Enciclopedia de la Salud y Seguridad en el Trabajo. 08 – Tipos de proyectos y sus riesgos asociados
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- El 11 noviembre, 2008
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Jeffrey Hinksman
Todas las estructuras de edificios y de obras civiles recorren el mismo ciclo de concepción o diseño, trabajos preliminares, edificación (incluyendo la cubierta de un edificio), acabados y prestación de servicios y puesta en marcha final antes de su entrada en servicio. A lo largo de los años, los edificios y estructuras que un día fueron nuevos necesitan mantenimiento, inclusive nueva pintura y limpieza; es probable que sean rehabilitados, reformados o reparados para corregir los daños ocasionados por el tiempo o por un accidente; y, finalmente, tendrán que ser demolidos para dar lugar a una instalación más moderna o porque su uso se ha hecho ya innecesario. Esto sucede con las casas; sucede igualmente con estructuras grandes y complejas como centrales eléctricas y puentes. Cada fase en la vida de la estructura de un edificio o una obra civil presenta riesgos generales (como el riesgo de caídas) o peculiares de ese tipo de proyectos (como el riesgo de derrumbamiento de las excavaciones durante la preparación de los cimientos en un edificio o en una obra civil).
Para cada tipo de proyecto (y, desde luego; para cada fase del proyecto) es posible predecir cuáles van a ser los principales riesgos para la seguridad de los operarios de la construcción. El riesgo de caídas es común a todos los proyectos de construcción, incluso los que se realizan a nivel del terreno. Esto viene avalado por la estadística de accidentes que muestra que la mitad de los accidentes mortales entre los operarios de la construcción implican caídas.
Nuevos locales
- Concepción (proyecto)
Los riesgos físicos para las personas involucradas en el diseño de nuevos locales surgen normalmente en las visitas del personal profesional para realizar los reconocimientos previos. Las visitas de personal sin compañía alguna a emplazamientos desconocidos o abandonados pueden exponerle a riesgos a causa de accesos peligrosos, huecos sin protección y excavaciones y, en un edificio, a causa de cables eléctricos o maquinaria en estado peligroso. Si la inspección requiere la entrada en habitaciones o excavaciones que han permanecido cerradas durante cierto tiempo, existe el riesgo de encontrarse con dióxido de carbono o con niveles escasos de oxígeno. Todos los riesgos se ven incrementados si se efectúan las visitas a un sitio sin iluminación después de oscurecer o si el visitante solitario no tiene medios de comunicarse con otras personas para reclamar ayuda. Por regla general, el personal profesional no debería ser requerido a visitar emplazamientos si tiene que hacerlo solo. No deberá hacer visitas después del ocaso a menos que el sitio esté bien iluminado. No deberá entrar en lugares cerrados a menos que antes se haya comprobado fehacientemente que el sitio es seguro. Por último, deberá permanecer en comunicación con su base o tener un medio efectivo de conseguir ayuda.
La concepción o el proyecto propiamente dicho deberán influir de modo importante en la seguridad de los contratistas cuando éstos realicen los trabajos en la obra. De los proyectistas, bien sean arquitectos o ingenieros civiles, cabe esperar más que la simple confección de planos. Al crear su proyecto, deberán, en virtud de su preparación y experiencia, tener una cierta idea del modo en que será probable que se desarrolle el trabajo de los contratistas para hacerlo realidad. Su competencia deberá ser tal que sean capaces de indicar a los contratistas los riesgos que se derivarán de sus métodos de trabajo. Los proyectistas deberán eliminar en su diseño los riesgos que pueden surgir del mismo, haciendo la estructura más “edificable” en lo tocante a salud y seguridad y, siempre que ello sea posible, cambiando los materiales por otros más seguros en sus especificaciones. Deberán mejorar los accesos para el mantenimiento en la fase de proyecto, y reducir la necesidad de que los operarios de mantenimiento corran peligro, incorporando aspectos o materiales que requieran una atención menos frecuente durante la vida del edificio.
En general, los proyectistas sólo pueden eliminar los riesgos en el proyecto hasta cierto punto; normalmente habrá riesgos residuales significativos que los contratistas habrán de tener en cuenta cuando conciban sus propios sistemas de trabajo seguros. Los proyectistas deberán suministrar a los contratistas la información sobre esos riesgos de modo que éstos puedan considerar tanto los riesgos como las medidas de seguridad necesarias, primero cuando oferten la obra y, después, cuando desarrollen sus sistemas para hacer el trabajo con seguridad.
