Los bajos rendimientos de las eólicas

Un detalle tan importante como poco conocido, es que el rendimiento energético de las centrales eólicas es reducido, tal como demuestran algunos elementales análisis realizados sobre dos casos emblemáticos, frecuentemente citados como ejemplos a nivel mundial en utilización de la energía eólica: Alemania y España.

En ambos países las energías eólica y solar fueron muy fuertemente subvencionadas, con lo cual sus crecimientos porcentuales en la última década resultaron importantes.

Tal como se explicó en artículos precedentes, esas políticas de subsidios –que terminan siendo pagados por todos los contribuyentes- están siendo muy discutidas actualmente, sobre todo en el marco de la complicada economía española actual.

Pero es muy interesante relacionar la Potencia Instalada con la Energía Anual Generada, pues ese es el más claro indicador de la eficiencia de la fuente energética analizada, en este caso la eólica.

Según datos del año 2008 (*), en Alemania, la Potencia Instalada eólica representaba el 17,15 % del total, pero la Energía Anual Generada eólica solo sumó el 6,36 % del total.

Para el mismo año (*), en España, la Potencia Instalada eólica alcanzó el 17,86 % de la matriz eléctrica, pero solo generó el 10,26 % del total.

Descartando que los “ventiladores” eólicos puedan reemplazar a las usinas convencionales como base de generación –por limitaciones técnicas inherentes a su propia naturaleza operativa, por la total aleatoriedad de los vientos-; cabe evaluar como limitación adicional el mencionado bajo rendimiento de la tecnología eólica operando como fuente complementaria.

Expresado más simplemente, como usinas complementarias del sistema eléctrico, para cubrir una determinada demanda de energía eléctrica, la potencia eólica a instalar debería ser significativamente mayor que si se instalara una usina convencional.

Si la generación a cubrir con una usina térmica, nuclear o hidro de base, fuese hipotéticamente de 100 MW, la misma masa de energía generada por eólicas necesitaría –estimativamente- una Potencia Instalada de entre 160 a 200 MW. Eso implica mayores inversiones iniciales, además de los impactos ambientales mayores que también ocasionan las eólicas…pese a las falaces campañas en contrario, que pregonan las transnacionales del fundamentalismo ecológico.

No son precisamente temas menores, sobre todo cuando las campañas para forzar instalaciones eólicas, ante las limitaciones técnicas de los “ventiladores”, terminan obligando a hacer inversiones de urgencia en más usinas termoeléctricas, para cubrir los “baches” del servicio.

Es de recordar que las usinas termoeléctricas tienen encubiertos los poderosos intereses vinculados con la termogeneración (petroleras, gasíferas, fabricantes de usinas, importadores, proveedores de repuestos, fleteros de combustibles, etc.). Cerrando el círculo, varios analistas geopolíticos fundamentaron que las ONGs transnacionales son financiadas por las grandes petroleras anglosajonas. Y a su vez, todo ese esquema es usualmente apoyado por los operadores políticos y mediáticos al servicio del neoliberalismo. (**)

Con solo recordar lo acontecido en Argentina en el cuarto de siglo neoliberal (1976 – 2001), y sobre todo en la muy nefasta década del ’90, se constatan esos hechos.

(*) IEA – Statistics for World – Informes 2010 – OCDE
(**) Los secretos de Greenpeace – FAEC – AAPRESID y otros

Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé

VER ARCHIVO DE ARTÍCULOS