Nadie quiere minería contaminante
- Creado por admin
- El 17 octubre, 2005
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Los acontecimientos ocurridos en San Carlos en particular y en el Valle de Uco en general, han escrito la página más oscura de la minería en la provincia de Mendoza. Se han escuchado voces de las más variadas procedencias. Hemos podido observar cómo, de un día para el otro, han aparecido personajes que uno nunca hubiera imaginado tan iluminados para hablar de minería. Pero está claro, de una parte de la minería del pasado.
Han olvidado decir que la minería, al igual que casi todas las industrias, ha desarrollado en las últimas décadas tecnologías capaces de hacer competir a esta actividad con los más altos índices de calidad ambiental.
En forma comparativa, y si hacemos mención a la medicina, hasta hace unos años una persona que era operada de hernia pasaba un mes en reposo. Hoy la operan a la mañana y esa noche duerme en casa. Hoy caminan junto a nosotros personas con dos corazones. Si hubiéramos pensado en esto hace diez años nos hubieran tratado de locos.
Con ese solo ejemplo, tomado de entre miles, quiero poner de manifiesto que así como se avanzó en medicina, se hizo en innumerables ramas de la ciencia y de la industria, incluida la minería.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, hay algo que queda claro: el pueblo del Valle de Uco, tradicional por su cultura al trabajo, por su honestidad y su laboriosidad, ha sido sorprendido en su buena fe. Y toda la catarata de mensajes dados desde distintos sectores no ha hecho más que reafirmar algo que no sólo los habitantes del Valle de Uco, sino cualquier habitante del planeta, pretende: que la minería, como cualquier otra actividad, no sea contaminante.
Están quienes con temor dudan de una minería sustentable, están los que se anotaron en esta movida para ser conocidos, están los que no dan la cara, están los que dan la cara y no saben nada de minería, están los que saben del tema aunque se los ha consultado muy poco, están los que saben muchísimo de minería y nunca se los consultó, están los que sacan provecho de cualquier situación confusa y están, por supuesto, y como dice Joan Manuel Serrat, “los macarras de la moral”.
Si vamos estrictamente a lo técnico, Mendoza posee un abanico de oportunidades para el desarrollo de la minería que no tiene cualquier otro sitio. Y el Valle de Uco no se queda atrás.
No podemos ni debemos creernos que vivimos en un principado y que todo tiene que venir de afuera. Nos debería dar pena y vergüenza ver las góndolas de los supermercados abarrotadas de productos fabricados en cualquier lugar del mundo, menos aquí. Pero hay algo que es cierto y preocupante: con el ojo observando a corta distancia, sólo es posible ver carretelas circulando sin seguro ni tarjeta verde, casas con techo de plástico negro, cauces tapados de basura, niños en las esquinas pidiendo, niños y jóvenes en cualquier parte delinquiendo, los árboles con sus copas cada vez más liberadas porque poco a poco va desapareciendo el “dañino y nocivo” cable de cobre, robado para hacer subproductos de cobre que luego se usan en agricultura, una juventud con la línea del horizonte quebrada y una gran cantidad de materia pensante que no puede dar el paso “adelante” porque vuelven a estar ellos: “los macarras de la moral”.
Es lamentable tener que estar en el siglo XXI debatiendo en abstracto. Pregunto: ¿hay alguien en este mundo que quiera que le contaminen el metro cúbico que le toca vivir ? Si hay alguien por la afirmativa, entonces celebremos porque tendremos que dar un nuevo Premio Nobel: el de la imbecilidad.
Creo que ha llegado la hora de mirar y enfocar nuestros ojos hacia la larga distancia, si es cierto que queremos un mundo mejor para nuestras futuras generaciones.
Hemos dejado avanzar la pobreza, hemos dejado que la droga y el alcohol invadan nuestro modo de vida, hemos adoptado música y palabras que nada tienen que ver con nuestra cultura, hemos adoptado la violencia como parte integrante de nuestro accionar, hemos perdido la confianza en todo o en casi todo.
¡Por favor!: tomémonos un día para reflexionar, actuemos en forma coherente y equilibrada, escuchemos a los que quieren hablar con la verdad, a los que quieren explicar, a los que saben.
Pongamos a la minería en la mesa de una sana discusión, que de hecho debe existir. Propongamos los cambios que sean necesarios. Debemos ser capaces de construir una Mendoza mejor, con industrias, con minería, con áreas protegidas, con caminos del vino, con museos, con bodegas, con turismo, con agricultura, con ganadería, con cultura, con educación, pero sobre todo con una visión integradora de futuro.
Sigamos apostando a la inteligencia y la tranquilidad del huarpe, al tesón y la fuerza del inmigrante, al empuje de nuestra juventud, a la alegría y la sonrisa de nuestros niños, pero por favor no nos dejemos llevar al “arreo” por “los macarras de la moral”.
Por: Hilario Alberto Rubio
DNI 11.642.406
Fuente: Los Andes on line
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