La importancia de incluir en las especificaciones materiales con mejores propiedades para la salud y la seguridad suele ser menospreciada cuando se aborda la seguridad desde el proyecto. Los proyectistas y los redactores de especificaciones deben considerar si se pueden obtener materiales con mejores propiedades tóxicas o estructurales o que se puedan utilizar y mantener con más seguridad. Esto requiere que los proyectistas mediten sobre los materiales que se van a usar y decidan si, de acuerdo con la práctica anterior, protegerán adecuadamente a los obreros de la construcción. A menudo, el factor decisivo en la elección de los materiales es el coste. Sin embargo, los clientes y los proyectistas deberían darse cuenta de que, mientras materiales con mejores propiedades tóxicas o estructurales pueden tener un coste inicial superior, a menudo resultan más rentables durante la vida del edificio, porque los operarios de la construcción y de mantenimiento requieren unos accesos o un equipo de protección menos costosos.
- Excavación
Normalmente, el primer trabajo que se realiza en la obra después del reconocimiento del terreno y del replanteo, una vez que se ha adjudicado el contrato, (suponiendo que no haya necesidad de demoliciones o de despeje del emplazamiento), son los trabajos preliminares para la cimentación. En el caso de pequeñas casas de uso residencial, los cimientos probablemente no necesitarán excavaciones más profundas de medio metro y se excavarán a mano. Para bloques de apartamentos, edificios comerciales e industriales y algunas estructuras de ingeniería civil, los cimientos pueden necesitar bajar varios metros por debajo del nivel del terreno. Esto requerirá la excavación de zanjas en las que se tendrá que trabajar para rellenar los cimientos. Las zanjas de una profundidad superior a 1 metro probablemente se excavarán por medio de máquinas tales como las excavadoras. También se efectúan excavaciones para permitir el tendido de cables y tuberías.
Los contratistas utilizan a menudo excavadoras especiales capaces de practicar excavaciones profundas y estrechas. Si los trabajadores tienen que penetrar en estos recintos excavados, los riesgos son esencialmente los mismos que se encuentran en las zanjas de cimentación. Sin embargo, en excavaciones o zanjas para cables y tuberías suele haber mayores posibilidades de adoptar métodos de trabajo que no fuercen a los operarios a introducirse en la excavación.
El trabajo en excavaciones de profundidad superior a 1 m requiere una cuidadosa planificación y supervisión. El terreno es altamente impredecible; la lluvia, las heladas o la vibración producida por otras actividades constructivas en su proximidad pueden causar el deslizamiento de un terreno aparentemente firme. Lo que parece una arcilla firme y rígida, cuando está expuesta al aire se seca y se agrieta; con la lluvia, se ablanda y se desliza. Un metro cúbico de tierra pesa más de 1 tonelada; un trabajador que se vea alcanzado tan sólo por un pequeño desprendimiento de tierras corre el riesgo de resultar con roturas en las extremidades, sufrir aplastamiento de órganos y sofocación. A causa de la importancia vital para la seguridad de elegir un método adecuado de sostenimiento de los costeros de la excavación, antes del comienzo de los trabajos deberá hacerse un reconocimiento del terreno por personal con experiencia en excavaciones seguras, para determinar el tipo y las condiciones del terreno, en particular la presencia de agua.
- Apuntalamiento de los costados de la trinchera
Apuntalamiento de ambos lados. No resulta seguro confiar en el desmonte o “achaflanado” de los lados de la excavación hasta unángulo seguro. Si se trata de un terreno formado por arena o limos, el ángulo que ofrece seguridad puede llegar a ser de 5 a 10° sobre la horizontal, y, generalmente, no hay tanto espacio en la obra para una excavación tan ancha. El método más común de dotar de seguridad al trabajo de excavaciones es sostener ambos lados de la zanja mediante una entibación. Con el sostenimiento de ambos lados, las cargas que transmite el terreno por un lado son contrarrestadas por cargas similares que actúan a través de codales contra los costados opuestos. Es preciso usar madera de buena calidad para fabricar elementos verticales para el sistema de contención, conocidas como tableros de avance. Los tableros de avance se hincan en el terreno en cuanto empieza la excavación; los tableros se colocan borde contra borde, de modo que constituyen una pared de madera. La misma operación se efectúa a ambos lados de la excavación. A medida que ésta se hace más profunda, los tableros de avance se siguen hincando en el terreno antes de seguir bajando. Cuando la excavación llega a 1 metro de profundidad, se introduce una fila de elementos horizontales (denominados carreras o largueros) que se colocan contra los tableros de avance y se mantienen en posición por codales de madera o metálicos, acuñados contra los largueros opuestos con un espaciamiento regular. A medida que la excavación continúa, los tableros son hincados más profundamente en el terreno, juntamente con los largueros y codales; si la excavación es más profunda de 1,2 m será necesario crear una nueva fila de largueros y codales. Lógicamente, una excavación de 6 m de profundidad requerirá cuatro filas de codales.
