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Historia

Municipalidad de Rosario
Historia

PERÍODO FUNDACIONAL. MÁS DE 100 AÑOS.

Luego de la segunda -y definitiva- fundación de Buenos Aires por Juan de Garay el 11 de junio de 1580, su territorio se fue integrando con chacras y una población marginal que con el paso del tiempo se fue abigarrando, determinando la zona llamada Pagos del Monte Grande.
Inicialmente, como parte integrante del Partido de San Isidro, se creó el partido de Vicente López según Ley Nº 2959 promulgada el 21 de diciembre de 1905.
Fueron el influyente vecino Ángel Torcuato de Alvear y su pariente (cuñado) el Dr. Marcelino Ugarte, a la sazón gobernador de la provincia de Buenos Aires, quienes iniciaron gestiones en tal sentido en el año 1903.
El 1º de septiembre de 1905, el diputado provincial Alfredo Madero presentó un proyecto de ley proponiendo la creación del partido de “Los Olivos”:
El Senado y la Cámara de Diputados, etc.
Art. 1º Créase el partido de “Los Olivos” con terrenos tomados del de San Isidro.
Art. 2º Los límites del nuevo partido serán:
Por el norte, una línea que partiendo del kilómetro 21 del Ferrocarril Buenos Aires al Rosario, trazada rectamente, termine en el deslinde de San Martín.
Por el sur, la Capital Federal.
Por el oeste, la línea divisoria con el Partido de San Martín.
Por el este, el Río de la Plata.
Art. 3º Desígnase cabeza del partido de “Los Olivos” al pueblo del mismo nombre.
Art. 4º El partido que se crea por esta ley pertenecerá en el orden judicial al Departamento de la Capital, y en el electoral, a la 1º Sección.
Art. 5º – Comuníquese; etc.
Alfredo Madero

El diputado Bartolomé Cruz se opone al proyecto pero manifiesta que como va a prevalecer el dictamen favorable, hace la proposición que se le ponga el nombre de “Vicente López” en lugar de “Los Olivos”, agregando que existe –para ese entonces- una estación del ferrocarril, comprendida dentro del nuevo partido, que lleva el mismo nombre. Cabe agregar que el diputado Bartolomé Cruz estaba casado con una señora de apellido Esperón, descendiente de una hermana de Vicente López.
El diputado Madero acepta el cambio de nombre.
Finalmente, el 21 de diciembre de 1905, es promulgada la ley con el Nº 2.959.

El primer trazado contemplaba la calle Martín y Omar como límite Norte, pero quedaron como límites definitivos la calle Paraná al Norte, el Río de la Plata al Este, la Avda. Gral., Paz y la Avda. de los Constituyentes, Av. Fleming, Luis María Drago y Primera Junta al Oeste y al sur, la Capital Federal.

El Santo Patrono de Vicente López es “Jesús en el Huerto de los Olivos”, desde el 6 de enero de 1897 con motivo de inaugurarse la iglesia Parroquial de Olivos en terrenos donados por Hernán Wineberg.
Inauguración de la Capilla Jesús en el Huerto De los Olivos
6 de enero de 1897
Colección de Alicia Bardi de Lasalle
Archivo Municipal Histórico de la Fotografía


Primer Intendente. Primer Edificio Municipal.

El escribano Juan Miguel Gutiérrez es el Primer Comisionado designado por el gobernador, quien llega a Olivos el 3 de enero de 1906 y se instala en la sede de la Sociedad de Socorros Mutuos, ubicada en la calle Ricardo Gutiérrez 1221.
El primer Acta del “Libro de Actas Nº1” de la Municipalidad de Vicente López es del 10 de diciembre de 1906, y en ella consta que el 25 de noviembre de ese mismo año, hubo elecciones de municipales, en las que resultaron electos Juan Manuel Gutiérrez (con el mayor número de votos), Guillermo Manson, Gustavo Zaldarriaga, Sixto Peralta, Juan Vignales y Manuel A. De Uribelarrea.
Seguidamente los “municipales” prestaron juramento de práctica ante el de mayor edad, Don Sixto Peralta, que presidió la sesión. Quedó así constituida la primera Comisión Municipal del Partido.

