Moscas de los Frutos
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- El 1 enero, 2000
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En el partido de San Pedro se han hallado hasta el momento dos especies de mosca de los frutos: Ceratitis capitata ó Mosca del Mediterráneo (la más abundante y a la que se le atribuyen los mayores daños) y Anastrepha fraterculus ó Mosca sudamericana de los frutos.
Ambas especies son de color marrón y presentan alas con manchas, pero C. Capitata es más pequeña (5 mm) y tiene el tórax con manchas blancas y negras. A. Fraterculus, por otro lado, no sólo es de mayor tamaño (7-8 mm), sino que tiene el tórax castaño con manchas amarillas.
Las hembras de ambas especies depositan sus huevos en la epidermis de los frutos ó debajo de ella. Luego de unos siete días (en verano) nacen las larvas y se dirigen al interior de la fruta. Son de coloración blanca, llegan a medir hasta 10 mm y no poseen patas. Cuando alcanzan su máximo desarrollo se dejan caer al suelo, se entierran aproximadamente a 1 cm de profundidad y se transforman en pupas. En aproximadamente diez días emergen los adultos, que pueden vivir entre veinte y treinta días en verano y sesenta ó más en invierno. Luego de nacidas, las moscas adultas recorren los frutos y el follaje durante unos cuatro ó cinco días antes de comenzar a colocar los huevos. La fruta atacada se pierde por el daño directo de las larvas y por agentes de putrefacción que intervienen.
En el partido de San Pedro, los adultos comienzan a detectarse desde noviembre hasta mayo ó junio. Si se producen lluvias y temperaturas elevadas en agosto-setiembre es posible que aparezcan antes, observándose los primeros ataques en setiembre.
Desde noviembre a diciembre pueden atacar duraznos, pomelos y naranjas tardías no cosechadas. Entre diciembre y junio atacan duraznos, mandarinas tempranas, pomelos y naranjas de ombligo. El fruto se pierde por el daño directo de las larvas y por los agentes de putrefacción que intervienen.
Con respecto al control cultural, es de gran importancia no dejar fruta sin cosechar, ya que puede constituir una fuente de infestación para la mosca. Por esta misma razón también es importante recoger la fruta caída y enterrarla a más de 50 cm de profundidad. El control también debe efectuarse en frutales hospederos cercanos a las quintas.
Con respecto al control químico, previamente a la utilización de cualquier producto es importante conocer el estado del lote. En este sentido es muy recomendable el empleo de trampas. De esta manera, puede detectarse la presencia de mosca antes de que produzca daño y puede también determinarse la localización y extensión de la infestación. Teniendo estos datos, cada productor puede saber con mayor precisión si tiene que efectuar aplicaciones ó no y en qué momento hacerlo. También se recomienda realizar simultáneamente y en forma complementaria el monitoreo de frutos en busca de larvas de la mosca.
Las trampas para moscas de los frutos son básicamente de dos tipos:
A) Jackson – Constan de un atractivo (que se renueva mensualmente) para atraer machos de Ceratitis capitata y de un piso con pegamento al que quedan adheridos los insectos. Se recomienda la colocación de una trampa por hectárea.
B) McPhail ó Portici – Son botellas invaginadas de plástico ó vidrio transparente. Poseen un fondo invaginado con una abertura por donde entran las moscas. Se llenan con una sustancia atractiva, como por ejemplo proteína hidrolizada Torula ó vinagre de vino al 25%. Los insectos entran a la trampa y cuando caen en el líquido no vuelven a salir. Capturan adultos de ambos sexos y de ambas especies pero tienen menor radio de atracción que las trampas Jackson (sólo unos 20 metros), por lo que es recomendable colocar dos ó más por hectárea. Pueden fabricarse en forma casera con una botella de vidrio ó de plástico transparente con el fondo invaginado. Se perfora el fondo, se le coloca el atractivo y se tapa el pico. El líquido se renueva una vez por semana, desechándoselo lejos del sitio donde se colocó la trampa. Las trampas deben colocarse en el momento en que suelen aparecer los primeros adultos (mediados a fines de la primavera) y se las debe revisar semanalmente). Si se detecta la presencia de una mosca en dos recuentos sucesivos ó varias en un recuento, hay que aplicar. Una forma efectiva de combatir la mosca es mediante el uso de cebos tóxicos. El cebo tóxico lleva un atrayente y un insecticida. Para preparar 100 litros de cebo, a 100 litros de agua se le agrega un atrayente (500 g de extracto de malta ó 5 kg de melaza ó 1kg de azúcar ó 1 litro de proteína hidrolizada). A esa mezcla de agua y atrayente se le agrega a continuación el insecticida (generalmente 100 cm3de mercaptotión). El cebo debe prepararse en el día, agitarse bien y pulverizarse árbol por medio ó fila por medio, preferentemente en el sector soleado de la planta.
Gonzalo Segade
Lic. en Ccs Biológicas. Univ. de Buenos Aires, 1993.
Tesis en redacción para Doctorado en Ciencias Biológicas
Becario de iniciación del INTA. Realiza estudios sobre la interacción entre las principales plagas de los frutales y sus enemigos naturales, así como del rol de los organismos benéficos en sistemas de manejo integrado de plagas. Está efectuando un relevamiento de enemigos naturales en montes cítricos.
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