Geodinámica – Orogénesis y Epirogénesis

Habíamos dicho que Wegener no pudo definir las fuentes de energía necesarias para el mecanismo del movimiento de los continentes.

Para explicar esto otros investigadores, entre ellos Vening Meinez, plantearon la teoría de las corrientes convectivas.

Estas corrientes, que se originarían por diferencia de temperatura, circulan lentamente dentro del manto originando esfuerzos horizontales que desplazan grandes fragmentos de la corteza.

Estas placas se desplazan con movimientos relativos de unas con respecto a otras y provocan distintos fenómenos a través de los tiempos geológicos.

Para una mejor comprensión podríamos visualizar lo que ocurre entre las placas Sudamericana, de Nazca y Africana a la latitud de nuestro país.

En la figura 3 se puede ver que las flechas muestran una zona de convergencia o de "choque" en donde se sitúa hoy la cordillera de los Andes y una zona de divergencia o de "separación" en el medio del Océano Atlántico.

La zona de convergencia constituye un área de subducción en donde la placa de Nazca se hunde por debajo de la Sudamericana.

La superficie de fricción se llama "plano de Benioff" y en él se localizan los hipocentros de la mayoría de los terremotos.

En la zona de divergencia las placas Sudamericana y Africana se separan de tal manera que puede decirse que la Africana se dirige al Este y la Sudamericana hacia el Oeste.

No obstante cabe consignar que este movimiento es de solo unos pocos centímetros por año.

Con todo esto y, basándose en la idea original de Wegener, se ha desarrollado la Teoría de la Tectónica Global o de Placas.

Esta nueva teoría aporta a la evolución de la litósfera otros argumentos válidos como son:

1) En las zonas de separación de los océanos, también llamada "dorsales", existe una efusión casi constante de magma básico que accede al fondo marino a través de grietas y en forma tranquila.

2) Las edades de las rocas aumentan en forma simétrica hacia ambos lados de las dorsales.

3) Desde la línea central hacia los costados se observa una inversión de la orientación magnética de los minerales. Esta se corresponde con los cambios periódicos de polaridad que registra el campo magnético terrestre.

Interpretando estos procesos se concluye que los suelos oceánicos se encuentran en expansión como consecuencia de la separación de placas y del aporte de material basáltico del manto.

En contrapartida esta expansión de la corteza está compensada por la reducción localizada en las zonas de subducción.

Esta mecánica, con algunas variantes, se repite entre las distintas placas y en distintos lugares de la litósfera.

Finalmente, y volviendo al principio de este artículo, podemos decir que si bien en la actualidad se acepta que el movimiento de las placas se debe a la acción de las corrientes de convección, todavía no está del todo claro cual es su génesis, su magnitud ni su duración a través de los tiempos geológicos.

Geólogo Ricardo Timón