Los culpables de la crisis energética Argentina
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- El 10 marzo, 2009
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Estamos inmersos –y embretados- en la más severa crisis energética que registra la Historia Argentina. Los molestos y recurrentes cortes del servicio eléctrico, son apenas una de las más visibles manifestaciones externas de un cuadro de situación de extrema gravedad, que tomó estado público en 2006, pero que cuan cáncer que se gesta silencioso e inadvertido, comenzó varias décadas antes.
Costará mucho esfuerzo, mucho tiempo y muchas divisas salir de esta “zona roja” –de riesgos extremos- que nos hallamos transitando; que es como andar por un endeble camino de cornisa, de cuyos bordes se desprenden sorpresivos aludes que amenazan con arrastrarnos al abismo. En nuestro caso –literalmente- el abismo será el caos social, el fuerte retroceso económico, la total ingobernabilidad política; y –tal como algunos poderosos intereses foráneos fogonean desde las sombras- la amenaza concreta del estallido político convirtiéndonos en media docena de republiquetas.
Ni una pizca de exageración en lo precedente. Para incrédulos y desinformados, recordemos que en la crisis de 2001-2002 la terrible idea del “canje de deuda por territorios” fue alentada por algunos “economistas” mercenarios del “modelo” neoliberal, expuesta como “globo de ensayo” por voceros del establishment, y tirada a la opinión pública por varios lenguaraces a destajo, de los que pululan en la TV portuaria.
También debe recordarse que un conocido economista norteamericano –fallecido hace poco- propuso nombrarnos un “administrador”, dada la presunta “incapacidad argentina para autogobernarse”. ¡Ni más ni menos que nombrar un “virrey bancario” impuesto por los mega poderes financieros transnacionales, los mismos que fogonearon la crisis e impulsaron el vaciamiento económico, además de la pauperización social, cultural y económica de los argentinos!
En estos momentos, innumerables ONGs de todo tipo y pelaje, hacen el trabajo de zapa sembrando odios y rencores, fomentando divisiones absurdas, creando sentimientos separatistas, y anulando todo espíritu de noble amor a la Nación Argentina, no solo jamás mencionado por sus militantes, sino en muchos casos explícitamente denostado. En ese variopinto conjunto de ONGs se suman ecologistas fundamentalistas, indigenistas agresivos, feministas ultras, de “derechos humanos”, etc.
Varias de esas ONGs son generosa y notablemente financiadas por fundaciones, empresas y otros entes anglosajones y del G 7.
Adviértase que por ejemplo la muy activa “Mapuche Nation” (Enlace Mapuche Internacional) tiene sede en Gran Bretaña, y más allá de un figurativo presidente, prácticamente toda su plana mayor está compuesta por…británicos. ¿Será que estos “mapuches” olvidan los exterminios en masa que los anglosajones perpetraron contra los “pieles rojas” de Norteamérica? ¿Compararon la magnitud de esa masacre sistemática y el aislamiento social que aún persiste, con la mucho más integradora acción de España en América, que hasta creó sin duda pueblos mestizos, productos de las uniones de hispanos con aborígenes? Eso no excluye por supuesto los atropellos y saqueos cometidos por muchos Adelantados y comandantes hispanos, pero que no obstante vistos en perspectiva fueron mucho menos frecuentes que las políticas de exterminio sistemático y desprecio racial impuesto por los nórdicos en los actuales EEUU y Canadá.
Ya volveremos en otro artículo sobre la “mapuchefilia” y otras tergiversaciones aborigenistas, pero ahora centrémonos en la crisis energética argentina y sus responsables básicos.
Sin ninguna duda, el drama energético en que nos sumergimos es uno de los más nefastos frutos del modelo socio económico neoliberal, como tal crudamente antinacional, extranjerizante y empobrecedor, que se nos impuso sin solución de continuidad a partir de mediados de los ’70. Ese modelo nefasto promovió la corrupción extrema de la política, de los gremios y de todo el tejido social argentino.
Más allá de las complicidades de instituciones tradicionalmente afines al liberalismo extremo, como la Sociedad Rural Argentina (permanente fogonera del antiindustrialismo y de su visión de país que se agota en los intereses oligárquicos de la Pampa Húmeda; tal como dio sobradas muestras en la historia), de las “Academias Nacionales” (de La Historia, de Letras, etc.); de muchos de los medios masivos de comunicación social; de los opinantes mercenarios y los permanentemente antinacionales; de las mafias acomodaticias enquistadas en las Universidades Nacionales; en las instituciones educacionales civiles y militares que han seguido (¿siguen?) la falseada historia academicista y otros dogmas antinacionales; y otros; en las últimas décadas surgió otro poder que opera como fuerza de choque al servicio del subdesarrollo crónico, del estancamiento permanente, y como peón activo de los intereses globalizadores, sobre todo los anglosajones: el movimiento ecologista.
Estos “señores” de Greenpeace, de World Wild Found, de Fundación Vida Silvestre, y de la mayoría de las centenares de ONGs seudo ambientalistas que como hongos venenosos se multiplicaron por todo el Territorio Nacional; son culpables principalísimos de la actual crisis energética, tanto por acción como por omisión, pero sobre todo por sus accionares virulentos, maliciosos, engañosos y disolventes del Ser Nacional.
Se destacan los ominosos silencios de los “ambientalistas” ante las crudas aplicaciones y consecuencias de las políticas neoliberales, pretendiendo ignorar cuanta miseria provocaron, y a partir de esa miseria, ¡cuanta terrible contaminación que es precisamente consecuencia de la miseria extrema! ¡Jamás alzaron sus voces por estos temas!
¡Jamás protestaron por las nubes de sulfuros (azufres) que se volcaron sobre las poblaciones adyacentes (incluyendo villas miserias el “paquete” barrio de Palermo, en Buenos Aires,), a consecuencia del funcionamiento de las usinas termoeléctricas, que queman diesel oil!
¡Cuánto daño hicieron y hacen, provocando demoras en las construcciones de las imprescindibles grandes centrales hidroeléctricas y nucleares, mientras mienten acerca de las falsas “grandes soluciones” que teóricamente darían las costosas e ineficientes energías solar, eólica, geotérmica, del hidrógeno, etc.!
Ahora, en plena época de cortes del servicio eléctrico, después de mentir alevosamente acerca del falso trasvasamiento del Iberá y una interminable sanata de sandeces, pretenden impedir que Yacyretá funcione a la cota máxima de diseño, y aún a costa de más cortes de luz (cosa que no dicen) se siguen oponiendo a Corpus, Garabí, Roncador, Paraná Medio, Añá Cuá, las obras del Bermejo; y un largo etcétera.
¡Es hora que en Argentina se haga a las ONGs responsables directas de sus acciones, pues actuando como apéndices dóciles de los intereses mezquinos de la globalización salvaje, atentan contra los Intereses Nacionales, contribuyendo al caos y al colapso energético!
Por: Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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