La seguridad eléctrica en el hogar – Parte 1
- Creado por admin
- El 9 agosto, 2013
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Seguridad y eficiencia van de la mano
Todos los años muchos consumidores sufren lesiones y mueren dentro o alrededor de sus hogares. Las condiciones inseguras tales como circuitos sobrecargados y cables dañados, al igual que el mal uso de prolongadores y otros productos eléctricos, generan grandes pérdidas económicas y humanas.
Sin embargo, existen soluciones. La inversión que se hace al adquirir productos y equipos correctos se amortiza en muy poco tiempo, en forma de reducción de gastos de energía.
Esta actitud, además de generar una economía y garantizar la seguridad de obras y personas, ayuda a evitar el corte del suministro eléctrico.
Tómese un momento para identificar y corregir los factores de inseguridad eléctrica de su hogar. No es necesario mucho tiempo para comprobar el aislamiento de un cable o verificar si las protecciones eléctricas funcionan correctamente. Por el contrario, a veces hace falta una vida para superar las lesiones provocadas por no tener en cuenta estos sencillos aspectos.
Desperdicio e inseguridad
Cuando se habla de eficiencia energética, la mayoría piensa en lámparas de bajo consumo o aparatos energéticamente eficientes. Sin embargo, pocos conocen que buena parte del consumo de energía del hogar ocurre en forma de desperdicio, generalmente causado por la disipación de calor de los cables, portalámparas, empalmes y enchufes.
Este desperdicio acontece principalmente por circuitos mal dimensionados –que trabajan sobrecargados al aumentar los equipos enchufados– o por el empleo de materiales inapropiados.
Un circuito subdimensionado (con sección de cable inferior a la necesaria) o el uso de productos y equipos fuera de norma, constituyen los principales factores que generan un desperdicio de energía de incluso 40%. Peor que eso: pueden originar graves accidentes e incendios.
El origen del problema
En síntesis, el desperdicio de energía es un problema que tiene dos causas principales: ineficacia de los procesos, instalaciones o equipos y un uso irracional de la energía. El primer motivo se corrige equilibrando las fases, dimensionando correctamente los circuitos y empleando materiales eléctricos apropiados y de calidad. El segundo es consecuencia de malos hábitos (tales como dejar la luz encendida o mantener equipos electrónicos conectados sin necesidad) y su corrección implica una reeducación.
Electricidad segura y de calidad
Inspección del sistema eléctrico
Al igual que con cualquier producto, nuestros sistemas eléctricos se deterioran gradualmente por el uso, el abuso, la antigüedad y la mayor demanda.
Es probable que los sistemas instalados en la década de 1970 y anteriores, nunca hayan anticipado la demanda a la que los sometemos hoy en día. Para garantizar la seguridad eléctrica de su hogar, debe realizarse una inspección eléctrica, corregirse los defectos y actualizarse el servicio para satisfacer las demandas presentes y las futuras.
Cuestionario
Le recomendamos responder a estas preguntas para determinar si su instalación debería ser inspeccionada.
Edad. ¿Su vivienda tiene 40 o más años de antigüedad?
Electrodomésticos. ¿Ha agregado artefactos de gran consumo, tales como acondicionadores de aire u horno eléctrico en los últimos 10 años?
Nuevo dueño. ¿Es usted el nuevo propietario de un hogar que antes tenía otro dueño?
Luces. ¿Las lámparas de su hogar titilan o varían su intensidad luminosa?
Protecciones. ¿Los interruptores automáticos o las térmicas “saltan” con frecuencia? ¿Hace mucho que no verifica su buen funcionamiento?
Si su respuesta a alguna de las preguntas fue “sí”, debería solicitar que un electricista inspeccione su casa.
La prevención demanda poco tiempo
Según el tamaño de la vivienda, una inspección básica puede llevar de 30 minutos a una hora. Esta inspección mínima debería verificar la capacidad del servicio eléctrico que se provee al hogar y hacer una prueba de carga.
Así confirmará si el servicio es adecuado para las demandas actuales y previsibles.
