Las historietas fraudulentas del ecologismo antirrepresas II
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- El 13 septiembre, 2007
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Se explicó en numerosos artículos precedentes, que el ecologismo de corte fanático, difundido como una seudo religión pagana, impuso muchas falsedades y distorsiones, por el simple peso de la repetición constante, con el respaldo de campañas subliminales muy bien montadas por medio de canales seudo culturales, costosas campañas publicitarias, manifestaciones con “mucha prensa” y otros recursos de difusión similares, de gran penetración subliminal. Es el llamado “estilo goebbeliano”: “miente, miente, que algo queda.”
Dos de las mentiras más repetidas son: “ya no se construyen presas en zonas tropicales” , con la variante “no deben construirse presas en zonas tropicales”; y la otra aquí analizada es la falacia conceptual “ya no se construyen presas en países desarrollados”, la cual suele ‘adornarse” con conceptos complementarios del estilo “por ser tecnologías superadas”, “por existir mejores alternativas”, y un largo etcétera, creciente en función de la “creatividad” de los fundamentalistas de la ecología para insertar nuevas falacias, todas de fuertes impactos emotivos, pero huecas de contenido científico.
Tal el caso de un “galardonado” (por los propios fundamentalistas de la ecología-entre ellos se condecoran…) verborrágico español, que con amplios espacios en medios periodísticos de netas posturas irracionales antirrepresas, expuso una serie de incoherencias que no resisten el menor análisis científico, con las que denostó a las presas hidroeléctricas.
¡Siendo del riñón del poder fundamentalista transnacional, que seriedad conceptual cabe esperar! ¡Si son ‘profesionales’ del engaño (viven de eso) a destajo de los mega poderes globalizantes del Club De Roma, es lógico que respondan a las directivas de sus financistas, patrones y mentores de la deculturación ecolátrica!
Pero vayamos concretamente a las dos mentiras objeto del análisis central de este artículo.
A la larga lista de países tropicales y subtropicales que siguen construyendo centrales hidroeléctricas (Brasil, Venezuela, Vietnam, China, India, Costa Rica y un larguísimo etcétera, cabe ahora agregar a Nicaragua, que con financiación “blanda” de Irán, y pagadera con materias primas, construirá cuatro centrales hidroeléctricas, para dar bases de sustentación al desarrollo socio económico que pretende crear y consolidar como impostergable necesidad. Dicho más claramente, los gobiernos de todos esos países “no comen vidrio” ni se dejan tentar por los cantos de sirena de los sobornizadores internacionales (incluyendo en el concepto al FMI y al BM, tal las definiciones de Joseph Stiglitz y otros economistas), que con la complicidad de políticos corruptos e ineptos, eternizan las condiciones de miseria y subdesarrollo.
Queda en claro entonces que ES FALSO QUE NO SE CONSTRUYEN PRESAS EN ZONAS TROPICALES, Y ES FALSO QUE EXISTAN “NORMAS INTERNACIONALES” A TAL EFECTO, mentira instalada por los apóstoles del subdesarrollo crónico (los ecólatras) con la complicidad de algunos “políticos todo terreno” de la vieja partidocracia argentina.
Respecto a la segunda falacia analizada en este artículo, es relativamente más complejo “desmenuzarla”, pues se trata de una “verdad a medias”, que suele ser el estilo más insidioso de las mentiras.
Los ecólatras antirrepresas afirman que “no se construyen presas en países desarrollados”, y a partir de ese hecho infieren erróneamente y con manifiesta mala fe que “se trata de tecnologías superadas” y otra sarta de barbaridades técnicas asociadas a esos pensamientos.
Lo que los ecólatras (adoradores de la ecología) se cuidan muy bien de aclarar es que en los países desarrollados casi no se construyen nuevas presas hidroeléctricas, por el simple hecho que YA NO LES QUEDA NINGÚN LUGAR DISPONIBLE DONDE SEGUIR CONSTRUYENDO, PUES HACE MUCHOS AÑOS CONSTRUYERON PRÁCTICAMENTE TODAS LAS POSIBLES.
Es muy claro que una presa hidroeléctrica debe construirse donde existen cursos de agua y desniveles, o sea donde se conjugan los dos componentes básicos de la fórmula ingenieril de la hidrogeneración: caudal y altura. ¡No vayamos a repetir el burdo exabrupto de aquella profesora universitaria de geografía, que a voz de cuello exigía trasladar las centrales a Catamarca o La Rioja! ¡¡¡O sea que pretendía construir centrales hidroeléctricas en el desierto!!!
Tampoco caigamos en el infantilismo de aquel ingeniero de origen germánico, “convertido” a la neo religión del ecologismo extremo, que pretendía para Misiones y Argentina soluciones similares a las de Suiza, con muchas centrales pequeñas y mediano pequeñas. Suiza no tiene un solo rincón de su hidrografía en el cual construir una nueva central hidroeléctrica, y las que tiene son preponderantemente pequeñas…porque sus ríos son de poco caudal y de montaña (elementalidad que ese profesional obnubilado por el fundamentalismo ecologista omitió).
O el infantilismo de otro ingeniero muy afín al movimiento hippie, de nórdico origen, que ataca a las grandes obras con falsos argumentos, mientras defiende las mini obras a las que dedicó muchos años…y que han sido un rotundo fracaso real, por no cumplir elementales principios socio – económicos. O sea, por “estar basadas en las nubes”, careciendo de la mínima escala necesaria que permita auto sustentarlas.
Ambos profesores de la Facultad de Ingeniería de la UNaM, la misma que por largos años –y posiblemente hasta hoy- no tuvo la iniciativa de formar su base de datos respecto a proyectos hidroeléctricos de Misiones y de todo el país. ¡Por algo se me hizo saber que mis artículos y libros, llenos de verdades energéticas y económicas elementales, resultaban muy molestos!; tanto como para llegar a consumar –autonomía universitaria mediante- mi virtual expulsión después de 21 años de prestación ininterrumpida de servicios como contratado, y de caprichosos dictámenes en dos concursos universitarios.
Mientras tanto, ambos ingenieros y otros ecologistas “duros” e irreflexivos, sin mala fe pero con negativa tozudez, les siguen “haciendo el caldo gordo” a los intereses termoeléctricos (mega petroleras, grandes fabricantes de usinas térmicas movidas en base a petróleo o gas, transportistas del petróleo, etc.); y pasan a ser colaboradores espontáneos de los que buscan perpetuar nuestro subdesarrollo crónico.
El ecologismo fanático e irracional se niega a utilizar el mayor potencial natural de Misiones, la enorme capacidad de generación hidroeléctrica; todo en aras del conservacionismo extremo…de la miseria estructural crónica.
Por: Carlos A. Ortiz
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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