El terrorismo mediático ecologista – Entre engaños y difamaciones
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- El 9 marzo, 2010
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Es importante tener presente las metodologías del terrorismo mediático a las cuales apelan con tanta recurrencia los diversos grupos de fanáticos del fundamentalismo ecologista. Sus acciones se basan en las presiones de todo tipo, incluyendo verdaderos patoteos (léase “aprietes” mediáticos e incluso directos) sobre legisladores, gobernantes, periodistas, e incluso ciudadanos comunes; frente a los que arrostran “el grave pecado” de no someterse a sus designios y caprichos.
Es interesante advertir con que facilidad califican de las peores maneras a quienes no se doblegan ante sus presiones, mientras que por otra parte, es notorio y fácilmente demostrable que esos mismos “dirigentes”, cabecillas y oportunistas de la ecología irracional, han hecho muy buenas migas con los peores gobernantes que han asolado a nuestro país (y a nuestras provincias, en muchos casos), en las décadas anteriores, y sobre todo en los nefastos años ’90, los mismos en los que se impusieron las más aberrantes políticas neoliberales que tanto daño hicieron a todo el tejido social argentino y latinoamericano.
Pero –tal como llegué a escuchar a uno de esos sujetos- “mientras hagan lo que ‘nos conviene’ (SIC) y sigan oponiéndose ellos también a las obras que nosotros no queremos, les vamos a seguir apoyando”. O sea que no tuvieron empacho en ser cómplices por acción o por omisión, según el caso, con las depredatorias políticas económicas, sociales y políticas que nos impusieron –con presiones internas y externas- aquellos que estuvieron a punto de hacer implosionar a La República Argentina.
Pero claro está, ¡a los ultra ecologistas La Patria no solo no les importa, sino que incluso es un sentimiento que les molesta! ¡Total ellos son “ciudadanos del mundo”!
Recordemos y analicemos algunas de las más notorias campañas, siempre montadas sobre falacias, o con retorcidos argumentos de verdades a medias (que son las mentiras más perversas).
- La “demonización” de los cultivos de arroz en Corrientes, forma parte de la campaña que en realidad busca ahogar todas las actividades productivas en las cercanías y en el Iberá, con lo cual se tenderá –de prosperar las acciones de los ecólatras y “ecópatas”- al abandono de esas tierras por parte de la población argentina, ancestralmente radicada allí. Con eso “se les deja el campo libre” a los pseudos conservacionistas foráneos –léase anglosajones y similares- a seguir acaparando grandes extensiones, las que incluso pasar a controlar “manu militari”, con milicias propias al estilo Rambo, con las que cierran incluso caminos vecinales, operando como si fuesen feudos propios.
- La “demonización de la ganadería en el Iberá, actividad que se remonta a las épocas jesuíticas, y que constituye la base principal del asentamiento de población criolla (y acriollada, o sea gringos argentinos identificados con la tierra y con Argentina). Los objetivos nefastos que se vislumbran son similares a los expuestos previamente.
- Los “derrames de agua de Yacyretá al Iberá”; gigantesco circo mediático montado y mantenido por algunos años, para ser posteriormente rebatidos totalmente en forma científica por profesionales serios y con sentido de patriotismo, descollando en ello el Ing. Manuel Vassallo. Las contundentes e irrebatibles desmentidas apenas tuvieron marginales espacios en los medios de comunicación masiva.
- La supuesta “rotura” de Yacyretá, notable patraña montada por los sectores ecolátricos. Se muestra en “tono catástrofe” un pequeño desgaste del piso aguas abajo, como si pudiera afectar a la estructura propiamente dicha.
- Los escándalos impresentables e irracionales, montados en relación a las industrias pasteras; constituyen un caso testigo de los extremos salvajes y patoteriles a los que pueden llegar unos pocos militantes ultras, que terminan arrogándose representaciones de las que carecen, montando un irracional cierre de frontera, hoy tercamente mantenido por un puñado de fanáticos, que no dudan en agredir a los vecinos que se oponen a semejante irracionalidad. Debe recordarse que Greenpeace fogoneó las protestas con activistas (¿fanáticos o bien pagos?), con pancartas de elaboradas confecciones, y hasta financiando el viaje de una pasista de carnaval, tan abundante de glúteos como –parecería- escasa de neuronas. ¡Crear un conflicto con un país hermano, por caprichos de unos fanáticos! ¡Y ser copartícipes del accionar de un gobernador que “espantó” por leoninas “condiciones” a una gigantesca inversión que hubiese dado trabajo bien pago a mucha gente…irracionalidad total!
- Los escándalos mediáticos montados sobre las demostradamente falsas “aguas radioactivas” de Ezeiza, y sobre los delirantes “riesgos de explosiones” de material nuclear inerte (o sea imposible de hacer estallar) con lo cual buscaron desacreditar a la hoy fuertemente resurgente actividad nuclear.
- Los constantes ataques al Plan Nuclear y al Plan Hidroeléctrico por parte de las transnacionales de la ecología (Greenpeace, WWF-Fundación Vida Silvestre y otros), así como de otras ONGs “argentinas” que operan según los libretos de aquellas. Excepto los ataques a la central a carbón de Río Turbio, prácticamente no existen otros antecedentes de críticas a la proliferación de centrales termoeléctricas en base a petróleo y gas natural, pese a ser muy contaminantes. Eso avala la acusación del “esponsoreo” de GP y WWF por parte de Shell y otras petroleras anglosajonas.
- Los silencios totales de los ecologistas, ante el derrame de petróleo de Shell en Magdalena, Buenos Aires. ¿Será que no quisieron enojar a sus patrones?
- El silencio total ante los perjuicios ambientales y económicos derivados de las usinas a petróleo de las que dependió Misiones por décadas, incluyendo los “daños colaterales” derivados del costoso transporte terrestre de combustible.
- La irracional oposición a la construcción del puente Rosario – Victoria, pretextando insólitos “daños a los alevinos” (crías de peces) y otros disparates.
- En su momento la oposición a la línea de interconexión de Andresito (Misiones) no importándoles las necesidades de la población de esa pujante localidad.
- La oposición de “Marijú” Alsogaray –con el aval de sus lacayos de todo pelaje incluidos- de utilizar masivamente La Hidrovía, siendo que es el medio más económico y menos contaminante para el transporte masivo. ¡Pero es claro, se ahorraría mucho combustible…, y las influencias de las petroleras parecen ser decisivas!
- La pretendida imposición por la fuerza, del mamarracho técnico que es el informe de la WCD (“Comisión “ –léase rejuntado sin rigor técnico- Mundial de Represas). ¡Otra vez los intereses petroleros!
El listado sigue prácticamente “ad infinitum”.
Por: Carlos A. Ortiz
Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM
Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA
Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario
Docente de la Diplomatura en Geopolítica – Inst. Combate de Mbororé
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