Estas elecciones se realizaron en el local de un almacén de Olivos, y votó tan sólo la mitad de los inscriptos en el padrón.
Por las Actas de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Olivos –fundada el 12 de octubre de 1904- es factible conocer unas líneas que pintan la época: “…a moción del señor Eduardo Ramseyer, se resuelve alquilarle al Comisionado Municipal el salón y la secretaría por la suma de treinta pesos monedanacionalmensuales; dejándole dos docenas de sillas, el sofá y los dos sillones, y la mesa de copiar…” (13 de enero de 1906).
A comienzos del año 1907, la Municipalidad se trasladó al local que desde 1888 ocupara el Juzgado Administrativo cito en la esquina de Ricardo Gutiérrez y Tucumán (Niño Jesús de Praga) local que se utiliza hasta 1925, oportunidad en que el intendente Atilio Deprati lo traslada a un viejo edificio en la Avda. Maipú al 2502, donde estaba SEGBA y funciona actualmente el Concejo Deliberante de Vicente López.
Se da entonces una solución definitiva al problema cuando el intendente Vicente Querido compra, en 1928, el terreno a José Baccino, poniéndose la piedra fundamental el 5 de mayo de 1935 y haciéndose la edificación durante la intendencia de José Eulogio Rubio, quien adjudicó la obra a la firma Siemens-Baunion de acuerdo a los planos de los arquitectos Lorenzi, Otaola y Roca.

El flamante edificio fue inaugurado en diciembre de 1936 por Roberto Uzal al comenzar su intendencia. Durante la intendencia del Dr. Burman se construye el segundo piso y posteriormente se le hacen reformas y se le agrega el Garage Municipal, pero básicamente, es el mismo edificio de 1936.

Una ciudad para vivir desde 1939

Para 1938 se observaba su desarrollo a través del incremento en su población, ya que en 1905 su cantidad de habitantes era de 5.000, en tanto que en1938 ascendía a unos 70.000.
El crecimiento fue debido a varios factores, logrando el 24 de agosto de ese mismo año, que el intendente Roberto Uzal presentara ante la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, un pedido de ley declarando Ciudad a todo el partido de Vicente López.
Los argumentos expresados en aquella oportunidad por el intendente Uzal, se basaban en el alto índice de cultura material y espiritual de Vicente López, que había conquistado de hecho el rango de ciudad.
En los fundamentos se hacía hincapié en la cantidad de sus habitantes, su trazado y evolución; sus 3.000 cuadras asfaltadas; 38.575 propiedades con 23.145 edificios de elegantes líneas arquitectónicas; 1.480 negocios empadronados en la Dirección General de Rentas; 12 grandes fábricas y numerosas estaciones de ferrocarril. También contaba con su hospital, servicio de seguridad, cementerio, bomberos, varias sucursales de correo y otros servicios públicos.
Finalmente se declara como Ciudad de Vicente López por Ley 4760 promulgada el 14 de septiembre de 1939 con territorio idéntico. Las localidades que integraban al partido, pasan a ser los barrios de Villa Adelina, Carapachay, Munro, Florida, Florida Oeste, Villa Martelli, Vicente López, Olivos y La Lucila.

