Microcentrales hidroeléctricas: Construyendo con palitas de juguetes
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- El 29 noviembre, 2007
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Dentro de la variada gama de argumentaciones falaces, tendenciosas o simplemente disparatadas; divulgadas por muchos años en contra de las centrales hidroeléctricas de mediana y gran potencia; difundidas a discreción por el amplio espectro de ecologistas fanáticos; periodistas oportunistas o mercenarios; políticos mediocres de bajo vuelo, opinantes a destajo y gente simplemente desinformada; se llegó a afirmar que las micro centrales hidroeléctricas podrían reemplazar a las mega centrales binacionales de Corpus Christi y Garabí, que –afortunadamente y ahora urgidos por la crisis energética- se comenzarían a construir en breve lapso.
Para dar una idea más gráfica de la imposibilidad técnica de reemplazar las mega centrales hidroeléctricas con las micro centrales; eso equivale a pretender construir una autopista completa (con terraplenes, bases y pavimento) con palitas plásticas de juguete, del tipo de las usadas por los niños en las playas.
Entrando en datos técnicos elementales, las micro centrales hidroeléctricas son las que poseen potencia instalada de hasta 100 KW; y las que en su momento se instalaron en Misiones eran muy pequeñas, de menos de 10 KW a menos de 50 KW. Para precisar un poco más, una vivienda con pocos artefactos eléctricos y escasos focos, precisa aproximadamente un KW.
Compárense esos mínimos, exiguos valores de potencia instalada, con los 3.800.000 KW que tendrá Corpus Christi, o con el mínimo de 1.800.000 KW (según el proyecto definitivo que se adopte) que tendrá Garabí.
En su momento la micro central hidroeléctrica más importante instalada en Misiones fue la de Pueblo Illia, cerca de Dos De Mayo, con 30 KW de potencia…que abastecía a menos de la mitad del pequeño poblado, ¡y que además era incapaz de autogenerar los fondos para el propio mantenimiento de la propia central y su red de distribución!
Las micro centrales fueron “unos chiches bonitos” que fracasaron en su inserción social, al instalarse en general para abastecer a pequeños núcleos poblacionales, pues por su escasísima potencia no autogeneran fondos suficientes y es lógico que nadie de la zona se preste a trabajar gratis o por moneditas en el cuidado y mantenimiento.
Pueden ser en cambio una solución interesante para un colono en particular, para una escuela, o un destacamento policial o de Gendarmería.
¡Y si no son aptas para un poblado chiquito, menos aún puede suponerse que “reemplacen a una mega centra”!
Es necesario reiterar (lo escribí varias veces y repetí en varias disertaciones) que las micro centrales (hasta 100 KW), las mini centrales (de más de 100 y hasta 1.000 KW), las hidroeléctricas medianas (de más de 1.000 KW hasta 100.000 KW), son complementarias, respecto a las mega centrales de más de 1.000.000 de KW; pudiendo abastecer las pequeñas a consumos aislados, pero de ahí a afirmar que “las micro centrales reemplacen y eviten la construcción de Corpus y Garabí”…eso no tiene ninguna coherencia.
Ni siquiera las centrales hidroeléctricas medianas, como las estudiadas en el Piray Guazú, Piray Miní, Garuhapé, etc., están en condiciones técnicas de reemplazar a las grandes centrales…¡por una elemental lógica de escala!
Y aquellos que pretenden –palabras más o menos- “que Misiones se desentienda de los problemas energéticos del ‘resto’ de Argentina”, tienen una miopía geopolítica y una falta de Sentimiento Nacional simplemente deplorable.
Oponerse a las grandes centrales hidroeléctricas y nucleares, es hacerles el juego a los intereses que nos quieren mantener atados a la fuerte dependencia que sufrimos respecto al petróleo y al gas; tan escasos ambos; y previsiblemente tan caros en un futuro cercano.
En mérito a la brevedad, en artículos separados me referiré –nuevamente- a las limitaciones de las centrales eólicas y solares; y a la incoherencia de “rasgarse las vestiduras” por el plebiscito de 1996, tan cargado de falsedades conceptuales y técnicas; ocultos intereses de las transnacionales del petróleo y del fundamentalismo ecológico; y mediocridades políticas de muy baja estofa; que debe ser considerado uno de los casos emblemáticos de la corruptela de la partidocracia instalada y consolidada durante la década menemista.
Por: Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador – FCE – UNaM = Especialista en la Temática Energética
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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