La prevención y el rol de los actores sociales- Lo que debería ser y la realidad actual

El presente trabajo pretende analizar el rol que juega cada uno de los actores sociales del Sistema de Riesgos del Trabajo y cual, a nuestro modesto entender, debería jugar para mejorar la prevención y de este modo disminuir los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales. Para ello, debemos diferenciar entre lo teórico y lo práctico; por ejemplo, qué rol debería jugar el Estado conforme a las normas y cuál es el que juega realmente en la práctica cotidiana, lo mismo haremos con cada uno de ellos (empleadores, sindicatos y aseguradoras de riesgos del trabajo).

1.- ¿Qué rol debería jugar el Estado y cuál es el que juega?

Debemos diferenciar al Estado bajo dos aspectos: como dador de trabajo (ej.: el empleo público) y como ente regulador y de contralor (SRT). En este punto nos centraremos en analizarlo como dador de trabajo. Bajo este aspecto, no debería diferenciárselo de los empleadores privados y por lo tanto, debe aplicársele los mismos mecanismos y criterios que a los privados.

Pero, y al igual que lo hace en otros rubros de las actividades económicas, el Estado es el primer gran incumplidor y es a quien nunca se lo sanciona. Imaginemos cómo haría la SRT para fijar una sanción a la Presidencia de la República o bien a algún Ministerio u a otro organismo.

Por otra parte, ¿cómo vamos a sancionar a un Estado en quiebra? ¿si no paga a sus acreedores, le va a pagar a la SRT? ¿cuánto le importan sus trabajadores? ¿cuántos exámenes médicos les efectúa? ¿cuánto vela por su seguridad si en cualquier edificio público los ascensores no funcionan, o bien no hay extintores, o las escaleras carecen de barandas y las oficinas son cubículos independientes y cerrados para demostrar que acá mando yo?

Más grave aún es si analizamos a la SRT desde su faz de empleador y no como entidad de control. Bajo el primer aspecto, ¿cuántos exámenes médicos habrá efectuado? ¿estará escrito anualmente su programa de capacitación en prevención de riesgos para sus trabajadores? ¿se habrán efectuado muchos simulacros de evacuación? ¿quién será su responsable de higiene y seguridad? ¿quién lo hará en la medicina laboral? ¿cómo habrán conformado la comisión mixta de higiene y seguridad? y creo que así podríamos continuar. Ojalá las respuestas existieran y fueran las correctas.

Esta es la realidad, el Estado podría ser incluido entre los peores empleadores en lo que a las condiciones y medio ambiente de trabajo se refiere.

Sin embargo, es el propio Estado el que debería dar ejemplo hacia los demás, con sus recursos bien administrados, con instalaciones adecuadamente seguras, con políticas participativas de los trabajadores, con comisiones mixtas de prevención, etc.; como bien dice el refrán: “la caridad bien entendida empieza por casa”, aunque en contraposición decimos “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.

2.-¿Qué rol deberían jugar las ART´s y cuál es el que juegan?

En el caso de las Aseguradoras, a éstas les convendría que no hubiera un sólo accidente, de modo que no tuvieran que erogar suma alguna por este concepto. Obsérvese que no estamos hablando de enfermedades profesionales pues estamos en un país de sanos en donde sólo el 1,5% de la siniestralidad es por esta causa. (Fuente: SRT)

Siempre desde el punto de vista teórico, las ART´s deberían tratar adecuadamente al trabajador accidentado tanto para que se reintegre a su tarea plenamente y en el tiempo que corresponda, como así también para evitar reagravamientos que hagan que por ese mismo problema el trabajador deba ser tratado nuevamente.

En lo atinente a la prevención, ésta debería ser una de sus áreas estratégicas ya que cuanto mejor sea el servicio que le den a sus clientes (los empleadores) menor debería ser su siniestralidad y podrían disponer de una herramienta competitiva que las diferencie de otras aseguradoras a través de un mejor servicio y con calidad.

También, deberían hacer los exámenes médicos específicos para la detección de las enfermedades profesionales y pagar las indemnizaciones en caso que las hubiere, con la consecuente complementación en la empresa de reducir los contaminantes de modo de no agravar la situación de los trabajadores.