DECLARACIÓN de CIUDAD al PUEBLO de VICENTE LÒPEZ

El Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires…etc….etc.
Artículo 1º: Elévese a la jerarquía de ciudad al pueblo (sic) de Vicente López.
Artículo 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Dado en la sala de sesiones de la Honorable Legislatura de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, a cinco días del mes de septiembre de mil novecientos treinta y nueve.
Aurelio F. Amoedo
Luis María Fresco Homero Fernández
Alcides C. Cortés
El artículo 1º está mal redactado, es confuso. Lo que se eleva a ciudad no es un pueblo (Vicente López nunca fue declarado pueblo por las autoridades del partido, como lo fueron Florida y Villa Adelina); lo que se declara ciudad es al partido todo por su población, cuadras asfaltadas, casas, negocios, hospital, cementerio, etc., pero distribuidos en diferentes barrios del partido y no concentrándose en el barrio de Vicente López.
Es así como Vicente López es el único partido (o departamento) que es todo ciudad. Todas las demás ciudades del país forman parte de un partido –salvo Buenos Aires-. Por ende, el intendente de Vicente López es indistintamente intendente del partido y/o de la ciudad.
En su carácter de Ciudad, Vicente López es, por su población, una de las diez primeras ciudades de la Argentina y la tercera de la provincia, peleando el lugar con Bahía Blanca. Su poblaciónsupera la de variasprovincias.
Vicente López en los siglos XVIII Y XIX
En 1717 el pago pasa a conocerse como “Pago de la Costa”, pero durante medio siglo o más se siguió usando la denominación de Pago del Monte Grande.

Este nombre data de 1608 y debido a una prohibición de cortar leña en la zona. Era la primera vez que se mencionaba este nombre en las Actas del Cabildo, y se trataba de lo que hoy es Vicente López.
A mediados de la década que va de 1720 a 1730, la zona comienza a conocerse como “La punta de los Olivos”, debido a una extensa plantación de olivares, los de la quinta de Acassuso. Esta punta es donde la barranca hace saliencia hacia el río y abarca el actual barrio de La Lucila y parte de la ciudad de Martínez (Anchorena).

También al pie de la punta de los Olivos –según testimonios de la época- se estableció un puerto que, por el siglo XIX, habría llegado a contar con guardas de aduana.

Frases de la época que muestran lo que era el pago por entonces (Riglos, 19 de julio de 1780): “…El Pago de la Costa de San Ysidro es la despensa de esta ciudad porque es sin duda el que la provee no sólo de Trigo, Miniestras y Berduras más que otro alguno, sino del Pescado y de la Fruta primera de Durasnos, Sandias, Melones, Lena, Carvon y toda la Madera… Es asimismo por su amenidad y Ermosura la conbalencia de los enfermos y la diversion de los sanos que de esta Ciudad ban a gozarla en los tiempos buenos cuyas circunstancias recomiendan mas a V.E. este negocio para que dejando a los vecinos que la Pueblan la quietud que siempre han tenido, puedan dedicarse con Teson a su cultivo…” (sic).
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El comienzo: Olivos

En el Acta del Cabildo del 10 de febrero de 1779 es donde figura por primera vez el nombre de Olivos, ya que en ella se lee: “… Se construían tres corrales en la costa de San Isidro, a saber uno en el Paraje que dizen los olibos…” (sic). El nombre del lugar se debía al monte de olivos existente en lo que hoy es La Lucila, plantado por Domingo de Acassuso y su hijo.
Así nació lo de “Paraje de los Olivos”, “Punta de los Olivos” y más “Puerto de la Punta de los Olivos”.
En 1893, cuando el Ferrocarril del norte (ramal a Tigre de Ferrocarriles Argentinos) inaugura el tramo desde la estación Belgrano hasta la “recién nacida” estación “Olivos”. Es entonces cuando el nombre se oficializa.
Hernán Tauxillewicz de Wineberg compra alrededor de 30 hectáreas de tierras, cuyos límites eran: al noreste el Río de la Plata; al sureste, la actual calle Corrientes; al suroeste, la actual avenida Maipú; y al noroeste, una línea que dividiría por la mitad las manzanas comprendidas entre las actuales Ricardo Gutiérrez y Juan Bautista Alberdi.
Entre 1871 y 1888 planifica y concreta una urbanización en sus tierras, traza las calles y les pone el nombre de las entonces catorce provincias que integraban la Confederación Argentina, fraccionando las manzanas en lotes.
Las dos medias manzanas entre las calles que él llamó Santiago del Estero y Jujuy las dona para la plaza, a la que llama Pavón. También busca nombres para el “pueblo” que estaba delineando. El primero fue “General Mitre”, o “Mitre de los Olivos”, pero no funcionaron y fueron absorbidos por el de “Olivos”.
El 1º de febrero de 1891, Wineberg le otorga el nombre de Bartolomé Mitre a la estación –hoy terminal- del Ferrocarril Buenos Aires a Rosario.
En 1895 se erige la capilla de “Jesús en el Huerto de los Olivos”, en el cuarto de la manzana sudoeste de la plaza, en Santa Fe (Ricardo Gutierrez) y Salta.