Los métodos normales de apuntalamiento con madera no se pueden aplicar si la profundidad es superior a 6 m , o si aparece agua en el terreno. En estas situaciones se requieren otros tipos de apuntalamiento de los laterales de las excavaciones, tales como planchas de acero verticales, separadas firmemente por largueros de madera horizontales y codales metálicos ajustables, o bien una protección total con tablestacas de acero. Ambos métodos ofrecen la ventaja de que las planchas de acero o las tablestacas se pueden hincar mecánicamente antes del comienzo de la excavación propiamente dicha. Además, tanto las planchas como las tablestacas pueden ser retiradas al final del trabajo y usadas de nuevo. Los sistemas de apuntalamiento para excavaciones de una profundidad superior a 6 m o en terrenos con aguas infiltradas deberán ser proyectados ex profeso; en estos casos las soluciones normales no sirven.
Apuntalamiento de un solo costado. Una excavación que tenga forma rectangular y unas dimensiones demasiado grandes para que se puedan aplicar los métodos descritos anteriormente, puede tener uno o más de sus lados sostenidos por una fila de tableros de avance o planchas de acero. Estos, a su vez, son soportados, en primer lugar, por una o más filas de largueros horizontales que luego se mantienen en su sitio por puntales inclinados firmemente anclados o sujetos a puntos de apoyo.
Otros sistemas. Es posible utilizar cajones prefabricados de acero de ancho regulable que se pueden hacer descender dentro de las excavaciones y dentro de los cuales se puede trabajar con seguridad. También es posible el uso de sistemas de marcos patentados, en los que un marco horizontal se hace descender en la excavación entre los tableros de avance o las planchas de acero; el marco se despliega a la fuerza y aplica la presión para mantener los tableros de avance derechos por la acción de gatos hidráulicos, presión que se puede transmitir mediante una bomba manejada desde un sitio seguro fuera de la excavación.
Formación y supervisión. Cualquiera que sea el método de sostenimiento que se adopte, el trabajo deberá ser ejecutado por obreros cualificados bajo la supervisión de una persona con experiencia. La excavación y sus elementos de sustentación deberán inspeccionarse cada día y después de cada ocasión en que hayan sido dañados o desplazados (p. ej., después de una fuerte lluvia). Lo único que cabe presumir respecto a la seguridad y el trabajo en las excavaciones es que todo tipo de terreno es susceptible de fallar y, por tanto, no se deberá ejecutar ningún trabajo con operarios dentro de una excavación de más de 1 m de profundidad sin apuntalar. Véase también el apartado“Zanjas” en este Capítulo.
- Superestructura
La erección de la parte principal de una estructura de edificación o de ingeniería civil (la superestructura) tiene lugar después de la culminación de los cimientos. Esta parte del proyecto generalmente exige trabajar en altura por encima del terreno. Las caídas de altura o en el mismo nivel constituyen la causa más importante de accidentes mortales o de lesiones importantes.
Trabajos con escaleras
Incluso si el trabajo consiste simplemente en la construcción de una casa, el número de obreros que intervienen, la cantidad de materiales que se han de manipular y, en las fases finales, las alturas a las que se tiene que realizar el trabajo, hacen que sea necesario el uso de algo más que simples escaleras para acceder con seguridad a los puestos de trabajo.
Existen limitaciones en el tipo de trabajo que se puede realizar con seguridad desde escaleras. El trabajo a una altura superior a 10 m sobre el terreno generalmente no puede realizarse con seguridad desde una escalera; las escaleras largas son en sí mismas de peligroso manejo. Los obreros subidos en escaleras tienen un alcance limitado y no pueden llevar con seguridad cualquier tipo de equipos y materiales; el esfuerzo físico para permanecer sobre los peldaños de la escalera limita el tiempo que pueden invertir en tales trabajos. Las escaleras son útiles para ejecutar trabajos de corta duración y con pesos ligeros a una distancia segura, como por ejemplo la inspección, reparación y pintura de pequeñas zonas de la fachada del edificio. Las escaleras también sirven para acceder a los andamios, a las excavaciones y a las estructuras a las que no se ha dotado de un acceso más permanente.