Después conviene revisar la antigüedad y clase de los diversos componentes del sistema eléctrico. Haga inspeccionar el tablero eléctrico, examinar la condición de las conexiones y confirme la existencia de una descarga a tierra. Verifique la calidad de los cables, el tipo de aislamiento (por ejemplo, de tela o termoplástico) y que su diámetro sea el adecuado. En cuanto a las protecciones eléctricas (fusibles, disyuntores, llaves térmicas, etc.) conviene relevar su número y comprobar su correcto funcionamiento.
Solicite además una prueba de la jabalina, que es un elemento fundamental para protección de las personas.
Plano de circuitos
Si bien es cierto que usted no puede realizar su propia inspección eléctrica a menos que sea electricista, lo quesí puede hacer es crear un plano detallado de los circuitos y realizar una auditoría de la energía. Esto no reemplaza a la inspección eléctrica, pero lo ayudará a establecer y mantener un sistema eléctrico más seguro.
Un buen plano de los circuitos detalla cada boca, tomacorriente y llave que alimenta cada uno de los circuitos.
Crear este plano es sencillo, a pesar de que el proceso de desconectar un circuito por vez y determinar las tomas y artefactos que alimenta puede tomar cierto tiempo.
Auditoría eléctrica
Mientras realiza el plano, observe los artefactos conectados en cada uno de los tomacorrientes. Los circuitos sólo son capaces de admitir una potencia total específica para todos los productos eléctricos conectados a ellos. Si se demanda demasiada potencia a un solo circuito pueden presentarse problemas tales como caídas de tensión frecuentes, activación de llaves térmicas, etc.
De manifestarse alguno de estos inconvenientes, usted puede estar frente a una sobrecarga peligrosa y debería aliviar la demanda en ese circuito, enchufando algunos de los artefactos en otro circuito menos
exigido o agregando un nuevo circuito.
En realidad, usted puede encontrar que la demanda total de su sistema excede el servicio brindado a su
hogar. En ese caso, debería gestionar en nuestra Empresa la actualización de este último.
Es mejor prevenir que curar
Antes de analizar las soluciones que nos ofrece la técnica en materia de seguridad, es conveniente estudiar las características de los problemas eléctricos más comunes para diagnosticarlos con precisión.
Un voltaje constante, una buena instalación eléctrica, las protecciones apropiadas, y la comprensión de cómo funcionan estos elementos son vitales a fin de proteger nuestras vidas y aparatos.
A continuación, repasaremos conceptos que ayudarán a entender algunos aspectos clave. El objetivo: impedir que ocurran desperfectos o daños perfectamente previsibles y evitables.
Problemas eléctricos típicos
Defectos del suministro eléctrico
Aunque la mayoría de nosotros piensa que los tomacorrientes entregan 220 voltios de corriente alterna constantes, en realidad este voltaje fluctúa entre 210 y 230 voltios. Esta fluctuación es normal y en general, los aparatos eléctricos están preparados para soportarla. Los problemas se presentan ante variaciones de dicha fluctuación, normalmente conocidas como sobretensión, picos de tensión y caídas de tensión.
Sobretensiones. Son aumentos breves de tensión, generalmente causadas cuando algún dispositivo que ha estado consumiendo una gran cantidad de energía se apaga. Cuando ocurre esto, el voltaje adicional se disipa a través de la red eléctrica. Las sobretensiones extensas o frecuentes pueden dañar los equipos electrónicos o hacerlos propensos a fallas.
Picos de tensión. Son abruptos aumentos de la tensión (de una fracción de segundo) que pueden quemar los equipos conectados sin protección.
Los picos pueden producirse por relámpagos o cuando se restaura el suministro eléctrico después de haber
sido interrumpido
Caídas de tensión. Son el opuesto a las sobretensiones y consisten en una disminución de la tensión normal.
Pueden ser causadas por pérdidas en la red eléctrica o por una gran demanda (como la que ocurre en verano).
Es el problema de suministro eléctrico más común.
El caso extremo es el corte de energía, que se define como una condición prolongada de tensión nula y puede atribuirse a defectos en la instalación hogareña o de la red.
Defectos de la instalación eléctrica
Una instalación eléctrica, segura y confiable es aquélla que reduce al mínimo la probabilidad de accidentes que pongan en riesgo la vida y la salud de los usuarios, reduciendo la posibilidad de fallas en los equipos eléctricos y evitando la consiguiente inversión de dinero necesaria para su reparación o reposición.