Tauxillewicz de Wineberg murió en 1911 y hoy, la calle del barrio de Olivos que él bautizó Jujuy, lleva su nombre.
En 1870 llegan muchos italianos, que se van instalando en la zona de Florida en pequeñas quintas (de entre media, una o dos manzanas), o instalan hornos de ladrillos en lo que hoy son Villa Martelli, Florida, Munro, Carapachay y Villa Adelina. En 1890 fundan el “CírcoloIlTrovatore” (Círculo El Trovador), entidad que aún existe.


Estación Olivos

Circa 1928
Archivo Municipal Histórico de la Fotografía
La segunda estación del actual partido surgió -originalmente- como una parada llamada “San Antonio”, al lado de los pilares del portón de la quinta homónima perteneciente a Jaime Lavallol.

Los famosos “Pilares del Virrey” datan de 1763, que se supone como la fecha de terminación de los portones de la quinta San Antonio. El nombre de los “pilares” se debe a que el huésped habitual del matrimonio Ibañez de Echavarri (propietarios de la quinta) era el Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo (previamente gobernador).
La casa de la quinta se demolió en 1962 y dividen las tierras de la quinta. En 1994 se declaran de “Interés Histórico Municipal” a los Pilares de los Portones de la Quinta “San Antonio”, sitos en la calle Azcuénaga al 1100, dentro del cuadro de la estación Vicente López.


Los Pilares del Virrey

Pronto se construyó una estación con desvío para cargas: Vicente López.
El nombre de esta estación pudo deberse a que, por influencias de Gregorio Esperón –cuya quinta llegaba a Azcuénaga y Melo-, era descendiente de una hermana del Dr. Alejandro Vicente López y Planes, apareciendo así el nombre del autor de la letra del Himno Nacional, ex–presidente y ex–gobernador en el futuro partido-ciudad que llevaría su nombre y paradigma de desarrollo dentro del contexto de la época.


Las quintas de Vicente López en el siglo XX

Durante el siglo veinte concluye el proceso comenzado en la segunda mitad del siglo anterior. La “miniaturización” de las chacras y las quintas, dado que los propietarios de grandes fracciones las van reduciendo. Las quintas, en su mayoría se hallaban de avenida Maipú hacia el río. Los hornos de ladrillos en lo que hoy son Villa Martelli, Florida Oeste, suroeste de Munro y Carapachay.

La Quinta de Bosch: Sobre la barranca, Bosch edifica una mansión tipo “chateau” que aún se conserva.
El “chateau” y tierras linderas son adquiridos para instalar allí el colegio Highlands (Tierras Altas), que fundara y dirigiera hasta su fallecimiento la señora May Nilson de Torres, esposa del director de cine Leopoldo Torre Nilson.
Al abrir la calle Gaspar Campos se respetó el añoso ombú –que aún se encuentra allí- construyéndole una rotonda.
A poco de lotearse la quinta en 1946, frente al ombú y al Highlands se mudó el conocido dibujante argentino Florencio Molina Campos, quien se constituyó en el cuidador y preservador honorario de aquél ombú.
Parque Hotel Quinta San Antonio
(Quinta del Virrey)

La Quinta de Esperón (La Quinta de Raggio y La Quinta de Trabucco): Juan Gregorio Esperón Laprida fue un vecino de mucha influencia en San Isidro,y luego en Vicente López, donde llegó a ocupar la presidencia del Consejo Deliberante.
Sobre la barranca, Don Esperón, construye una mansión de estilo italiano.
En 1914, fallece su propietario y en 1916 es adquirida por Lorenzo Raggio y su esposa María AngelaCelle. Poco tiempo después, con motivo de fallecimiento de su nuevo titular, la propiedad pasa a manos de su hijo Rómulo (1918), quien la llamó quinta San Lorenzo y ya estaba reducida a sólo una manzana.