Será necesario el uso de plataformas de trabajo provisionales, la más común de las cuales es el andamio. En bloques de apartamentos devarias plantas, edificios de oficinas o la estructura de un puente resulta necesario el empleo de andamios de diversa complejidad, en función de las características del trabajo.
Andamios
Los andamios consisten en armazones de acero o madera fácilmente ensamblables sobre los cuales se pueden colocar plataformas de trabajo. Los andamios pueden ser fijos o móviles. Los andamios fijos, es decir, los que se levantan a lo largo de un edificio o estructura, pueden ser independientes o de parales.
El tipo de andamio independiente lleva pies derechos o zancos a lo largo de ambos lados de las plataformas y es capaz de permanecer en posición vertical sin apoyarse en el edificio. El andamio de parales tiene zancos a lo largo del borde exterior de sus plataformas de trabajo, pero el lado interior se apoya en el propio edificio, y una parte del armazón del andamio, los parales o almojayas, tienen extremos aplanados que se colocan entre las hiladas de la fábrica de ladrillo para lograr su apoyo. Incluso el tipo de andamio independiente necesita ser rígidamente arriostrado o asegurado a la estructura en intervalos regulares si existen plataformas de trabajo por encima de 6 m o si el andamio está provisto de lonas de protección de las inclemencias del tiempo, lo cual incrementa los esfuerzos debidos al viento.
Las plataformas de trabajo sobre andamios consisten en tableros de madera de buena calidad colocados a nivel y con ambos extremos firmemente apoyados; si la madera es propensa a combarse debido a la carga de personal o materiales, será necesario disponer apoyos intermedios. Las plataformas nunca serán de un ancho menor de 600 mm si se usan para acceder y para trabajar en ellas, o menor de 800 mm si también se usan para soportar materiales. Si existe riesgo de caídas de más de 2 m deberá protegerse el borde exterior con una barandilla rígida, sujeta firmemente a los pies derechos, a una altura comprendida entre 0,91 y 1,15 m sobre la plataforma. Para evitar la caída de materiales desde la plataforma se colocará un zócalo de una altura mínima de 150 mm sobre la plataforma en todo el borde exterior, también sujeto a los pies derechos. Si se tuvieran que quitar las barandillas y los zócalos para permitir el paso de materiales, deberán reemplazarse lo antes posible.
Los zancos de los andamios deberán mantenerse en posición vertical y firmemente apoyados en su base sobre placas, y si es necesario sobre durmientes de madera. El paso, dentro de los andamios fijos, de un nivel de trabajo a otro se hace generalmente a través de escaleras. Estas deberán estar sujetas debidamente por la parte superior e inferior y prolongarse al menos 1,05 m por encima de la plataforma.
Los principales riesgos del empleo de andamios —caídas de personas o materiales— generalmente se producen por deficiencias tanto en el montaje inicial (omisión de la colocación de una barandilla), por un uso indebido (una carga excesiva) o por una adaptación hecha de modo inadecuado en el curso de los trabajos (p. ej., se añaden lonas para la protección atmosférica sin amarrarlas convenientemente al edificio). Otros ejemplos: tableros de madera de las plataformas de los andamios que se desplazan o se rompen; escaleras que no se amarran en su parte superior e inferior. La lista de acciones que pueden fallar si los andamios no se montan por personal experimentado bajo una supervisión adecuada, es casi interminable. Los mismos montadores de los andamios están, particularmente, expuestos al riesgo de caídas durante el montaje y desmontaje de los mismos, porque a menudo se ven obligados a trabajar en altura, en lugares expuestos sin plataformas de trabajo adecuadas (véase la Figura 93.4).