Con el paso del tiempo, los problemas típicos que se pueden presentar en una instalación eléctrica son:
Falta de mantenimiento. Así como un automóvil demanda unos controles con cierta frecuencia, las instalaciones eléctricas residenciales también requieren una revisión cada 10 años por lo menos.
Improvisaciones. Los prolongadores permanentes y los triples deben ser eliminados y reemplazados por una instalación apropiada.
Materiales y productos defectuosos. Instale sólo elementos certificados (especialmente aquéllos que cumplen con normas IRAM) y de calidad.
Falta de Profesionalismo. Asegúrese de contratar electricistas calificados.
Ausencia de dispositivos de protecciones. Muchos edificios carecen de protecciones diferenciales y hasta de puesta a tierra (obligatoria).
Dimensionamiento incorrecto. Algunos instaladores cometen el error de aumentar la capacidad de los disyuntores para enmascarar una insuficiente capacidad de los cables.
Tableros Eléctricos. Muchas veces no están limpios, o están instalados en lugares inapropiados (con poca ventilación, próximos a garrafas de gas) o presentan partes con materiales combustibles (como madera).
Productos seguros
Para que un producto eléctrico pueda comercializarse en nuestro país, desde 1999 debe certificar que cumple con las normas de seguridad eléctrica.
Y desde el año 2005, los productos certificados deben exhibir el sello de Seguridad de Argentina correspondiente, a fin de facilitar a los consumidores la identificación de aquellos artefactos que cumplen con los requisitos de seguridad.
De esta manera, los productos eléctricos de uso personal, domiciliario o industrial deben someterse a un proceso de ensayo y certificación. En este proceso intervienen organismos de certificación y laboratorios de ensayo, los que a su vez son monitoreados por la Dirección Nacional de Comercio Interior.
Existen dos clases de certificación: por tipo genérico de producto (junto al sello figura una “T”), o por lotes específicos de ese producto (junto al sello figura una “L”). En el primer caso, se realizan ensayos sobre unidades seleccionadas al azar de un tipo de producto, seguido de un control o vigilancia sobre muestras tomadas en comercios y en fábrica. En el segundo caso, se realizan ensayos en cada lote fabricado o importado, sobre muestras representativas del lote analizado.
Un sello de seguridad
Si el sello aparece como en la figura, se trata de una certificación por marca de conformidad. Implica que, además del ensayo por tipo, se evaluó el sistema de calidad de la fábrica, manteniendo luego un control que incluye la auditoria periódica del sistema de calidad de la empresa hasta los ensayos de verificación de muestras tomadas en comercios y en fábrica. Este sello va acompañado del logo del organismo de certificación que intervino. |
Manipulación incorrecta y reparaciones “caseras”
Si bien en cuestiones eléctricas conviene dejar las cosas en manos de los expertos, hay algunos arreglos hogareños (sobre todo los de carácter preventivo) que pueden realizarse con un poco de conocimiento y precaución.
Pero si no está seguro, llame a un técnico. Y no sólo por el peligro que entraña la inseguridad: puede invalidar la garantía de esa plancha que parecía tan sencilla de reparar.
Y es que aunque el equipamiento eléctrico cuente con el sello de seguridad, aún puede existir riesgo derivado del uso. En este sentido, vale la pena aclarar que el sello no garantiza el correcto funcionamiento del dispositivo.
Solamente garantiza que su empleo no compromete la seguridad de las personas y de la instalación en condiciones previsibles o normales de uso. En general, las principales causas de accidentes vinculados al mantenimiento son:
Exceso de confianza. Antes de realizar una reparación eléctrica, corte la corriente. Si lo que intenta arreglar es un aparato, desconéctelo de la red. Imprudencia. Nunca inicie la reparación descalzo o con manos húmedas.
Herramientas adecuadas. Verifique que las mismas cuenten con mangos aislantes.
Manipulación incorrecta. Cuando desenchufe no lo haga tirando del cable sino de la ficha.
Empalmes. Si un cable se corta, no lo yape con cinta aisladora. Mejor, reemplace todo el tramo.
Fuente: www.epec.com.ar
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