En 1922, los hermanos Raggio realizan reformas en la mansión, transformándola en un palacete de estilo francés.
Al morir Rómulo Raggio, nace la “Fundación Rómulo Raggio” (30 de agosto de 1960) y se inaugura la casa de Vicente López, el Museo y Centro Cultural de la Fundación.

Por 1892, la chacra ya estaba bastante subdividida. Las fracciones estaban separadas por la mitad de las manzanas entre Güemes y Las Heras. La fracción sobre Lavalle la había comprado José María Rubio. La otra, sobre Ibañez (Melo) era de José Antonio Trabucco.
En 1959, Alberto Trabucco y su sobrina, Nélida MonesTrabucco de Favergotti, donan a la parroquia de Nuestra Señora de la Guardia terrenos aledaños a la misma, donde luego se levantan la Escuela Parroquial Nuestra Señora de la Guardia y el Instituto Ceferino Namuncurá.
Es en 1990, cuando muere Alberto Trabucco, que la municipalidad –de acuerdo con la donación realizada décadas atrás- se hace cargo del predio destinándolo como parque semi-público.

Actualmente, y tras varias reformas para preservar la construcción original, se realizan eventos culturales, cursos de capacitación, seminarios y charlas, todos ellos de manera gratuita y abiertos a toda la comunidad.


La Residencia
de Olivos:

En el siglo XIX se la conoció como la cabaña de Azcuénaga dado que se destacaba por la cría de caballos.
En 1903, la hereda Carlos VillateOlaguer, sobrino del anterior propietario y descendiente de Miguel de Azcuénaga. Cuando la hereda aún se extendía más allá de la avenida Maipú.

Carlos VillateOlaguer era poseedor de la imagen de hombre elegante y ceremonioso de la época. Poseedor de una regular fortuna y de varias estancias, se caracterizaba por su generosidad con entidades de bien público.
En su testamento, dejó parte de la chacra (desde el río hasta la avenida Maipú) para residencia veraniega de los presidentes de la república, pero agregaba que “…en caso que el gobierno no aceptara esta donación es mi voluntad que sea construido un gran parque, dándolo al gobierno nacional para beneficio público…”. La donación fue aceptada en septiembre de 1920 y el presidente Hipólito Yrigoyen firma el decreto aceptando el legado.

La construcción del chalet presidencial fue realizada en 1854 por Prelidiano Pueyrredón a pedido de Miguel José de Azcuénaga, quien la llamaba “la pajarera”, debido a su estilo parecido a los palomares.
Sin embargo, H. Yrigoyen nunca la ocupó –ya que siempre vivió en su modesta casa de la calle Brasil al 1000- pero mandó tomar posesión oficial de la quinta al Dr. Honorio Pueyrredón.

Su sucesor, Marcelo Torcuato de Alvear, tampoco la ocupó durante su mandato aunque se encargó de amueblarla.
Tampoco fue nunca a ella H. Yrigoyen en su segunda presidencia.
En cambio, el presidente “de facto” Tte. Gral. José Félix Uriburu la ocupó con su familia.
Pero dentro de los presidentes constitucionales, el primero en habitarla fue Agustín P. Justo, quien se ocupó mucho de ella. Realizó grandes reformas al parque, ordenando plantaciones, sustituyendo el alambrado y el ligustro por un cerco de alambre artístico; reemplazó las tranqueras por portones de madera techados.

Instaló, hacia la avenida Maipú, una colonia para niños débiles, a la que puso el nombre de “Gral. San Martín”. También mejoró el edificio y en lo que fueron lujosas caballerizas hizo arreglos para convertirlas en comedor para 1.500 niños, embaldosó las veredas y plantó sobre la avenida los famosos jacarandáes.

