La muy cara y compleja energía eólica

¿Qué usuario aceptaría pagar cuatro veces y media más cara la energía eléctrica, solo para “sacar patente” de ecologista? Supongo que muy pocos…o ninguno. Por algo se suele decir que la billetera es la víscera más sensible del ser humano.

Puesto en números, quien hoy paga $ 10=, pagaría $ 43,33 y quien paga $ 100= pagaría $ 433,33, si los costos de la eólica se trasladasen a los consumidores. ¿Quién aceptaría semejante suba en su factura de luz?¡Pero cuando se trata de pagar con fondos públicos, los ultra ecologistas suelen ser muy desprendidos…total los pagamos todos, y poco o nada parece importarles!

Esos números surgen claramente al comparar las tarifas garantizadas y dolarizadas de 130 dólares el MWh, con las tarifas en pesos equivalentes a poco menos de 30 dólares el MWh que hoy es el costo medio referencial de la energía eléctrica en Argentina.

Adviértase que al ser dolarizadas las tarifas garantizadas (riesgo empresario cero) a los nuevos generadores eólicos, sus precios equivalentes en pesos, sufrirán los mismos incrementos que sean consecuencia de futuras previsibles devaluaciones de nuestra moneda.

Se trata de las condiciones pactadas a consecuencia del Programa Genren (Generación Renovable), para instalar parques de energía eólica en esta etapa de 305 MW. Los inversores privados operarán con utilidades de hecho garantidas, vendiéndoles toda la producción a CAMMESA, mientras que el Tesoro Nacional (o sea todos los argentinos) pagará los altos costos de los subsidios. Esos programas de “energías renovables” son en buena medida consecuencia de las presiones de los grupos ultra ambientalistas, que es sabido que las promocionan como “las grandes soluciones”, además de presuntamente “no contaminantes”, siendo falsas ambas premisas.

El mensaje facilista que con tanta liviandad “reparten” a diestra y siniestra los promotores de las supuestas “grandes soluciones” renovables promovidas por las transnacionales de la ecología, afirma que “el viento es gratis”, dando por sentado que en consecuencia la energía eólica debería ser muy, pero muy barata, además limpísima; y como “frutilla del postre” supuestamente la eólica es “la gran solución” para satisfacer la demanda eléctrica.

Pero todo eso es simplemente falso, como tantas otras afirmaciones tan rotundas como tergiversadamente mendaces, proferidas a diestra y siniestra por estos tan particulares “profetas del subdesarrollo crónico”.

La supuesta economicidad de la energía eólica es una falacia que los propios números publicados demuestran que es falsa.

Tampoco es una energía “limpia”, pues caben sumar los costos ambientales de la fabricación –que no son pocos-; de la instalación –compleja, engorrosa y riesgosa-; del mantenimiento –se hace en altura, son unidades dispersas, y utilizan lubricantes y repuestos; y por último caben sumar los costos del desguace y disposición final de las piezas. Por otra parte, utilizan aleaciones complejas, cuyas obtenciones requieren procesos en muchos casos altamente contaminantes. Sus vidas útiles son relativamente reducidas. A la vez, esos molinos están considerados “degolladores de pájaros” –por obvios motivos- y no se conocen a ciencia cierta los efectos ambientales de frenado de los vientos que sin duda ejercen.

Tampoco la eólica es “la gran solución” pues no sirve como energía de base –su generación nunca puede garantizarse, pues los vientos no son controlables-; y la extrema variabilidad de los mismos hace necesario que estas centrales funcionen en paralelo con otra usina convencional, o integradas a una densa red de transmisión del tipo de mallado denso.

En varios países en los que en su momento se había experimentado un “boom eólico” (basado en fortísimos subsidios), los recortes presupuestarios están haciendo frenar fuertemente el ímpetu inicial. Y los altos costos por KWh están provocando reacciones de los consumidores, y de políticos preocupados por los déficits fiscales que esas fuertes subvenciones provocan.

El tema da para mucho más. En mérito a la brevedad de este, será tratado en otros artículos.

Por: C.P.N.Carlos A. Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – F.I. UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – EN10
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – ICM

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