La realidad nos indica otra cosa, ya que los exámenes médicos se han efectuado en no más del 20% de los casos (según ha señalado la propia SRT en algunos eventos recientes); estos exámenes no estarían bien retribuidos a los prestadores por lo cual su fiabilidad sería relativa (si paga poco recibe el equivalente en calidad de prestación). En prevención se ha trabajado pero sólo en empresas grandes ya sea por un tema comercial o bien por su cantidad de accidentes y su impacto en la ART. ¿Cuántos empleadores conocen a un inspector de una ART?; ¿qué servicios se les brinda?

No obstante a diferencia del Estado que es uno sólo pero con dos roles, las ART´s son varias y no todas pueden ser medidas con estos parámetros, aunque sí una importante cantidad de ellas.

3.- ¿Qué rol deberían jugar los sindicatos y cuál es el rol que juegan?

Si tuviéramos que hablar de ello, el modelo de sindicalismo a mirar sería el europeo en donde los propios gremios celebran congresos, seminarios, jornadas, etc,. relativos a la prevención de riesgos, trayendo especialistas de primer nivel e introduciendo a la prevención dentro de sus principales banderas o reivindicaciones.

En nuestro caso, los sindicatos deberían “luchar” para que los trabajadores (su principal sustento y a quién dicen defender) tengan mejores condiciones de trabajo, capacitarlos, profesionalizarse en esta actividad, estar representados por especializados en el tema de modo de discutir de igual a igual con sus contrapartes (los empleadores) y plasmar estos temas en los Convenios Colectivos de Trabajo.

También, deberían luchar por ocho (8) horas de trabajo en adecuadas condiciones y medio ambiente de trabajo. Salvo la UOCRA que en su momento levantó las banderas de la prevención de los accidentes (lamentablemente luego aparecieron hechos que todos deploramos y con una finalidad netamente política y de extorsión) no hay entidades sindicales que públicamente hablen o peleen por la prevención de modo de evitar que sus afiliados sufran accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.

En su lugar, los sindicatos pelean por la insalubridad (matar a sus afiliados en 6 h. en lugar de 8h. pero cobrando un 33% más de salario y muriéndose un poco más tarde); esgrimen en muchos casos pelear por las condiciones de trabajo cuando lo que en realidad están negociando es aumento de salarios y una vez que se lo consigue se acabó el problema (Ej: subterráneos); pelean por el litro de leche; pelean por obtener beneficios marginales basándose en la no denuncia de verdaderos problemas de seguridad si efectivamente logran obtener tales beneficios.

En general, estos conceptos son aplicables a casi todo el abanico sindical, no obstante ello, debe haber algún/os sindicato/s que trabaje/n bien en estos temas, pero esto no se arregla con fundaciones u otras personerías jurídicas que luego se descubre que no son tan santas.

4.- ¿Qué rol juega la SRT como autoridad de control y cuál es el que debería jugar?

Visto el Estado como autoridad de control y de regulación, en la teoría la SRT debería controlar el cumplimiento de las diversas normas de prevención (no solo la Ley sobre Riesgos del Trabajo) tales como normas sobre insalubridades, los decretos de excepción, etc.

En lo atinente a su aspecto de regulador de la actividad de la prevención, debería legislar con la participación de todos los actores sociales escuchando sus opiniones y no sólo las de algunos en función del poder de turno (empleadores en un caso y entidades sindicales en otro) que se trate pero siempre reservándose su poder de decisión.

Debería, además, atender los reclamos diversos tanto de trabajadores como de empleadores con celeridad y dentro de las normas de procedimiento; mediar en los conflictos entre partes y en caso de duda favorecer al trabajador (in dubis pro operario).

Para ello, debería contar con medios humanos (personal capacitado), económicos (recursos específicos – no olvidar que la SRT es un organismo autónomo que se autofinancia de diversas maneras) y técnicos (equipamiento para efectuar mediciones, etc.) en cantidad y calidad suficientes.