El presidente Gral. Perón (1946) hizo muchos arreglos en la quinta, ya que modernizó el parque, arregló el edificio, construyó el microcine, convirtió la colonia –creada por Justo- en sede deportiva de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y fueron famosas sus recorridas por el parque en motoneta.

El Dr. Frondizi –que ya no tiene que pedir permiso a la Legislatura, pues el requisito se había suspendido por ley en tiempos de Perón- se convierte en el primer presidente constitucional que utiliza la quinta como residencia permanente. Asimismo, fue el primer presidente radical (intransigente) que la ocupó.

La construcción del “muro” perimetral de ladrillos es construido durante la presidencia de la señora María Estela Martínez de Perón.
Durante la década del ´70, los conflictos con sectores subversivos, hicieron temer por atentados desde edificios vecinos, provocando la expropiación de una casa de departamentos en construcción sobre la avenida Maipú –cerca de la estación Bartolomé Mitre- y en septiembre de 1975 la municipalidad promulga un nuevo Código de Edificación que dispuso que en los alrededores de la residencia solamente podían construirse residencias tipo chalet y hasta de dos pisos.


Chacra Azcuenaga. Circa 1910

Fue construida en 1852 por PrilidianoPueyrredon.
Fue donada para Residencia del Gobierno
Archivo Municipal Histórico de la Fotografía

La Quinta La Lucila: En 1878 Juan de Anchorena edifica un suntuoso “chateau” que perduró hasta 1945. A la extensa quinta y chateau le pone “La Lucila” por su hija Lucila Anchorena, más adelante señora de Urquiza. En 1942, es adquirida en un remate por Mercedes Urquiza Anchorena de Bunge, Eloísa Urquiza Anchorena de Lagos Mármol, Víctor Félix Caseros y Jorge de Urquiza Anchorena.
Es en 1945 cuando cayó bajo la piqueta, muriendo así una quinta memorable, pero quedó una estación y un barrio con su nombre.
La Quinta de Ader: Una Torre y algo más.

En las décadas que van de 1881 y 1890, el industrial cervecero barón Emilio Bieckert fue conocido como el propietario de “La chacra” hasta que aparece su primo, Bernardo Ader a hacerse cargo de las tierras.
Ader levantó una torre en su predio, como muestra de gratitud hacia el país que lo acogió, siendo inaugurada el 9 de julio de 1917, en coincidencia con la celebración del Día de la Independencia.

La piedra fundamental fue colocada el 9 de julio de 1916, y por ello Ader la denominó “Torre de la Independencia”.
En 1951 la firma S.E. Astorga fracciona y vende los últimos lotes que quedan de la quinta, trazando las calles faltantes. En ese trazado la Torre queda en una rotonda situada en la intersección de las calles Triunvirato y Castelli.
El 16 de octubre de 1967, Elvira y Bernardita Grunbaum de Torralba, nietas de Bernardo Ader, donan la Torre y la rotonda al municipio.
Así hoy Vicente López cuenta con un monumento arquitectónico que es orgullo de la zona, con 60 metros de altura, infinidad de historias familiares, la vigilancia de las aguas del plata y señalero de los barcos a comienzos del siglo.

Desde el punto de vista estilístico de su construcción, la misma es dueña de influencias francesas, florentinas y flamencas.
De noble y majestuosa presencia, la torre tiene una sección interior de 6 metros de lado que se prolonga sin disminuir hasta el mirador, coloca a 50 metros del suelo al que se llega por una escalera de 274 peldaños de tramos rectos adheridos a la pared interna y en forma de caracol.
Actualmente funciona allí el Instituto de Investigaciones Históricas de Vicente López, albergando la biblioteca temas históricos y la hemeroteca.