Andamios torre
Los andamios torre pueden ser fijos o móviles, con una plataforma de trabajo en la parte superior y una escalera de acceso dentro del armazón de la torre. El andamio torre móvil se desplaza sobre ruedas. Tales torres pierden su estabilidad fácilmente y su altura deberá ser limitada; para un andamio torre fijo, la altura no superará más de 3,5 veces la dimensión más corta de la base; para los móviles, la proporción se reduce a 3 veces. La estabilidad de los andamios torre deberá incrementarse mediante el uso de contravientos. No se permitirá que los operarios permanezcan en lo alto de los andamios torre móviles mientras éstos se desplazan o si las ruedas no están bloqueadas.
Figura 93.4 • Montaje de andamios en una obra en Ginebra, Suiza, sin las protecciones adecuadas. |
El riesgo principal de estos andamios es el de vuelco, lanzando al personal fuera de su plataforma; ello puede deberse a que la torre es demasiado alta con relación a la base, a la ausencia contravientos o ruedas de bloqueo, o a un uso indebido del andamio, tal vez sobrecargándolo.
Andamios colgantes. La otra categoría principal de andamios está formada por los que andamios colgantes. El andamio colgante es, en esencia, una plataforma de trabajo colgada por medio de cables o tubos de una estructura superior como un puente. El andamio suspendido es también una plataforma o una cesta suspendida por cables, pero en este caso se puede subir y bajar. A menudo se coloca para los trabajos de mantenimiento y pintura, a veces como parte del edificio terminado. En ambos casos, el edificio o la estructura deberá ser capaz de soportar la plataforma suspendida, y los dispositivos de suspensión deben ser lo suficientemente robustos para soportar la carga prevista de personal y materiales, incluyendo las barandillas para evitar caídas. En el caso de plataformas colgantes, al menos, deberá haber tres espiras de cuerda en el tambor del cabrestante cuando la plataforma se halle en su posición más baja. Si no hay dispositivos para evitar la caída de la plataforma suspendida en caso de fallo de un cable, los operarios que están en la plataforma deberán usar un cinturón de seguridad y una cuerda amarrada a un punto de anclaje seguro en el edificio. El personal que utilice estas plataformas deberá ser instruido y tener experiencia en su uso.
El principal riesgo que concierne a los andamios colgantes es el fallo de los dispositivos de soporte, bien de la estructura en sí misma, bien de los cables o tubos de los que cuelga la plataforma. Esto puede deberse a un montaje o instalación incorrecta del andamio colgante o suspendido, a una sobrecarga o a cualquier otro tipo de uso indebido. El fallo de los andamios colgantes ha causado múltiples accidentes mortales y puede poner en peligro a los viandantes.
Todos los andamios y las escaleras deberán ser inspeccionados por una persona competente, al menos semanalmente, y antes de volver a usarlos después de haber estado expuestos a condiciones meteorológicas que los puedan haber dañado. No deberán emplearse escaleras con largueros agrietados ni peldaños rotos. Los operarios que monten y desmonten los andamios deberán recibir una formación específica y deberán tener experiencia para asegurar su propia seguridad y la de otros que puedan usar los andamios. A menudo los andamios son suministrados por un contratista, quizás el principal, para uso por el resto de contratistas. En este caso, los operarios de algún oficio pueden modificar o desplazar partes de los andamios para facilitar su trabajo, sin restaurar el andamio a continuación, o sin percatarse del riesgo que han creado. Es importante que las disposiciones en materia de coordinación de salud y seguridad en el ámbito de la obra traten eficazmente del efecto de la acción de un oficio en la seguridad de los demás.
Equipo de acceso motorizado
En algunos trabajos, tanto de construcción como de mantenimiento, puede resultar más práctico utilizar equipos de acceso motorizados que andamios de cualquier tipo. El poder acceder a la parte inferior del tejado de una fábrica en la que se efectúa una renovación del revestimiento o a unas pocas ventanas de un edificio puede ser más barato y seguro que envolver toda la estructura con un andamio. El equipo de acceso motorizado es ofrecido por los fabricantes en diversas formas; por ejemplo: plataformas que se pueden elevar y bajar verticalmente por acción hidráulica o abriendo y cerrando unos gatos de tijera y brazos articulados accionados hidráulicamente, con una plataforma de trabajo o una cesta al final del brazo, denominados comúnmente recogecerezas. Tal equipo suele ser móvil y se puede desplazar al lugar requerido y entrar en servicio en pocos momentos. La utilización segura de este equipo requiere que el trabajo sea compatible con las especificaciones de la máquina descritas por su fabricante (p. ej., el equipo no debe ser sobrecargado ni trabajar a distancias mayores de las señaladas).