Asimismo, debería desterrar o por lo menos intentar desterrar la palabra “insalubridad” de todo el vocabulario inherente a la prevención, como así también la legislación que la sustenta. Debería asumir plenamente su rol de autoridad de control y retirarlo de las ART’s para que éstas compitan entre sí para demostrar cuál es la que mejor trabaja en prevención de modo de brindar un servicio diferenciado que beneficie tanto al trabajador como al empleador.

Pero en la práctica, muy poco de esto se cumple eficazmente no sólo en la Capital Federal y Gran Buenos Aires sino que en el interior la situación es muchísimo más crítica. Como ejemplo imaginemos un inspector de Formosa, o de Catamarca o del Chaco sin querer menospreciar a estas Provincias ya que nuestro país tiene un sistema (también en la teoría) federal (sólo para algunas cosas ya que cuando hablamos de dinero parece que somos unitarios), ¿cómo están estos señores en materia de idoneidad para el control de las normas? ¿cómo lo están en capacitación, en la disponibilidad de recursos económicos y técnicos? ¿hace falta responder estas preguntas?

Si es por criticar a la SRT le podemos hacer infinidad de críticas; Ejs.: un promedio de un superintendente cada 6 a 9 meses; ninguno nombrado por concurso ni público ni de antecedentes; más de 15 estructuras orgánicas del organismo en cuestión (cada superintendente hizo y hace la suya); la mayor parte del personal es contratado; baja eficiencia en el control; ausencia de objetivos; mal trato a los trabajadores en las comisiones médicas, altísima demora administrativa, poca presencia efectiva, controles minimizados, etc. y si queremos seguir se podría escribir muchísimo más.

Pero no sólo hay que criticar, ya que algunas cosas se han hecho bien como ser la creación de bases estadísticas, la de tener costos predecibles, el tener un sistema que aún distando de ser ideal (en verdad está lleno de agujeros como un queso “gruyere”) es mejor que el que teníamos antes.

5.- ¿Qué rol juegan los empleadores y cuál es el que deberían jugar?

Las grandes empresas concentran más del 55% de los accidentes ¿y las enfermedades profesionales dónde están?.

Los empleadores no sólo deberían velar por las condiciones de trabajo de su gente (que por otra parte es una obligación legal) sino que deberían ser los primeros interesados en no tener ni accidentes de trabajo, ni enfermedades profesionales. Para ello, ya sea a través de sus servicios de prevención o bien con el asesoramiento de su ART para aquellos que no posean estos servicios, deberían efectuar los exámenes preocupacionales, requerir los exámenes médicos periódicos cuando corresponda a su ART, como así también conocer cuáles son los costos de sus accidentes, requerir un informe de su siniestralidad, etc. Deberían denunciar los incumplimientos de las ART’s ya que de lo contrario son solidariamente responsables al incumplir con una obligación legal.

En la práctica, la mayor parte de los empleadores PyME´s desconoce este tema, sólo saben y creen que pagando la alícuota se acabaron sus problemas y mejor que sea así pues la prevención es un gasto y en estos momentos no podemos gastar, cuando apenas podemos mantener las fuentes de trabajo. Pero ¿qué pasa cuando las cosas están mejor o bien cuando estuvieron mejor?. En ese momento, tenemos que invertir en cosas más importantes y urgentes que en la prevención para mejorar “la competitividad”. En realidad las empresas quiebran pero no sus propietarios (siempre hay que aplicar las salvedades del caso) y no es que quiebran precisamente porque hayan mejorado las condiciones de trabajo de su gente, sino por otros motivos mucho más turbios.

CONCLUSIONES

Lamentamos haber sido tan extensos (podríamos serlo más aún) pero nuestro ideal en estos temas están mucho más cerca del “debería” que de otra parte.

Por eso, confiemos una vez más en que todos los actores sociales quieran acompañar y poner en práctica esto de estar más cerca del debería. Tenemos que reconocer que somos un país de declamaciones y de muy pocos hechos, lo bueno sería ser al revés hacer mucho y declamar poco.

Ing. Alfredo López Cattáneo