Torre de la Independencia (Torre de Ader)

Inaugurada el 9 de Julio de 1917
Ubicada en Triunvirato y Castelli.
Villa Adelina. Vicente López

Un río y su puerto

En 1890, un vecino de Vicente López –particularmente de Olivos-, Matías R. Sturiza, comenzó a perfilar la idea de construir una avenida costanera y un puerto.
Por 1912, el ministro de Obras Públicas –Dr. José Tomás Sojo- de la provincia nombra una comisión integrada por Samuel Hale Pearson como presidente, a quien acompañaban Matías R. Sturiza, Jorge A. Mitre, Avelino Rolón y Félix Armesto, para que estudiaran el proyecto. La comisión se llamó “Comisión de la Costa”.
El proyecto comprendía dos partes. La primera consistía en la construcción de una avenida con un tranvía, y la segunda un balneario-casino frente a la estación “Vicente López”.
Finalmente, el proyecto quedó sólo en los papeles.
Sin embargo, el puerto –de la mano de Matías Sturiza y el Dr. Zorraquín- siguió adelante.
El lugar para su emplazamiento se decidió entre las prolongaciones de las calles Corrientes y Juan Bautista Alberdi.

El ministro de Obras Públicas de la Nación, doctor Pablo Torrelllo –amigo personal del Dr. Zorraquín- no sólo brinda su apoyo, sino que propicia un decreto el 1º de agosto de 1921 que autoriza a la Dirección de Navegación y Puertos para la instalación del puerto en el lugar indicado.
El 7 de octubre de 1922 se inaugura la que hoy es la escollera sureste del puerto y ésta comenzará a funcionar como puerto de frutos.


Balneario y rambla de Olivos. Circa 1930.

Prefectura de Olivos
Fue sede del club YCO de Olivos
Estaba ubicada en el puerto de Olivos

Hubo tres construcciones de madera sobre pilones de igual material enterrados en la playa. La primera fue la del balneario de Olivos; la otra se levantó por1926 para el destacamento de la prefectura; y la restante, -que estaba entre el balneario y la prefectura- se alzó por 1927 para alojar al recién nacido Yacht Club Olivos (YCO).

Por otro lado, había en la costa que alojaban bares, parrillas y contaban con vestuarios, a modo de perfilar el primer balneario de Vicente López: “Balneario de Olivos”, que iba desde la calle Ibañez (Melo) hasta la calle San Martín, donde actualmente se ubica parte del denominado “Paseo de la Costa”.

Ya entrada la década del ´30, se construye una isla artificial frente a la punta de la escollera de aquél improvisado puerto de frutos. Esta pequeña isla fue concedida al Club Náutico de Olivos, y se llegaba a ella –en un primer momento- por medio de un bote con botero, y luego el bote fue sustituido por una lancha a motor.
Mucho después se prolongó la calle Juan Bautista Alberdi y se construyó la escollera noroeste, que unió la “isla” a tierra, cerrando así lo que sería el puerto de Olivos.

En la década del ´60, la gente llegaba masivamente a los balnearios “El ancla”, “La escalerita”, “El indio” y “Los Ángeles”. Existía uno que por su ubicación sobre el Puerto de Olivos merecía la preferencia de muchos y era el Gran Balneario y Restaurant Náutico, cuyos propietarios eran Ángel Cordeu y Cía. Estaba a orillas del Río de la Plata y por su amplitud y comodidad ofrecía al veraneante todas las posibilidades para pasar una jornada en la rivera, ya que contaba con casetas de baño, salones hasta una pileta con una profundidad de 3,30 mts., dos solariums, amplias terrazas y servicio de buffet. Además contaban con estacionamiento y dos pistas de baile, una al aire libre y otra cubierta.


La ciudad de Vicente López en el nuevo milenio.

Hay mayoría de Iglesias y Oratorios Católicos -unos 19 en total- pero también templos de otros credos como Evangelista, Adventistas del Séptimo Día, Armenia, Bautista, Testigos de Jehová y una Sinagoga, entre otros.
Prácticamente, no han quedado cines tradicionales en Vicente López, pero existe un nuevo complejo de cines y entretenimientos con varias salas situado en la calle Esteban Etcheverría 3750.

Hay varios Centros Culturales Municipales, tales como el de Participación Cultural “Paseo de la Costa” en Vicente López, , el Museo Lumiton y el Centro Cultural de Munro, “Quinta Trabucco”, Casa Municipal de la Cultura, “Cine-Tea