La Tiranía del Petróleo y sus Asociados
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- El 15 diciembre, 2011
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La historia energética argentina –por cierto nada conocida para el común de la gente, incluyendo a profesionales de otras especialidades-, demuestra en forma concreta las “alianzas implícitas” entre los partidarios del “libre mercado” y los poderosos tentáculos del sector petrolero transnacional, básicamente el de las empresas británicas y estadounidenses.
Para entender un poco mejor la cosa, a las petroleras y gasíferas transnacionales (léase extranjeras, básicamente anglosajonas), les conviene que Argentina siga quemando petróleo y gas para producir energía. A la vez, como asociados menores (pero no tan chicos) están las corporaciones fabricantes de usinas termoeléctricas (movidas a petróleo y gas). Esos fabricantes de usinas (grandes turbinas de gas, ciclos combinados, calderas de vapor y motores diesel estacionarios), son relativamente pocas empresas, y ninguna de ellas esta radicada en Argentina.
Pero como “el negocio” de la generación termoeléctrica es muy grande, también participan en escalas menores –que no dejan de ser cuantiosas-, otros operadores asociados, como consultores especializados (que “casualmente” siempre favorecen a estas usinas, en detrimento de otras tecnologías más económicas, más duraderas e incluso mucho más limpias), proveedores de repuestos, de lubricantes y refrigerantes, transportistas de combustibles, importadores, etc. Y como ese negocio resulta muy caro (la generación en base a hidrocarburos –petróleo y gas- es siempre más cara que otras alternativas “casualmente” desechadas, como la hidroeléctrica y la nuclear), alguien debe pagar los platos rotos.
Ese alguien es el usuario directo, o de existir subsidios los costea el Estado, con lo cual “Juan Pueblo” termina pagando, pues se gastan en subsidios los recursos que deberían ser destinados a obras públicas o a educación, o a salud, o a paliar necesidades sociales de diversos tipos.
Las maniobras para imponernos lo caro e ineficiente –usinas devoradoras de combustibles-, en vez de lo económico y mucho más eficaz y duradero –hidroeléctricas y nucleares-, han tenido muchas variantes.
Hasta la década del ’80 inclusive, lo usual era que los grupos de poder político – económico, que cooptaban el poder mediante golpes de Estado de orientación económica liberal, o los gobiernos civiles fuertemente condicionados que accedían al gobierno sin tener el poder real, resultaban infiltrados por personeros del liberalismo económico extremo, el cual siempre estuvo “asociado” a las corporaciones transnacionales, a las que resulta muy funcional (léase obediente y subordinado). Dentro de esas corporaciones extranjeras, siempre han sido muy relevantes las petroleras, gasíferas y otras varias vinculadas, entre estas últimas, los proveedores de usinas termoeléctricas.
Entonces, desde el Ministerio de Economía u otros sitios relevantes, imponían criterios cortoplacistas, obligando a realizar análisis comparativos de muy corto plazo –con lo cual presentaban como “mejores” a las opciones más costosas, pero de menores inversiones iniciales, como son las usinas termoeléctricas (devoradoras de combustibles). Alternativamente, presentaban evaluaciones de crecimiento de la demanda de energía, siempre “convenientemente achicadas”, con lo cual provocaban sucesivas crisis eléctricas por falta de Potencia Instalada, lo cual conjugaba muy bien con las políticas económicas siempre “enanizantes” de nuestra economía, con las eternas “justificaciones técnicas” del supuestamente necesario “achicamiento de los gastos”…comenzando siempre por “pasar las tijeras” por los presupuestos de obras hidroeléctricas y nucleares, y otras inversiones importantes.
Siempre pensando en el “país chiquito”, de poco crecimiento, saltando de crisis en crisis, sin perspectivas de grandeza, cuidadoso de “hacer buena letra” con los organismos crediticios transnacionales, mientras las necesidades del pueblo común fueron tratadas con displicencia, cuando no con abierto desprecio. El criterio de Grandeza Nacional fue y es inexistente, para los partidarios del liberalismo económico, que solo piensan en “defender los mercados” aunque con eso crucifiquen al país real; por eso siempre se burlaron de la necesidad de concretar las grandes obras de infraestructura, y dentro de ellas las eléctricas. Solo el cortoplacismo, la improvisación (que obliga a las soluciones de emergencia…que siempre son las más caras).
A partir de los años ’80, los “libremercadistas” y sus socios energéticos, los “quemadores de petróleo” (termoeléctricos), cuentan con los ultra ecologistas como renovados batallones de choque, siempre prestos para paralizar todas las obras de generación…menos las “devoradoras de petróleo”; y como modernos espejitos de colores presentan como “grandes soluciones limpias y totales” a las energías eólica, solar y otras similares…mientras con evidente mala fe omiten siquiera mencionar los altísimos costos de esas energías, y sus severísimos condicionantes técnicos, que las hacen inviables para funcionar como energías de base.
¡Por algo las transnacionales del ecologismo cavernario, son sumamente “modositas y dulces” con las petroleras y gasíferas; mientras montan grandes y costosos escándalos mediáticos en contra de las usinas hidroeléctricas y nucleares, “casualmente” eficientes competidoras de las usinas movidas a petróleo y gas!
En Misiones padecimos por décadas la falta de suficiente energía eléctrica, y los altísimos costos de generación, consecuencia de habernos impedido construir nuestras hidroeléctricas, e imponernos las instalaciones de nada económicas usinas “devoradoras de petróleo”, debiendo además soportar el costo adicional de los fletes de combustibles, que significaban un sobreprecio del 35 % sobre los ya caros combustibles.
Ese monopolio de usinas termoeléctricas y de la dependencia de los fletes de combustibles, fue cortado eficientemente por la Central Hidroeléctrica Urugua-Í, y en años más recientes, con la interconexión a Yacyretá y todo el Sistema Interconectado.
Los mismos grupos de poder político – económico son los que desde el nivel nacional y desde Misiones, siguen montando campañas anti hidroeléctricas, sumamente preocupados…¡por los millones de litros de combustibles por año, que Argentina ahorrará al construir las usinas hidroeléctricas proyectadas, y que nuestro futuro de grandeza exige concretar imprescindiblemente!
¡Son los “libreempresistas” liberales, con sus aliados del “progresismo” revoltoso y funcional a aquellos, y con los grupos de choque del fundamentalismo ecológico!
Por: C.P.N. Carlos A. Ortiz
Investigador de temas económicos y geopolíticos
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mboror
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