Las insalvables limitaciones de las micro centrales hidroeléctricas

Micro presas hidroeléctricas son aquellas que poseen menos de 100 KW (0.1 MW) de potencia instalada. Según la potencia apenas pueden proveer algo de iluminación y eventualmente energía para una pequeña heladera a un grupito de casas del orden de una casa por cada uno o dos KW aproximadamente.

Las limitaciones definidas en el título son consideradas respecto a la peregrina idea de hacerlas funcionar interconectadas a la red, y es una incoherencia total pretender que con esas insignificantes fuentes de producción se reemplace a las mega centrales hidroeléctricas como Corpus y Garabí; concepto que aunque parezca salido de un cuento de ciencia ficción mezclado con fuertes dosis de esoterismo; fue presentado y defendido por uno de los más conspicuos opositores misioneros a las grandes presas hidroeléctricas.

Recordemos que la experiencia en Misiones es contundente: las centrales de tan bajas potencias no son aptas para servicios comunitarios, pues ni siquiera salvan sus costos de funcionamiento. ¡Fueron un fracaso total! En cambio, para UN USUARIO que se ocupa por interés propio del funcionamiento, pueden ser útiles, mientras su potencia sea acorde, como la instalada en Wanda, Misiones (0,6 MW); la cual ya es una MINI CENTRAL, NO UNA MICRO CENTRAL HIDROELÉCTRICA.

La potencia total instalable en Misiones en concepto de micro centrales hidroeléctricas no ha sido estudiada, existiendo en cambio algunas evaluaciones serias, que datan de varias décadas atrás, en las que se calculó la potencia total factible de ser instalada en todos los ríos y arroyos misioneros, incluyendo a presas de baja potencia (hasta 10 MW) y de mediana potencia (hasta 100 MW). Por supuesto se incluyen en dichas evaluaciones a las mini centrales hidroeléctricas, de hasta 1 MW. Con los caudales actuales, muy reducidos por la deforestación (¡no culpar de ello a las presas, tal como “meten en la misma bolsa” los “fundambientalistas”!), la potencia total obtenible sería de 700 MW, en los que está incluida Urugua-Í, con 116 MW.

Alguna evaluación preliminar que realicé hace aproximadamente década y media (y que no fue refutada), estima la potencia total –en un generoso cálculo de máxima- de las micro centrales en 50 MW. Compárese con Corpus (2.900 MW), Garabí (1.800 MW) y Roncador (2.700 MW; y se podrá constatar que insistir en las micro centrales hidroeléctricas como una solución es un disparate total.

Por otra parte, el rendimiento energético de las micro centrales hidroeléctricas es muy reducido, en comparación con el obtenible en presas ubicadas en grandes ríos que por lo general mantienen sus caudales medios con relativas pocas bajantes pronunciadas. El bajo rendimiento (o sea 30 % o menos de horas anuales utilizables a plena potencia), es debido a que sus cuencas son pequeñas y están muy influidas por el régimen de lluvias, el cual es sabido que tiene grandes variaciones en Misiones, con grandes períodos de sequías.

El Complejo Hidroeléctrico Alejandro Orloff, ubicado en el Arroyo Saltito, cerca de Dos De Mayo, con dos centrales de 0,6 MW, muestra esas grandes oscilaciones en la producción (sin perjuicio de respetar y valorar en el recuerdo a su mentor y artífice, el notable pionero cuyo nombre fue impuesto a ese conjunto de obras).

En cambio, en el río Paraná, el rendimiento promedio obtenible es de más del 70 %, y algo menos en el río Uruguay (de cuenca menor y con más bajantes).

Por otra parte, ese nefasto criterio “seudo independentista” que haciendo gala de un provincialismo a ultranza totalmente irracional y funcional a los intereses que alientan la balcanización de Argentina, debe ser considerado y tratado como es: lisa y llanamente una instigación a la disolución nacional, o sea traición a La Patria.

Por otra parte, no debe olvidarse que toda gran obra de infraestructura productiva, es un pilar para el desarrollo socio económico; cuyos efectos se potenciarán si el pueblo y los sucesivos gobiernos asumen Políticas de Estado proclives al desarrollo y la industrialización (en su amplio sentido, no en el miope que solo llega a la agro industria, tan usual en ciertas mediocridades repetidas públicamente en esta hoy marginal provincia).

Corpus no puede atarse a Yacyretá, pues por cada año se derrochan 21.000 GWh, quemándose 5.250 millones de litros de gas oil o su equivalente en gas natural (una cantidad similar de m3 de GN).

La contaminación que provoca la quema de esa tremenda magnitud de gas oil o GN es cuantiosa, y sus costos son siderales. ¿No lo saben ciertos “especialistas” y “dirigentes”?

¿Y eso no lo advierten los “fundambientalistas” antirrepresas a ultranza? ¿¡!?

El valor de gas oil quemado por año para reemplazar la energía potencial de Corpus, a precios actuales es de aproximadamente U$S 0,65 por litro. ¡Una fortuna quemada por año, mientras seguimos dejando que se derroche el potencial hidroeléctrico de nuestros grandes ríos.

Aunque eso no les importe a los “fundambientalistas” (*) cultores del nefasto “crecimiento cero” ordenado por sus “patrones intelectuales” del Club de Roma, algún Estadista (con mayúsculas) debe existir en Argentina que comprenda la irracionalidad de seguir dilatando obras imprescindibles para el desarrollo socio económico argentino, que reducirán los costos medios de generación y disminuirán nuestra patológica dependencia de los combustibles fósiles.

(*) Término acuñado por mi amigo el Ing. y Docente de la UNLP Mario Gelati, gentilmente cedido para su utilización.

Por: Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador – FCE – UNaM = Especialista en la Temática Energética
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía

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