentino
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- El 16 octubre, 2007
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Este artículo forma parte del libro GEOPOLÍTICA DE LA ENERGÍA – LA CRISIS ENERGÉTICA ARGENTINA Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN, el cual está en sus fases finales de redacción.
Al igual que la hidroelectricidad, la energía nuclear también formó parte de los análisis previos en este libro, pero enfatizándose su evolución histórica en Argentina, con algunas menciones del reactivado Plan Nuclear actual.
De la situación anterior, en la que estaba sometiéndose a todo el Sector Nuclear a una muerte lenta por las fuertes restricciones presupuestarias y la prohibición de incorporar personal –desde las ya lejanas épocas del alfonsinismo, recordado en el Sector Nuclear por la notoria impericia para ordenar el manejo (despacho) de las dos centrales atómicas-, a la actual en la que se está trabajando efectivamente en varias líneas diferentes y complementarias de acción, sin duda existe una sustancial diferencia.
Mayor diferencia aún existe si se compara el actual plan de obras, de algún modo ya efectivamente comenzado, con las épocas en las que la tríada Menem – Cavallo – Bastos “apuraban el paso” para “privatizar lo privatizable” (las centrales nucleares en funcionamiento) y desguazar todo el resto de ese orgullo nacional que es el Sector Nuclear.
Además de múltiples líneas de investigación que de algún modo se han potenciado al contar con mayores presupuestos y en casos puntuales con más personal calificado al incorporarse nuevas –pero aún insuficientes- camadas de profesionales; los puntos focales más destacables son la reactivación de la Central Nuclear Atucha II –largamente postergada pese a su muy avanzado grado de construcción-, la decisión manifiesta de planificar la cuarta central nuclear, las inversiones para prolongar la vida útil de la Central de Embalse, y la decisión de construir el primer prototipo de la central modular CAREM (Central Argentina de Reactor Modular) que es un diseño de avanzada y totalmente nacional. También cabe mencionar algunos acuerdos en funcionamiento para aplicar y avanzar en medicina nuclear, y la decisión de volver a producir uranio nacional en las áreas conocidas y realizar tareas de prospección en otras geológicamente favorables.
Lo precedente en la órbita de acción directa de la CNEA o de instituciones filiales.
Pero en el caso del INVAP S.E., empresa estatal rionegrina instalada en Bariloche, muchos otros logros significativos fueron alcanzados tanto para abastecer al mercado interno como para exportación, siendo su logro más relevante y conocido la provisión de una central llave en mano a Australia, después de triunfar en una licitación internacional, en la que se ganó básicamente por calidad y prestigio acumulado en base al alto nivel tecnológico y demostrada confiabilidad científica y operativa de todo el Sector Nuclear Argentino.
Seguramente la mayor agilidad operativa, que es consecuencia de su estructura jurídica de Sociedad Del Estado, y el hecho de dedicarse a las investigaciones aplicadas (de ahí su nombre), y la mayor flexibilidad presupuestaria al disponer de los ingresos de sus múltiples ventas, facilitaron enormemente el crecimiento del INVAP, cuyo nombre es hoy conocido a nivel mundial, tanto como la propia CNEA, su ente madre.
En consecuencia, no puede ser casualidad que la única visita extra protocolar realizada por el Presidente de China Hu Jintao en Argentina, haya sido realizada en la sede del INVAP.
Pero no obstante las notables mejoras respecto a la anomia morbosamente destructiva de las dos décadas precedentes, en este momento, para estar a la altura de las circunstancias, es necesario otorgar un gran empuje adicional al Plan Nuclear Argentino, el cual debe formar parte de una cuidadosa y ambiciosa planificación a por lo menos dos décadas. Planificación que debe formar parte de las Políticas de Estado que deben ser respetadas a rajatabla, cualquiera sea el signo político que acceda al gobierno en ese lapso de tiempo.
Sin duda construir una o incluso dos centrales nucleares por década es un logro muy importante, pero para paliar en forma significativa la real crisis energética y a la vez disminuir la altísima dependencia de Argentina respecto a los combustibles fósiles, es necesario implementar y concretar un plan mucho más agresivo de construcción de nuevas centrales nucleares, las cuales inclusive deberían ser de un módulo de potencia bastante mayor que el actualmente vigente, que es del orden de 750 MW de Potencia Instalada.
Planificando con criterio de grandeza y con una clara Concepción Nacional de las proyecciones energéticas; y con el respaldo presupuestario y Político (con mayúsculas, lejos de la sucia y rastrera politiquería), debería apuntarse a potencias de 1.000 MW o más, posiblemente del orden de 1.350 MW como están haciendo en este momento Brasil, India, China, y EEUU, entre otros muchos ejemplos a nivel mundial. Y a la vez trabajar en la concreción de tres o más centrales por década.
A la vez las centrales CAREM, con potencias que pueden oscilar entre 25 MW a 300 MW, al ser modulares, podrían ser instaladas en distintos puntos del territorio nacional, con tres a cuatro módulos integrados del orden de 200 MW a 250 MW cada uno, con lo que cada núcleo de módulos aportaría entre 600 MW a 1.000 MW cada uno, según la configuración que se adopte.
Y ello sin perjuicio de exportar estas centrales, pues existe un enorme mercado potencial mundial para ellas.
Es bien sabido que las transnacionales de la ecología se opondrán ruidosamente, comprando espacios en medios masivos de difusión y las voluntades de los mercenarios del periodismo, utilizando a la vez a los “perejiles” locales, muchos de ellos ansiosos de “su momento de fama” en la TV o en los diarios.
Los fundamentalistas de la ecología operan siempre en contra del desarrollo socio económico y del progreso tecnológico argentino (tal como lo demuestran sus frondosos antecedentes en la materia, “tirando leña al fuego y escondiendo la mano” en el absurdo conflicto con Uruguay; y en su accionar como entes de choque al servicio de la globalización salvaje y como agentes de mega intereses petroleros e incluso acusaciones de operar como apéndices de los servicios de inteligencia británicos –por este motivo la Rusia de Putin directamente los expulsó-).
Siendo el desarrollo nuclear una gran patriada de ningún modo negociable, esos previsibles contratiempos no nos deben arredrar, pues está en juego el imprescindible desarrollo socio económico, el cual es una condición insustituible para la perdurabilidad de la República Argentina como nación no sujeta a la balcanización que alientan determinados grupos de poder mundial, y para el importante rol que podemos y debemos desempeñar en el Mercosur y en la futura Confederación de Naciones Sudamericanas.
Por: Carlos A. Ortiz
Escritor y periodista ad honorem – Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UnaM – Especialista en Gestión de Producción y Ambiente = Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía – UNLa-CNEA
Ver otro artículo del autor:
” Proyecciones del Plan de Grandes Obras Hidroeléctricas “
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