El equipo de acceso motorizado precisa un suelo firme y horizontal sobre el cual trabajar; puede ser necesario instalar contravientos para asegurarse de que la máquina no vuelque. Los operarios deben tener acceso a los mandos desde la plataforma de trabajo. También deben estar entrenados en el uso del equipo. Adecuadamente mantenido y manejado, este tipo de equipo puede facilitar un acceso seguro cuando sea prácticamente imposible instalar un andamio; por ejemplo, durante las fases iniciales de montaje de una estructura metálica o para facilitar el acercamiento de los montadores a los puntos de conexión de vigas y pilares.
Montaje de estructuras metálicas
La superestructura, tanto de edificios como de obras civiles, a menudo implica la erección de importantes estructuras metálicas, a veces de gran altura. Si bien la responsabilidad de garantizar un acceso seguro a los montadores que ensamblan estas estructuras compete principalmente a la dirección de los contratistas de estos montajes, su trabajo puede verse simplificado por los proyectistas de la estructura metálica. Los proyectistas deben asegurarse de que el diseño y la disposición de los taladros para los pernos sean sencillos y de que facilitan una sencilla introducción de los pernos; la disposición de juntas y taladros para pernos debe ser lo más uniforme posible en toda la estructura; conviene prever silletas en los pilares en las conexiones con las vigas, de modo que estas se puedan apoyar mientras los montadores proceden a la inserción de los pernos. En la medida de lo posible, el proyecto debe garantizar que las escaleras formen parte de la estructura inicial para que los montadores tengan que depender menos de las vigas y escaleras para su acceso. Del mismo modo, el diseño debe prever que los taladros se tengan que efectuar en lugares adecuados de los pilares durante la fabricación y antes de la entrega de la estructura en obra, lo que permitirá el amarre de cables tensos a los que los montadores provistos de cinturones de seguridad puedan asegurar maromas corredizas. Se intentará colocar las placas de forjados lo antes posible en estas estructuras, para reducir el tiempo que los montadores han de confiar en los cinturones y maromas de seguridad o en las escaleras. Si la estructura metálica debe permanecer abierta y sin forjados mientras que prosigue el montaje, deberán tenderse redes de seguridad debajo de los niveles de trabajo. En la medida de lo posible, el proyecto de la estructura metálica y las prácticas de trabajo de los montadores de la misma deberán minimizar el ámbito en que los montadores tengan que caminar por la estructura.
Trabajos en cubiertas
Si la elevación de los muros es una tarea ardua e importante de la construcción de un edificio, la ejecución de la cubierta es igualmente importante y presenta riesgos singulares. Las cubiertas pueden ser planas o inclinadas. En las cubiertas planas el riesgo principal lo constituye la caída de personas y materiales, bien por el borde, bien por aberturas practicadas en la cubierta. Las cubiertas planas suelen construirse de madera, hormigón in situ o losas. Las cubiertas planas deben ser impermeabilizadas para impedir el paso del agua, para lo cual se usan diversos materiales, entre los que se incluyen betunes y fieltros. Todos los materiales precisos para la cubierta han de ser izados hasta el nivel requerido, lo cual puede hacer necesaria la utilización de montacargas o grúas si el edificio es elevado o las cantidades de material de cubrición y de impermeabilizantes son importantes. Puede ser necesario calentar el betún para facilitar su extendido y sellado, lo cual puede implicar la necesidad de subir a la cubierta botellas de gas y recipientes para fundirlo. Los operarios de la cubierta y las personas que se encuentren debajo pueden sufrir quemaduras por el betún caliente y se pueden originar incendios que afecten a la estructura del edificio.
El riesgo proveniente de caídas desde las cubiertas planas se puede evitar rodeando su perímetro con una protección provisional en forma de barandilla de dimensiones análogas a las que se instalan en los andamios. Si el edificio se encuentra aún rodeado por el andamio exterior, éste se puede prolongar hasta el nivel de la cubierta, para ofrecer una protección perimetral a los que trabajan en ella. Las caídas por agujeros en las cubiertas planas se pueden evitar mediante su cubrición o, si han de permanecer abiertos, colocando barandillas en su perímetro.
Los tejados inclinados se encuentran más comúnmente en casas unifamiliares y en edificios de menor volumen. La inclinación del tejado se consigue construyendo un armazón de madera al que se adosará el recubrimiento exterior del mismo, generalmente formado por tejas de hormigón o cerámica. La
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